“Grados de espiritualidad y Átomo Simiente”
-Todo, repetimos, todo es Espíritu-
Pleroma: “La Plenitud, origen de Todo”
Nous: “La Mente Primigenia”
Éter: “Materia Primaria”
Podemos determinar, con exactitud matemática, que solo existe un Único Dios que lo abarca todo y de cuya Esencia, todo lo visible y tangible, así como lo Invisible e intangible está constituido.
Ese Único Dios, por denominarlo de una forma religiosa, los gnósticos lo conocían como el Pleroma, un Algo preexistente, eterno e Inmortal cuya Mente se manifiesta mediante su Esencia “corporal” o Éter.
El Pleroma, el Nous y el Éter conforman una única Cosa indivisible; es decir, todo es lo mismo, aunque los filósofos humanos lo dividieron con la intención de comprender, lo mejor posible, aquello a lo que denominaban como el Dios primigenio por el cual y del cual todo lo existente, visible e invisible, había surgido.
Para los antiguos griegos no existía diferencia alguna entre Mente y Espíritu; por lo tanto, podemos afirmar que Dios no solo es la Mente Primigenia sino el Espíritu Universal, todo una misma cosa, no lo olviden.
La Esencia del Pleroma, de Dios y, por lo tanto del Espíritu Eterno o Mente Universal, es el Éter, una Sustancia Primordial que podría asimilarse, científicamente, a lo que los físicos denominan como el Vacío Cuántico; es decir, ese lugar aparentemente inexistente que la Religión identifica con la Nada, y de donde surgen, como fantasmas, todas las partículas subatómicas que conforman átomos, moléculas y cuerpos, ya sean etéreos o consistentes, inertes o animados; es decir, con Alma.
Entonces, si todo es Espíritu ¿Qué lugar ocupa, en éste escenario, aquello que los Rosacruces conocen como “Átomo Simiente” o “Átomo Chispa de Espíritu”.
Digamos que, en nuestro Universo, todo Espíritu se encuentra inerte, no muerto dada su eternidad, sino más bien latente o dormido cumpliendo las funciones automáticas que los arcontes, como perros ovejeros, dirigen para que el Mundo sea como es y no de otra manera; entonces, ¿qué es y donde se encuentra ese Átomo Simiente consciente del que hablan los Rosacruces?
Contestando a nuestra propia redundancia diremos que el Átomo Chispa de Espíritu, fuente del Cristo o Maestro Interior, no pertenece a éste Mundo ni se encuentra en éste Mundo; pero sí que mantiene, aquí, una suerte de reflejo o imagen que se encuentra poderosamente unido, mediante una singularidad o agujero de gusano, con el Pleroma o Espíritu Universal primigenio.
Todas las cosas y todos los seres son meros reflejos ilusorios de ideas reales existentes en la Mente del Pleroma. Algunos de esos seres y objetos manifiestan un porcentaje muy elevado de su espiritualidad, nunca toda, en nuestro Mundo de los efectos, otros seres y objetos manifiestan, dentro de ese mismo Mundo de los efectos, una cantidad insignificante, siempre algo, de ese Espíritu cuya mayor parte permanece en el Pleroma; pues bien, el Átomo Simiente o Chispa de Espíritu Divino, en tanto que imagen o reflejo del Pleroma, personifica a la parte del Espíritu que el Sujeto y Objeto mantiene en el Pleroma, fuera de la burbuja existencial del Eón, donde se ubica nuestro particular Universo tetradimensional.
Digamos que todos los espíritus que vivimos en el entorno degradado del Universo, no poseemos conciencia real de nuestra situación existencial, apenas un pequeño deja vu, o intuición de nuestro magnificente y preexistente origen. Ese reflejo del Pleroma que es el Átomo Chispa de Espíritu se encuentra, como hemos dicho, durmiendo e inactivo, en éste Mundo, no en el Pleroma y lo que hay que hacer para activar la conexión activa es sintonizar el reflejo del átomo chispa de espíritu con su Espíritu que habita en el Pleroma.
Para que esa activación sea posible se requiere de ciertas condiciones ambientales y espirituales. En primer lugar, existe una corriente energética procedente de los agujeros negros y de los centros estelares que comunican con el vacío cuántico del Pleroma. Esa energía se transmite entrelazada mediante los denominados rayos cósmicos y, especialmente, mediante las partículas conocidas como neutrinos.
Los rayos cósmicos producen una tupida tela, semejante a la de una araña, que atraviesa, sin dificultad, cualquier cuerpo físico por denso que fuese; pues bien, esa energía está codificada para que cuando entre en contacto con un reflejo de la chispa de Espíritu, ésta despierte y muestre, en el Mundo, de forma progresiva, el propio Espíritu del Pleroma, esa Cosa o Entidad espiritual que denominamos como Cristo.
Bien, ya conocemos cómo se transmite la Gnosis, con la información de Despertar, desde el Pleroma a nuestro Mundo y hemos identificado lo que es la Partícula que hay que despertar para que tome conciencia de su espíritu en el Pleroma. Ahora nos toca descubrir el ¿Por qué no se encuentran todos los centros espirituales del Universo, sus reflejos, activados?
Esos centros durmientes o chispas de espíritu aletargadas se encuentran atrapadas dentro de una estructura tan dura como el acero, resbaladiza como el aceite e impenetrable como el plomo y que constituye algo así como una suerte de capas consecutivas de cebolla y que se conoce como Ego o Personalidad. Aunque los neutrinos son capaces de penetrar en toda materia, cuando entran en contacto con una estructura como ésta, simplemente resbalan refractándose como un rayo de luz penetrando en el agua e impidiendo que pudiera activar al Átomo Simiente.
En definitiva, para que se entienda, la solución viene en deshacer esa estructura de capas de cebolla que conforma la personalidad; pero ahora viene la pregunta del millón ¿Quién o qué cosas pueden hacerlo; es decir, ponerle el cascabel al gato? No hay otro, tiene que ser la propia Personalidad.
Ahora bien, ella, en principio desconoce el problema y aunque lo conociera, tampoco sabe cómo actuar para proceder a deshacer esa estructura que envuelve al átomo chispa y que lo impide florecer y convertirse en esa majestuosa Rosa del centro de la Cruz que representa al Cuerpo y por lo que se asimila al Átomo Chispa Simiente con el Corazón Humano, concretamente con el ventrículo izquierdo; pero eso solo es un símbolo y como tal debemos de tomarlo.
Quienes despiertan a la Verdad son los encargados de transmitir, a la Personalidad, el Conocimiento de la Verdad que contiene la Gnosis; es decir, que es ella misma y su constitución la que impide que el Espíritu pueda tomar el control de su Vida y es entonces, sólo entonces, cuando la Personalidad ha tocado fondo y techo, es que de forma voluntaria y consciente comienza su búsqueda de la Verdad, al mismo tiempo que la “capa de acero, aceite y plomo” se va desvaneciendo paulatinamente hasta que llega al punto de permitir que las partículas cósmicas, procedentes del Pleroma, contacten con el reflejo del átomo chispa de espíritu activándolo.
Visto todo lo anterior, el proceso pudiera parecer bien simple; pero lamentablemente tiene un punto débil, la propia Personalidad, la cual, es muy complicado que se de cuenta de cuál es el Problema, no es tan inteligente como ella se cree, ni tiene la más mínima intención de desarmarse eliminando esas capas de cebolla que impiden que el detonador de la Chispa de Espíritu pueda ser detonado por algunos de los neutrinos, cargados de información, procedentes del Pleroma.
Para que ésto suceda, como ya hemos mencionado, es necesario que la Personalidad se rinda y baje sus defensas, tras haberse dado cuenta de que no tiene otra solución, cuando se encuentre muy experimentada y haya comprobado, por sí misma, que no hay ninguna otra salida que la rendición y pasarle el testigo a alguien más poderoso que él.
Cuando ésta situación se da, la personalidad entra en pánico y se abre como una fruta madura mientras clama al Cielo por ayuda. Eso es lo que en la Religión se conoce como arrepentimiento sincero y solicitud de ayuda a Dios.
Solo bajo esa debilidad de la Personalidad es que la Señal de despertar, procedente del Pleroma, podrá penetrar hasta el Corazón, detonar el reflejo de la Chispa de Espíritu y permitir que este reflejo del Pleroma entre en resonancia electromagnética con la radiación Cósmica y permitiendo la sintonía y recepción del mensaje.
Un mensaje que servirá como activador del Proceso Rosacruz de Cristificación y conducente a la Transfiguración.
Un proceso en el que la Personalidad se irá trasvasando hacia la recién activada Chispa de Espíritu, en todo el sentido de la Palabra; dicho de otro modo, la Personalidad alimentará, con su propia Esencia, al recién nacido, permitiéndole que se siente en el trono del corazón primero para después darle acceso, ya maduro y convertido en Cristo, al Trono de la Cabeza; desde donde reinará sobre todo el Ser y sus siete cuerpos, habiendo sido la Personalidad asimilada por completo, tanto su información o memoria como su propia conciencia. Así podrá decirse que se ha completado el Proceso de Cristificación y nacido un Hombre Nuevo.
Un Hombre Nuevo, Ave Fénix, preparado para despegar de éste Mundo y volar, libremente, hacia el Pleroma.
Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España, vía su A.M.L. “Rosa Mística”