“Dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”
-Pero ¿Qué sucede cuando el César te quiere quitar lo que es de Dios?-
“Entonces les dijo: (mostrando Jesús una moneda) ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.”
(Mateo 22:20-21)
“Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; y si alguien te quita la capa, déjale que se lleve también tu camisa. A cualquiera que te pida algo, dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames.”
(Lucas 6:29-30)
Pero ¿Qué sucede cuando lo que intentan arrebatarte es el “Libre Albedrío”, lo más sagrado que te ha dado Dios?
“Si alguno tiene oído, oiga. Si alguno lleva en cautividad, irá en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe de ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.”
(Apocalipsis 13:9-10)
Que nos encontramos en un punto extraño de la Historia, es algo que no se podría desmentir, pues después de un periodo, más o menos largo, en que la humanidad consiguió algunos objetivos importantes, respecto al vivir cotidiano, como eliminar la esclavitud y aumentar el volumen de una clase media que antaño pareciera inimaginable; pero todo eso, parece estar a punto de arruinarse, de desaparecer y acabar.
Esto sucede porque se está produciendo un cambio de ciclo; en donde se está regresando a una suerte de edad oscurantista, donde el dominio del poder se encuentra en mano de unos muy pocos multimillonarios y donde el resto de la población no será otra cosa que una suerte de vasallos que lucharán por sobrevivir. Es lo que se ha venido a denominar como Período de Feudalismo Tecnocrático, donde una nueva Nobleza surgida de la nada, aliada al Poder Económico más rancio de la Historia de la Humanidad; dejando al margen, a millones de ciudadanos despojados de sus derechos para convertirlos en poco menos que esclavos, cuyo valor personal quedará reducido a un mero valor económico; es decir, cuya Vida será absolutamente prescindible.
Bien, hay cosas que un Peregrino Rosacruz puede consentir, si se trata de cuestiones materiales. Un Peregrino no acumula bienes materiales, incluso el dinero, pues bien sabe que cuando abandone el País, no podrá llevárselo consigo. Así, puede regalar sus bienes o incluso entregarlos si el Gobierno le obliga a ello. Bien, estamos muy cerca de esa situación y, en donde, ni siquiera podamos heredar a nuestros hijos con unos bienes conseguidos por decenas de años de duro trabajo; pero no es de eso de lo que queremos hablar hoy. Lo que es de éste Mundo, por mucho que nos haya costado conseguirlo, no nos pertenece, pues es del Mundo y de los seres que son de éste Mundo; es decir, del César, de los seres no espirituales y cuya Vida está limitada a una mera existencia física y, como mucho, a la duración temporal del Universo.
El problema surge cuando el Gobierno, no contento con despojarte de tus bienes materiales, comienza a trabajar para hacerse dueño de nuestras almas. Y aquí es donde la cosa se pone buena, pues existe algo que para Dios, respecto del Hombre es absolutamente sagrado, El “Libre Albedrío”. El propio Dios se auto impone, a sí mismo, la prohibición de interferir en el Libre Albedrío de los Seres Humanos.
Imponer el vasallaje y esclavitud a los seres humanos supone algo mucho peor que un robo de sus bienes materiales; dado que se trata de violar su derecho Divino a la Libertad, a su “Libre Albedrío”.
En la actualidad, de una forma disfrazada de falsa, muy falsa democracia, el Poder, de forma paulatina, está imponiendo la esclavitud de la mayoría de la Población; pero además se está imponiendo una cultura de muerte con la excusa de una supuesta superpoblación que no podría sobrevivir por falta de recursos materiales. Así, se está violando el Libre Albedrío cuando se impide el nacimiento de un nuevo Ser; en tanto que detrás de un nuevo nacimiento, se encuentra un Espíritu Humano cuyo deseo es nacer en un cuerpo físico. Destruir la posibilidad de su nacimiento es un Delito contra el Libre Albedrío de dicho Espíritu Humano. Un Espíritu, preexistente, antes del nacimiento de su Cuerpo físico; pero más grave aún, si cabe, es promover la cultura generalizada de la eutanasia con el fin de ir disminuyendo, entre la Población, el aumento de personas mayores jubiladas y señaladas, injustamente, como improductivas y prescindibles; es decir, que le estorban al Sistema.
Bien, aunque nuestros bienes, en éste Mundo, sean considerados como prestados, lo que no es de recibo es que se nos dictamine lo que podemos o no hacer con ellos. Supuestamente tu dinero es tuyo, por mucho rostro del César que aparezca en él, para hacer con él aquello que desees o necesites; que el Estado, por Ley, te imponga restricciones para el uso de lo que no es otra cosa que tu salario, es una infracción intolerable contra la Ley Divina del Libre Albedrío.
Así, acabamos de señalar unas pocas limitaciones de aquello que separa lo que es de éste Mundo, que estamos obligados a entregar, de aquello que pertenece al Ser Humano y, por lo tanto, a su Divino “Libre Albedrío”; entonces, si una Persona o un Estado intenta sobrepasar esa sagrada barrera para someterte, en una Gran Tribulación, estaremos en nuestro derecho de rebelarnos y combatirlo, con todos los medios que pudieran encontrarse a nuestro alcance, pues el “Libre Albedrío del Espíritu Humano” es algo que no debería de violarse jamás.
Y eso es lo que está sucediendo, ahora en el Mundo, a nivel global, por lo que no se puede solucionar huyendo; pues ésta cultura de violar el Libre Albedrío es algo que se está generalizando e implantando a nivel mundial. Bien, es posible que, hoy por hoy, exista algún pequeño País donde poder refugiarnos de forma temporal; pero eso no durará, pues la idea del Poder es imponer dicho control, dictatorial en todo el Mundo. Por lo tanto, no hay otra solución que rebelarse y luchar, de forma individual y colectivamente. Una Lucha sin violencia física similar a la que opuso Gandhi al Colonialismo Británico; pero no podemos tragar con todo, si no queremos que nuestros hijos y nietos vivan en un Mundo de amos y esclavos. Un Mundo, donde la Vida Humana valga menos que la de una res y donde el respeto por la libertad de la mayoría se haya desvanecido hasta desaparecer por completo.
“Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.”
(Apocalipsis 7:13-17)
Por lo tanto, carguémonos de paciencia y neguémonos, con cualquier medio a nuestro alcance, a que nuestros derechos naturales y libertades sean mancillados por el Cesar, aunque eso nos suponga ser señalados, censurados, encarcelados, torturados y ejecutados. La Vida tiene un valor muy grande; pero no puede ser moneda de cambio para nuestra sagrada “Libertad”
No vendas tu Sagrada Alma al Diablo y no la cedas por meros privilegios temporales y cuyo valor espiritual es cuestionable.
Frater Aralba R+C