05 mayo, 2025

Al Orar pidamos Sabiduría

“Al Orar, pidamos Sabiduría”


-Los poderes de éste Mundo nos quieren ignorantes y atemorizados-

Ya conocemos que Dios es Luz, Vida y Amor; sobre todo Amor.  


Luz:

"Entonces Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo. El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Juan 8:12); 


Verdad y Vida:

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

(Juan 14:6)


Amor:

”El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (Juan 4:8)


Estás tres cualidades divinas, la Verdad, la Luz y el Amor se reflejan en los seres humanos que han recibido al Espíritu Santo, al reconocer a Dios viviendo en sus corazones, mediante la Fe, la Esperanza y la Caridad (el Amor)


 “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” (1a de Corintios 13:13)


La Verdad se corresponde con la Fe; en tanto que la Fe es el componente más importante de la Gnosis (el Conocimiento de Dios), junto a la Sabiduría, recuerden (Pistis-Sophía); la Esperanza con la Luz proveniente de la Fe y, por lo tanto de la Verdad y la Vida y el Amor del Hombre, la Caridad o Empatía con sus semejantes, con el Amor de Dios.


Cómo podemos ver, existe una perfecta correspondencia entre las tres más importantes cualidades del Señor, el Dios Creador del Mundo, con las cualidades que nosotros, en tanto que humanos, debemos de recuperar; pero no, mediante un esforzado trabajo comprado con sangre; sino, meramente, solicitándolo, en tanto que todo es dádiva gratuita de Dios; es decir, lo recibimos por Gracia, si lo solicitamos claro está; pero ¿Cómo debemos de solicitar tales virtudes?; quizá así “Dios mío dame Fe, Esperanza y Caridad para acercarme a lo que tú deseas de mí”; o ¿Existe otro modo más directo y en el que podamos pedir las tres cosas sin necesidad de nombrarlas por separado?


Estamos convencidos de que sí:


“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito:

Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.

Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.” (1a de Corintios 2:6-13)


Solicitemos, entonces, al Señor que nos conceda la Iluminación mediante la Sabiduría del Espíritu de Dios y que mora en nuestros corazones. La Sabiduría es una suerte de cóctel Divino que conjuga el Conocimiento de la Fe, la Luz de la Esperanza y la fuerza cohesiva del Amor. 


La Sabiduría es doblemente Fe, pues a parte de que: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1); la Sabiduría complementa esa Fe con la Luz procedente de la Esperanza que fluye de la propia Fe y del Amor que es la Esencia, el Éter, del mismo Dios; es decir, la Sabiduría es una suerte de investidura con la Esencia del Creador; pero, claro, no hay que confundir la Sabiduría de Dios, la Gnosis (investida con la Fe, la Esperanza y el Amor) con la sabiduría de los hombres que es mero conocimiento mundano; es decir, se queda restringido al ámbito de la mera erudición. Alguien puede conocer mucho del Mundo y, sin embargo, no saber cómo aplicar ése Conocimiento para el bien general y ése no saber es falta de Sabiduría; en tanto que la verdadera Sabiduría, junto con la Fe, proceden de Dios y sólo pueden recibirse mediante Gracia del Espíritu Santo.


Así, cuando poseemos verdadera Gnosis “Fe más Sabiduría) es porque el Espíritu Santo de Cristo-Jesús, el Verbo que Creó el Mundo y todo lo que existe, mora, en forma de flama, tanto en nuestra Cabeza como en nuestro Corazón encendidos. Por lo tanto cuando oremos, cada cual a nuestra manera y según se nos haya concedido hacerlo, pidamos Sabiduría procedente de Dios para actuar y decidir según los designios del Señor y no los propios, procedentes de nuestra Personalidad.


Recuerda que si solicitas el Don de la Sabiduría, y Dios te la concede, por su Gracia, estarás recibiendo todo un paquete salvavidas que evitará que caigas en las trampas tendidas por el Mundo. Unas trampas que se tejen con el miedo producido por la Ignorancia. Cuando somos ignorantes, aún poseyendo una genética Divina, somos utilizados por los arcontes, a modo de ganado, como esclavos a su servicio; pero si esa ignorancia es borrada mediante el verdadero Conocimiento que nos proporciona la Sabiduría, seremos nosotros quienes tengamos poder sobre esas fuerzas del Aire que actúan al servicio del Príncipe de éste Mundo y quien rige las reglas de la Materia y del Espacio-Tiempo.


Recuerda que la Gnosis está compuesta de dos partes diferenciadas; pero que se encuentran íntimamente unidas y que no se pueden desligar, la Fe y la Sabiduría (Pistis-Sophía); si la Fe no está ligada a la Sabiduría es mera Creencia sin valor espiritual alguno y si la Sabiduría prescinde de la Gracia Divina de la Fe, se convierte en mera erudición o Conocimiento sin valor para nuestro Crecimiento espiritual.


Cuando solicitemos Fe que no se trate de un mero creer y si solicitamos sabiduría, que no sea mero conocimiento. Así, solicitemos ser investidos con la Gnosis Divina y que no es otra cosa que el sempiterno Amor de Dios; en tanto que el Amor de Dios, en tanto que sustancia coercitiva, de la que está formado el mismo Dios contiene el conjunto de todos los ingredientes que necesitamos para crecer espiritualmente; es decir, solicitando Amor o Sabiduría Divina, estaremos solicitando al mismo tiempo la verdadera Fe y la Esperanza que sólo la verdadera Fe nos puede proporcionar. Es por dicha causa que para los gnósticos de los primeros siglos del Cristianismo era tan importante La Gnosis, porque si Gnosis no era un mero Conocimiento humano, sino uno procedente de Dios y, por lo tanto cargado de Amor, conteniendo, consecuentemente, tanto la Fe como la Esperanza y que no son otra cosa que la versión Humana de la Verdad y de la Luz Divina.


Digamos que la Fe que emite la Luz de la Verdad es el Faro y la Luz proyectada sobre el Camino es la Esperanza que nos permite caminar por él, sin desviarnos y el propio Camino es el Amor de Dios, la Esencia del Pleroma y, en su conjunto, la Gnosis; de ahí, su importantancia para el Caminante Rosacruz.


Pide la “Sabiduría” que procede del Amor de Dios y tendrás la Gnosis; es decir, todo lo demás. Ten mucho cuidado con lo que pides y no te equivoques al solicitarlo.


Frater Aralba R+C


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