“Transmutación Alquímica/Transfiguración Crística”
-Del Opus Magnum Espiritual-
Éste Artículo es una ampliación del Resumen, acerca de la Alquimia, que nuestros alumnos podrán encontrar en uno de los capítulos de “Rosacruz Luces y Sombras” en el Grado 1° (Celador). Abrimos ésta Reflexión ante la gran demanda, insistente, para que toquemos el Tema de la Alquimia.
No es por gusto nuestro; en tanto que entendemos que, la Alquimia en el Proceso Crístico dirigido a la Transfiguración del alma-mortal en Alma- Espíritu Inmortal, es un mero sistema para ilustrar, con lo material, aquello que se produce en el ámbito espiritual.
A nuestro entender existen tres tipos de Alquimia:
1.- La Alquimia Operativa; que podemos afirmar, sin equivocarnos, que es antecesora de la Química actual. Ésta Alquimia estaría desprovista de cualquier connotación espiritual.
2.- La Alquimia Espiritual que sólo tendría, en común, con la Alquimia Operativa, la nomenclatura del Proceso alquímico operativo; es decir, el alquimista espiritual carece de un laboratorio operativo en el que poder procesar elementos químicos. Se trata de una Alquimia completamente Espiritual y que los rosacruces conocen como “Proceso de Cristificación, conducente a la Transfiguración del Alma.
3.- La Alquimia Espiritual/Operativa, en la que el Alquimista lleva, en paralelo, ambos procesos; es decir, posee su Laboratorio de Alquimia Operativa donde lleva a cabo sus procesos químicos, mientras que, de forma coordinada y simultánea, se produce una Transmutación Alquímica, de carácter espiritual, en el propio Operador. Así, para el Alquimista, la consecución de la Piedra Filosofal, el Oro alquímico y el Elixir de la larga Vida, va emparejada a su transfiguración del Alma.
Como acabamos de decir, en la Alquimia Rosacruz, al menos la de nuestra Vía personal, la Segunda vía, la Espiritual, es la que compete a la Fraternidad de la Rosacruz actual. Eso no quita para que, en otros momentos de la Historia, los Rosacruces, no fueran alquimistas de Laboratorio; es decir, Operativos.
Existen tres principios, en la Alquimia, el Mercurio, el Azufre y la Sal; estos principios se corresponden, respectivamente, con el Espíritu, el Alma y el Cuerpo; es decir, estos tres elementos son básicos e imprescindibles, debiendo de estar contenidos, los tres, en el Proceso Alquímico. No existe, en el Proceso Crístico, prácticas que no tengan en consideración a algunos elementos de estos principios. Así, tanto el Cuerpo como el Alma y el Espíritu deben de encontrarse, en todo momento, presentes.
Se trata de un error muy común, entre los buscadores, abandonar el Cuerpo a su suerte y centrarse solo en los elementos más volátiles; es decir, espirituales, como el Alma y el Espíritu.
Los cuatro procesos de la Alquimia se denominan como “Nigredo” (Tierra, Seco), representado por el Cuervo; “Albedo” (Agua, Húmedo), representado por el Cisne blanco; “Citrinas” (Aire, Frío), representado por el Águila Bicéfala y “Rubedo” (Fuego, Caliente), representado por el Ave Fénix; siendo por ello que al Proceso Alquímico se lo denomina el Proceso del Nigredo al Rubedo.
Aquí se nos ilustran los cuatro grados esenciales en el Proceso de Cristificación: El Nigredo se corresponde con el Toque del Espíritu, necesario para comenzar el Camino. El Albedo no es otra cosa que la Iniciación; es decir, cuando el Buscador se enfrenta al Guardián del Umbral y tiene su primer encuentro con Cristo, su Maestro y Señor. El Grado de Citrinas se produce cuando Cristo ocupa el Trono de las emociones en el Corazón y el de Rubedo, simbolizado por el Ave Fenix, se desarrolla al final de todo, cuando Cristo toma posesión, además del Trono del Corazón, del Trono de la Cabeza, la Mente y los Pensamientos, finalizando así el Proceso Crístico que habrá desembocado en la Transfiguración del Alma mortal en una Alma Inmortal.
