“La Iglesia Verdadera”
-La Iglesia o Iglesias de Dios-
Es importante determinar la importancia que tiene tanto el singular como el plural en éste contexto, del mismo modo que sucede en el Árbol de la Vida en donde “Sephira” es cada una de las esferas que lo componen y “Sephiroth” son cada una de las “Sephira” cuando nos referimos al conjunto del Árbol. Así se dice “La Sephira Kether y no el Sephiroth Kether” del mismo modo que se dice “El Árbol de los Sephiroth y no el Árbol de las Sephira”
Con lo anterior, interpretado mediante un lenguaje moderno, podemos entender que el Árbol es una suerte de Holograma “Los Sephiroth” Universal constituido por una serie de hologramas particulares “La Sephira”
Así sucede, también, con la Palabra Iglesia en relación al Templo de Dios, donde mora Cristo, en el Hombre y que es las “Iglesias” o en relación a la Unidad indisoluble del Templo Universal de Dios que es la “Iglesia”
“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”
(Mateo 16:18)
Así, éste versículo mal interpretado por casi todas las iglesias, en una conversación íntima de Jesús con Pedro, no le está diciendo que Él, como Individuo, será el responsable y cabeza visible de la Iglesia Universal de Cristo y que al final del Tiempo conformará la figura del Hombre Cósmico, Adám Kadmón; sino que Él Pedro, como futuro Templo individual de Cristo, tendrá que edificarlo sobre la Piedra Bruta que es Él, una de esas muchas iglesias que conformarán la única Iglesia Universal. En éste sentido el Término “Iglesias” puede ser intercambiado con el de “Templo del Espíritu Santo”, así como los lugares geográficos de reunión de los cristianos también se denominan como “Iglesias”; pero estando supeditadas a la única “Iglesia” que no posee un lugar de asentamiento geográfico concreto sino que, siendo Invisible, se encuentra en todas partes o allí donde se encuentren más de dos reunidos en nombre del Mesías Salvador; es decir “Cristo Jesús”
“Sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo,”
(Efesios 4:15)
La Iglesia de Cristo, la única y verdadera, se puede distinguir por sus características intrínsecas, Verdad y Amor, y de llevar a Cristo a la cabeza como baluarte principal; es decir una Iglesia no sería verdadera si el Amor, la Verdad o Cristo, todos o cualquiera de ellos no estuviesen presente en ella. Un lugar donde se imparten mitos y mentiras inventadas jamás podrá ser la verdadera Iglesia de Cristo. Un Lugar donde no se practica la empatía y la Caridad (Amor), jamás podría ser la verdadera Iglesia de Cristo y, por último, un lugar donde se realizan ofrendas y sacrificios a santos, ángeles o vírgenes (idolatría), donde Cristo no ostente la supremacía absoluta, no podrá ser jamás la verdadera Iglesia de Cristo.
“La religión (la unión de Dios con el Hombre) pura y verdadera a los ojos de Dios Padre consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas en sus aflicciones, y no dejar que el mundo te corrompa.”
(Santiago 1:27)
Así, la Iglesia de Cristo no solo debe de ser un Santuario frío y marmóreo del Espíritu Santo, sino un lugar de Trabajo, mientras exista en el Mundo; un lugar de Trabajo por el bien, sobre todo, de los afligidos y necesitados. La Iglesia de Cristo, mientras tenga que permanecer en el Mundo, no podrá ser otra cosa, no solo un lugar de recogimiento y adoración, sino una fuente de Altruismo y Filantropía verdaderos; es decir de Amor hacia el exterior.
Así las cosas, todo Hombre que invoque el Nombre de Cristo; es decir, que lo lleve grabado a fuego en su corazón, practique la bondad y se conduzca por el Camino de la Verdad, será un verdadero Cristiano y considerado como un genuino Templo del Espíritu Santo; dicho de otro modo, una de esas incontables iglesias que, como un minúsculo holograma, conformarán ese Holograma único y Universal que es la “Iglesia de Cristo, la Iglesia de Dios”
No debemos juzgar a nadie, ni señalar si es o no Cristiano o sí forma o no parte de la Iglesia de Cristo, en tanto que solo Dios conoce el interior del corazón de los hombres. Todo lo que aquí contamos no es para que se utilice como una herramienta de juicio externo sino interno; para que, cada uno, en nuestro interior juzguemos si nuestro hacer o pensar es de un verdadero Cristiano o sí aún nos queda mucho trabajo para seguir puliendo la piedra bruta que somos; es decir, una de esas iglesias o templos que, plantados sus cimientos, apenas ha comenzado su construcción.
Un Trabajo en ciernes, no te apures, no puede mostrar la magnificencia y belleza de un Trabajo concluido. No te encierres en el pesimismo de verte retrasado sino que dirige tu mirada hacia el nuevo golpe de martillo sobre el cincel que golpee tu Piedra y sigue visualizando al Hombre o Mujer, Cristiano, que realmente quieres, o deseas ser. Seguro que Cristo, el Dios que mora en tu corazón, cumplirá tus deseos si cumples con el Amor, la Verdad y, muy importante, mostrar a Cristo, dar testimonio de Él, sin avergonzarte, exteriormente a tus semejantes.
Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España vía su A.M.L. “Rosa Mística”