“Biografía de una asignatura pendiente”
-O de cómo nos hemos negado, durante toda una Vida, a que la vocación se apagase-
Cómo el abuelo cebolleta que somos, tenemos alguna que otra aventura para contar. Si las sumamos todas, nuestros lectores podrán hacerse una ligera idea de cuál ha sido el transcurso completo de nuestra existencia.
No podemos hablar de fechas concretas, pues aunque no tenemos una mala memoria y nuestro coeficiente intelectual está dentro de la parte alta de la media, no hemos aprendido a hacer milagros y mucha información, lamentablemente, se ha perdido o está traspuesta y cambiada de lugar.
Vamos a la faena. Siempre hemos dicho que nuestro primer contacto con la electrónica, la radio concretamente, fue a los doce años aunque podría haber sido antes, dado que mi Tío Blas me lleva doce años y si yo, entonces, hubiese tenido doce años, él habría tenido 24 e intentando recordar, yo no lo sentía tan mayor. El caso es que él se encontraba probando una radio de galena que había construido con el Curso de Radio Maymo. La cuestión es que eso me llamó tanto la atención que me marcaría de por vida y no, no estoy exagerando.
A los quince años me apunté al Curso de Instalador Electricista de Ceac, pensando que comenzar con la electricidad sería lo propio para continuar con la electrónica, craso error. Ese curso era demasiado técnico y complejo para mí edad y no pude sacarlo adelante; de hecho, aún conservo los doce cuadernillos que estudié hasta que, habiendo salido el Curso de “Electrónica con Experimentos”, solicité al Centro de Estudios si podía cambiar y, curiosamente, no me pusieron algún impedimento, así es que comencé mis estudios de electrónica con transistores de germanio. Aún poseo los 36 cuadernillos de estudio; pero éstos no son los originales, sino que muchos años después los adquiriría en el Mercado de Segunda Mano. No, no poseo un Certificado de estudios de dicho Curso porque tampoco fui capaz de acabarlo. Cómo pueden darse cuenta, de jovencito tomé decisiones equivocadas y como una veleta me movía de un lado para otro.
La cuestión es que con 17 años comencé a trabajar como aprendiz de segundo año de electricista en la Empresa Loga S.A. de Montajes Eléctricos. Bueno, de algo me había servido el haber estudiado parte del Curso de Instalador Electricista. Ahora echaba de menos el haber cambiado el Curso de Electricidad por el de Electrónica que es el que yo estaba estudiando en ése momento.
Mi amigo de la infancia, Jesús, con el que compartía las mismas inquietudes, gracias a la influencia de su padre taxista, pudo colocarse, sin cobrar nada, en un taller de reparaciones de televisores y él estaba haciendo el Curso de Radio de Radio Maymo, el mismo con el que mi Tío hiciera aquella radio de galena que a mí me maravilló. Durante esa época realicé gran parte de mis proyectos particulares, un inyector de señales, una Fuente de Alimentación regulable, un secuenciador de Luces y programador de Luces psicodélicas, un receptor amplificador HIFI de 50W rms por canal, un reloj de laboratorio fotográfico y un generador de señales de baja frecuencia así como la construcción de dos bafles que pudieran aguantar esos 120W Pico a pico; pero lo más importante de todo es que Jesús y yo nos compramos ambos transceptores de 11mts, la CB o Banda Ciudadana, con la que empezamos a realizar nuestros pinitos en la Radio.
-Oye Jesús; pero eso de las válvulas ya es un poco Antiguo. ¿Por qué no haces el Curso de Electrónica con Experimentos de Ceac que es más moderno y con transistores?
Sea como fuere el logró engancharse a su vocación y comenzó a formarse, ahora sí y en serio, en el Centro de Estudios de Televisión que se encontraba en la madrileña calle del Barquillo, mientras yo seguía diletante entre CEAC y ERATELE.
Intentamos entrar en el Centro de Enseñanza Profesional de Tetuán; pero no pudo ser, intentamos entrar como voluntario en la Marina para estudiar, radio, radar y electrónica; pero tampoco pudo ser. Mi último intento fue en la Escuela Tajamar, cerca de Vallecas, hoy sé que es un Centro del OPUS DEI; pero tampoco pudo ser. Llegué cuando el cupo estaba completo. Nos acercamos, mi Madre y yo, al Instituto de Estudios Electrónicos, quien editará la Revista Transistor; pero el precio de los cursos era prohibitivo para una familia humilde como la nuestra. Ese fue el motivo de que comenzara a estudiar por Correspondencia electricidad y electrónica.
Pero la Vida te lleva por derroteros que no puedes dominar. Estando trabajando de aprendiz electricista, mi padre quedó en el paro y el dinero que me daban en la empresa no me llegaba ni para pagar el transporte así que tuve que buscarme otro trabajo con el que pudiera ganar algo más. Así pasé a trabajar por unos días en un almacén de tapicería para terminar como Auxiliar de Laboratorio Fotográfico en Fotorama, dentro del Corte Inglés. De fotografía, háganme caso, cuando comencé no tenía ni repajotera idea.
