29 abril, 2012

Tercer Grado, "Práctico", Primera Orden, Colegio Invisible de la Rosacruz

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Añoranza

Desde las intrincadas y agrestes colinas de las montañas, podían contemplarse los más insólitos paisajes de majestuosa e inhóspita belleza. El día era soleado y una ligera brisa acariciaba las verdes praderas del valle. Tan sólo el aletear de algún abejorro o el breve murmullo del viento, al frotar las suaves hojas de los castaños y los arbustos del monte bajo, introducían alguna distorsión en la belleza sinfónica del silencio natural. 
En otras ocasiones, cuando escalaba las escarpadas cumbres, de repente era sorprendido por alguna tormenta veraniega. El espectáculo era sobrecogedor, pues el cielo se oscurecía como si hubiera fenecido el Astro Rey. La insólita furia de un fuerte ventarrón arrastraba todo a su paso y, por precaución, no quedaba más remedio que resguardar nuestra persona bajo las cornisas, entre las grietas de la salvaje montaña. 
En dichas situaciones, el silencio callaba y la incontinente furia tomaba su merecido relevo; pero todas esas cosas las amaba, pues formaban parte de la madre naturaleza y además, demostraban ser indicio de que la vida bullía por todas partes.
Pero Hoy, la tranquilidad es lo que impera a mi derredor; y quieras que no, algo de añoranza me embarga. La melancolía nos corroe el Alma y el miedo al gris aburrimiento es lo que nos motiva, de nuevo, a salir de paseo por las laderas de nuestra bella y cercana montaña. 
Todo, todas las maravillas que me rodeaban eran el sobrenatural aliciente que me impulsa, todas las mañanas, a incorporarnos del lecho con una sonrisa en los labios y cantando interiormente, a modo de alabanza, procurando sintonizar con la partitura de la música de las esferas.
Eso es lo que escribo, en el presente; pero en realidad, todo ello no es más que puro romanticismo caduco y fuera de su tiempo. Soy un romántico hasta la médula. Que le vamos a hacer. De hecho, en cierto modo, interior o externamente todos somos un poquito así. La ilusión mueve nuestras vidas; pero amigos míos, cuando nos invade la tristeza y nos acosa la enfermedad, la soledad, o la muerte se asoma a nuestras vidas, ¡Ah!..., entonces no nos acordamos de los bellos momentos vividos, pues el dolor y el sufrimiento nos lo impide.
Quizá, todo lo anteriormente dicho, me haya conducido a las puertas de una humilde meditación:
Los momentos bellos y de aparente felicidad son fugaces aunque, sin embargo, nos quedan grabados en el corazón como si de una venenosa flecha se tratara. Si intentásemos arrancárnosla, con la intención de no sufrir, el dolor más indescriptible nos desgarraría hasta convertirse en un tormento de insoportable eternidad.
Estoy convencido, en el fondo, que todo ello no es más que el efecto producido por una causa tan antigua como el propio Tiempo. Alguien, que no somos nosotros; pero que sin embargo vive enquistado en nuestro interior, cuando aún tenía consciencia, grabó en nuestros genes la belleza de un mundo perdido e ignorado en el presente.
Esa Verdad es recordada, de forma subliminal en lo más profundo y recóndito de nuestro interior, cuando algo semejante toma forma ante nuestros sentidos naturales.
Puedo llegar a sentirme como prisionero de una escafandra. Esta me impide percibir la brisa y no puedo disfrutar la fragancia floral. Tampoco oigo el celoso canturreo de los pajarillos; pero puedo vislumbrar, gracias a la transparencia del cristal, el movimiento de las ramas de los árboles, contemplar el bello color de las flores que se atraviesan en mi caminar de primavera, y muchas cosa más...
No sé si soy capaz de explicarme. Algo, más fuerte que yo, me impulsa a intentar salir de la dolorosa coraza que me aprisiona y que envuelve al Ser en una noche tenebrosa de eternidad indefinida. Necesito sentir las cosas en toda su plenitud y pureza. Necesito conocer la Verdad. Conocer la Belleza.  Lo intento una y otra, y otra..., y otra vez; pero no lo consigo.
Pasa el tiempo y mi voluntad no ceja. Entonces la terrible obsesión por el disfrute de lo desconocido se me hace insoportable. Debo salir de aquí, como sea, y buscar ayuda entre mis semejantes. En dicho pensamiento encuentro el germen de una horrible verdad. Todos se encuentran en la misma situación; pero además, algunos se lo toman con tal parsimonia que no tienen ningún interés en sentir lo que yo intuyo que se podría sentir.
Durante toda nuestra vida, hemos buscado los medios necesarios para poder romper la prisión que agobia nuestra natural inquietud.  ¿Por qué busqué tras la opaca transparencia de la máscara? ¿Por qué no se me ocurrió buscar en nuestro interior? ¿Por qué no traté de leer lo que mi código genético procuraba hacerme ver?
Ahora puedo entenderlo. Introduzco mis enguantadas manos en un amplio bolsillo del férreo traje y allí encuentro una simple y humilde llave. Tan simple como retirar el casco y el cielo y la tierra vienen a mi encuentro con su simplicidad, frescura y belleza.
Lo primero que se me ocurre es que debo mostrárselo a los demás y así lo intento. Iluso de mí. Mis más oscuros pensamientos son realidad. Nadie me cree. Ningún ser humano quiere quitarse la escafandra porque piensan que si lo hacen morirán. De mí tan sólo piensan que soy un loco.  Después de lo acontecido me entra una gran congoja que inunda con abundantes lágrimas mi triste mirada. Se me nubla la vista y me encuentro, de nuevo, viendo el mundo tras la opaca distorsión glandular.
Ahora tengo que encontrar aquello que un día hallé y que por un falso amor perdí. Pero esta vez no seré tan ingenuo y procuraré no compartirlo con el Mundo hasta que no nos encontremos, tanto él como yo preparados.
Ojalá, amigos lectores, todo fuera tan sencillo... ¿verdad?; pues todo esto no es más que una metafórica alegoría de lo que muy bien podría ser el sentimiento de la Verdad. La Verdad que esconden nuestros genes desde antes de la formación de la primera célula terrenal.  También podría ser que no encontremos palabras para expresar la belleza que nuestro corazón, espiritual, debió sentir en algún momento de su eterna existencia; cuando por un casual, entrara en contacto con algo sublime y amorosamente celestial.
Quizá os esté y me esté mintiendo.
- Es posible que así sea amigo –algunos me dicen, pero si fuese verdad lo que nos has contado..., entonces merecería la pena arriesgar nuestras vidas, tan sólo, para comprobar que la felicidad derivada del auténtico Amor puede existir. Ese Amor podría ser la Verdad escondida que nos dirige como individuo, como especie y como parte solidaria de todo el Universo hacia un destino que todavía nos es velado.  Quizá no debamos intentar arrancar la flecha que antaño nos fuera clavada, sino hundirla más profundamente en nuestro corazón.

*













Quinto Grado "Adepto Menor", Segunda Orden, Colegio Invisible de la Rosacruz

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La Heptarquía Mística

El sistema de numeración humano está compuesto de 10 números, igual al número de dígitos de nuestras dos manos. El sistema binario, conectado/no conectado es el que usan las máquinas para poder comunicarse entre ellas y con nosotros mediante los traductores adecuados.

Del mismo modo, el Pleroma y su manifestación en el Multiverso tiene su propio sistema de numeración, el heptadecimal o heptarquía, compuesto de siete números y que en su conjunto contiene a todos los demás en su interior. La Iluminación es el Traductor universal.

La suma de los números 1+2+3+4+5+6+7=28 el dos de la dualidad masculino femenino y el ocho de la eternidad, donde 2+8=10 el 1 primigenio y la nada, respecto a la materia de nuestro plano actual, que es todo 1+0=1 De dicho modo vemos como toda lo existente está contenido en el 1, principio de todo y corona del compás.

El 1, como no puede ser de otro modo, representa el principio espiritual del pleroma que se refleja sobre la nada que se encuentra dentro de sí mismo dando lugar al 2 de la manifestación natural. Del Padre el 1 y de la Madre el 2 - 1+2=3 surge el Hijo que no deja de ser el círculo simbólico que contiene al resto de conjuntos y subconjuntos y que es preexistente, desde antes de la emanación junto con el padre y su reflejo, la madre de cuya unión surge el auténtico creador, el 3.

Es este tres el que, de su emanación, surgen todos los elementos de la naturaleza y sus estructuras y pilares fundamentales. El Creador del Multiverso, sin ser, propiamente dicho, el Pleroma, sino su manifestación, sin embargo es el primer súper-Eón, Adam Kadmón,  responsable de todo lo que hubo tras la primera explosión, todo lo que hay, en la actualidad, en permanente expansión y todo lo que dejará de ser cuando la expansión se frene, el ouroboros deje de vomitarse sin fin y comience a fagocitarse hasta regresar con todo lo creado en una silenciosa implosión puntual al mundo original, llevando consigo, en su seno, todas las experiencias tomadas de este plano de existencia materio-energética y en el que actualmente nos movemos.

