“Que no te tomen en serio es cosa buena”
-Te libra del patíbulo-
En las tribus primitivas, las personas, vamos a llamarlas especiales consideradas como extrañas, locas o extravagantes, eran tomadas como hombres o mujeres de Dios; es decir, personas tocadas o elegidas por la Divinidad para pasar mensajes trascendentes a la Comunidad Humana. Así, en éstas tribus, donde los brujos o chamanes cumplen con estas características especiales, éstas personas son tratadas con un elevado respeto y, desde luego, a ningún miembro de la Tribu se les ocurriría hacerles daño, por miedo a las represalias de la propia Divinidad que protegería a tales individuos, que solo proveerían bien y salud para la Tribu.
En nuestra Sociedad, al contrario de lo que sucede en ésas tribus que mencionamos, éstas personas no son tomadas en serio; en tanto que son consideradas como chalados o locos; pero, por esa misma cuestión, tampoco se les suele agredir físicamente, más allá de la típica burla; en tanto que no se los considera peligrosos porque se piensa que sus “locuras” difícilmente podrían ser tenidas en cuenta, salvo por otros locos.
Así, en ambos casos, por regla general, a estos individuos no se los suele perseguir ni dañar. En el primer caso por respeto, al considerarlo como un mensajero de los espíritus y en el segundo, por menosprecio, al mirarlo como un chalado inofensivo.
Está es la causa principal de que los mensajeros de la Rosacruz, los chamanes de nuestra Sociedad moderna, ostenten, siempre, un perfil público bajo y en la mayoría de las ocasiones digno de chanza y burla por parte de algunos de sus posibles interlocutores.
En tanto que los Rosacruces no persiguen el proselitismo activo, todo queda en una suerte de anécdota al ser catalogado como un tipo raro y curioso; pero sin alguna carga de peligrosidad.
Una leve sonrisa surge de un buen profesional de la psicología cuando reconoce en un tipo de éstos una simpleza y sencillez que nada tiene que ver con la demencia o la locura. Éste tipo de personas parecen ingenuas; pero, en realidad, son inocentes y sin malas intenciones. Sus palabras son sencillas e inteligibles hasta para los infantes y aunque su forma de expresión parezca tan simple y básica, se encuentra cargada de una gran sabiduría, que no es de éste mundo. Ya dejó dicho Jesús: “Dejad que los niños se acerquen a mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos”
Así la Rosacruz antepone la Filosofía del razonamiento humano por encima de la compleja, incomprensible y, en muchas ocasiones, irracional teología, proporcionando explicaciones lógicas y sencillas a las, supuestamente, complejas cuestiones de la existencia.
La Rosacruz es la mensajera de la Esperanza Gnóstica que proporciona el genuino y primitivo cristianismo. Una Esperanza que permite a las personas seguir viviendo la Vida y adquiriendo sus duras experiencias sin caer en la depresión, la ansiedad y los ataques de pánico que, en numerosas ocasiones, conducen a las personas a quitarse la Vida para no tener que seguir sufriendo.
La Rosacruz llega a la Humanidad con dos mensajes principales:
1.- El quitarse de la circulación; es decir, quitarse la vida no es una opción válida.
2.- Que el sufrimiento es algo temporal frente a la eternidad de una vida eterna e Inmortal.
Con estos dos únicos ingredientes, sin mayores complejidades, es posible mantener la ilusión por seguir viviendo sin importar lo que pudiera depararnos el futuro. El futuro se trata de una entelequia inexistente, en tanto que el pasado solo existe en nuestro recuerdos y lo único tangible es el presente. El presente es lo único que importa; pero claro está, viviéndolo no de forma egoísta y como si fuésemos lo único existente en el Universo, sino como una partícula indivisible del Todo; de Dios, del Pleroma.
Parecemos simples cosas, simples animales mortales y, en gran medida, irracionales; pero eso es solo la capa más externa de la apariencia, pues en el fondo de nuestro corazón, en realidad en el interior de nuestros genes, persiste una Conciencia Divina procedente del Creador, emanación del Eón Sabiduría, la Naturaleza y, consecuentemente, del Pleroma, el Dios Incognoscible. Esa Entidad, esa Conciencia holística que es nuestro verdadero Ser, en el Cristianismo Gnóstico de la Rosacruz, es conocida como “Cristo”; Cristo es lo único importante y la firma del Pleroma en nuestra propia existencia.
Quitarse la Vida supone posponer nuestro verdadero Destino, Regresar al Pleroma, nuestro Hogar Celeste y, por lo tanto, prolongar el suplicio de la adquisición de experiencias en éste mundo de penalidades. Es por ello por lo que éste punto es tan importante de ser recordado, porque la apariencia de finitud y mortalidad nos hace pensar que acabar con la Vida pudiera ser una solución final adecuada; pero, lamentablemente no lo es, y por lo que el suicidio más que arreglar algo, agrava el problema.
Por otro lado, el reconocer nuestra Divinidad y eternidad nos proporciona la fuerza necesaria para seguir enfrentando las vicisitudes de la Vida con valentía y sin miedo al sufrimiento o a la imposible posibilidad de perder la Vida.
Ésta receta de dos ingredientes es lo que hace la diferencia entre el Cobarde y el Héroe; en tanto que alguien que recuerda su eternidad y que no le teme a la muerte es un temerario, que no imprudente, capaz de enfrentar las mayores calamidades con la impronta infantil de que se trata de un simple juego.
La vida es un juego tanto para la hormiga como para el león, también lo es para nosotros.
Y esa es la razón por la que tanto el Chamán y el Rosacruz son niños eternos que no necesitan poseer una gran erudición; en tanto que la Sabiduría del Pleroma los envuelve como la membrana lo hace con su célula.
Recuerda que si perdemos nuestra infancia también perderemos la posibilidad de regresar pronto, en la forma de Cristo, a nuestro verdadero Hogar.
“y Jesús dijo: “En verdad les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos”
(Mateo 18:3)
Frater Aralba R+C
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