El caso es que estando trabajando de fotógrafo me salió la oportunidad de irme voluntario al Cuerpo del Aire; pero, carajo, tampoco pudo ser y así, poco a poco, llegó la hora de partir para el Servicio Militar y allí, pasados los tres meses de instrucción, en León, me destinan al Cuerpo de Artillería Ligera Anti Aérea, n°27 en Valladolid. Allí me ofrecieron hacer un Curso de Electrónica o de Instalador Electricista Industrial y, habiendo analizado el Temario tan simple del Curso de Electrónica, algo que me daba a mí que ya sabía, me decidí por el Curso de Electricidad Industrial y donde estudié todo lo relacionado con automatismos, cuadros eléctricos y contactores. Allí tuve de compañero a un Ingeniero de Telecomunicaciones, del cual no recuerdo su nombre, que me instó a que continuara con mi vocación.
Cuando salí del Servicio Militar, en el que me había tirado doce meses estudiando lo expuesto, me dirigí a la Empresa en la que ya había estado como aprendiz y presentando mi carnet del PPE (Promoción Profesional del Ejército), me ofrecieron trabajar como Oficial de Tercera Electricista y así estuvimos durante cuatro años, hasta que la empresa quebró como consecuencias de no cumplir con los plazos de Obra del Casino Gran Madrid en Torrelodones; pero bueno, durante ése tiempo realizamos nuestros estudios de Fotógrafo Profesional y el Curso de Electrónica Radio Estéreo Alta Fidelidad en el, ya mencionado, Centro de Estudios Televisión y en el que estudiará, tiempo atrás, mi amigo Jesús.
Bueno, nos pilló la primera gran crisis laboral de éste País y nos quedamos, tras la quiebra, en el paro teniendo que ir a Mercamadrid a cargar camiones para los fruteros. Durante ése lastimosos periodo de nuestra vida, cuatro años nada menos, realizamos, por el que luego se llamaría INEM, dos cursos de Informática, Basic, curiosamente en el Centro Tajamar, y otro de Operador de ordenadores por Villaverde.
Si no quería terminar con la espalda hecha añicos, no me quedaba otra que buscarme la Vida y eso hice, trasladándome a León para trabajar como Operador de ordenadores, primero, y como Comercial después en un importante Almacén de materiales eléctricos “SAME”, del que mi Tío Blas era su Director Gerente, y que no era otra cosa que la filial de la madrileña MISA (Mercantil Intercontinental, Sociedad Anónima).
Allí estuvimos tres años hasta que regresamos a Madrid para trabajar, en el Departamento de Administración, de la Compañía de Seguros Mercurio y de la que, mi Cuñado Juan, era el Jefe de Siniestros. En ésa Empresa, entre unas cosas y otras estuve veinticinco años y durante los cuales realicé muchos estudios, no solo administrativos, de seguros y empresariales, sino de Electricidad, Energía Solar, Domótica, Electrónica, Electrónica Digital, Fotografía Digital, Mantenimiento, Reparación de Ordenadores y, toma ya, tras haber descubierto que la mencionada Escuela Radio Maymo aún existía, realicé todos y cada uno de sus cursos, sin faltar uno solo, el de Radio Técnico Antiguo a válvulas, el de Electrónica Radio y Televisión, el de Televisión a color y el de Electrónica Digital. En 2013, me dirigí a la URE para hacerme socio y adquirir el Libro de Examen. Creo que en aquel entonces aún no gestionaban el Curso del Radio Club La Salle; pero, entonces, sucedió que la Empresa quebró y yo tuve que olvidarme, de nuevo, de la radioafición y que quedó aparcada en algún cajón de mi cabeza.
En definitiva, lo que trato de decir es que la manía de la electricidad, la radio y la electrónica jamás me abandonó. Hasta tal punto que, cuando ya había terminado todos los estudios posibles en las academias existentes en España por aquel entonces, Academia Zener, Ceac, CCC, Radio Maymo, virtualmente crucé el charco hasta la Argentina, donde tras contactar con el RADIO INSTITUTO me embarqué en una carrera de tres años donde volví a estudiar electrónica digital, radio y televisión.
Sólo me quedaba una asignatura pendiente que no pude, por circunstancias, realizar ni en los años noventa ni en el 2013, cuando me apunté a la URE, Unión de Radioaficionados Españoles.
Hoy, tras aprobar el examen requerido por el Estado, gracias a la URE, al Curso de La Salle y a tantos años de estudio, estamos a la espera de que nos remitan el Certificado debidamente firmado por la Autoridad competente, para que pueda solicitar mi distintivo o Indicativo, necesario para poder transmitir en las frecuencias de radio aficionado.
Y eso es todo, amigos.
Antonio Ruiz Alba
Indicativo pendiente