Dentro de este escenario reflejado por la unicidad del Ser Original y dirigiendo la orquesta de los grandes demiurgos constructores, a cuyo mando laboran obedientemente una multitud de arcontes, se construyó primero el macrocosmos el 5 y que muchos confunden con el auténtico cielo, aunque no sea eterno ni infinito si que es inabarcable. El cinco cósmico también representa al hombre natural, al original Golem de arcilla que vendría a ser la vasija que contuviese parte del espíritu de los eones de Adam Kadmón el 6. Cada Ser Humano, cada ser consciente del Universo, microcosmos,  es un reflejo semejante al macrocosmos, así como el macrocosmos lo es  de la propia divinidad o Pleroma.

Una vez que el escenario levantó el telón y el perpetuum móvile de la interpretación celestial se puso en marcha, el único vínculo que quedaba del Pleroma con sus propias partículas en este plano experiencial fueron los rayos electromagnéticos de la Metanoia. Uno de ida y el otro de vuelta. Medio de comunicación por el cual será posible, en algún momento, parar la rueda del Mundo y que Todo regrese a su origen primigenio, de donde todo surgió, y así poder comenzar, de nuevo, en un peldaño más elevado a nivel de interpretación celestial.
Sumando los números celestiales, el 1 de la unicidad, el 3 de la trinidad y el 7 de la heptarquía nos da 11 cuya reducción nos lleva al 2 de la dualidad. Lo cual nos dice que aún siendo la divinidad una unidad trina, Padre y Madre e hijo, su manifestación siempre es dual 1+3+7=11=1+1=2; por otro lado, la suma de los cuatro números relacionados con la materialidad, como no podría ser de otro modo, dado que el cuatro representa a los cuatro elementos, nos da el número 8 que tendido horizontalmente es el símbolo del infinito, Moebius, de la Eternidad 2+4+5+6=17=1+7=8 El 1 es el ser y el 7 su interpretación finalizada.

La conclusión de todo estos, es que a pesar de lo que sugieren los espiritualistas extremos, la materia es una manifestación propia de la divinidad en los plano en que interpretamos a nuestros personajes, el Mundo, y que invariablemente eso es algo que aunque se mejora a cada vuelta de espiral, dado que las turbulencias cuánticas se van amortiguando a cada escalón de la evolución, no deja de ser un proceso sin principio ni fin.





