“La Gran Mentira del Pecado de la Carne”
-Ir en contra de nuestros instintos es lo que nos diferencia de los animales, y no se trata de reprimirlos; sino de dominarlos-
Somos conscientes de que lo que a continuación sigue, hará que unos pocos nos amen; pero muchos nos odien. Solo les solicito una cosa, que no salten como un resorte y mediten sobre estas palabras antes de dar su necesaria opinión. Lo decimos por si pudieran arrepentirse de lo que digan.
En el ámbito religioso, fundamentalmente abrahámico, se habla de tres fuentes del Pecado: El Mundo, el Diablo y la Carne; pues ésta idea tan extendida y arraigada, por condicionamiento cultural, vamos a derribarla en su totalidad.
Que nos encontramos sometidos a un condicionamiento social, de origen religioso, es una obviedad que no creemos que nadie se atreva a discutir; pero antes de nada, tenemos que definir lo que significa “Pecado” según los creadores de la palabreja.
Pecado no es otra cosa sino desobedecer una Ley o Mandamiento, supuestamente, procedente de Dios. Y decimos procedente, porque, como iremos viendo, esas normas y leyes proceden, no de Dios, sino de los hombres y, como mucho, de las leyes arcónticas o de la Naturaleza.
En realidad el Ser Humano, en tanto que depositario del Espíritu procedente de Dios, solo posee un único Mandamiento, hacer su Voluntad, según la Ley del Libre Albedrío y que tan bien definió Aleister Crowley en su Ley de Thelema: (“Hacer la Voluntad es la Ley”, “Amar es la Ley, Amar bajo la Voluntad”
El Arconte Jehová, recuerden que se trata del arrogante falso Demiurgo; no el auténtico Creador y en el que se sustenta toda la Creación, impuso a su pueblo escogido, en modo alguno a toda la Humanidad, diez mandamientos que, por economía, no vamos a enumerar. Esos mandamientos estuvieron y están activos para el Pueblo de Israel y pertenecen a la Antigua Dispensación.
La Nueva Dispensación inaugurada por Jesús, con el Poder de Cristo, reduce esos mandamientos a solo dos “Amarás a Dios por sobre todas las cosas” y “Amarás a tu Prójimo como a tí mismo”
El Sentido de la Palabra Amor es mucho más amplio que el que generalmente se le otorga; es decir, Amor significa empatía unión y cohesión. En realidad se trata de la más poderosa Fuerza Centrípeta Universal y que, en nuestro Mundo, se encuentra transgredida por la Fuerza Centrífuga divisoria y separadora que, por cierto, es lo que significa la Palabra “Diablo” (el separador)
El Amor, procedente del Conocimiento Divino, nos conduce a la Unidad con Dios; por el contrario, el Odio, procedente de la Ignorancia, nos separa, cada vez, más de Dios, el Origen Celestial.
En primer lugar debemos desmitificar a la Naturaleza; que no es otra cosa que el Mundo gobernado por los arcontes; o sea, las leyes de la Naturaleza. Aquellos que dicen que la Naturaleza es sabia, justa y perfecta o no saben de lo que hablan o viven en la inopia. La Naturaleza es fría, dura y cruel. O la conoces y cumples con sus normas o esas leyes te aplastarán como lo haría un huracán con las palmeras costeras.
Todos los animales, los seres humanos igualmente, somos dominados por una serie de normas impuestas, llamados instintos, que vienen escritas en nuestro Organismo con las letras del ADN y de las hormonas que producen nuestras glándulas endocrinas. Cosa curiosa, porque ese condicionamiento bioquímico va en contra de la Ley primordial de la Conciencia y de su Libre Albedrío. De hecho, los instintos no son otra cosa que cadenas invisibles que, por un lado, nos impulsan a realizar determinadas cosas y, por otro, a evitar otras.
Cuando los seres humanos, por su voluntad, incumplen las normas de los arcontes, los instintos, supuestamente, están pecando contra el Dios de algunas iglesias; pero, por contra, está obedeciendo a su directiva principal de “Haz tú Voluntad”
Se dice que las fuentes del Pecado son el Mundo, el Diablo y la Carne. Ante todo, recuerden que quienes han definido la Palabra Pecado, no es Dios sino los hombres que dicen Ser hombres de Dios; pero que, sin embargo, al redactar dichas normas están incumpliendo la Norma Primera del “Libre Albedrío” y que afecta a los seres conscientes como el Ser Humano.
