04 mayo, 2025

No tenemos Becerros de Oro

 “Aunque a algunos les pudiera parecer, no, no tenemos Becerros de Oro”


-El problema, en el Rosacrucismo, del Culto a la Personalidad-

Gracias a nuestra herencia Protestante somos refractarios a las imágenes en general, incluyendo retratos de personas que hayan existido en la vida real o en la imaginación de diversos autores. Así, en nuestras capillas no verán supuestos retratos de Jesús y María; pero tampoco de Spencer Lewis, Rudolph Steiner, Max Heindel, Krum Heller o Madame Blavatsky. Tampoco podrán encontrar imágenes de supuestos maestros ascendidos como El Moyra, Kuthumi, Sanat Kumara, Saint Germain o el Tibetano.


Algunos bien intencionados, debido al gran respeto que tenemos a algunos de los autores mencionados, podrían pensar, de forma equivocada, que compartimos la totalidad o una gran parte de sus tesis o doctrinas expuestas; pero, no, en modo alguno esto es así. Ahora bien, que ésto sea tal y como les expongo, no significa que vayamos, como hacen otros, a ponerlos de chupa dómine; es decir, a criticarlos y atacarlos; sino que, por el contrario, acercándonos a sus posturas, investigando en los Planos Internos, intentamos comprender lo que dijeron y, sobre todo, el ¿Por qué lo dijeron del modo en que lo hicieron?


Ese es el caso, por ejemplo, de nuestro muy querido Rudolph Steiner, a quien descubrimos simultáneamente al descubrir que también había sido el instructor Rosacruz de Max Heindel. Pues bien, ésa admiración no significa que compartamos una gran parte de las Ideas de dicho Maestro Teutón; pero nosotros no podemos verlo, como sí hacen otros, como un charlatán y manipulador. Nosotros entendemos que todo lo que dijo Rudolph Steiner está basado en su natural clarividencia potenciada por la práctica de algunos ejercicios pitagóricos como la “Retrospección Nocturna”


A Rudolph Steiner se le suele juzgar, alegremente, por cosas que dijo como que el “Sol había salido de la Tierra” o la existencia de dos niños jesús o seguir la reencarnación de personajes simbólicos como Cristian Rosenkreutz. Pues bien, Rudolph Steiner conocía muy bien el poder de la imaginación y supo abrir portales hacia otros mundos impresos en la Memoria de la Naturaleza, en la Esfera Reflectora. 


Podríamos decir que fue un Chamán de la Era Moderna; pero un Chamán natural que no requería de sustancias como la Ayahuasca, el Peyote o la psilocibina de los hongos alucinógenos. Sin algún ánimo de ofender, diremos que Rudolph Steiner fue lo más parecido que puede existir a un esquizofrénico auto controlado; es decir, alguien que puede ver cosas que otros no pueden; pero, con la diferencia, de que esas experiencias y visiones, debido a su Conocimiento y Mente entrenada, le impedía actuar como alguien loco o demente.


El problema de la Clarividencia, no charlatanería, original de Rudolph Steiner es que todo lo que observaba lo hacía como lo haría una hormiga puesta sobre una cartulina blanca; es decir, sus experiencias, para él, eran observaciones de un único Plano existencial. ¿Cómo podría conocer de la existencia de diferentes dimensiones paralelas? Claro, cuando Steiner decía que la Tierra, el Espíritu de Gaia, era anterior al Sol, se estaba refiriendo a qué “Gaia o Sophía” fue anterior al “Demiurgo o Logos Solar”; pero claro, evidentemente, tal cosa sucedió en algún otro lugar del Pleroma no en nuestro Universo; pero eso, Steiner no podía saberlo; al menos, no entonces. Lo que él narraba sucedía en otros planos existenciales cuyo reflejo terminaba tomando consistencia física en el nuestro, la Tierra. Platón habría dicho que Steiner tenía acceso al Mundo de la Ideas, antes de que éstas cobrasen una consistencia espacio temporal en nuestro Universo.


