“Sacramentos, Consagración e Imposición de Manos“
Preparativos necesarios:
“Preparad, junto a vuestro lugar de meditación, un plato o bandeja con un trocito de pan con levadura, fermentado no ácimo, y un chispazo, chupito, o pequeña cantidad de vino tinto, también, fermentado, no mosto”
Ambientación opcional:
“Podéis encender algunas velas, luz tenue y algún incienso si lo soportáis y tened preparada algo de música apropiada (nada de ésto es obligatorio o necesario, aunque ayuda a preparar un ambiente propicio)”
Actitud ante el Servicio:
“Es importante considerar que nos encontramos ante un acto Sagrado, no un juego, que deberemos de respetar y dispensar con Fe y Amor. Ésta Misa, mi Querido Frater y mi Querida Soror, tómala como un verdadero acto de Oración con Dios”
***
Comienzo:
“Unos instantes de música”
…
…
“Apagado de la música”
“Comienza el Servicio el o la Ministro Oficiante, que, de ser posible, será de diferente sexo que el o la Conferenciante”
—”Paz, Tolerancia, Caritas”
—”Tantum Deo Honor et Gloria-”
—Bienvenidos, Queridos Fratres y Sorores, a éste Día de Oración. Relajaos y meditad acerca del Título de nuestra Homilía de Hoy (Sacramentos, Consagración e Imposición de Manos).
…
“Tiempo de Meditación”
…
“Lee atentamente el Ministro Oficiante”
Versículos bíblicos previos a la Conferencia, Sermón u Homilía:
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”
(Hechos 4 12)
“ Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les serán remitidos; y a quienes se los retuviereis, les serán retenidos.”
(Juan 20 23)
“Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.”
(Mateo 19 5 y 6)
“Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos, y los sanaban”
(Marcos 6 13)
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
(Juan 3 5)
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”
(Juan 15 16)
“Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.”
(Mateo 9 12 y 13)
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,”
(Efesios 5 25)
“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;”
(Mateo 28 18 y 19)
”Y los apóstoles que estaban en Jerusalén, habiendo oído que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan: Los cuales venidos, oraron por ellos, para que recibiesen el Espíritu Santo; (Porque aun no había descendido sobre ninguno de ellos, mas solamente eran bautizados en el nombre de Jesús.)
Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo.”
(Hechos 8 14 a 17).
“Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”
(Lucas 22 19 y 20)
“Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo: –Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados.”
(Juan 29 22 y 23)
“¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.”
(Santiago 5:14)
“Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.”
(Hechos 14 23)
”Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.
(Primera de Corintios 7 10 y 11)
“A continuación se da la Lectura del Sermón y Homilía que leerá el o la Conferenciante”
Sermón:
—El Término “Sacramento” proviene de “Sacramentum” o “Momento Sagrado”. Se comenzó aplicando al juramento que realizaban los soldados romanos como lealtad al Emperador-dios y su Bandera.
—El Término “Consagrar” proviene del Latín “Consecrare” y significa “Hacer Sagrado”. (Sólo Dios puede consagrar mediante sus ministros)
—La Imposición de Manos se utiliza para bendecir; es decir, consagrar; pero también para nombrar o adjudicar algún Cargo, Grado o Poder extraordinario.
La Iglesia Católica estima, bajo su propio Criterio, que existen un total de Siete Sacramentos: “Bautismo, Confirmación, Penitencia, Eucaristía, Sacerdocio, Unción de los Enfermos, anteriormente, extremaunción y Matrimonio”; pero la mayoría del resto de iglesias cristianas sólo asumen dos sacramentos “Bautismo y Comunión (eucaristía)” en tanto que son los dos únicos mandatos categóricos de Jesús que se pueden sonsacar de la Literatura Neotestamentaria; el resto de, supuestos, sacramentos se estima que son decisiones arbitrarias de la Jerarquía Eclesiástica tomadas en concilios y sin tener en cuenta el significado profundo de las escrituras Sagradas. Dicho de otro modo: Jesús ordenó predicar el Evangelio y bautizar a los conversos, así como que se realizara, periódicamente y en su nombre, el recuerdo de la “Última Cena”; pero, a parte de recomendaciones o apuntes, en otras direcciones, no existen otras ordenanzas evidentes; es decir, sacramentos en su sentido etimológico.
Creemos que, ahora sí, ustedes tienen todos los elementos para determinar lo que puede o no ser sacramento o en qué consiste el consagrar alguna cosa o a alguien.
Por otro lado, la Imposición de Manos, con el objeto de bendecir y otorgar algún privilegio es una práctica que se remonta al comienzo de la Civilización, por lo tanto, debemos de tomarlo como un mero ritual porque los seres humanos, en tanto que personas, no poseemos la capacidad de bendecir y otorgar determinados poderes; en todo caso, servir de herramientas o intermediarios de un Poder Superior que para los Cristianos no es otro que Cristo Jesús, el mismo Dios.
Así tenemos que los sacramentos, invariablemente, son sagrados porque todo en el Universo es Sagrado en tanto que, ése todo, procede de Dios y Dios, evidentemente, es Sagrado. En el entorno Cristiano, todos los cristianos bautizados por el Espíritu Santo, no por gracia de algún Obispo o Sacerdote, tienen la capacidad de actuar como apóstoles evangelizadores y, consecuentemente, como ministradores de los misterios menores y de sus sacramentos y bendiciones. En éste sentido estamos hablando del sacerdocio del intermediario Aarón; pero, incluso, en éste caso, tan básico de Ministerio, es necesario que en el Receptor de la Consagración exista una Vocación y aceptación previa, porque no se puede consagrar o bendecir a alguien en contra de su Voluntad.
