“El Libre Albedrío”
-Hacer la propia Voluntad es la Ley-
"El primado negativo es una forma de manipulación de los procesos cognitivos cuyo objetivo es crear una reacción de rechazo a la interpretación racional de un suceso cuando ocurra más adelante en el mundo real."
(Internet, créditos a quien corresponda)
Tras leer la breve; pero completa biografía de Andreae, inserta en su pequeño Libro utópico Cristianópolis, editado en Castellano, se nos confirma, plenamente, las sospechas que teníamos de haber sido mal interpretado, el Teólogo de Tubinga, por los posteriores rosicrucianos.
Andreae jamás fue un ocultista, esotérico y Alquimista y jamás lo pretendió, sino un teólogo y pastor protestante obsesionado con una Reforma Protestante que él consideraba inconclusa y que, a su parecer, debía de ser profundizada, que utilizó el método literario de la Metáfora para exponer sus ideas heréticas y de forma anónima, cosa que se observa en sus “Bodas Químicas” de 1605 (publicada en 1616) como en “Cristianópolis” (1618). Cosa que, en verdad no se llegaría a realizar, hasta el renacimiento de la Rosacruz en nuestros días.
Se confirma, también, su íntima relación con el Pietismo alemán, recuerden el Misticismo Luterano Protestante y, también, una sincera admiración por la antigua herejía Valdense, hoy confundida, de forma interesada, tras el nombre de cátaros; es decir, Andreae más que un Cabalista, y Alquimista esotérico fue un pastor Luterano bastante ortodoxo y que no pretendía otra cosa que la Reforma Protestante no cristalizara y continuará un proceso revolucionario en busca de las fuentes del Cristianismo Original. Y bueno, esa es la labor que, hoy en día, se ha propuesto nuestro "Colegio Invisible de la Rosacruz" para hacer ver al Movimiento Rosacruz como algo no ajeno a la Reforma Protestante, sino más bien como algo tangencial, vinculándose, íntimamente, no solo con la Tradición Evangélica Luterana sino también con la Pedagógica que, con tan buena fortuna, continuara su confeso Discípulo Jhon Amos Comenius.
Durante todos los años que llevamos, públicamente, trabajando el Tema de la Rosacruz, hemos mencionado que el “Libre Albedrío” de los seres humanos es algo sagrado y sí, podríanos decir que es la Ley suprema, una Ley pisoteada constantemente por intereses personales y que algunos como Crowley, con su Ley de Thelema (“Hacer tu Voluntad es toda la Ley”, “Amar es la Ley, Amor bajo la Voluntad”) y, por supuesto, los movimientos ácratas o anarquistas que, independientemente de su ateísmo inherente, han sabido ver la importancia que posee la libertad, no solo de pensamiento, sino también de acción que necesitamos los seres humanos para desarrollar nuestras ideas y a nosotros mismos, con Plenitud.
La lectura de Cristianópolis, para nosotros, ha resultado instructiva en muchos aspectos; pero también decepcionante, aunque debemos de tener en cuenta la época en la que se escribió y de su mentalidad inherente. Todo está bien; pero se presenta como una “Dictadura” y cualquier Dictadura va en contra de la sagrada Ley del “Libre Albedrío”. Toda la utopía que se exponga puede ser bella y comprensible; pero pierde todo su valor en el instante que se trata como una imposición que, de no cumplirse lleve castigos implícitos y aquí no tratamos de la supuesta severidad de los castigos, sino del propio hecho de la obligatoriedad impidiendo cualquier tipo de disensión.
La Dictadura Social, Política e Ideológica ocupan el mismo papel que las doctrinas inamovibles, los dogmas, en el ámbito religioso; en tanto que el Dogma es como una puerta cerrada para nuestra Mente, en tanto que impide que podamos especular e investigar por dichos restringidos caminos intelectuales.
Desgraciadamente, básicamente por seguridad común, los seres humanos vivimos en colectividad y, con el transcurso de las edades, hemos tenido que crear determinadas normas de convivencia; pero, en lugar de haber instaurado unas pocas normas básicas, razonables y necesarias, éstas se han ido incrementando hasta crear, alrededor de los seres humanos, una suerte de jaula intelectual que lo maniata y que impide que pueda desarrollar su actividad con plena libertad.