Quienes nos conocen saben que, desde hace muchas décadas, venimos diciendo que todo lo que podemos imaginar es que ya tiene existencia; si no en nuestro Mundo, sí en otros planos dimensionales. Así, el Grial y todo el Mito en torno a Arturo y la Mesa Redonda son ciertos; pero nunca habrían tenido lugar en nuestro Plano de Existencia, como tampoco el Señor de los anillos, Juego de Tronos o la Guerra de las Galaxias; pero que aquí no sean o hayan sido ciertas, no significa que no sean o hayan sido sucesos reales en otros mundos que no son el nuestro. No sé si se nos entienda.


Rudolph Steiner ¿estaba influenciado por la Obra de Madame Blavatsky?, pues claro como nó, ¿Quién no lo estaría?; pero eso no significa, en modo alguno, que Steiner cogiera simplemente la Obra de la Blavatsky y la adecuara a su propia visión personal y conveniencia. Quizá, todo lo contrario, le habría supuesto un hándicap a la hora de reflejar fielmente todo lo que podía observar de los planos internos. En ése sentido, podemos afirmar que Max Heindel se convirtió en el mejor intérprete posible de las visiones de su Maestro Rosacruz, Steiner.


Somos conscientes de que, en la actualidad, existe un pequeño Movimiento de investigadores, en Alemania, que intentan demostrar la tesis, impuesta por miembros de la Rosicrucian Fellowship, de que Rudolph Steiner y Max Heindel tuvieron una misma fuente Rosacruz procedente de, en el caso de Steiner, del propio Alois Mailander y en el caso de Max Heindel de uno de sus seguidores; pero eso, salvo que manipulen la Historia, no lo van a conseguir. 


Por mucho que intenten amoldar la verdadera Historia a sus propios intereses no lo conseguirán, pues la Verdad es la que es y no se puede cambiar; de hecho, la gran mayoría de los seguidores del Maestro Rosacruz “Alois Mailander” terminarían convirtiéndose en seguidores de Rudolph Steiner y, consecuentemente, en miembros de la Sociedad Antroposófica. El decir que Steiner fue rechazado por el Maestro que, sin embargo, sí aceptó a Heindel es una mentira infame que hay que acabar con ella como sea.


Por lo tanto, Rudolph Steiner no sólo no era un charlatán sino que tampoco estaba loco; en tanto que como Chamán natural, sin requerir sustancia alguna, controlaba sus vivencias procedentes de los portales dimensionales que abría y de donde extraía toda su información. El problema no es de Steiner sino de los pacatos cerebros que intentan interpretar las enseñanzas del Maestro desde la perspectiva de esa hormiga de la cartulina blanca. El que la Tierra física haya surgido del Sol físico, por ejemplo, no entra en contradicción con que el Espíritu de la Tierra “Gaia-Sophía” sea anterior al de su emanación “Logos-Demiurgo” nuestro Astro Sol. 


Por lo tanto, sin algún tipo de Culto a la Personalidad, ni por Steiner ni por nadie; sin embargo nuestro respeto a su Figura es la misma que podría tener hacia un verdadero Maestro Rosacruz que abrió portales inimaginados hasta entonces y que se convertiría en el Rosacrucismo del que Max Heindel se convirtió en su más perfecto divulgador, porque su instructor no fue otro que el mismísimo Steiner, por mucho que rabien y pataleen los actuales seguidores más fanáticos de Max Heindel y de las tesis de su biografa, la propia esposa del Maestro, Augusta Fox.


Aún así, tengan presente que ni en nuestra Oficina de Estudio, ni en nuestra Capilla tendremos un retrato de Steiner o de Max Heindel, como tampoco lo tenemos de Valentín Andreae, de Paracelso o de Jacobo Bohemme.


Y ¿Por qué sabemos todo esto?, porque conocemos de primera mano a ambos personajes y hemos charlado con ellos, gracias al gran poder de la Imaginación, porque su Historia, la de ambos, permanece impresa en los registros de la Memoria de la Naturaleza y están allí para todo aquel que quiera, se atreva y pueda investigarlos.


La Verdad está impresa de forma indeleble.


Frater Aralba R+C







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