Noveno Grado, "Mago", Tercera Orden, Colegio Invisible de la Rosacruz

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2050

Una Odisea Matrimonial


Con el único fin de confirmar unos protocolos legales, Zog y Betz, una pareja con contrato matrimonial prorrogable, se dirigen hacia la capital del Imperio Dazián, en el corazón del sistema estelar.
            Tras haber utilizado el portal teleyector, llegan a media tarde, hora local. Hasta el día siguiente no tienen concertada su cita burocrática y buscan un espaciohotel donde poder reposar. Allí les proporcionan un habitáculo con tumbonas, antigravedad, individuales, dos porta objetos personales así como una mesa retráctil sobre la que se encuentran dos pads, de propaganda, desechables así como varias unidades de memoria con el logo del hotel (Todo ello contenido en el interior de un replicador de objetos inertes), un taburete de aluminio y un replicador de bebidas y alimentos encastrado en la pared y sobre el que hay una pequeña pantalla de holovisión.
            Después de cenar, se dirigen a un local de ocio virtual, donde recrean, para su disfrute, un paisaje rural con cascada y río incluido. Cuando regresan al espaciohotel, cada uno se tumba en su respectiva unidad de sueño tomando en sus manos un personalbook.
            Algunos instantes después, notan que los ocupantes del habitáculo adyacente están realizando el coito. Pueden imaginarse el sordo ruido de los cuerpos al frotarse entre sí, los dulces quejidos de la hembra así como los rudos sonidos producidos por el varón. Zog y Betz sonríen y se miran con complicidad como si recordaran tiempos pasados. Intentan realizar algún comentario chistoso; pero se reprimen y callan; se desean buenas noches y ordenan al ordenador que apague la luz.
            Zog, ardiente por lo que acontece a su lado, y cuyos eróticos sonidos no dejan de martirizarle, piensa en comentarle algo a Betz. Quizá su pareja se encuentre tan receptiva como lo está él. Siente como salta de su lecho para dirigirse al de su pareja, como bromean acerca de la ardorosa actitud de sus anónimos vecinos; como él la acaricia el cabello y masajea su suave y tersa piel. Como enseguida dirige unas temblorosas manos hacia los turgentes pechos de ella. Todo sucede en su mente y está casi seguro que su pareja recibirá su actitud con agrado. Ese pensamiento positivo, de repente, se transforma de forma radical, y se acongoja al estar seguro de que la respuesta de su compañera será negativa. Hace solo unos pocos años ella habría tomado la iniciativa. Él podría haberle leído, sin dificultad, sus sentimientos; pero en este instante, después de diez años de rutinaria convivencia, la pasión del primer amor estaba extinguida. Zog, al abrigo de la cómplice obscuridad, masajea su pene, procurando no ser descubierto.
            Breves instantes después de haber eyaculado, Betz le cuestiona si ya se encuentra dormido. Zog le replica que no. En el habitáculo adyacente gobierna el dulce silencio de un sexo satisfecho así como la alegre música de una tenue conversación salpicada de reprimidas risotadas. Betz decide tomar la iniciativa y se dirige a la cama de Zog. Lo observa, con cariño, se sienta a su lado y comienza a acariciarle la espalda, desde las cervicales hasta la vértebra sacra. Las expertas manos de la mujer toman, con fuerza, los glúteos de él.
Zog, sintiéndose vencido por el cansancio, se avergüenza de haberse masturbado; pero no tiene la suficiente hombría como para confesarlo a su pareja. Venciendo la natural resistencia del sueño, le dice a ella, que se encuentra cansado.
            Betz, al sentirse rechazada, deja de mimarlo. El silencio inunda la sala. Un silencio sepulcral y eterno se hace tan espeso como la esencia del granito. Zog percibe como su esposa regresa a su unidad de descanso.
            Puede sentir, una y otra vez, como ella se revuelve en el interior de su unidad de sueño. Cada movimiento, de su pareja, viene a ser como un afilado estilete que se le clavara hasta lo más profundo de su alma. El remordimiento toma forma consistente en su boca del estómago impidiéndole conciliar el sueño.
            Pero por lo que más culpa siente es por no haber sido sincero con ella. Siente como, con el paso de los años, se han convertido en dos auténticos extraños. Ya no recuerda si algún día se habían conocido de verdad. La semilla de la desconfianza germinó, en sus corazones, hace tiempo y la llama  de la comunicación se fue extinguiendo en el mismo proceso.
En un auténtico impulso de sinceridad, Zog se dirige a su esposa y le confiesa el real motivo de su cansancio. Con ello intenta, aunque no sabe como, reavivar ese algo perdido; pero también le indica, con poco tino, que resultó consecuencia de haber pensado que ella tampoco tendría ganas de realizar el amor. La contestación de Betz resultó tan convincente como el propio silencio.
            Algo más tarde, ese mismo silencio es roto por un sordo sonido de tejido y jugos al ser frotados. Éste proviene del lecho de Betz. Zog comprende, con premura, que su compañera ha decidido imitar su propia actitud anterior.
            La amargura inunda su corazón. Su virilidad ha sido herida y sus sollozos acompañan, en paradójica armonía, el sonido producido por Betz en el transcurso de su fémina masturbación. Al consumarse el orgasmo, Zog ahoga su llanto en el blanco almohadón de polímeros de su unidad de descanso; mientras que Betz reprime su rabia mordiéndose el dorso de la mano.
            Al día siguiente, la pareja decidió no confirmar su contrato matrimonial, haciendo uso de la natural cláusula de divorcio.





Séptimo Grado "Adepto Liberado", Segunda Orde, Colegio Invisible de la Rosacruz



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MATRIX

Verdades Arcanas para un Siglo nuevo

Ciertamente ha sucedido lo que tenía que suceder. Se mascaba en el ambiente. Primero la pequeña Obra de Jhon Carpenter, Están Vivos; después Historias como Nivel XIII, Dark City o la misma Existen Z de David Cronemberg, Abre los Ojos y muchas más.

¿Quién no se ha preguntado en alguna ocasión si la realidad que vive no es tal?. Es decir, es realidad ya que percibimos los efectos de su vivencia; pero podría ser un engaño y no la Verdad.

Desde los primeros filósofos de Cromagnon, el Hombre siempre se ha realizado la misma pregunta. Mi consciencia está muy por encima de mis limitaciones físicas. ¿Porqué nos encontramos limitados, tan limitados?.
En los Tiempos Modernos, de los que poseemos información escrita, ya Platón nos introdujo la parábola de la Gruta. Todos estamos mirando de espaldas a la Luz que penetra en la cueva que nos mantiene prisioneros en un más que limitado espacio. De vez en cuando algún valiente, que no teme a su destino, se siente atraído por la curiosidad  de algo diferente y se asoma a la Luz. Sus ojos, como no puede ser de otro modo, terminan acostumbrándose a la claridad y allí, en el exterior, encuentra un ilimitado Mundo lleno de matices y dimensiones. Al regresar al interior de la Gruta, para comunicar a sus congéneres lo que ha podido contemplar, es tomado por loco y hereje, siendo ejecutado por su osadía.

Así, la Humanidad, lleva milenios si no millones de años. Eludiendo la verdad que de cuando en cuando se nos ofrece. Nuestros antepasados han lapidado, quemado, crucificado y descuartizado a todos aquellos que trataban de mostrarnos la verdad que ellos habían descubierto, unas veces por meditación, otras por deducción lógica y en algunas ocasiones porque habían sido envestidos con la dignidad de la Iniciación en los Misterios antiguos de la Humanidad.

Los ¡HERMANOS! Wachowski, nos han traído, a comienzos del siglo XXI, una recreación de tan antiguos Misterios; eso sí, encubiertos de una aureola de acción trepidante que la hace más apetecible a las mentes mundanas. Por supuesto esperaremos, continuar esta obrita, a que dentro de unos meses podamos vislumbrar la tercera entrega de MATRIX.
Con la Primera Película, más que intuimos que todas las referencias a Cuentos esotéricos como Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, Masón y Rosacruz por más señas, no eran una simple curiosidad de unos directores curiosos. Desde un principio comprendí, que MATRIX no era una película más. De hecho son dos acontecimientos: Uno intrascendente cargado de Acción y efectos especiales, la cápsula roja, y el otro con una medicina muy antigua para que el Hombre despierte a su condición de esclavo de las leyes de la Naturaleza, su contenido. Cuando visualicé la segunda entrega, cualquier duda que pudiera haber embargado se desvaneció completamente. Yo tenía razón, los guionistas eran conocedores, no por casualidad, de unos misterios antiguos, conocidos por muy pocas personas en el Mundo.
Estoy convencido de como transcurrirá la tercera entrega de la Saga. Si no es así, yo estaré equivocado; pero casi no tengo dudas de que todo seguirá sucediendo en un entorno que no deja de ser una transposición de la Gnosis (Ese conocimiento Antiguo al que me refería)

Gnosis que fue transmitida al Ser Humano por diferentes Elegidos: Chrisna, Buda, Zoroastro "Zaratustra", Christos “Manes o Manú” y...

Neo. El Hombre Nuevo que ha despertado a la Verdad y que por lo cual, es capaz de dominar y cambiar su entorno. Ese Neo puede ser cualquiera y cada uno de nosotros. Antes de haber despertado nos encontrábamos protegidos o acunados, si se quiere, por los brazos de Morpheo en un sueño eterno; pero del que había que despertar gracias a nuestro Ser Interior: Triniti, que no es más que la parte más elevada de nuestra naturaleza inferior trinitaria. El Alma, siempre, según la antigua tradición, tiene una polaridad, género o sexo, si se quiere, de carácter opuesto al de su manifestación física... De Hecho es La Alma Gemela o polaridad perdida del Iniciado.

No voy a seguir adelantando acontecimientos; pero solo decir que las máquinas y los programas, en esa traspolación a la que nos hemos referido, son el equivalente a los Eones y Arcontes de los Gnósticos, Iniciados de la antigüedad. Tanto programas, máquinas como Eones y Arcontes no poseen vida propia más que la que nosotros, en uno u otro entorno, les concedimos para ser utilizados por la Especie Humana original. Dichas Criaturas, en un momento determinado y tras la caída del Ser Humano así como posterior división en dos polaridades, se aprovecharon de tal circunstancia y comenzaron a usar a sus propios creadores, como fuente de alimento,  para poder mantener su limitada existencia.

Así como los antiguos Eones y Arcontes se alimentan de la Luz que desprende el Alma Humana, así las máquinas de MATRIX, obtienen la energía del Sistema nervioso del Ser Humano; pero más tarde o más temprano, habrá un Elegido, un Iniciado que despertará de la falsa realidad a la Cruel y trágica Verdad. Cuando esto sucede, se crea una Hermandad de Gente despierta que forman una especie de pequeña isla del Mundo Original en Sión, Shambala para la Gnosis y que, siendo su ubicación secreta, se ha considerado que pudiera estar ubicada en los Himalaya, en el Desierto de Goby o en el Centro de la Tierra según ciertas tradiciones; Pero Shambala, no seamos ilusos, no deja de pertenecer a este Mundo de Maya o de Ilusión. Shambala, Sión, es una parte de MATRIX adaptada como transición hasta que se pueda conseguir, en el futuro, la completa libertad. De Hecho, refleja fielmente lo que podría ser considerado como Purgatorio por muchas religiones.

Queridos Amigos. Creo estar en condiciones de, cuando se estrene la tercera parte de MATRIX, poder continuar con este Trabajo, si nuestra Amiga Pilar nos lo permite y vosotros lo solicitáis. Sólo bajo estas dos premisas.
Para finalizar esta pequeña introducción, quisiera dibujaros un último y breve apunte. Todos disfrutaremos con MATRIX; pero su auténtico valor se encuentra en el interior de la cápsula roja. En su latente poder de despertarnos a la Verdad: Que somos más que Personas, Hombres y Animales y que aunque pudiera parecernos mentira, somos dueños de nuestro Destino, por muy difícil que nos lo pongan el Eón, Arquitecto de MATRIX, y toda su cohorte de arcontes y eones y, máquinas y programas.

Si vosotros así lo deseáis, continuará Dentro de seis meses.

Octavo Grado, "Maestro de Templo", Tercera Orden, Colegio Invisible de la Rosacruz

Querido Amigo:
Independientemente de si es la primera vez que nos visitas, o si llevas ya tiempo buceando por el laberíntico Multiverso de KAOS QUÁNTICO; basta que te hayas dado una pequeña vuelta por este Mundo para darte cuenta de que en esta Web, cuyos tentáculos tocan casi todos los palos de la Cultura y del Pensamiento Humano, se puede hablar de todo y sin ningún tipo de censura.

 
Solo se requiere sentido común propio. Antes de insultar, ofender o agredir a alguien, respiremos tres veces, nos calmaremos, y después consideraremos si lo que hemos escrito puede llegar a publicarse. Ese será el único control que será impuesto por ti mismo antes de publicar en esta casa de Todos. Tú eres el único posible Censor.


Yo soy humano, Amigo mío, y aunque lo que más me agrada en esta Vida es escribir y servir a los demás como vehículo de transmisión cultural, no puedo ser omnipresente ni dedicar todo el tiempo de mi Vida a publicar en este Multiverso que, a poco tiempo que pase, se me puede escapar de las manos; como ya te habrás dado cuenta, por todo lo que hemos intentado abarcar. Tanto KAOS QUÁNTICO, como yo mismo, Antonio Ruiz Alba (Aralba me llaman los amigos) te estaremos muy agradecido si haces caso a tu Vocación de Servicio a la Comunidad Humana.


Agradecidos de acercarte a esta ventana con el propósito de difundir lo que bulle en tu Corazón y por el Honor de tenerte en nuestra compañía. Da igual si eres matemático, estudiante de física o aficionado a la astronomía. Da igual que seas ingeniero informático, aficionado a la Radio o Fotógrafo Profesional. Tus colaboraciones serán bienvenidas y se respetarán tus deseos, al respecto, sean estos los que sean..


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Queda en tus manos y, tanto yo como el resto de lectores, te estaremos agradecidos por las valiosas aportaciones que traerás a QUÁNTUM.

 
Tómalo como una oportunidad de acercarte al mundo editorial, aunque en este caso concreto, sea de forma altruista y sin ánimo de lucro, porque piensa un poco, nada más que un poco.

 
¿Que preferirías? ¿Que tu Obra siguiera guardada en un cajón hasta que después de tu muerte se destruya, o pueda ser utilizada, si no ha quedado obsoleta, por algunos de tus descendientes, o por el contrario compartirla con el resto de la humanidad? ¡Si! Ciertamente parece más inteligente que algún día nos pueda recordar la historia como algún filántropo que donó su trabajo a la humanidad, en lugar de un ser miserable que se guardó sus descubrimientos para sí mismo y perderse, tras una limpieza rutinaria de alguno de sus sobrevivientes. Piénsalo.


Vayamos juntos de la mano bajo el paraguas de este aparentemente pretencioso proyecto que es KAOS QUÁNTICO.



Quizá algún día, este proyecto pudiera ser comparable a aquello que surgiera de lugares como la Residencia de Estudiantes en Madrid, a nivel intelectual, o quizá en el plano industrial, de los garajes de algunos de los que hoy son magnates de la electrónica y de la informática en el Valle del Silicio californiano, como Billy Gates, Steve Job o los creadores de Hewlett-Packard La mano queda tendida. El resto depende de ti Amigo. Aralba

 
Si ya te has decidido a compartir con los demás, tu conocimiento científico, tecnológico o artístico, manda tu trabajo con una breve reseña, acerca de ti, a la siguiente dirección de correo electrónico:



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El Verdadero Espíritu de la Bestia (La Bestia entre Nosotros)

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EL ANTICRISTO


¡Pudiera ser yo!, ¿Porque no usted?

Un quiosquero de prensa que lleva una vida corriente, como todo el mundo, me entregó la traducción de un manuscrito antiguo. Lo abrí, ojeé su contenido y prácticamente lo mastiqué hasta que la más profunda de las angustias invadió mi asustada alma.

Un escalofrío gélido recorrió mi espina dorsal, hasta tal extremo, que tuve que arroparme con algunas mantas que había en el diván.

Yo era un hombre acostumbrado a leer la Biblia de una forma bastante habitual, libros sagrados de otras religiones no judeocristianas  así como de las más diversas mitologías. Estaba convencido que las profecías que se encontraban en algunos de aqyuellos escritos  iban a cumplirse. Lo peor de todo era que el pensamiento era de un cumplimiento inminente.

¿Cómo había llegado a tales conclusiones?

Hombres de ciencia, teólogos, astrólogos y videntes lo proclamaban a gritos. La Edad de Oro de la humanidad de Acuario se aproximaba y ¿casualidad?

Descubrí que todo estaba anunciado en el libro del Apocalipsis de Juan.

Empezó la paranoia a cebarse en mi alma. Sabía demasiado y muy pronto llegaría a creer, estaba convencido, que alguien me vigilaba.

Hace poco escribí un ensayo dedicado al Caos Universal; a la Guerra Interdimensional que sucediera antes del nacimiento del hombre. El libro era una especie de recopilación, anárquica, de los datos que había obtenido ora de aquí otrora de allá.

No sé como, pero desde el principio me dio la sensación de que la aventura que escribía no era una novela cualquiera; sino más bien una crónica de algo vivido o por vivir.
 
Veía en mis sueños a unos seres dimensionales que ocupaban la Tierra primigenia. Aquellos habían venido de una galaxia lejana a la Vía Láctea; pero cuyo, cercano eco, pertenecía a una dimensión diferente a la nuestra.
 
Era una dimensión a la que se accedía dando un pequeño salto desde nuestro mundo de materia aunque invisible para nuestros sentidos físicos.

Pude ver la rebelión de un Arcángel llamado Lucifer.
Como se alzaba contra su creador.
Como fue derrotado, tras una batalla de eones, la cual transformó para siempre a nuestro Universo.

El sueño era repetitivo y siempre volvía. Por ello, mi ánimo caía derrotado en una profunda depresión espiritual.

Me sentía como vacío.

Algo impulsaba a mi Ser a una acción desconocida. También surgía una acción contraria que se oponía a la primera. Como si de algún modo se negaran mutuamente.

Siempre vislumbraba algo nuevo en mis desconocidos sueños. Quizá debido a una extraña neurosis producida por mis pseudoconocimientos basados en una heterogénea cultura que había sido entremezclada por una delirante imaginación.

Ahora podía verlo con meridiana claridad.
 
- Hijo de Luz, amado hermano, tus pecados han sido por eones infinitos. El Padre siempre te ha perdonado; pero tu maldad ha rebozado el cáliz de la divina paciencia pues ha sido aderezada con tu perpetua rebeldía. No sólo te has perdido tú, sino que has arrastrado al fango a miríadas de nuestros hermanos.
 
-         Ahora, el Dios de la Creación, nuestro Padre Eterno, me ha enviado a mí, Miguel, tu gemelo hermano, para que os condene a ti  y a tus seguidores, llamados desde ahora demonios, a ser encerrados en las mazmorras infernales del corazón de Dios.