“Por otro lado, tenemos la Quinta Esencia, Éter o Quinto Elemento, del cual, todos los otros elementos están formados y que es necesario para poder realizar el Proceso de Transformación o Transmutación.”; se trata de la Esencia de Dios y que lo constituye todo. Es gracias a ésta Quinta Esencia que la transformación de unos elementos en otros es posible. Depende del Éter el que un Elemento sea uno u otro. De hecho, la Chispa Divina es Éter puro.
Esa Quinta Esencia de la Alquimia, en el Proceso de Transfiguración, no es otra cosa que ese Cristo que antes de nacer en el Corazón del Aspirante a Cristiano-Rosacruz se encuentra sólo latente, como dormido en una suerte de capullo etérico, arropado por ingentes capas de Personalidad; de hecho, es éste Elemento, la Quinta Esencia de Dios, la que puede comenzar, desarrollar y finalizar el Proceso Crístico de la Transfiguración del Ser Humano; de otro modo, de la transmutación de un Ser impuro, imperfecto y mortal, en otro Hombre Nuevo, puro, perfecto e Inmortal
Para ello, además de los componentes esenciales se utilizan los denominados como componentes alquímicos, que son los elementos añadidos para que el Proceso de transmutación se pueda desarrollar; así, tenemos:
Amoníaco de sal, Salmisc: (Cloruro de Amonio).
Aqua Vitae: Elixir de la Eterna Juventud; derivado del lixiviado de la Piedra Filosofal. Se habla también de las propiedades del Rocío mañanero.
Amalgama: Procedimiento utilizado para obtener algún metal de un mineral en bruto.
Cinabrio: (Sulfuro de Mercurio) 85% de Mercurio, 15% de Azufre.
Vitriolo: Sulfato cristalino del que se obtiene el Ácido Sulfúrico.
Estos elementos mencionados son la representación de las pruebas y experiencia de la Vida; es decir, según la Alquimia Espiritual Rosacruz, nuestro Mundo es el Atanor, el Horno alquímico, que va a hacer posible los procesos de transmutación en el Crisol del mundo; es decir, la vasija, la Vida, donde se va a desarrollar el Proceso. Los elementos señalados que deben de ir añadiéndose al Crisol calentado por el Atanor, no son otros que las experiencias vitales, ya sean cargadas de felicidad o de sufrimiento; es por ello que para el Rosacruz, la Vida es el Proceso Iniciático que se desarrolla en el Laboratorio (Templo) del Mundo.
El Proceso Alquímico está dividido en siete pasos muy específicos:
1.- Respecto del Cuerpo Denso. Purgación y Calcinación: En donde los minerales en bruto son separados, entre sí, los elementos puros, metales, de la escoria. Éste Proceso se realiza mediante calentamiento forzado, a muy altas temperaturas, mediante el que se purifican determinados elementos puros separándolos de los impuros.
Es lo que decíamos, no sirve comenzar desde lo espiritual hacia lo espiritual. Debe de ser el Hombre con su parte más grosera y su parte más espiritual, el que debe de ser introducido, al completo, en el Crisol para que el Atanor del Mundo realice su trabajo eficaz. No sirve meter en el Crisol los metales ya limpios y purificados, sino que deben de ser los minerales, en bruto, que contienen los metales con su correspondiente escoria o impurezas que, en el proceso será desechada; de otro modo, la Persona íntegra con sus virtudes y defectos. Defectos que se irán puliendo con las experiencias vitales y virtudes que se irán fortaleciendo conforme a la práctica.
2.- Respecto del Cuerpo Etérico. Solución o Disolución y Cibación: (Solve et Coagula), se trata de un proceso repetido de disolver y volver a coagular, hasta que se obtiene un producto más puro y perfecto que el anterior.
Éste es un Proceso que se dá, constantemente, durante el Proceso de Vivir. Las experiencias dolorosas nos hacen caer para, a continuación, tener que aprender. Haciéndolo tantas veces como fuese necesario hasta que el Elemento se encuentre preparado para la siguiente Prueba del Proceso.