Os voy a poner como ejemplo al extraordinario fotógrafo Henry Cartuer Bresson, cuyas instantáneas son parte importante de la Historia de la Fotografía. Pues bien, hoy esas instantáneas podrían ser motivo de denuncia ante los juzgados por violación de la imagen personal y contra el derecho a la intimidad. Así, los fotógrafos de hoy en día tienen que lidiar con tales normas y pedir permiso a los viandantes para poder ser fotografiados y, como ustedes comprenderán, la magia de la instantánea puede darse por perdida.
A cada paso que damos, las personas conscientes, vemos como no solo tenemos poca libertad sino que tenemos que andarnos con pies de plomo para hacer o decir determinadas cosas y que podrían volverse contra nosotros. En definitiva, los seres humanos hemos perdido nuestra libertad individual en bien de, dicen, de la seguridad colectiva.
Así nuestro Mundo está lleno de engaños como la Democracia que, proféticamente, supo ver tan bien el filósofo Griego Platón. La supuesta libertad que vivimos no es más que un juego de espejos que como en un laberinto nos atrapa en un pequeño espacio que pareciera más amplio; pero que para una conciencia despierta supone opresión y ansiedad.
El mayor atentado que se puede hacer contra los seres humanos es cohartarles su libertad individual, independientemente de las excusas utilizadas para implementar tales cadenas invisibles.
La coacción de la Libertad; es decir, del Libre Albedrío es una importante fuente del Mal, en tanto que el Individuo, sistemáticamente y por naturaleza, se rebela contra cualquier tipo de ataduras y falta de libertad personal. Una cosa es que, por obligación, se tengan que aceptar todas las normas y otra, muy diferente, que el Individuo, por convicción acepte unas normas básicas de convivencia.
En el Cristianismo Rosacruz, como tan bien indica Andreae, se traduce en: “Haz a los demás aquello que te gustaría que te hicieran a tí y no hagas a los demás aquello que te gustaría que no te hicieran a tí” y ya; es decir, “la libertad de cada uno acaba cuando entra en conflicto con la libertad de otros”. Es por ello que la libertad total del Libre albedrío solo es aplicable al Individuo solitario y ermitaño que viva lejos de la Sociedad; en tanto que, en comunidad, los conflictos de intereses se encuentran asegurados y la libertad individual debe de ser restringida en bien de la convivencia en comunidad y esa imposición de normas, independientemente de cómo se la denomine, no deja de ser otra cosa que una simple y mera “Dictadura”, dictadura creada por la Comunidad que oprime al Individuo impidiendo que pueda desarrollar, de forma natural, su derecho al “Libre Albedrío”.
La Rosacruz moderna aboga por la ácrata posición de defender el Libre Albedrío en la Figura de Thelema, creada por el Maestro Terión: Aleister Crowley: “Hacer tu Voluntad es toda la Ley”; ahora bien, de eso se desprende la plena responsabilidad del Individuo, en tanto que sí, puede hacer su voluntad; pero si los hechos son contrarios a las normas de convivencia, debe de responsabilizarse de haber hecho uso efectivo de su Libre albedrío y pagar las consecuencias.
Lo cual nos vuelve a demostrar que, en modo alguno, podemos ser libres, en tanto que a cada paso debemos de estar autocensurando nuestra propia libertad para no entrar en conflicto con la libertad de los demás.
Así, queda la denominada como Ley de Thelema como una suerte de situación ideal y utópica; pero que no puede ser llevada, en las actuales condiciones, a la práctica como tampoco pueden ser llevadas las ideas anarquistas, en tanto que entran en confrontación directa con las normas promulgadas por los Estados en defensa de sus intereses y privilegios.
En definitiva, solo la Persona Ignorante y Tonta puede tener una cierta sensación de libertad personal; pero la Persona despierta es consciente de que la libertad no deja de ser otra cosa que una utopía ilusoria de imposible desarrollo en nuestro Mundo, tal y como se encuentra establecido. Para sentir esa Libertad, inherente al Ser Humano, sería necesario que todos estuviésemos sumidos en un permanente Estado de Meditación y entonces sí, podríamos hablar de una sensación de “Libertad Interior”; en tanto que nuestro estado interior es inviolable y, en tanto que privado, no puede entrar en conflicto con nadie, salvo que se manifestars hacia el exterior de forma visible y tangible.
Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España, vía su A.M.L. “Rosa Mística”; Linaje: Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer