“¿Existió Christian Rosenkreutz?”
-La pregunta del millón-
Pero yo me preguntó: ¿Qué importancia trascendental tiene el que pudiera haber existido o solo sea un símbolo de su tiempo?
De Sócrates conocemos bastante; pero no por lo que él escribiera, sino por lo que sus contemporáneos Platón, Aristófones, Jenofonte y Aristóteles escribieron acerca de Él. De Apolonio de Tiana solo existe una fuente de información y se trata de una extensa biografía del Sofista Filostrato, por lo que, al no existir una información cruzada y contrastada, no podemos afirmar que “La Vida de Apolonio de Tiana” no deje de ser otra cosa que una Obra de Ficción como lo es nuestras “Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz.
Con el Tema de Jesús de Nazaret sucede otro tanto de lo mismo, al no existir mención del Personaje fuera de los libros canónicos o alguna anotación forzada en el Trabajo del Historiador Flavio Josefo que, por otro lado, no es que sea muy fiable ni imparcial. Es curioso como en esa Época, ya sí con posterioridad, en el Talmud Judío no se menciona al tal Personaje; cosa que, por otro lado, habría sido lo lógico dada la influencia que se le da a Jesús en los evangelios psinópticos; pero ¿quienes somos nosotros para llevarle la contraria a prestigiosos filólogos e historiadores?; además, no es de nuestro interés proporcionar carnaza a los seguidores de la Religión Atea.
Lo importante de Jesucristo, como sucede con Cristian Rosentkreutz, no es si existieron o dejaron de existir sino el mensaje de sus palabras, la Enseñanza Espiritual contenida en sus relatos.
Jesús o como se hubiese llamado, en verdad, predicó el Amor incondicional, una “rara avis” nunca antes vista hasta ese momento. Eso de amar a tu enemigo y ponerle la otra mejilla a quien te agreda no es que fuese algo común entre las personas, no de aquella época ni de ninguna otra.
Pero lo importante, tanto de la Obra de Jesucristo como de Christian Rosenkreutz son su ejemplo de Vida; en tanto que ambos, aunque de diferente modo, nos muestran de forma clara el Camino de la Cristificación. Bien lo entendió Tomas de Kempis, un eclesiástico pre Rosacruz, cuando escribió su “Imitación de Cristo”; en tanto que, cuando intentamos imitar el ejemplo que nos proporcionó Jesús, mediante el Trabajo de los evangelistas, estamos realizando nuestro propio “Vía Crucis”, la Vía de la Cruz y que no es otra cosa que la Cristificación conducente a la Transfiguración o Salvación del Alma, la Suprema Metamorfosis.
La diferencia de Cristian Rosenkreutz con Jesucristo, es que al primero nos lo muestran mediante una Metáfora o Alegoría; que no es otra cosa que un medio literario para entregar una información un tanto velada para que pueda entenderse; pero, al mismo tiempo, pasar la terrible censura de su época.
En realidad poco importa que hubiesen o no existido personajes tan relevantes, en su figura, como Sócrates, Apolonio de Tiana, Jesucristo o Cristian Rosenkreuz; lo importante es el mensaje contenido en sus biografías.
Centrándonos en el Caso que nos ocupa, Cristian Rosentkreutz, es una suerte de compendio de diversos personajes que vivieron en una Época muy determinada, la frontera entre la Alta Edad Media y el Renacimiento; podríamos dar nombres como Copérnico, Galileo, Leonardo…, cosa que ya hemos realizado en otros momentos; pero eso, ahora, no es lo importante sino la Idea Principal:
Durante la Edad Media, aunque les pese a los más revisionistas, a la Humanidad de la Antigua y Vieja Europa, se le robó su Cultura Clásica intercambiandola por una suerte de dogmática Doctrina enlatada, la Religión del Cristianismo Oficial de Roma, de fácil consumo y más fácil control “El Cristianismo de Pedro y Roma”.
La imposición de aquella Religión construida para mayor gloria del decadente Imperio Romano, vació de contenido todas y cada una de las mentes de todos sus súbditos, llenándose con una cultura de la Muerte tétrica y oscura; es por ello que, algunas veces, se conoce a tal Época como “la oscura Edad Media”. Un largo periodo comprendido entre los siglos V y XV; nada menos que “Diez Siglos”, “Mil Años” del secuestro de la verdadera identidad de los ciudadanos europeos.