El Mundo es el Lugar donde vivimos, fuente de nuestras experiencias y Templo externo de la Iniciación; es decir, donde desarrollar el Proceso de Cristificación conducente a la Transfiguración; por lo tanto, exponer que el Mundo es la primera fuente de Pecado, es cierto; pero ya hemos determinado que ese Pecado sólo afecta a los seguidores de determinadas religiones; ahora bien, ya veremos cómo rebelarnos contra la Tiranía del Mundo y la que, por otro lado, nos permite seguir viviendo y experimentando.
El Diablo, que es la denominada como Segunda fuente del Pecado, al contrario de lo que nos han contado, no se trata de una Fuerza externa al Ser Humano. El Díablo es intrínsecamente inherente al Ser Humano, en tanto que poseedor de un Cuerpo, sujeto al Mundo y una Personalidad compuesta de una infinidad de egos que, por encontrarse en éste Mundo y no en otro, se encuentran sometidos a las fuerzas centrífugas o diabólicas que rigen no solo en su exterior sino que también actúan desde el interior, en una suerte de batalla fratricida por mantener o conseguir el liderato de la Personalidad.
La Carne, por otro lado, es esa cosa grosera, corruptible y que degenera con el tiempo y que conforma el Cuerpo que poseemos para poder manejarnos en el Mundo.
En realidad, claro que sí, tanto el Mundo, como el Diablo y la Carne son fuente de la desobediencia de los mandamientos impuestos por los hombres, mediante las iglesias y que dicen, falsamente, provenir de Dios.
Es la Ley del Libre Albedrío, la que es violentada mediante los instintos naturales que nos hermanan con los animales; pero no, la cosa no va por donde creéis que va.
Es un instinto hormonal, por ejemplo, comer para subsistir o copular para reproducirse, ya se produzca tal acto de forma consentida o forzada. Así, el instinto de reproducción, como el resto de instintos, son cadenas que aprisionan al Ser Humano y que son completamente opuestos a su Libre Albedrío. Así las cosas, dejarse llevar por el instinto de reproducción sí sería un Pecado contra el Mandamiento del Libre Albedrío. Otra cosa distinta es que la Procreación sea algo buscada, de forma consentida, por los dos personajes implicados. Por lo tanto, cualquier acción realizada, conscientemente y consentida, jamás será un verdadero Pecado contra Dios; pero sí lo será si nos dejamos llevar por nuestros instintos o bajas pasiones. Así, un hijo, siento decir ésto, venido al Mundo sin haber sido buscado es un pecado contra la Voluntad, por mucho que se diga que Dios así lo ha querido. Eso es mentira, Dios no ha tenido nada que ver en eso, son los instintos, las cadenas que atan a la Voluntad, quienes lo han querido. Eso es un Pecado. No existe, siento decirlo, pero no hay peor pecado que el traer niños al Mundo que no han sido buscados, que no se esperan o vienen por sorpresa. Una sorpresa que, en realidad, no es tal, en tanto que la Mente se fue a descansar mientras dejó a los instintos que tomaran el mando de su Vida.
El Pecado no se encuentra en el Sexo, hablando ahora de la Carne, el Pecado está en permitir que sean los instintos quienes prevalezcan sobre la Voluntad. Cualquier acción sexual es válida, incluso, la reproductiva si implica la Voluntad de los implicados, ya sean uno, dos o cuántos quieran que sean; pero será Pecado, si el acto se realiza por coacción, o forzamiento de la voluntad de alguno de los participantes.
Es por tal causa que a los gnósticos, al menos a algunos de ellos, las Iglesia los perseguía por promiscuos; en tanto que, para ellos hacer sexo comunal era tan natural como el comer o el defecar, siempre que, en ello, estuviera implicada la Voluntad y que no fuese por mero instinto; en tanto que, el instinto nos iguala a los animales y es la Voluntad de hacer o dejar de hacer lo que nos diferencia de ellos.
