“Las buenas formas son importantes; pero se encuentran sobrevaloradas”
-No siempre las cosas son aquello que parecen-
Recientemente hemos tratado éste asunto; pero no de una forma particular y directa, cuando hablamos de aquella gente que, en apariencia parecen buenas; pero que, a poco que te descuides estarán dispuestas a traicionarte.
Hoy vamos a tratar en el énfasis que se pone en las buenas formas y en un pulcro vocabulario, carente de palabras malsonantes. Supongo que conoceréis el dicho ese que dice “Tal y cómo sea tu apariencia y comportamiento así te tratarán” Nosotros creemos, en tanto que estudiantes rosacruces, que hay que tener mucho cuidado con eso, dado que podemos tratar de un modo inmerecido a determinadas personas del Mundo Profano.
Con ésto no estamos diciendo que los estudiantes rosacruces no debemos de cultivar las formas de comportamiento y lenguaje. Claro que sí, faltaría más, pero eso no significa que una Persona inculta y con un lenguaje limitado, bajo determinadas circunstancias, vaya a ser una mala persona o que una Persona exquisita vaya a ser una buena. Aquí, sí que podemos insistir en ése otro dicho de: “Las apariencias engañan”
Les vamos a poner ante una situación real sucedida a una Persona cercana a nosotros; pero, tranquilos, no descubriremos quien es porque vamos a tratarlo como una generalidad más.
A ésta Persona, concretamente, no hace demasiado se le extirpó, a causa de un cáncer, las glándulas tiroideas y padece una disfunción hormonal profunda que necesita ser perfectamente medicada; pero que aún así, esa terapia es algo supletorio con la que se intenta manejar la situación; pero que no cura nada. Ésta disfunción hormonal hace que se padezca tanto de insomnio como de periodos de profundo sueño. Un sueño que, generalmente y cuando se produce es bastante reparador.
A ésta Persona se le comunica que su Señora Madre, que vive en otro País, se encuentra en la UCI por un problema respiratorio grave. Entonces, de forma precipitada y rápida decide hacer las maletas con el fin de marchar a su País y ver a su madre antes de que pudiera suceder un luctuoso suceso, ya nos entienden.
Pues bien, se acerca al aeropuerto, tras haber pagado su boleto, factura su maleta y se dirige a la puerta de embarque. Allí la Persona responsable le dice que no puede embarcar porque se encuentra borracha, embriagada (No se encuentra en disposición de embarcar). Supongo que algunos de ustedes habrán oído hablar acerca de la borrachera del sueño o narcolepsia. Nuestra protagonista, en cuestión, intenta hacer comprender, a la funcionaria, su situación; es decir, que ha pasado toda la noche llorando y haciendo la maleta para poder visitar a su madre que se encuentra en el hospital entubada y que los médicos no saben cómo acabará y quiere llegar a tiempo antes de que pudiese suceder lo peor.
La funcionaria hace caso omiso al intento de comunicar de nuestra amiga y, sin poder evitarlo, ante la impotencia tan absurda de no poder hacerse entender, nuestra amiga levanta la voz y comienza a insultarla diciéndole que es una Persona sin Alma ni Humanidad.
En definitiva, que la mandan a llegadas para que recoja su maleta y se largué de allí mientras llaman a un familiar para que pase a recogerla al aeropuerto. Eso significa que, por la intransigencia de un funcionario, en éste caso parece ser que fue una señora mal encarada, nuestra amiga no pudo viajar a su país para visitar a su mamá enferma.
Se negaron a escucharla porque, por el sueño, parecía borracha y ante la impotencia de hacerse entender comenzó a alzar la voz. Con ello tratamos de indicar que hay que tener mucho cuidado con las apariencias porque éstas suelen engañar.
Imagínense el caso contrario, de un psicópata asesino, completamente frío y calculador, midiendo al milímetro tanto su compostura como su lenguaje. Sin duda habría pasado el control de ésta funcionaria y luego nos habríamos enterado que el vuelo había sido secuestrado o siniestrado.
Vamos a ver, Alma de Dios, si consideras que una Persona está ebria hazle las pruebas oportunas con un alcoholímetro y, siempre, sin perder la compostura ya que tú estás ahí no solo como agente de la Autoridad sino para servir a quienes han pagado su pasaje de vuelo. Pues no, ni pruebas ni nada: la Funcionaria enfrenta la desesperación que ella entiende como ebriedad con violencia psicológica; es decir, abuso de poder, es decir, sin mantener la cabeza fría y razonar consecuentemente.
Consecuencias: una denuncia ante la aerolínea y, muy probablemente, la apertura de un expediente disciplinario a un funcionario que no supo o no quiso ver más allá de las apariencias. Probablemente la regalen con una jubilación anticipada por haberse comportado como un cafre.
Necesitamos que entiendan que, aunque sea un mero ejemplo, esto ha sucedido recientemente y que podría haberle sucedido a cualquier persona, porque estos imponderables de la Vida pueden suceder en cualquier instante. Y es en estos momentos cuando debe salir nuestra Humanidad y comprensión, pues no sabemos qué es lo que hace que una Persona, bajo determinadas circunstancias, pueda comportarse de una o de otra manera.
Recuerden que la apariencia no es fiable pues puede ser un escudo para intentar ocultar las verdaderas intenciones, en el caso de un psicópata, o de una desestructuración pasajera de la Personalidad por un sufrimiento extremo y una incapacidad de comunicarse mediante los hábitos comunes, en el caso de situaciones especiales.
Ustedes, en lugar de la funcionaria ¿Cómo habrían actuado?
Frater Aralba R+C
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