14 junio, 2024

La Muerte en diferido

 “La Muerte en diferido”


-Los otros suicidios-

Para nosotros, os lo aseguro, no es plato de buen gusto tocar éste Tema; pero no nos queda más remedio que hacerlo, dada la tremenda confusión que existe acerca del suicidio y de sus terribles implicaciones a nivel espiritual.


Hasta ahora hemos tratado acerca del suicidio convencional; es decir, los aceptados, como tal por la Sociedad como despeñarse, tomar venenos, cortarse las venas o pegarse un tiro en la cabeza por poner solo unos pocos ejemplos; es decir, aquellos que, supuestamente, acaban con la Vida de una forma instantánea o lo más rápida posible.


Dijimos que quitar la propia Vida es el Pecado Imperdonable contra el Espíritu Santo; en tanto que, con dicho acto, la propia Personalidad se impide, a sí misma, la posibilidad de un arrepentimiento que pudiera redimirla de su acto cometido; es decir, un asesino puede redimirse si se arrepiente de sus actos porque su Personalidad aún está viva; pero un suicida, tras su acción, su Personalidad desaparece sin la posibilidad de remisión alguna. No, no se trata de que Dios sea un Ente Cruel y sin empatía, sino que la propia Personalidad, debido a su sagrado libre albedrío, impide que esa redención pudiera ser posible tras acabar con su vida; en tanto que el suicidio es un acto irreversible; dicho de otro modo, no se puede rebobinar, no tiene vuelta atrás y es por ello, nos debe de quedar muy claro, del por qué es el único Pecado Imperdonable, el cometido contra el Espíritu Santo: El quitarle al propio Espíritu nuestro, la posibilidad de seguir teniendo experiencias hasta que se cumpla lo escrito en el Libro del Destino; o sea, hasta que nos llegue la hora predeterminada. Desde luego, otra Alma, tomará nuestro relevo en una nueva encarnación; pero ten por cierto que ya no serás tú, sino otra Persona.


Pues bien, a parte de los suicidios directos y que se cumplen en un periodo de tiempo muy corto, también existen los otros suicidios, los diferidos y que son consecuencia de un prolongado proceso autodestructivo debido a la falta de Amor propio. Sería un suicidio diferido, por ejemplo, tomar substancias, del tipo que fueren, a sabiendas de que nos hará daño y terminará con nuestra vida de forma prematura: tomar alcohol también, fumar, consumir drogas…; pero también mantener, conscientemente, relaciones tóxicas e incluso actividades sexuales o de otro tipo, de alto riesgo sin un objetivo altruista para con nuestros semejantes; es decir, no es lo mismo la muerte accidental de un bombero que intenta, por el bien común, apagar un incendio que alguien que se enfrenta con la muerte por mero placer, debido a la adrenalina, o intentando descubrir sus limitaciones como alguien que se dedica, por deporte, a la escalada o al submarinismo a pulmón abierto. En estos casos se cumple el Dicho “Tanto se lleva el cántaro a la fuente que se termina rompiendo”


No es el fín último, la muerte, lo que determina el suicidio diferido, sino el proceso previo al objetivo. Alguien que fuma sabe, a ciencia cierta, que de no dejarlo terminará muriendo por ello, aunque, exteriormente, intente sugestionarse de que a él no le pasará dado que hay gente que fuma y llega a centenaria; del mismo modo que el deportista de altísimo riesgo se escuda en una cierta estadística; “Caray, no voy a tener tan mala suerte de que me toque a mí”


La única ventaja que tienen los suicidios diferidos respecto de los suicidios “instantáneos”, es precisamente el tiempo que transcurre desde que comienza el intento inconsciente de suicidio y su final. Ese tiempo es crucial para arrepentirse de lo que se está haciendo: dejar de fumar, dejar de beber, de drogarse o abandonar los estúpidos deportes de alto riesgo; abandonar al psicópata o la psicópata de turno que está acabando, de forma aplazada, con tu vida…


No vamos a extendernos más; pero es necesario que entendáis que el “Pecado contra el Espíritu Santo” no solo es el suicidio rápido; sino también el diferido, medita sobre este asunto para ver si pudieras encontrarte en ésta situación, y si lo estás, lo mejor que puedes hacer es abandonar esos vicios o prácticas que son contranátura y van en contra de la Vida. Porque en cualquier momento, la Parca nos puede hacer una visita y, quizá, ya sea tarde para poder arrepentirse y regresar al buen Camino, el de la Vida.


Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España vía la A.M.L. “Rosa Mística”  


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