3.- De lo Cuántico, lo imprevisible y el Destino
"Yo, ya existía antes y tú también aunque no lo recuerdes"
-Una Autobiografía esotérica -90-+90años quizá-
Se dice, al menos así lo creo, que una Biografía no dice nada si no posee unos antecedentes. Así nuestros antecedentes son nuestros ancestros, abuelos y padres.
Mi abuelo, Antonio Ruiz, por parte paterna, murió relativamente joven y, por lo tanto, no pude conocerlo, aunque me cuentan que poseía algunas tierras, ganado y una panadería en Bujalance, Provincia de Córdoba, la cual regentaba, como buenamente podía ya que era analfabeta, mi abuela Dolores Cabello. Mi Padre, Antonio Ruiz, por supuesto, comenzó a trabajar muy jovencito, a los 6 o 7 años de edad como ayudante del tonelero, carpintero y ebanista del Maestro del Pueblo. Mi abuelos maternos, Antonio Alba y María Cabello, no no eran familia las abuelas, trabajaban en el Molino de Aceite como capataz él y guardeses ambos. Mi madre Isabel Alba recibió la educación típica de las niñas de su edad en aquel entonces.
Uno de mis tíos paternos, Juan Ruiz, tampoco llegué a conocerlo en tanto que murió en la Guerra Civil Española, en la Batalla del Ebro; al menos eso es lo que, en la Familia, se contaba.
Me consta que ambas familias, muy humildes ambas, en tanto que la Abuela Dolores, tras la muerte de Antonio, su Marido, lo perdió todo a manos de sus hermanos; es decir, pasaron grandes penurias tanto durante la guerra como después de ella y tuvieron que emigrar a Madrid. Mis padres, hay que decirlo, se conocieron aquí en Madrid, se enamoraron, casaron y me tuvieron a mí. Disculpadme que no hable mucho más de la Familia, pues se trata de algo circunstancial y, a mi parecer, irrelevante en ésta Historia.
A mi abuela Dolores, en realidad, no llegué a conocerla pues falleció a los pocos meses de yo nacer. En aquel entonces vivíamos en un chisconcillo, una chabola, en el Barrio de Tetuán. Mi abuela vivía con mi Tía Antonia Ruiz y su Marido, el Tío, Pepe Morales; es decir, éramos vecinos. Un día escucharon el llanto de un bebé, ese era yo, y cuando fueron a ver qué pasaba encontraron a la abuela Dolores muerta, sentada en su sillón de mimbre, rígida y sosteniendo al niño, llorando, en sus brazos. Mirad, no sé si es por las veces que mi madre contaba la anécdota, que me ha quedado la sensación de recordarlo todo.
El Mundo Cuántico podemos entenderlo como una concatenación de diferentes campos, algunos como el electromagnético y el de Higgs, los conocemos e incluso los entendemos; pero existen otros campos cuya existencia ignoramos y es en ellos donde se encuentra el Mundo del Misterio; de lo incomprensible y de lo que nos está vetado conocer en éste Mundo.
Sabemos que el Mundo Cuántico es la Frontera Interdimensional que separa el Mundo Original o Pleroma, del Mundo de nuestra Realidad o de los Efectos. Cuando intentamos medir, observar o aislar alguna partícula del Mundo Cuántico sucede algo curioso, en tanto que nosotros como observadores, interferimos en los acontecimientos de los campos como de las propias partículas; dicho de otro modo, no podemos conocer ni su ubicación ni su verdadero estado; en tanto que lo que nosotros podemos observar, con nuestros instrumentos científicos, es el reflejo de un instante aleatorio de la partícula subatómica; dicho de otro modo, que no podemos conocer nada verdadero de los sucesos cuánticos y lo poco que sabemos es lo que producen sus reflejos traídos al mundo de las moléculas compuestas. Es por decir así, para que se entienda, como una pequeña porción de agua tomada de un arrollo que está continuamente fluyendo. Con esas pocas gotas no podemos conocer la Historia del arroyo, desde su nacimiento en la montaña hasta su muerte en el mar, tan solo la composición química del agua en el instante en que se tomó la muestra. Sé que como ejemplo es un poco burdo, en tanto que en el Mundo Cuántico no podemos retener una muestra, sino su observación, su medición que es algo así como un mero reflejo de las partículas en un instante determinado y que siempre se encontrará en su pasado.
