Nómadas Siderales

 “Nómadas siderales”

-Los rosacruces, viajeros del Espacio Tiempo-

En el Pleroma no pasa el tiempo porque tal cosa no existe, por lo tanto, los espíritus en éste Plano de Existencia somos tanto actores como espectadores del Teatro de la Vida. Actores aquí por cientos de miles de millones de años y espectadores, desde el Pleroma, durante un instante fuera del tiempo, en una panorámica multidimensional de más de trescientos sesenta grados.

Los Misterios de la Cultura espacial son guardados por la Fraternidad de los Rosacruces en los anales de la Memoria de Gaia, por tiempo inmemorial, hasta que son sacados de sus archivos,en momentos concretos, para que la Humanidad pueda migrar hacia nuevos planetas y sistemas estelares.

La Humanidad no ha existido sólo en el Planeta Tierra sino que ha viajado por innumerables sistemas estelares y planetas de diferentes paisajes. 

Cada vez que se cambia de Mundo, “Nave Sideral”, la Humanidad olvida todo su pasado y comienza, en su nuevo Hogar, con conocimientos muy básicos de supervivencia. Es misión de la Fraternidad de los rosacruces tutelar el progreso de las diferentes civilizaciones nómadas hasta que se encuentren preparadas para cambiar de Planeta, no antes. Así, una Civilización puede tirarse siglos o milenios en un Estado preindustrial y; sin embargo, en pocos años dar el salto tecnológico para alcanzar los viajes estelares e, incluso, interdimensionales. Unos saltos tecnológicos que podrían parecer increíbles; pero que son dosificados, de la Memoria de la Naturaleza, por los Hermanos Mayores de la Rosacruz.

Aunque nadie o casi nadie lo recuerde, todos en uno u otro momento hemos vivido en las lunas de Calixto y Titán, en los planetas Venus y Marte, además de ahora en la Tierra; pero también hemos vivido en otros sistemas planetarios e incluso en otras galaxias como las denominadas Nubes de Magallanes o la propia Andrómeda.

Vinimos de las Pléyades y de Orión, entre otras direcciones estelares porque la Humanidad Nómada posee colonizado todo el Cosmos aunque, como decimos, cada Humanidad sólo tiene consciencia y memoria del Mundo que le toca habitar en su estado presente.

Ésta información es poco conocida; pero desde hace unas décadas, algunos navegantes nómadas han venido propagando la información de que nuestra Humanidad ha vivido varias historias sobre el Planeta Tierra, previas a consecuentes destrucciones. De ahí vendrían, por ejemplo, los mitos de la Atlántida y Lemuria; pero lo verdaderamente novedoso es conocer que nuestro anterior Mundo, antes de la Tierra, fue Marte. Planeta que tuvimos que abandonar hace unos tres millones de años, cuando un asteroide del Cinturón de Kuioer colisionó contra el Planeta dispersando en el firmamento, tanto su agua como atmósfera respirable.

Llegamos a la Tierra que nos recibió como un nuevo oasis y la terraformamos a nuestras necesidades y conveniencia.

En un tiempo breve, nuestro Planeta actual, la Tierra, colisionará con un Planeta errante y, de nuevo, tendremos que emigrar a otros planetas con el fin de salvaguardar la Especie. Ese es el motivo principal de que nuestros avances aeroespaciales, en pocas décadas, esté siendo considerable. La Fraternidad de la Rosacruz está liberando dicho Conocimiento de una forma acelerada con el fin de que nuestra Especie pueda sobrevivir al cataclismo que se avecina.

Nuestro objetivo es Marte, nuestro Antiguo Hogar, donde encontraremos las ruinas de una misteriosa y antigua civilización, la de nuestros antepasados. Pero ese objetivo es provisional pues Marte no está en condiciones de poder ser terraformado y en condiciones de mantener la Vida. Nuestro Destino final será otro Planeta en otro Sistema Estelar en Tau Ceti.

Con mucha probabilidad terminaremos, gracias a los Hermanos Mayores de la Rosacruz, perdiendo, de nuevo, nuestra memoria ancestral y creeremos que Tau Ceti fue, siempre, nuestro verdadero Hogar; pero lo cierto es que no somos otra cosa que eso, “Viajeros nómadas que vamos saltando de Planeta en Planeta” en un interminable viaje por el Espacio Tiempo y donde somos tanto los protagonistas como los propios espectadores de una Cósmica Obra de Te

atro.

Frater Aralba R+C