“Disidencia controlada”
-Religión, sectas y Masonería-
El Sistema es, según los gnósticos, perverso y está diseñado para impedir, por todos los medios, el crecimiento espiritual del Ser Humano; dicho de otro modo, el Mundo conspira, siempre lo ha hecho, contra la Humanidad.
La primera y fundamental Disidencia controlada ha sido la Religión con su infinidad de sectas.
Mediante la Religión los Estados son capaces de controlar a grandes masas de personas y evitar que los individuos díscolos, antisistema, pudieran sublevarse y causar graves problemas al Sistema imperante.
A nivel de grandes marcas comerciales, existe la política de favorecer, interiormente, el surgimiento de otras marcas que, hasta cierto punto, les hagan la Competencia; es una forma de mantener a la Competencia controlada. La Disidencia controlada funciona del mismo modo.
¿Como se puede detectar la Disidencia Controlada?
Es muy fácil, a medio y largo plazo, de saber si algo es Disidencia controlada si nos fijamos en su patrocinio y difusión o en la facilidad en su surgimiento y expansión sin que los medios represivos del Sistema lo impidan; pero, a muy corto plazo es bastante complicado de detectar, en tanto que la disidencia parece muy evidente y el Sistema, siempre, tarda algún tiempo en reaccionar.
Como siempre, para prevenir males mayores, no diremos nombres ni pondremos ejemplos concretos, ya sea en los ámbitos de la Política, de la Religión o del Esoterismo y organizaciones fraternales; pero, en tanto que, todas, son organizaciones que llevan, como poco, décadas entre nosotros es fácil determinar si son o no Disidencia controlada.
En primer lugar, nos fijaremos en su facilidad o dificultad de expansión y cuál es su alcance a nivel mundial.
Evidentemente, ninguna Disidencia controlada es secreta y éstas se encuentran registradas en los archivos policiales del Estado, con el fin de controlar su posible deriva y que no se les vaya de entre las manos.
Las disidencias controladas son favorecidas, sobre las verdaderas disidencias que son reprimidas de mil y una maneras, en su expansión, permitiendo su difusión mediante los sistemas publicitarios convencionales, medios de comunicación especializados y alternativos; así como por la edición de publicaciones, libros y revistas, mediante editoriales de gran prestigio o ediciones en formato de lujo y asequibles mediante librerías y grandes superficies. Un Best Seller siempre será una Disidencia controlada.
Ahora serán nuestros lectores los encargados de navegar entre el entramado de organizaciones y publicaciones con el fin de detectar si, en su camino, surge la disidencia controlada.
La Disidencia controlada se suele manifestar de una forma muy atractiva y lógica; es decir, el manifiesto disidente es evidente; pero esa, supuesta, Disidencia también conlleva los necesarios grilletes para que no desborde y se mantenga en un espacio y tiempo controlados, independientemente de que dicha disidencia controlada tenga que expandirse en el espacio y prolongarse durante generaciones en el Tiempo.
Por regla general la Disidencia controlada, al estar bien vista, por el Estado y las corporaciones de la Élite tienen facilidad para financiarse y abrir sucursales por todo el Mundo, sus publicaciones son fáciles de conseguir y el acceso a su membresía no solo es sencilla sino también publicitada a los cuatro vientos y favorecida sin impedimentos burocráticos.
La Disidencia controlada, así, mantiene a ralla a una importante cantidad de la Población que descontenta, de no existir, pondría en graves aprietos a la Sociedad establecida, el Sistema y sus gobiernos; es decir, a los Estados nacionales, supranacionales o corporativos.
La Disidencia controlada suele utilizarse, por las corporaciones privadas que conforman la Élite, como ariete para infiltrar a las sociedades díscolas y provocar, en su seno, disturbios conducentes a su modificación, disolución, cambio o control.
Allá donde veáis lujo, publicidad, demagogia, facilidad de movimiento o connivencia de los medios del Sistema, tened por seguro que hay Disidencia controlada.
La Disidencia controlada se da en el ámbito político con el surgimiento, de la nada, de nuevos partidos políticos intentando encauzar el descontento de una parte importante de la población.
Así, tras una profunda crisis, suelen surgir organizaciones, con mensajes demagógicos y de rápido crecimiento y difusión, tened por cierto que nos encontramos ante una Disidencia controlada.
En el ámbito religioso sucede lo mismo cuando se produce el descontento de una importante cantidad de personas respecto a los comportamientos de los ministros religiosos de las grandes religiones oficiales. Bajo esas circunstancias suelen surgir sectas de rápido crecimiento, con mensajes siempre demagógicos, y una difusión publicitaria lujosa y bien financiada.
Las organizaciones esotéricas y fraternales no se encuentran libres de la Disidencia controlada y, generalmente, su fin es mantener, a ralla, a una serie de individuos que, al contrario que la generalidad, se mueven en ámbitos restringidos y muy concretos; dicho de otro modo, no son muy numerosos; pero cuya inteligente acción puede hacer mucho daño al Sistema imperante si se descontrolan, dado que se mueven por entornos definidos; pero muy vulnerables.
La Masonería y el Rosacrucismo, por ejemplo, no se encuentran a salvo de la Disidencia controlada; pero para nuestros amigos, siempre, con la ayuda de los criterios aquí expuestos, será muy fácil detectar cuando podamos encontrarnos o no, ante una situación de Disidencia controlada.
Si no existe Disidencia controlada, la pertenencia a determinadas organizaciones puede convertirse en complicada o, simplemente, imposible. Su difusión y publicitación, así como la pertenencia serán de una gran dificultad y su registro ante los medios de Seguridad del Sistema inexistente; en tanto que la verdadera Disidencia siempre se mueve al margen de las leyes del Sistema.
La Disidencia verdadera, por sus complicaciones, suele ser incómoda, al contrario que la controlada que suele ser cómoda aunque no deje de ser otra cosa que una prolongación natural de la Prisión que supone el Sistema. En un Sistema Disidente real, la libertad de expresión y acción no solo se encuentra asegurada sino que es incentivada, al contrario que en un Sistema controlado, donde todo está catalogado y definido; es decir, nadie puede salirse de los límites establecidos existiendo una serie de doctrinas y dogmas inamovibles que a modo de un tarro tapado controlase el salto de unas pulgas de feria.
Ahora ya tienes abiertos los ojos ante la Disidencia controlada. Depende de tí, observando tu entorno cercano y alrededores, el decidir salir del control de esa inexistente Disidencia que te mantiene atado al Sistema con invisibles grilletes; pero más resistentes que el acero.
Frater Aralba R+C
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