“¿Por qué del antiespañolismo de la Nueva España?”
-Acaso nos hemos vuelto ciegos y locos-
Si existe algo, en el presente, que asemeja a ambos países, México y España, es la recua de políticos incompetentes que nos gobiernan. Unos políticos que, o son unos supimos ignorantes o, simplemente, ignoran la Historia por motivos desconocidos; pero que se podrían intuir.
Existe, en ambos países, una suerte de Síndrome de Estocolmo, por el que sentimos una estima inexplicable por nuestros enemigos históricos, echando, sin embargo, la culpa de nuestros males a nuestros legítimos antepasados por línea directa; es decir, según esto, la culpa no es de aquellos que llevan siglos poniéndonos la pierna encima para que no levantemos cabeza, sino de nuestros padres, tíos abuelos, ah y, sobre todo lo demás, de aquellos que viven en ultramar, al otro lado del Atlántico y que por una suerte de fatalidad del Destino, tuvieron la osadía, un día, de echarse a la mar y descubrir unas tierras que, hasta entonces, finales del Siglo XV, eran desconocidas para el común de los mortales europeos.
Tanto españoles como mexicanos amamos profundamente a quienes vienen conspirando contra nuestros países; que es decir lo mismo que contra nosotros; es decir, franceses e ingleses. Así, nos hacemos masones dependientes del Gran Oriente de Francia o de la Gran Logia de Inglaterra, a éste lado del Océano o de la Gran Logia del Rito de York Estadounidense al otro lado y nos convertimos, sin darnos cuenta, en una suerte de quinta columna, ariete o martillo de los dioses del Enemigo encubierto; es decir, sin querer, nos convertimos en nuestros propios enemigos, como esas larvas de hormiga secuestradas por un hormiguero enemigo y que son criadas y convertidas en soldados para luchar, en el futuro, contra sus propias hermanas. Ésto está sucediendo ahora mismo; pero la gente no se da cuenta.
Un condicionamiento humano tan antiguo como nuestra Especie es repetir cansinamente falaces mentiras que, con el tiempo, terminan aceptándose como verdades a pesar de ser ideas completamente irracionales. Así, convertir al Hermano del otro lado del charco en el Enemigo es completamente irracional y, sin embargo, se le está exigiendo, después de tantos siglos, que pida perdón por la Conquista de aquellas tierras.
Pero, ¿en qué consiste esa irracionalidad?, pues en qué los criollos; es decir, los descendientes de quienes conquistaron dichas tierras no viven en España sino en México. Quienes estamos aquí, nuestros antepasados es improbable que pisaran tierras de la Nueva España. Sin embargo, los que solicitan un resarcimiento moral o de otro tipo son los bisnietos o tataranietos de aquello a los que, presuntamente, se les atribuye una barbarie que, por otro lado, no hay forma de demostrar, históricamente, que cometieran.
Así, mientras nos enzarzamos en insultos mutuos y luchas fratricidas, nuestros enemigos se escojonan de la risa a pierna suelta y dicen para sus adentros “Si es que estos tipos son tontos de atar”
Estudiamos en las escuelas la falsa Historia que ellos han recreado para que nos sigamos odiando por siempre jamás, mientras que damos nombres anglófonos o francófonos a nuestros hijos e hijas, porque nos sentimos avergonzados de nuestra herencia hispana. Y ésto ¿Hasta cuando durará?
Hasta que abráis los ojos y descubráis la Verdad de una Conspiración, contra nuestros pueblos, que ya dura demasiado. Intenta comprender la irracionalidad de los mensajes de la Leyenda Negra e intenta salirte, o al menos cambiar desde adentro, aquellas instituciones que, tradicionalmente, han sido las propagadoras de tantas mentiras; por cierto, unas instituciones que fueron llevadas a nuestros países por los traidores que terminaron siendo encumbrados como los grandes libertadores. Libertadores ¿De qué?
Quitaron el yugo español para imponer el de sus amos anglosajones y francos. Así, siendo descendientes de españoles terminaron, como esas larvas de hormigas secuestradas, convirtiéndose en soldados de nuestros más encarnizados enemigos; pero si ello hubiese sido positivo, nuestros países habrían prosperado; pero no, seguimos con sus botas encima de nuestras cabezas sin que podamos respirar y recuperarnos.
Eso es así porque nos tienen miedo, mucho miedo, como se lo tienen a Alemania o a Japón. No nos quitan la pierna de encima porque temen que si nos recuperamos y abrimos los ojos a la verdadera Historia, volvamos a ser ese gran Pueblo de antaño que no les permitía que realizaran libremente sus fechorías de bucaneros y piratas.
Sólo te pido, Hermano de Ultramar, que reflexiones y no te dejes llevar por la propaganda anti española. Mal que les pese a algunos, no dejamos de ser otra cosa que hermanos y la sangre hispana, aunque sea en parte criolla, corre por nuestras venas. Que no nos sigan enfrentando. Cierra tus oídos a esa nefasta Leyenda Negra y que no es otra cosa que una ingente sarta de mentiras.
Frater Aralba R+C
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