“¿Y si te dijéramos que siempre has existido y que existirás por siempre jamás?”
-Lo que sigue te volteará el cerebro y lo curiosos es que la Ciencia lo podría estar corroborando ahora mismo, la Muerte no tiene poder sobre tí-
La Física cuántica se ha instalado en nuestras vidas, la de todos, para abrirnos los ojos del Alma, más allá de nuestros cinco sentidos; es decir, muchas cosas resultantes de lo cuántico son, aparentemente, incomprensibles por nuestras mentes cartesianas; pero es que la Física Cuántica trabaja con conceptos tan diminutos que las nociones de espacio y de tiempo resultan irrelevantes. Así, cosas como la Vida después de la Vida cobran todo su sentido y deja obsoletos temas tan manidos como la propia reencarnación.
Lo que aquí te vamos a exponer, en parte resulta de nuestra propia experiencia personal; pero lo curioso es que viene avalado por la Física Cuántica y la idea de múltiples dimensiones paralelas; probablemente infinitas. La idea es que vivimos múltiples vidas paralelas en diferentes dimensiones y que cuando abandonamos una de ellas, mediante el tránsito conocido como la Muerte, el Individuo; es decir nosotros, no somos conscientes de haber fallecido aunque nuestros parientes se encuentren con nuestro Cuerpo presente en el cementerio. Dicho de otro modo, la Muerte, como tal, sería una realidad para los que, en esa dimensión, siguen vivos; pero el hecho del fallecimiento no sería consciente para el propio fallecido porque él, simplemente habría dado un salto dimensional a otro Mundo paralelo, siguiendo con su vida como si nada hubiese ocurrido y seguirá interrelacionándose con sus parientes y conocidos en la nueva Dimensión.
No sabemos si a tí te ha pasado alguna vez, a nosotros sí, encontrarte frente a un paso de cebra y venirte, en un instante, a la Mente que estás siendo atropellado; pero a continuación, esa imagen mental desaparece, cruzas la calle y continúas con tu Vida como si nada.
Necesitamos que pienses, durante un momento, que sí fuiste atropellado, llevado al hospital, llorado y enterrado por tus familiares; pero tú no eres consciente de ello, porque tu Mente consciente saltó a uno de los infinitos tues existentes en los infinitos mundos paralelos y continuando con tu Vida como si el incidente del atropello jamás hubiese existido; porque, de hecho, no ha existido en la nueva dimensión donde te encuentres.
Así, cuando uno muere para el resto, sigue con su Vida en otra Dimensión; es decir, se produce un salto cuántico y sigue con su Vida en un Mundo paralelo, sin necesidad de tener que reencarnar y regresar a la misma Dimensión o Plano de Existencia; pero claro, lo que nos impide comprender ése asunto es que hemos sido niños, somos conscientes de ello, y nuestros padres y padrinos nos han contado mil veces cuando nacimos y las cosas que sucedieron en aquel instante; pero la idea cuántica es que, a cada segundo, somos una Persona diferente; es decir, que cada vez que realizamos un acto, el que sea, o se nos pase por la Mente una idea, cualquiera, nuestro Espíritu eterno, infinito e inmortal estaría creando nuevos mundos en diferentes dimensiones. Ésto nos pone ante la imagen de que el bebé que un día fuimos seguirá siendo ese mismo bebé en su dimensión primitiva y original; es decir, que todas las facetas de nuestra Vida siguen en su presente, aunque a lo que hemos llegado, nosotros, nos parezca que se trata de eventos del pasado. De otro modo, dado que todos somos Uno, también la suma de nuestros presentes, en las infinitas dimensiones, forman parte del Todo que no deja de ser más que el Único que existe. Sería como una sucesión de fotogramas de una película, donde cada fotograma sería una Dimensión diferente y el conjunto de la Película la sucesión ininterrumpida de vidas desde un principio que nunca existió hasta un final que nunca llegará.
Llegados a éste punto, ya no es difícil pensar que cuando miramos a nuestro vecino, a nuestra hermana, padre o esposo, en realidad nos estamos mirando, literalmente, a nosotros mismos, en otra Vida de otra dimensión; es como si en cada instante fuésemos una Persona diferente.
En realidad es como si la Divinidad se fragmentara hasta el infinito y creando, al hacerlo, la ilusión del espacio, la forma, la materia y el tiempo.
Sólo existe el Uno fragmentado en infinitas ilusiones que interactúan entre sí en un escenario ilusorio al que denominamos como el Mundo y de que, de ése Uno, nosotros no somos más que meros personajes creados en una suerte de esquizofrenia Divina, en la que las partes ven a las otras partes sin comprender que somos nosotros mismos, el Uno, mirándose en el espejo que es la Vida. En realidad se trata de una Cósmica Obra de Teatro donde existe un sólo actor, el Uno, interpretando una suerte de monólogo, convertido en diálogos, al representar a infinitos personajes que, aparentemente, nada tuviesen que ver los unos con los otros.
Frater Aralba R+C

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