Durante nuestra estancia en FOTORAMA, ya con diecinueve años de edad. Bueno, bueno, no puedo dejaros pasar ésta anécdota, en tanto que entré a trabajar como Operario de un Laboratorio Fotográfico sin tener ni repajolera idea de Fotografía. Hacía poco que había abandonado la electricidad, de aprendiz, para trabajar como Mozo en un almacén de telas de Tapicería, SAISA, el Almacén de la Fábrica de Muebles DADINSA, donde trabajaba mi Padre de Ebanista, y de la importante Empresa de Decoración "Casa y Jardín". Ese cambio se debió por una mejora salarial y por el deterioro de salud que me supuso las condiciones alimentarias en las obras. El caso es que buscando en el periódico, ABC, en su sección de anuncios aparece un anuncio: "Se necesita Ayudante para Laboratorio Fotográfico, incorporación inmediata". Tras una brevísima charla telefónica se me invitó a realizar una entrevista personal. Se realizó en la casa de Antonio Fraguas, "El Forges", que éste tenía en la Puerta del Sol de Madrid y la entrevista me la realizó Don Álvaro Prieto, un antiguo miembro de la Legión Extranjera y casado con la preciosa Embajadora de Chanel para España. Para mí suerte, Don Álvaro conocía, de Fotografía, poco más que yo; pero muchos os preguntaréis ¿Como pudiste pasar la entrevista? Con mucho esfuerzo intelectual y, sobre todo, cara dura. El mismo día de la charla telefónica me compré dos libros sobre fotografía básica, una sobre fotografía en sí y el otro específico sobre el trabajo de laboratorio. La cuestión es que cuando llegué a la casa me puse a estudiar como un loco y aquella noche no dormí ni un poco; es decir, estudiando junté un día con el otro y a la mañana siguiente tuve la entrevista para, a continuación, comenzar a trabajar en el laboratorio del Corte Inglés de Preciados. Os puedo asegurar que los primeros días no fueron una grata experiencia, dada la ansiedad por mi desconocimiento de la Profesión y la cantidad de fotografías, formato póster 60x80 que, al comienzo, terminaron en la papelera. Gracias a Dios, en aquel entonces, como miembro fundador que era de la Empresa, no tenía a nadie sobre mí y ni Enrique Martín, el Fotógrafo, ni Álvaro Prieto, el Promotor y Financista, llegaron a ser conscientes del desastre. Por fortuna eso duró muy poco tiempo hasta que le cogí el truquillo y ya todo comenzó a salir sobre ruedas. Luego llegaría el que sería mi Jefe, Miguel Ángel Toribio; pero ya lo peor había pasado.
Los cuatro años que estuve en FOTORAMA, todo hay que decirlo, fueron muy intensos, trabajaba de 8 de la mañana hasta las 9 de la noche, en navidades y periodos especiales aún más, y en los que sucedió de todo, desde hacerme fotógrafo de Estudio, a convertirme en Jefe de los laboratorios de Madrid yhasta ir a Barcelona a enseñar el procedimiento a los empleados de las sucursales que se iban abriendo; primero en la Plaza de Cataluña y luego en la de Diagonal, cerca de la Universidad. Como podréis comprender, toda mi Formación en esos días fue mediante libros y más libros.
