21 mayo, 2025

La Eucaristia




A partir de hoy vamos a cambiar el formato de nuestras reflexiones o exposiciones, para convertirlo en un Acto Sagrado, al que podéis acudir, siempre que lo deseéis, como un medio de ayuda a vuestro crecimiento personal y espiritual.


Preparad, junto a vuestro lugar de meditación, un trocito de pan con levadura, fermentado no ácimo, y un chispazo, chupito, o pequeña cantidad de vino tinto, también, fermentado, no mosto. 




Título: “La Eucaristía”


“Misa/Culto Virtual”


-Con homilía/sermón y Eucaristía-


Es importante considerar que nos encontramos ante un acto Sagrado, no un juego, que deberemos de respetar y dispensar con Fe y Amor. Ésta Misa, mi Querido Frater y mi Querida Soror, tómala como un verdadero acto de Oración con Dios.


Comencemos:


-Cerrad los ojos, durante un instante, relajaos y meditad en el Título de nuestra Homilía. 


-Abrid los ojos y leed atentamente:


Versículos bíblicos previos a la homilía:


“Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad. Pero, si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.”

(1a de Juan 1:6-7)


“Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.”

(1a de Corintios 1:9)


“Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración.”

(Hechos 2:42)


“Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.”

(2a de Corintios 13-14)


“Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada. De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.”

(Marcos 14:22-26)


-Sermón: la importancia, en el Cristianismo, de la Eucaristía o Comunión.-


-”La Eucaristía o Comunión que se celebra, en todos los cultos cristianos, representa el Proceso inverso de lo que sucede en nuestro interior y en donde nosotros alimentamos al Cristo nacido y que crece en nuestro interior. 


La Comunión, para algunas iglesias protestantes, supone un mero recuerdo de un acontecimiento histórico, la Última Cena de nuestro Señor Jesucristo con sus doce apóstoles, antes de ser apresado, juzgado injustamente, martirizado y crucificado. La Comunión es el reconocimiento, mediante un acto rutinario y periódico, de que la Carne y la Sangre Espiritual de Cristo circula por nuestros intestinos y venas.


Nosotros nos alimentamos físicamente para fortalecer nuestros cuerpos que, por otro lado, son el Templo del Señor. Un Templo donde mora Jesús y del cual se nutre para, interiormente, transformarnos en perfectos hijos de Dios. Así, la Eucaristía no es sólo un acto simbólico, sino la recreación, sacramental, de un hecho que se produce, constantemente, en nuestras vidas, el feedback energético con Jesús, en tanto que nosotros, como humanos, nos recargamos alimentándonos con las criaturas surgidas del Éter o Sustancia del Señor, su Cuerpo y su Sangre, mientras que, nosotros, interiormente alimentamos al Señor Dios que crece en nuestro interior con el fin de convertirse en el Emperador de nuestras emociones, tomando el Trono del Corazón y de nuestro Pensamiento, sentàndose en el Trono de la Cabeza y, por lo tanto, gobernando nuestras vidas.


De algún modo, la Eucaristía viene a ser una toma de conciencia acerca de la finalidad de nuestra existencia, dando por sentado que todo lo que tomamos prestado de la Naturaleza, debemos devolverlo. Lo que nos alimenta el Cuerpo, debidamente transformado, será lo que alimente a nuestro Espíritu, en un círculo sin final, tipo ouroboros, y donde lo que nos alimenta procede de aquello a lo que nosotros debemos de alimentar, en un circuito sin fin, mientras dure nuestra existencia en el Mundo.


Así, cuando tomemos alimentos mastiquemos conscientemente mientras que, con la Mente en Oración, los purificamos para que nada dañino y externo contamine el Sagrado Templo donde mora nuestro Señor Jesucristo; porque de ése alimento saldrá aquello que devolvamos al Emperador de nuestras vidas y, de verdad, no queremos alimentarlo con subproductos surgidos de porquería. Mientras más puros sean los alimentos que ingerimos y más conscientemente los digeramos, mediante la Oración, más energía y más pura la recibirá el Ser Divino que crece en nuestro interior.


Así, la Eucaristía, digamos que es como un negativo fotográfico, en el exterior, de aquello que, como positivo, sucede en nuestro interior. Nosotros comemos a Jesucristo, en tanto que comemos su Creación, en tanto que Verbo y el Verbo vive en su Creación; así cada vez que nos alimentamos, lo hacemos de Dios; es decir, literalmente, nos comemos la carne y la sangre de Dios; pero del mismo modo, dentro de nosotros, durante el Proceso de Cristificación es el Señor Jesucristo, nuestro verdadero Ser, el que se alimenta, para crecer, de nuestra Energía Espiritual, de nuestras almas. El final de ése proceso de “canibalismo”, en donde nosotros nos comemos a Dios y el nos come a nosotros, literalmente, la Sagrada y Divina Mariposa del Nuevo Ser, surgirá de ése capullo donde se produce ése acto digestivo y transformador.


Exotéricamente hablando, la Eucaristía puede ser tomada como un mero recuerdo de un acontecimiento histórico y donde nuestro Hermano Jesús nos mostró el Sagrado Misterio del Cristo; pero Esotéricamente se nos muestra, en toda su crudeza, el Proceso alquímico que sucede, durante la Cristificación, previo a la Transfiguración o nuestra conversión en el Hombre Cósmico, mediante el Cristo que mora en nuestro interior”- 


-Oremos, durante unos minutos, respetuosamente, en silencio y los ojos cerrados con Jesus-Cristo nuestro Señor para prepararnos para la Sagrada Comunión…


Abrid los ojos y leer atentamente lo que sigue a continuación: 


Sagrada Eucaristía:


“Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí… 


(tomad el trocito de pan que tenéis sobre la bandeja y comerlo siendo plenamente conscientes de que se trata, literalmente, del Cuerpo de Cristo)... . 


De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí… 


(tomad el chupito de vino tinto que tenéis sobre la bandeja y bebedlo siendo plenamente conscientes de que se trata de la verdadera sangre de Cristo)... . 


Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga. De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.”

(1a de Corintios 11:23-26)


Unos minutos de silencio y oración de agradecimiento…


Y final del Culto


Leer:


”La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.”


(Filipenses 4:23)

https://igarc.org/index.html


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