La Gente religiosa, independientemente de su denominación Cristiana, considera que el “Sacramento” de la Eucaristía como el del Bautismo, son Misterios sin posibles explicación; pero ya hemos visto en homilías anteriores que no existe tal misterio sino una falta de comprensión acerca del Conocimiento de Dios; es decir de la Gnosis.
Ya no sólo durante la Eucaristía que, simplificando mucho, es un mero recuerdo de un acto de Comunión con Jesús en la Última Cena, previa a su cruento sacrificio, sino también con muchos de los eventos relatados en los evangelios, ante la falta de la necesaria información se recurre al Misterio; es decir, la Mente de Dios es incognoscible, “él sabrá por qué son de una determinada manera las cosas y no de otra”; pero, en el caso del ritual de la Eucaristía es Todo tan simple como que vivimos sumergidos en el Éter; es decir en la Esencia que constituye el Cuerpo de Dios. Así, cuando respiramos estamos respirando a Dios, cuando ingerimos alimentos o bebemos líquidos estamos comiendo y bebiendo a Dios, en tanto que Dios se encuentra en todas partes, también en los alimentos y, con la Eucaristía, de una forma simbólica se intenta transmitir dicha Verdad Gnóstica; es decir, Divina.
Así, mediante la imposición de manos, quien bendice, consagra o santifica no es el útil intermediario; es decir, el Sacerdote, Pastor o Ministro Humano, sino él Espíritu Santo que utiliza, dicho Medio, para hacer efectiva la Vocación de quien recibe su Bendición o su Consagración. Evidentemente por mucha imposición de manos que se haga, no podrá ser bendecido un maleante irredento o consagrado, como Sacerdote, algún hipócrita libre de toda vocación, faltó de fé y libre de cualquier tipo de empatía.
Como dijimos en una Conferencia anterior, el Bautismo del Espíritu Santo es el verdaderamente efectivo, mientras que el Bautismo de Agua es un mero recordatorio de nuestra procedencia material y, aún así, tanto el Bautismo (el efectivo) como la Eucaristía (la que se ingiere con humildad, Fe y Amor) son verdaderos sacramentos impartidos, dados, graciosamente, por el Espíritu de Dios.
No caigan en el error de que los Ministros Humanos son una suerte de brujos con poderes especiales. No, de lo que se trata es de ser medios de comunicación afinados entre Cristo, su Ser Interior que es Dios, y la Humanidad que necesita despertar a la Verdad de su Condición Divina dormida y apresada en la Materia.
Cuando hablamos del verdadero Sacerdocio, el supremo y Divino de Melkisedek, solo podemos dirigir nuestra mirada a Cristo Jesús, el único investido con la Capacidad de intermediar entre Dios y los Hombres, nuestro Supremo Sacerdote. Así, el Poder de Dios es Cristo en nosotros; pero cuando ése Poder se transmite a otros se transforma en el Espíritu Santo; pero debe quedarnos claro que no somos nosotros, en tanto que Personalidad, quienes transmitimos alguna bendición, consagración o Poder, sino el Cristo que nos cabalga, Dios que vive dentro de nosotros y, desde luego, eso no sucederá si Cristo no ha despertado y nacido en nuestros corazones. Entonces, esas supuestas bendiciones, consagraciones o transmisiones de poder, quedarían relegadas a ser materia circense o dramatizaciones teatrales sin valor mistérico alguno.
Amén
“Al acabar, el Conferenciante regresa a su sitio”
“Encended la música unos instantes”
…
…
“Apagar la música”
“Prosigue el Ministro Oficiante hasta el final del Culto”
—Oremos, durante unos minutos, respetuosamente, en silencio y los ojos cerrados con Jesucristo, nuestro Maestro y Señor, con el fin de prepararnos para la Sagrada Comunión.
…
“Tiempo de Oración”
…
“Encender la música”
…
…
“Apagar la música”
“El Ministro Oficiante lee atentamente lo que sigue a continuación”
Sagrada Eucaristía:
—Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí
…
(tomad el trocito de pan que tenéis sobre la bandeja y comerlo siendo plenamente conscientes de que se trata, literalmente, del Cuerpo de Cristo)
...
—De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí.
…
(tomad el chupito de vino tinto que tenéis sobre la bandeja y bebedlo siendo plenamente conscientes de que se trata de la verdadera sangre de Cristo).
…
—Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga. De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.”
(1a de Corintios 11 23 a 26)
—Ahora observemos unos minutos de silencio y realicemos otra Oración de agradecimiento.
…
“Tiempo de Oración”
…
“Encender la música unos instantes”
…
…
“Apagar la música”
Finaliza el Oficiante con las siguientes palabras:
—En Luz, Verdad y Amor
—Que las Rosas florezcan sobre vuestra Cruz
—La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
(Filipenses 4 23)
“Encender la música hasta abandonar todos la Estancia”
…
…
Fin
https://igarc.org/index.html