“El Triple aspecto de la Natividad de nuestro Señor Dios”
-El mítico o Exotérico, el cósmico o Pagano y el gnóstico o Esotérico-
En cada Grupo, ya sea eclesiástico, Pagano o herético, se suele incidir con mayor fuerza en unos de los aspectos de estudio, obviando en lo posible a los otros dos; pero para el Estudiante Rosacruz es importante que conozca estos tres aspectos para evitar confundirse a sí mismo y a los demás.
Desde un punto eclesiástico, independientemente de la denominación de las diferentes corrientes cristianas, se hace hincapié en el aspecto mítico-histórico del nacimiento de Dios en la Tierra en forma de Hombre. Éste aspecto es el que todos conocemos, meridianamente bien, pues se nos ha inculcado en las escuelas, catequesis y escuelas dominicales:
Se trata del nacimiento de Dios, nominado Jesús, en una gruta o portal de la Ciudad de Belén, de María, una mujer virgen y del Espíritu Santo, esposada, por conveniencia, con José un Señor mayor que era carpintero. A ése evento asistieron, guiados por una estrella, unos magos venidos de Oriente para rendirle pleitesía y ofrecerle sus obsequios de Oro, incienso y mirra.
Éste evento más mítico que histórico ya hemos tratado de su verdadero significado en otro Lugar; pero el Mundo Eclesiástico; es decir, religioso, insiste en la veracidad de tales hechos y nosotros, en tanto que estudiantes de la Rosacruz; en modo alguno, vamos a rebatir.
Sólo al fin de los tiempos, cuando todo acabe, se nos mostrará la Verdad; pero los gnósticos, independientemente de la veracidad de éstos hechos considerados históricos, por la Comunidad Cristiana, lo respeta aunque no lo predique, en tanto que esa figura de un Jesús Dios externo que nace como Hombre, es llevado de pequeño por sus padres a Egipto, a los treinta años es bautizado por su primo, el esenio Juan y comienza una predicación del Evangelio del Amor para a los treinta y tres, ser detenido, juzgado y condenado a ser torturado y morir en la Cruz junto a verdaderos delincuentes; pero que, al tercer día resucitó de entre los muertos, permaneciendo presente durante un tiempo entre sus discípulos para, posteriormente, bajar a los infiernos y al final elevarse transfigurado hacia los cielos con el fin de sentarse a la derecha del Dios Padre, en realidad se trata de un relato alegórico del nacimiento del Proceso que los Rosacruces conocen como Cristificación, la verdadera Iniciación en la Tierra.
Pues bien, básicamente la fe religiosa consiste en creer en el Relato y aceptar la figura y el nombre de Cristo Jesús en nuestros corazones, lo cual nos convertiría, mediante el Bautismo, en hijos de Dios y, por lo tanto, en cristianos hermanos del Señor Jesucristo.
Así, literalmente, eso es lo que predican todas y cada una de las Iglesias cristianas herederas de la antigua Iglesia constituida en Roma, de forma oficial, por el Emperador Constantino el Grande, con el fin de, en un acto desesperado, mantener unido al Imperio mediante una única Religión monolítica; y ésto, independientemente de que se sea católico, ortodoxo o protestante.
El problema de aceptar éste Relato como sumun de la Salvación, es que nos quedamos en la letra, omitiendo el mensaje cifrado, gnóstico, de la Cristificación conducente a la Transfiguración o salvación del Alma Mortal, sustituyéndolo por un profundo creer, en verdad fanatismo, a lo que denominan como fe, y que convertiría, instantáneamente, al Creyente en un Hombre Salvo; pero se trataría de una salvación provisional y que podría perderse, en el transcurso de la existencia, por mil y un motivos, como perder la fe o mantener una vida no acorde con los principios cristianos.
Desde un punto de vista Pagano, el evento del nacimiento de Jesús en Belén se convierte en una metáfora de un evento Cósmico que las organizaciones masónicas y algunas organizaciones rosicrucianas, procedentes del teosofismo de Blavatsky, han hecho suyas; pero cuya verdadera procedencia pertenece al hinduismo y al Mundo Celta.