3.- Respecto del Cuerpo de Deseos. Separación y Putrefacción: Se trata de separar lo conseguido de valor del resto de productos desechables.
Llega un punto, en el Proceso Iniciático, en donde toca desprenderse, por una suerte de centrifugado, de esos defectos que nos acompañan y que son obstáculos para continuar el Proceso Iniciático. Así, lo que no se encuentre lo suficientemente purificado, frecuencialmente hablando, es dejado atrás para que el Proceso pueda ser llevado a cabo de una forma, cada vez, más liviana; así, hasta que nos hayamos desprendido de toda la escoria de los egos que nos acompaña.
4.- Respecto del Cuerpo Mental Concreto. Conjunción y Congelación: Se trata del final proceso de coagulación, donde se unen los opuestos conformando el producto que será semilla del producto final.
Desprendidos esos desagradables compañeros de viaje, ahora toca hacer recuento y comprobar con aquello positivo que contamos; pero sin desmerecer los opuestos. Aquí no se trata de buenos y malos, de luz y oscuridad o de virtudes y defectos. Aquí, de lo que se trata es de rescatar lo mejor de todos nuestros mundos, los siete planos de existencia; pero también de la parte femenina y masculina que los conforma, hasta alcanzar la unidad del Uno que posee en sí la quinta Esencia de lo masculino y de lo femenino de todas las dimensiones por las que nuestros siete cuerpos discurren.
5.- Respecto del Cuerpo Mental Abstracto. Sublimación o Exaltación: En donde mediante procesos específicos se transforman unos elementos en otros, el proceso alquímico en sí.
Llegados a éste punto, unidos ambos polos, se debe de ser consciente que el producto final de todo el Trabajo no puede ser otra cosa que algo nuevo y diferente y que es la suma de todas las sinergias producidas en los pasos anteriores.
6.- Respecto del Cuerpo del Espíritu Humano. Colmamiento o Multiplicación (Fermentación): Conseguir la saturación del elemento puro buscado; es decir, sublimado.
Ahora lo conseguido, por fermentación se debe de agrandar y multiplicar, como le sucede a la masa de pan a la que se le ha añadido levadura y se introduce en el horno. Ahora no solo tenemos lo mejor de los siete mundos sino, también amplificado en poder; pero sobre todo en Amor.
7.- Respecto del Cuerpo del Espíritu Divino. Fijación y Proyección: Fijar el elemento volátil obtenido, por el proceso de saturación, en un sólido inalterable a la modificación por el fuego; es decir, la consecución de la Piedra Filosofal.
Aquí se acaba el Proceso; en tanto que todo lo grosero, pesado y de vibraciones bajas fue dejado atrás y solo queda lo que ya no puede ser mejorado, pues su purificación es total. Su nivel de vibración ya no puede ser elevado; en tanto que se ha alcanzado el límite de la perfección y de la bondad. Así, se ha procedido a perfeccionar lo imperfecto y a convertir al Hombre grosero, con todas sus imperfecciones, en el Hombre Filosófico que, al final del Proceso, ha podido alcanzar el Oro de los Filósofos y el Agua que otorga la Eternidad a los rosacruces. Ése Cuervo Negro del comienzo, ha pasado por las etapas iniciáticas del Cisne Blanco, y del Águila Bicéfala hasta alcanzar, tras su muerte entre cenizas, resurgir transmutado en la forma del Fénix, el Pájaro de Fuego y que representa el estado más elevado del Espíritu.
Con el el Proceso Alquímico se pretende transformar lo grosero en perfección y que está representado por la transformación del plomo en oro. Así existen, tradicionalmente, siete metales de mayor impureza a mayor pureza y que representan los siete cuerpos del Hombre y que deberán de ser refinados, en sus planos, mediante el séptuple procedimiento alquímico:
1.- El Plomo, influido por el Planeta Saturno. Saturno es el Plano existencial del Tiempo, donde se desarrolla la experiencia tridimensional y temporal de los seres humanos. Saturno es el Jefe y más grande de los arcontes que están encargados del Gobierno del Mundo. En éste Grado debemos de luchar contra las tentaciones del Cuerpo y cuyo Arcontes no es otro que el Príncipe de éste Mundo.