- Nuestro Padre llora noche y día por ti. Tu fuiste el fundamento de su Creación, la Luz...
 
Igual que si lo sintiera con mis propios sentidos y lo viera con mis propios ojos, contemplé la agonía de Satanás que, junto con sus hordas diabólicas, era encerrado en lugares inaccesibles y de nombres desconocidos. Contemplé como aquel lugar era extremadamente cercano y sin embargo muy lejano. Era otra dimensión, a la que se accedía por vía de lo onírico.
 
Unas frases mágicas fueron pronunciadas en aquella dimensión, justo enfrente de las grutas diabólicas y unos sellos divinos sellaron la prisión de Satanás y sus maléficas huestes.
 
Paulatinamente fui comprendiendo, no sin sentir un ligero aire de terror, como aquellos seres demoníacos poseían una ventana amplia para comunicarse con la nueva raza humana. Los Sueños. Eso era, la débil mente humana les servía de paso para comunicarse con los seres de nuestra dimensión.
 
La esquizofrenia hizo su aparición. La locura más inaudita me envolvió hasta el último átomo.
¿Era posible que pudiese creerme semejantes barrabasadas siderales?

Lo asombroso del caso no era eso, sino que mi mente deliraba frecuentemente y mi cuerpo se resentía con un tremendo cansancio. Tenía la sensación de estar siendo manipulado. Tenía miedo a todo.
 
Ya no podía abrir la puerta de mi casa sin tener una extraña sensación de acoso. El más ligero movimiento de las cortinas del ventanal hacía que sintiese escalofríos.
 
Seguía preguntándome ¿Porqué?. Quizá sabía demasiado. Nunca debí investigar sobre aquellos misteriosos temas. Estaba convencido que ellos ya lo sabían. Que los delataría al mundo. Así no podrían jamás cumplir sus diabólicos planes.
 
Sí, Satanás podía infiltrarse en nuestro mundo y poseía temporalmente a algunos humanos que vibran en su misma frecuencia. Ha intentado encarnarse; pero eso no ha sido posible gracias a los sellos que aprisionan su espíritu en el interior del corazón del Creador. Un agujero Negro. Múltiples agujeros negros. Cada uno es la Celda de un Demonio.
 
Lo conseguirá al final de los tiempos cuando llegue la Edad de Oro de la Humanidad. Ese tiempo ha llegado. Es ya. Sé que Satanás está encarnado en el Anticristo; pero es una realidad demasiado terrorífica para siquiera pensar en ello. Me conformo pensando que sólo se trata de elucubraciones de mi mente enferma.
 
El mundo creado después del cataclismo fue entregado al hombre. Lucifer se introdujo en un sueño de Eva e hizo caer a Adán. Desde aquél terrible instante, el innombrable fue coronado como regente del suelo que pisa su democrático elector.
Gracias a Dios, se trata de un Primer Ministro  en el exilio.
 
Esas y otras eran las palabras que una y otra vez bombardeaban, sin cuartel, mi maltrecho cerebro; pero decirme a mí: ¿Porqué sabía cosas que el resto del mundo ignoraba?

Mi intelecto no se había parado en la perfección  de un tema en concreto. Mi polifacetismo llegaba a tal extremo que había tocado un poco de mucho y mi infantil mente había hecho el resto. Había atado los cabos sueltos y rellenado los huecos con conocimientos que en apariencia eran ajenos a la materia en cuestión. Quizá fuese eso lo que llevó a mi intelecto a una mezcolanza absurda y sin sentido.
 
Tiempo atrás escribí una carta en la Revista Mundo Desconocido. Por aquel entonces, no di demasiada importancia  a lo que escribiera.
 
Me siento cada vez más vigilado, como consecuencia de la publicación de aquel maldito escrito. Esa misiva jamás debió salir a la Luz. Satanás está descubierto y posiblemente me esté buscando. A lo peor ya me ha encontrado.

No obstante, algo más fuerte que mi yo es lo que me impulsa a seguir escribiendo. Si ustedes, lectores, me lo permiten, introduciré a continuación aquellas líneas que nunca debieron ser publicadas; mas que nada, para ponerles en antecedentes.

Esto lo hacemos bajo el luminoso impulso de un pequeño atisbo de humanidad, para que el conocimiento pueda estar al alcance de todos. De toda la humanidad.
Esta fue la Carta:....