“Pesadillas lúcidas y parálisis del Sueño”
-Visitantes de dormitorio, abducciones e íncubos y súcubos-
Éstas experiencias nocturnas, tan aterradoras, han sucedido toda la vida, aunque en cada generación toman un contexto diferente; desde duendes, ángeles y demonios hasta supuestos seres extraterrestres que inducen algo más que terror.
¿Qué tiene la Rosacruz, mediante la Memoria de la Naturaleza, que decir al respecto?
Los discípulos de la Rosacrruz, no somos canalizadores de determinadas entidades; del mismo modo que, tampoco practicamos la mediumnidad pasiva. El Conocimiento Rosacruz se extrae de los anales de la Memoria de la Naturaleza, tras haber desarrollado, por décadas, la práctica activa de la Clarividencia.
En los encuentros nocturnos, con extrañas entidades, hay mucho más que superstición, sazonada en ocasiones mediante fantasías originadas por nuestra imaginación y relacionadas con relatos fantasiosos de nuestro tiempo de Vigilia.
“La parálisis del sueño es una disociación o desincronización que se produce durante el cambio de etapas del ciclo del sueño, generalmente cuando vamos a quedarnos dormidos o cuando vamos a despertar. Cuando se produce un despertar, súbito, del sueño en inglés REM (Rapid Eyes Movement) o en español MOR (Movimiento Ocular Ràpido) , el cerebro ya está despierto, pero su conexión con el cuerpo aún no está disponible, pues se encuentra en el modo REM (Se trata de la etapa más profunda del sueño, la cuarta, donde se produce una respiración más acelerada y una frecuencia cardíaca y presión arterial más rápidas), sin poder moverse, produciéndose así una sensación de pánico al sentirse extrañamente paralizado.”
Los rosacruces conocen, desde tiempo inmemorial, que es durante los periodos del dormirse y despertar cuando hay que realizar las practicas de retrospección y concentración, con el fin de alcanzar la clarividencia; dado que es cuando más frágil se encuentra la frontera entre el periodo de Vigilia y el Sueño profundo. Es durante estos periodos, cuando se dan los sueños lúcidos, en los cuales es tan difícil determinar si lo experimentado ha sido sueño o realidad.
Bien, en primer lugar debemos de tranquilizar a nuestros lectores, dado que no se trata de una patología o enfermedad, en tanto que todos nosotros en algún que otro momento de la Vida, hemos experimentado la parálisis del sueño o algunas de sus variantes que, a continuación, pasaremos a ver; pero sí es cierto que se produce con mayor frecuencia en aquellas personas que tienen problemas para conciliar el sueño a causa de problemas depresivos o de ansiedad. En unos muy pocos casos, sobre todo cuando la parálisis del sueño va asociada a convulsiones inapreciables, con una duración no mayor de dos minutos, es que podríamos encontrarnos en presencia de algún episodio epiléptico.
Entre las diferentes variantes de la parálisis del sueño que pueden darse, ya hemos mencionado de pasada algunas de ellas, pasaremos a enumerarlas y si, a nosotros, se nos han quedado algunas en el tintero, rogamos que nos lo comentéis para incluirlas en próximas reflexiones. Después, por último, pasaremos a dar la explicación oculta relacionada con la naturaleza multidimensional del Espíritu Humano.
En el subtítulo de éste trabajo hemos indicado algunos: visitantes de dormitorio, abducciones e íncubos y súcubos; pero también hemos hablado de episodios de temblores extremos, a los que deberíamos de añadir sensaciones extraordinariamente lúcidas de ingravidez o de caer, sin freno, a un insondable y oscuro vacío.
Cuando se produce la parálisis del sueño, puede darse en absoluta soledad y sin presencia alguna, salvo la de nuestra dormida e inmutable pareja que, como suele suceder, no se habrá enterado de nada. En estos casos, estando paralizados tanto de voz como de miembros, sin embargo, podemos observar todo a nuestro alrededor, las persianas de las ventanas, a nuestra pareja profundamente dormida, la ropa de la cama y los adornos de las paredes. En estas circunstancias, nuestro Estado es de completa expectación, intentando comprender que es lo que está sucediendo y el mensaje que el sueño pudiera tener para nosotros. Así, una potente luminosidad que se filtrase, hacia el interior, por entre las rejillas de las persianas podría significar problemas externos que podrían perturbar nuestra tranquilidad y quietud interior. Según nuestra propia experiencia, podría ser indicativo de que tendremos que salir de nuestro Estado de confort para realizar un largo viaje experiencial.