En la gula y otros de los pecados catalogados por la Iglesia sucede lo propio. La Gula será Pecado de Gula si se come abundantemente por instinto; pero dejaría de serlo porque el que come tanto, aún sabiendo que le hará daño, lo hace porque le da la gana. Éste caso es un claro ejemplo de no existir Pecado de Gula al existir la Voluntad de comer mucho; pero sí existe el, peor aún, Pecado contra el Espíritu Santo que no es otra cosa que el Suicidio, en éste caso diferido, en tanto que la Persona es consciente de estar haciéndose, comiendo en exceso, un daño mortal. Esperamos que se entienda y así, con todo el resto de supuestos pecados; dicho de otro modo:
Si los actos se hacen por voluntad propia no son Pecado. Si los actos se hacen, por instinto, en contra de la voluntad serán pecado; ahora bien, si los actos que se realizan por voluntad propia van contra la propia vida será el terrible pecado imperdonable contra el Espíritu Santo y, por el contrario, si los actos instintivos son realizados, sin permiso de la voluntad, para preservar la propia vida, entonces tampoco serán considerados como Pecado, en tanto que son fruto de nuestro Santo Ángel de la Guarda.
Para ciertos gnósticos, traer niños al Mundo era la peor tragedia posible; en tanto que, significaba encarcelar a nuevos espíritus a la Prisión del Mundo; pero en aquellos días ellos no eran conscientes de la terrible realidad que supone traer niños al Mundo. No se trata de que espíritus vírgenes, preexistentes e individuales, queden atados a la rueda de la Existencia, sino que cada vez que se produce un embrión, de la unión de un Hombre y una mujer, lo que sucede es que se fragmenta, una vez más, el original Espíritu del Arquitecto del Universo y eso, como con la fragmentación de un Holograma, supone la consiguiente degeneración. Así, los gnósticos preferían ser promiscuos sexualmente; pero de forma consciente para no traer, accidentalmente, por instinto, niños al Mundo.
La Voluntad siempre actúa, fuera de la Ignorancia, impulsada por el Conocimiento o la Gnosis, mientras que el Instinto se rige por las reglas de las leyes naturales controladas por los arcontes. Esa es la causa por la que Jesús de Nazaret, lleno de Cristo, parecía ser tan insensible a las críticas de los fariseos, cuando le acusaban de andar con gentes de, supuestamente Mal vivir o de comportamiento sexual dudoso. Lo que realmente sucedía, es que Jesús era consciente de que el problema no está en el hecho en sí, sino en la consciencia o inconsciencia del hecho; de si los actos se realizaban por voluntad Humana o por mero instinto animal. El Instinto ata y aprisiona al Espíritu, la Voluntad libera de las ataduras de los arcontes.
Así, podemos echar la culpa de la frigidez al funcionamiento de los péptidos y hormonas; pero no se cuenta con que los seres humanos tenemos una Mente que, por voluntad, puede doblegar al instinto hormonal. El ejemplo más claro se produce en las prostitutas; ellas, por trabajo, realizan sus acciones lo deseen o no sus hormonas; es decir, lo hacen por su entera voluntad; el problema, en estos casos, reside en que el aliciente es el intercambio por dinero; pero si se realizara por mera promiscuidad mental, váyase usted a saber, por romper las reglas establecidas o llevar la contraria a todo el Mundo, no habría pecado en ello, pues es la Voluntad lo que impera; pero si esa promiscuidad fuera el resultado de un desajuste instintivo, sí sería Pecado, porque la Mente y su Voluntad no están cumpliendo con su cometido de controlar al Animal. Las personas de poca fuerza de voluntad que no son capaces de controlar sus instintos, nunca deben de ser atacadas, sino que hay que ayudarles enseñándoles a usar su Fuerza de Voluntad, porque la Fuerza de Voluntad, como los músculos, también se puede fortalecer.
Recuerda, si está implícita la Voluntad y sin existir coacción de algún tipo o abuso de poder y autoridad, no hay Pecado; pero si esa acción voluntaria implicara un detrimento en la calidad de vida, como fumar a sabiendas del Mal que realizamos a nuestro Cuerpo, estaríamos cometiendo un suicidio diferido o, también, el Pecado imperdonable contra el Espíritu Santo.
Ahora ya sabes que fumar mata, eres consciente de ello. Si sigues haciéndolo por mero instinto, estarías pecando; pero si lo haces por tu Voluntad porque te quieres morir, estarías pecando contra el Espíritu Santo, contra tu verdadero Yo, que es Dios mismo.
Lo siento de veras; pero hasta aquí quería llegar.
Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España, vía su A.M.L. “Rosa Mística”; Linaje: Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer.