“Conservador VS Liberal”
-La desvergonzada costumbre de etiquetar-
No, no os apuréis, en ésta ocasión no vamos a hablar de política, solo de lo que significan éstas palabras en el lenguaje común.
Una persona conservadora, en el sentido que aquí comentamos, es aquella que mantiene un respeto extremo por las convenciones sociales que ha heredado de sus padres y de la sociedad, mediante su estudio o aprendizaje de la infancia (adoctrinamiento).
Una Persona Liberal, sin embargo, es aquella que se encuentra abierta a superar dicho respeto al convencionalismo social heredado; es decir, encontrarse dispuesto a modificar su visión de la Vida, según los nuevos descubrimientos científicos o tendencias filosóficas más racionales.
Así tendremos que la Persona Conservadora es más cuadrada; es decir, menos receptiva a los grandes cambios sociales que otra Liberal que es más abierta y flexible o tolerante.
Ahora bien, debemos de hacer notar que el Conservadurismo y el Liberalismo, en el sentido que estamos tratando, poseen sus límites; es decir, cualquier Conservador, medianamente inteligente, se encontrará abierto a cambios razonables que estén avalados por el Conocimiento científico confirmado. Así, por ejemplo, alguien que en su día aprendiese que la Tierra es Plana y que todo el firmamento gira en torno a la tierra, estará dispuesto a cambiar su visión cuando se le haya demostrado, científicamente, que la Tierra es redonda y que no es el centro del Cosmos.
En ese sentido, podríamos afirmar que, por ejemplo, la Iglesia Católica es tradicionalista, en tanto que se mantiene férrea a sus postulados heredados; pero se adapta bien a los cambios de paradigma a los que nos obliga la Ciencia, tales que los astrofísicos o los biológicos, mediante el Darwinismo; por el contrario, podemos encontrarnos con los tradicionalistas fundamentalistas y que podemos encontrar en muchas religiones, los cuales, por muchas evidencias científicas, se encuentran tan férreamente adoctrinados, que jamás estarán abiertos al mínimo cambio.
Por el contrario, el Liberalismo (no confundir con el progresismo, cuyo móvil es el cambio por el cambio) es de una Mente más abierta y dispuesto a cambiar sus paradigmas no inmutables, como sí suele suceder en el tradicionalismo conservador.
El Liberalismo posee un gran respeto por la Tradición en su contexto histórico; pero, a sabiendas de que, en cualquier momento, tras nuevos descubrimientos científicos, ésta podría quedar relegada al archivo del Pasado y sin algún remordimiento por certificar su definitivo fallecimiento.
En el Liberalismo tradicionalista, la Tradición posee una importancia meramente histórica y como punto de partida para nuevos descubrimientos que aporten mayor soporte a las ideas básicas sobre las que se asienta la vida y la sociedad.
Las sociedades gnósticas, tales que la Rosacruz, pertenecen a éste Movimiento Liberal Tradicionalista, en contraposición a las religiones de carácter Conservador de la Tradición, por muy obsoleta y rancia que sea. La Gnosis, en tanto que Conocimiento de lo Divino, siempre es consciente de las limitaciones humanas para interpretar la Realidad y, por lo tanto, siempre se encuentra abierta a aceptar aquellos paradigmas que aporten los nuevos descubrimientos, ya sean científicos o históricos, mediante la Arqueología.
La Gnosis es consciente de que la matemática, la aritmética y la geometría, a pesar de ser Ciencias Exactas, solo son, nada menos, herramientas para el Estudio de nuestro Entorno variable, siempre sujeto a cambios y modificaciones, tanto ambientales como de criterio.
Pero, para la Gnosis, a pesar de su Esencia Liberal, también existen bases inmutables que tanto el tiempo como la experiencia, individual y colectiva, han corroborado. Así existe una Razón basada en las leyes de la Física y de la Naturaleza que no deberían, así lo estima la Gnosis, Ser modificadas; no ya, por una cuestión de sentido común, sino de pura supervivencia. Como ejemplo de ello pondremos la necesidad de la pervivencia de la Especie Humana a pesar de conocer que la Procreación es el Pecado Original, en tanto que estamos en el Mundo con el propósito, en tanto que seres Medicina, de cerrar o finalizar la Obra Cósmica y si nuestra Especie desapareciera, esa bajada de telón no podría completarse. Por lo tanto, el gnóstico, en tanto que Liberal, no se ajusta a la fanática idea de la reducción o eliminación de la Población percsé; sino que, conociendo la problemática, mantiene un ten con ten con la Naturaleza, en donde el gnóstico prefiere no procrear; pero sin que su decisión suponga la extinción de nuestra Especie; no al menos, hasta que el proceso de finalización cósmica se haya completado.
El Liberalismo no es una huida ciega hacia adelante, como sucede con el Progresismo, sino un Caminar sin parar; pero con pies de plomo y de manera racional, sabiendo el significado que tenga cada uno de los pasos dados.
Mientras que el Tradicionalismo Conservador de la Religión es estático y despojado de todo tipo de evolución, el Tradicionalismo Liberal de la Gnosis está abierto a experimentar todos los caminos que fuesen necesarios para encontrar la Verdad del Hombre y, así, responder a las preguntas trascendentes que se realiza la Humanidad, con el fin de ayudar a completar su Destino.
El Liberalismo de la Gnosis no está abierto al cambio por el cambio, que es algo sujeto a las modas cambiantes, como sí sucede con el progresismo; pero sí a ese otro cambio que fuese requerido para que el Estatus del Mundo permanezca en equilibrio y que no conlleve a su degradación y posterior destrucción; en tanto que esto último debe de producirse de forma gradual para que todo Espíritu fragmentado pueda llegar a ser partícipe y protagonista del Teatro de la Vida, sin que se quede fuera; en tanto que eso sería inviable, dado que aún fragmentado, el Espíritu es un Todo y Uno indivisible; es decir, nada ni nadie puede quedar fuera de un único y común Destino; pero para alcanzarlo, no podemos quedarnos en el Conservadurismo inactivo de la Religión fundamentalista, sino que debemos de subirnos al carro del Liberalismo activo de la Gnosis que procede de nuestro Interior y que, sin embargo, nos rodea y permea a todo el Universo.
Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España, vía su A.M.L. “Rosa Mística”