En otras circunstancias, la parálisis del sueño viene acompañada de extrañas entidades o visitantes de dormitorio que, al comienzo de estas experiencias podrían provocarnos terror y pánico. Intentaremos reaccionar y gritar; pero no podremos hacerlo, pues el miedo nos tiene paralizados. Así, esas presencias se pueden manifestar de diferentes formas, como una figura etérea, semejante a un fantasma aterrador, que portara en una de sus manos una daga tan transparente como la presencia en sí y que se dirige, imperturbable, hacia nuestro regazo donde nos encontramos vulnerable e inmovilizado.
Ésta presencia, ya sea masculina, femenina o animal (gato, serpiente…), puede aparecer sin más como si hubiese atravesado las paredes o puede ser el resultado de haber atravesado una ventana que previamente, en el sueño, se hubiese abierto acompañada de una gélida ventisca. Posteriormente, a todas estás experiencias, tras despertar, podemos vernos envueltos en un sudor frío comprobando cómo estamos perfectamente arropados y no se ha abierto ventana alguna. Lo cierto es que se trata de experiencias inquietantes que, personalmente, debemos de aprender a interpretar. Quizá la experiencia más terrible de éstos visitantes de dormitorios es cuando sentimos a la presencia colocarse a horcajadas, sobre nuestro pecho, intentando ahogarnos con sus manos para penetrar dentro de nuestro interior. Generalmente todo acaba con un despertar abrupto; pero con la sensación de que algo extraño podría haberse introducido en nuestro interior. En otras ocasiones, antes de despertar, la presencia habría sido rechazada.
Éstas presencias, para nuestra Imaginación, pueden tomar diversas formas, como dijimos, desde duendes, espíritus fallecidos, demonios que quieren algo de nosotros, incluso copular con nosotros ya sea por delante o por detrás; de ahí, lo de íncubos y súcubos o más recientemente, debido a la mitología moderna, como seres extraterrestres grises, insectoides o reptilianos que, pretendieran colocarnos algún implante o embarazar a las mujeres.
Cuando tras la parálisis del sueño perdemos el control visual de nuestro entorno para encontrarnos en algún extraño lugar, podemos hablar de abducciones. Generalmente, tras la experiencia volveremos a encontrarnos en el mismo lugar donde comenzara la parálisis del sueño. En estos casos podemos tener la sensación de haber sido trasladados a una nave espacial, otro Mundo y otro lugar con extraños paisajes y donde las entidades procederían a decirnos algunas cosas importantes o intrascendentes y experimentar con nosotros como en el caso anterior. Éstas entidades las interpretaremos a nuestro modo y manera; siendo por ello que en la antigüedad se contaban encuentros con entidades feéricas, en la Edad media y hasta recientemente como presencias marianas y hoy como seres extraterrestres; pero, ciertamente, no dejan de ser otra cosa que apreciaciones personales que no tienen porqué tener que ver con la realidad.
Bien, ha llegado la hora de que profundicemos en el asunto de porqué se producen todas éstas experiencias asociadas a la parálisis del sueño. Explicaremos la realidad que se oculta tras nuestra ignorancia y extrañeza.
Bien, hemos llegado al plato fuerte de éste extraordinario menú donde el primero ha consistido en unos ligeros entremeses y que no son otra cosa que lo poco que la Ciencia conoce acerca de los terrores nocturnos, especialmente de la parálisis del sueño y sus derivados. Nuestro segundo plato ha consistido en una sopa de cocido bien sustanciosa y donde hemos explicado unas pocas de las variantes que constituyen el complejo de las experiencias nocturnas relacionadas con los sueños lúcidos, muy especialmente de esas terribles pesadillas que nos hace despertar con un gran desasosiego, una frecuencia cardíaca desbocada y una sensación de, al despertar, haber sobrevivido a la Muerte.
Pues prepárense porque éste tercer plato es el solomillo, el entrecot de buey que habrá de ser regado con un caldo de Rioja o Ribera del Duero.
La cuestión es que todo lo explicado hasta aquí, aún siendo cierto, resulta una mera sombra al lado de la Verdad que nos muestra la Memoria de la Naturaleza; pero para que se entienda bien, debemos recordar a nuestros amigos lectores lo que, en verdad, es la constitución del Ser Humano y de los planos visibles e invisibles por los que se mueve.
En algunas de las lecciones más insignes de nuestro “Colegio Invisible de la Rosacruz” hemos indicado que el Espíritu Humano es una Entidad Eterna y multidimensional desgajada del Espíritu del Gran Arquitecto del Universo. Así, todos los seres somos bipolares; es decir, poseemos una naturaleza positiva y otra negativa, pero también somos trinos y constituidos de un Cuerpo Físico mortal, un Alma doble, mortal e inmortal y un Espíritu Eterno e inmortal; pero también hemos explicado que todo ser Humano está constituido, de forma sui generis, de siete cuerpos necesarios para manifestarse en sus correspondientes planos existenciales; pero en lo que no hemos profundizado es en la característica fractal de estos cuerpos y planos que se subdividen, consecutivamente, en otros siete subplanos y estos en otros siete y así sucesivamente. Con ello, lo que queremos manifestar es que todos los seres, los humanos también, somos multidimensionales y llevamos esas existencias, de forma compartida, de forma simultánea y, la mayoría de las veces, sin que esas existencias interfieran entre sí.
Hasta hace relativamente poco, el trabajo compartido en los ordenadores, sobre todo personales, parecía una entelequia; pero a medida que ha aumentado la potencia de procesamiento de datos y la capacidad de memoria, en nuestro portátil podemos tener abiertas, de forma simultánea, varias páginas de Excel, otras tantas de Access y, por qué no, un par de archivos de Word; es decir, podemos trabajar en varios proyectos diferentes sin que, en principio, unos interfieran con los otros.
Os doy un tiempo para reflexionar… Si no sois capaces de asimilar ésta metáfora os ruego que la releáis hasta que os salte la Chispa del Eureka…
El funcionamiento del Ser Humano, como una única Entidad Dimensional, funciona de forma semejante a un Sistema Informático de Multitarea, donde su Alma comparte diferentes existencias o planos dimensionales; es decir, llevamos varias vidas simultáneas al mismo tiempo sin que ninguna de ellas sean conscientes de la existencia de la otras. Seamos humildes y aceptemos que nuestra vida material es solo una de esas vidas simultáneas de nuestra Alma Espiritual.
Ésta compartición del Alma por diversas existencias es algo que sucede a cada décima de millonésima de segundo y, como hemos dicho, generalmente no se producen interferencias entre los sucesos de las diferentes existencias; pero existen unos pocos momentos, tanto durante la vigilia como durante el sueño, especialmente en éste último, que se producen una suerte de solapamiento de dos o varias de las existencias simultáneas que hacen que la Conciencia de nuestra Existencia presente pueda tener visiones auditivas o visuales de lo que está sucediendo en otra de sus existencias.
En estos instantes de fragilidad fronteriza es cuando se producen ensoñaciones, intuiciones o eurekas e ideas geniales, como si esas cosas procedieran de un tercero; y eso es lo que realmente sucede, salvo que ese tercero somos nosotros mismos viviendo una existencia paralela. Ahora bien, durante el sueño, en los periodos de duermevela o entre sueños, según lo explicado en nuestros entremeses, estos fenómenos de interferencia se pueden producir de forma exponencial y así, durante breves instantes podemos tener una visión sólida de aquello que está sucediendo en cualquiera de nuestras otras posibles existencias.
Así los sueños lúcidos no estarían provocados, meramente, por la colisión de determinadas neuronas con engramas neurológicos de memoria; sino que, en verdad, estaríamos accediendo a otra y otras de nuestras indeterminadas realidades. Dicho esto, afirmamos, con rotundidad, que los sueños no son meros sueños, sino nuestro acceso accidental, de forma consciente, a la vida de uno de los muchos personajes que venimos interpretando en una situación permanente de Multitarea.
No, según la Memoria de la Naturaleza y la Rosacruz, los sueños, pesadillas y, por supuesto, los terrores nocturnos, parálisis del sueño y convulsiones oníricas o viajes astrales, no son meras fantasías ni una mera interacción neuronal, sino accesos, generalmente no buscados, a otras de nuestras muchas existencias.
Esperamos, con cariño, todas vuestras cuestiones con el fin de completar éste Trabajo y que os quede, meridianamente claro, de lo que estamos hablando. Los personajes nacen, crecen y mueren dentro de sus respectivos paisajes o entornos; pero el intérprete de esos personajes, tú, es una Entidad Eterna e Inmortal que desarrolla una Obra Teatral Cósmica de carácter multidimensional. Algo aparentemente difícil de poder ser explicado;
pero, cada día, más comprensible.
Frater Aralba R+C