“Por sus obras los conoceréis”
-A pecho descubierto y sin ocultar nada. Los secretos son para quienes conspiran, ¡para los traidores!-
“Si alguien tiene algo que decir, que levante la mano y exprese lo que cree saber con absoluta libertad; de lo contrario, que calle para siempre”
España, como País, se dice, no levanta cabeza desde 1898, tras la pérdida ante los Estados Unidos, de las provincias de Ultramar o desde 1921 con el desastre de Annual en África.
El Problema de la caída progresiva de España es mucho, mucho más antigua y está marcada por la Conspiración, el Fraude y la Traición; pero no la traición de unos pocos militares de muy bajo rango, sino por una Traición, planificada, desde las más altas esferas; y no, precisamente, desde dentro de España, sino orquestada desde fuera de sus fronteras.
Tras el fallecimiento del Rey Carlos II de la Casa de Habsburgo, se produjo un gran complot dirigido por el Rey de Francia, el conocido como Rey Sol “Luis XIV” con el fin de instalar en el trono a uno de los suyos, Felipe V, el primer Rey Borbón.
En 1699 fallecía, en circunstancias muy extrañas, el futuro heredero al Trono de España, José Fernando de Baviera, que había sido designado tres años atrás, dado que Carlos II era de probada esterilidad.
Los Borbones fueron instalados en España para que sirviesen de títeres de los intereses de Francia y es, desde entonces, que el Imperio Español, progresivamente, fue perdiendo relevancia y perdiendo sus posesiones en Ultramar primero, así como el peso específico del País que tuviera, antaño, en el ámbito internacional.
Estudios históricos recientes han demostrado la gran estafa que colocó en el Trono de España a Felipe V; es decir, que se trató de un Rey ilegítimo, con la consecuencia de que toda la Casa de Borbón, es plenamente, ilegítima, a pesar de lo que cuentan las enciclopedias, la wikipedia o, recientemente, la Inteligencia Artificial de los buscadores en Internet.
Es cierto que en el Testamento de Carlos II; éste, supuestamente, dejaba su sucesión a su sobrino Felipe V, de la Casa de Borbón; pero se ha demostrado, recientemente, que ese testamento fue una pergeñada falsificación; en tanto que Carlos II, en aquellos momentos, no se encontraba en sus cabales ni en condiciones de firmar nada, menos una sucesión monárquica que debió de ser orquestada por unos corruptos validos, con seguridad bien retribuidos por el Monarca Francés. Ésto queda revelado en el Libro, “Secretum”, escrito por los italianos Rita Monaldi y Francisco Sorti, donde se muestra con un minucioso trabajo grafológico, que la firma real testamentaria es falsa de necesidad.
No vamos a profundizar en éste asunto, remitiendo a los interesados a la lectura minuciosa del mencionado libro “Secretum” de los autores italianos mencionados.
Lo cierto es que, desde la entrada de la Casa de Borbón en el Reino de España, nuestro País siempre ha trabajado para los intereses del Reino de Francia y los políticos que han asistido a los reyes Borbones han manifestado, siempre, una clara deriva hacia la corrupción institucional; es decir, al anti patriotismo, sin importarles lo más mínimo España, el Imperio Español, tan duramente constituido, ni su futuro si eso significaba llenar sus bolsas de escudos y doblones o hacerse con grandes latifundios del País, mediante títulos nobiliarios expedidos por los reyes de turno.
Así, España, desde la desaparición de la Casa de Austria se convirtió, ya no sólo en el patio trasero de Francia, sino en el cortijo de diferentes conspiradores, algunos hispanos y otros extranjeros, y a los que España jamás les importó nada, laborando exclusivamente por su propio beneficio y el de los intereses ajenos del País vecino.
Cómo se suele decir, de aquellos polvos estos lodos y demasiado duró el Imperio Español, gracias a los buenos haceres, primero de los reyes católicos y después de su Nieto Carlos V y, posteriormente, de su biznieto Felipe II.
Con la Revolución Francesa y la posterior invasión, del Territorio Español, de parte del General, autonombrado Emperador, Napoleón Bonaparte, se perdería el poco control que tenían los gobiernos del Reino, sobre los virreinatos y provincias de Ultramar. Eso supuso que el Imperio del otro lado del Atlántico quedaba huérfano de un Líder único y abierto a las traiciones y conspiraciones internas que, el otro gran Enemigo de España, el Reino de Albión, aprovechó infiltrando una quinta columna de criollos educados en tierras inglesas, elevados a la categoría de Libertadores y héroes nacionales, e instituyendo células de conspiración interna mediante las logias masónicas.
Con el tiempo el Imperio Británico, sobre todo después del reinado de la Reina Victoria, iría decayendo, siendo sustituido por otro Imperio Anglosajón, el de los Estados Unidos de Norteamérica que, aprovechando las columnas imperialistas heredadas por los deshechos virreinatos españoles, convertirían, tras la derrota española en Cuba y Filipinas; (por cierto, una derrota pactada con el Gobierno corrupto de Sagasta y la desidia del Rey Alfonso XIII), en el patio trasero de un nuevo Imperio construido sobre las bases del Crimen Organizado y encubierto por una dócil y domada supuesta Democracia, la Democracia estadounidense.
Ahora, ya despojada, completamente, España de sus provincias de Ultramar, estamos viviendo una Historia parecida; pero dentro del suelo Patrio y donde traidores y corruptos, vendidos a intereses extranjeros, planean balcanizar nuestro País y reconvertirlo, de nuevo, en un Reino de Taifas; es decir, dividido, falto de todo poder y a merced de sus enemigos históricos: Francia, Reino Unido y el Reino de Marruecos.
Frater Aralba R+C
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