2.- El Mercurio, influido por el Planeta Mercurio. Mercurio-Hermes es el Arconte que gobierna sobre el Cuerpo Vital y el encargado de transmitir la información de los planos superiores hasta los inferiores. Sin el Cuerpo Vital, el Cuerpo Denso no tendría posibilidad de movimiento, nutrirse, crecer o reproducirse.
3.- El Estaño, influido por el Planeta Júpiter. En el Plano regido por el Arconte Júpiter reside la personalidad o Ego Humano. Una personalidad cuya naturaleza es mortal; pero que lleva consigo el germen de la inmortalidad, en tanto que el Corazón, no solo es la Sede de las emociones humanas, sino también el receptáculo donde reside el Eterno Dormido, aquel que la Personalidad, durante el Proceso Iniciático, está encargada de despertar.
4.- El Hierro, influido por el Planeta Marte. Marte es el Arconte que rige sobre la Mente Concreta. La Mente Concreta pertenece, junto al Cuerpo de Deseos, al Alma mortal; pero supone el punto focal desde el que son transmitidas las radiaciones emitidas desde los planos del Espíritu. De algún modo, es la Mente Concreta la que crea una suerte de coraza de acero sobre la Quinta Esencia del Hombre Inmortal que vive, durmiente, en el interior del Corazón, atrapado en el Mundo de las emociones.
5.- El Cobre, influido por el Planeta Venus. Venus es el Lucero del Alba, Lucifer, el Arconte del despertar. Venus es la Patrona de la Fraternidad Rosacruz, cosa que queda evidente al final de las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz, en donde nuestro Gran Hermano Mayor termina quedando como Celador de los aposentos de Afrodita o, también, como Guardián de los misterios de Isis. Venus es el Arconte protector del Mundo del Pensamiento Abstracto que, aún siendo Sede del Alma Superior, pertenece al triple Plano del Espíritu.
6.- La Plata, influida por la Luna. La Luna es el Arconte director del Plano del Espíritu Humano, la Segunda mirada del Alma Inmortal del Ser Humano. Ella, como espíritu reflector, recibe la Prístina Luz del Siguiente Plano, el Espíritu de Dios.
7.- El Oro, influido por el Sol. El Sol no es algúm Arconte, es el Demiurgo Creador del Sistema Solar y, por lo tanto, del Mundo donde se desarrolla la Humanidad. El Sol, el Demiurgo es el Logos representante del Eón Sophía en nuestro Universo. Es de donde procede nuestra Chispa de Espíritu Divino, esa Quinta Esencia etérica e inmortal que, rescatando la memoria y conciencia de todos los planos inferiores deberá de transmutar lo mortal en inmortal y elevar al Hombre Viejo, tras su muerte y purificación, mediante el fuego, a la Inmortalidad representada por las ígneas llamas de esa Ave inmortal que es el Fénix. Fin del Proceso de Cristificación conducente a la Transfiguración o resurrección del Alma.
Después de lo expuesto, mantenemos nuestra postura. Es normal que en tiempos de oscurantismo, control, tortura y muerte, la herejía del Cristianismo Gnóstico antiguo tuviese que esconderse, encriptado, en las ciencias del momento, ya fuese la Alquimia en Europa, la Cábala entre los judíos o el Movimiento Sufí entre el Mundo Musulmán; pero hoy en día no es necesario, pues se puede hablar abiertamente de éstos temas. No obstante, era necesaria ésta reflexión con el fin de atender a la curiosidad de las buenas gentes que nos siguen.
Para finalizar, sería importante que revisarán la Lección del Primer Grado, referente a la Alquimia, donde de forma resumida; pero desde otro punto de vista, infórmanos sobre éste asunto.
Frater Aralba R+C