Tras esos cuatro años tuve que abandonar el trabajo en tanto que tenía que realizar el Servicio Militar Obligatorio; por cierto, otra paradoja del Destino, en un País en el que yo estaba desubicado y que demuestra la indeterminación cuántica; dado que antes de los diecisiete años intenté entrar, como Voluntario, en la Armada para poder estudiar Radio y conocer a mis amados submarinos; pero era obligatoria la firma de mi Padre y en tanto que había perdido a su Hermano Juan en la Guerra, siendo del Bando Republicano, mi Madre me aconsejó que desistiéramos y no pudo ser. Tiempo después, ya en Fotorama, intentaría lo propio en el Ejército del Aire gracias a los auspicios de Lola, una Compañera que conocía a un Comandante de la Base de Getafe; pero tras pasar las pruebas me rechazaron por ser Protestante. Ahora os parecerá ridículo; pero en aquella época esas cosas sucedían.
Durante el Servicio Militar estuve estudiando Electricidad Industrial como Formación Profesional. No hice Electrónica porque la que allí enseñaban era muy básica y poco práctica; además conocí a un Camarada Ingeniero en Telecomunicaciones que había esperado a terminar la Carrera para incorporarse a filas. Gracias a él retomé mi afición por la Electrónica, y construí mis primeros dispositivos, desde casi cero, un inyector de señales con transistores de germanio y una fuente de alimentación variable, estabilizada y cortocircuitable de 0 a 30Voltios , con un consumo máximo de 2 amperios, basada en un Circuito de la Casa de Kits TRONKIT. Aún la conservo en su caja de madera pintada de negro y funcionando como el primer día. Por cierto, en el Examen final del Curso, saqué el número uno, por favor no me aplaudáis, y como obsequio recibí un juego básico de herramientas, alicates y destornilladores.
Después del Servicio Militar, gracias a los estudios realizados en el Cuartel, puede recolocarme, como Oficial de Segunda Electricista, en la Empresa donde había estado de Aprendiz de Electricista; ya sabéis, Loga S.A. de Montajes Eléctricos cuyo propietario era el Ingeniero Técnico, Sr Garrido y el Jefe de Personal, el Señor Manzano.
Durante ese período estudié Fotografía Profesional en el CEI, Centro de Estudios de la Imagen, hoy CEV y Electrónica Superior, transistorizada, Radio Estéreo y Alta Fidelidad en el CETV, Centro de Estudios de Televisión de la Calle Barquillo. También comenzamos el Curso de Electrónica Industrial que, por motivos puramente económicos, el nacimiento de mi Hijo, no pude concluir. En esa época realicé múltiples montajes, de los que sobresale un Equipo Valquit HIFI, con un amplificador estéreo de 50+50Watios RMS, con Radio AM/FM y con entradas para Phono, (Plato o Giradiscos), y Auxiliar o (Tape, o reproductor de cintas a cassette).
Fue en éste Periodo de mi Vida cuando conocí la Revista Mundo Desconocido, la cual coleccioné hasta el último número y tras una fuerte desavenencia con el viejo Pastor de la Iglesia del Pelícano, Don Ramón, suegro del Pastor Don Carlos ¿Recordáis?, Terminé abandonando la Iglesia Evangélica y comenzando mi larga y duradera relación con el Mundo Rosicruciano.
Cotillitas…, ¿Queréis conocer mi desavenencia con el Pastor? Pues solicité su apoyo para estudiar Teología y así convertirme yo mismo, algún día, en Pastor; pero se negó aludiendo que no me encontraba preparado. De nuevo el Mundo Cuántico y su incertidumbre entraba en juego… No era mi lugar. La realidad era mucho más cruda, en tanto que no aportaba el Diezmo a la Comunidad; ya sabéis, la décima parte mensual de los ingresos brutos ingresados. Eso me hizo ver que allí yo estaba sobrando y lo peor de todo, perdiendo el tiempo, dado que mi sueldo, como Oficial de Segunda Electricista, era muy bajito y no me podía permitir prescindir de una parte de su importe por pequeño que éste fuese.
Continuará…
Aralba R+C