El contacto entre el Cristianismo y el Islám supuso que a esa anciana y decrépita Europa medieval regresara una parte importante de aquella Cultura de la Grecia Clásica que se le había sustraído y eso, nada menos, es lo que supuso la llegada de esa nueva Época del Renacimiento. Y bueno, ese Episodio tan importante de la Humanidad: El regreso a Europa de su Cultura usurpada, es lo que de forma metafórica se relata en la “Fama Fraternitatis” con su relato de los viajes a Oriente de Cristian Rosenkreutz y su posterior retorno a Europa cargado de un profundo nuevo Conocimiento que, sin embargo, era tan Antiguo y nuestro.
Era un Conocimiento nuestro, de Occidente; pero arrebatado por la fuerza del Fanatismo religioso y que fuese preservado por una Cultura Oriental, el Enemigo, el Islam. Gracias a ese Amor que tenían por la Cultura Antigua es que el Islám preservó, como en un congelador, nuestra Arcana Tradición de Occidente y que no es otra cosa que el Gnosticismo Neoplatónico, heredero natural de la antigua filosofía Griega, un Cristianismo auténtico y que fuera corrompido por el Imperio para mayor gloria propia, impidiendo que la Gnosis pudiese llegar, para bien, al común de los mortales.
Eso es lo que verdaderamente significa Christian Rosenkreutz, el retorno al oscuro Mundo del medievalismo romano, de la Luz de la Filosofía del Mundo Clásico de Grecia y que, previamente, fuese cocinado en los Templos de los Misterios en Egipto.
Así, el Rosacrucismo es profundamente Cristiano; pero también, profundamente Científico, en tanto que la Rosacruz no es otra cosa que una mera representación de la Gnosis Cristiana primitiva, antes de que fuera secuestrada, manipulada y enlatada tras los rituales y dogmas de una nueva Religión. Religión que no pretendieron sus primitivos seguidores.
Eso es lo que representa la Legendaria Figura de nuestro Padre Fundador, el Retorno a Europa de la Luz de la Verdad. La “Luz en las Tinieblas” Tinieblas de la Oscura Edad Media que duró todo un milenio. El Lema de los antiguos Valdenses “Lux in Tenebris”, la Luz en las Tinieblas resplandece.
Lástima que la llegada de esa Luz de la Antigua “Edad de Oro de la Humanidad”, cargada de Sabiduría, provocara que algunos de los individuos se rebelaran contra su Religión abrazando el Ateísmo; es decir, se produjo una suerte de rebote debido al resentimiento y el odio de haber estado cegados, a la fuerza, por tanto tiempo; pero la Rosacruz viene al encuentro de todas esas almas perdidas para decirles que entiende su proceder; pero que ese proceder es equivocado. Como dice el Refrán Castellano “Lo Cortés no quita lo Valiente” porque se nos haya descubierto que lo negro es la falta de luz no significa que tengamos que irnos al extremo de lo blanco, ya que hay un montón de colores intermedios. Ese Arco iris multicolor es lo que intenta mostrar la Rosacruz a la Humanidad y que huyamos de ese maniqueísmo Dualista del bien contra el Mal, de la Luz contra la Oscuridad; en tanto que el Mal y la Oscuridad son entelequias sin posibilidad de existencia. Todo es Luz y el negro también la contiene aunque nuestros ojos no estén diseñados para observarla. El bien se encuentra en todo, pues la Luz de la Verdad no puede ser algo malo, solo que nuestra limitada comprensión no está capacitada para ver el bien que se encuentra en ese inexistente Mal.
El Ateísmo como esa oscuridad absoluta o el Mal son meras entelequias. Nuestra mera existencia es la prueba tangible de la existencia de Dios. Jesús nos trajo el único Mandamiento del Amor y Cristian Rosentkreutz que la Ciencia Gnóstica de Cristo es el único Camino hacia la Salvación del Ser Humano, de la Humanidad e incluso de la totalidad del Cosmos.
Claro que existió y existe Cristian Rosentkreutz en todos y cada uno de nosotros, a modo y manera de Cristo. En unos más visible y en otros más oculto. Solo es cuestión de que lo permitamos salir a la luz para que nos muestre su inefable Conocimiento, el Conocimiento nunca aprendido de la Gnosis. un conocimiento que ha venido con nosotros y que siempre ha estado a nuestra entera disposición.
Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A., vía su A.M.L. “Rosa Mística”; Linaje: Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer
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