Se trata de una forma de relatar la procesión de los equinoccios de Primavera y Otoño; pero centrándose en el Solsticio de Invierno que está íntimamente relacionado con la Cara del Dios Jano que mira hacia el Verano. En éste Relato, el Cristo Cósmico que, tras el Solsticio de Verano, en el que el Dios Jano mira hacia el Invierno, se habría trasladado del centro de la Tierra al Sol, regresa a ésta para, desde su interior, fertilizarla y hacer posible, que tras el equinoccio de Primavera, se produzcan grandes cosechas. Finalizado el Periodo y alcanzado el equinoccio de Otoño, Cristo volvería a abandonar el centro de la Tierra para regresar al centro de nuestro Sol.
Así, para el Mundo Pagano el nacimiento de Jesús no sería otra cosa que el regreso del Cristo Cósmico, desde su trono del Sol para penetrar en la Tierra; acto representado por la representación del nacimiento de Jesús en el interior de una gruta en Belén.
Éste Relato Pagano es un tanto forzado, en tanto que el Solsticio de Invierno es el veintiuno de Diciembre y la Festividad de la Natividad del Señor tiene efecto el día veinticinco del mismo mes; no obstante, éste Relato nos muestra el origen Pagano del Mito historiológico del Nacimiento del Niño Dios en Belén; de algún modo, es como si, por un lado, el Mito eclesiástico se realimentara de la Tradición Pagana y, por el otro, éste mismo Mito, en su faceta Rosicruciana, reivindicara su antiquísima procedencia Pagana.
A ésta interpretación Cósmica del Nacimiento de Jesús, algunos rosicrucianos, la consideran como la verdadera explicación esotérica del Nacimiento de Jesús, obviando todo el verdadero mensaje gnóstico de la Cristificación como el proceso iniciático del Ser Humano, en el Mundo, para terminar consiguiendo la Resurrección o Salvación del Alma; no obstante, éste aspecto de la Natividad, por cierto y verdadero aunque de procedencia Pagana, también es respetada por todos los estudiantes rosacruces, en tanto que colma las expectativas de aquellos que se encuentran en un determinado proceso de su Crecimiento Espiritual.
Por último tenemos la explicación herética de la Gnosis, la verdaderamente Esotérica, y que todos nuestros estudiantes ya conocen; pero para que éste Trabajo no quede cojo, repetiremos, de forma resumida, algunos de sus aspectos más importantes.
Desde el Punto de Vista Gnóstico, el evento relatado es mítico, no histórico y tiene más que ver con la salvación del Alma Humana que con la precesión cósmica de los equinoccios o con el nacimiento de una Persona Física que hubiese venido al Mundo para, mediante el derramamiento de su sangre, salvar al Mundo.
Así, dijimos que el nacimiento de Jesús no es un evento externo sino que se produce, en todos, en nuestro interior. No se trata de que tomemos, de fuera, una figura externa y la sentemos en el Trono de las emociones, en nuestro Corazón. Tampoco se trata de creer, sin fisuras, en un relato histórico, sino de penetrar en nuestro interior y destruir la coraza de acero que impide que Cristo, el Niño Dios, despierte de su profundo sueño y nazca en nosotros, siendo la Personalidad la que, con humildad, dirige al Niño Dios para cederle el Trono de las emociones con el fin de que sea Cristo quien, a partir de entonces, tome el control de ellas. Luego, el proceso completo de Cristificación trasciende el Mito del mero relato del Nacimiento para trasladarse, en su acto final, hacia la Pascua con la Muerte de la Personalidad y su resurrección como Alma Inmortal, siendo ya una, con Cristo el Señor Dios; pero esa es otra Historia que también hemos contado, aunque seguiremos insistiendo en ella desde otros puntos de vista; pero eso queda par
a otro día.
Frater Aralba R+C