“La Prisión Digital (3)”
-¿De dónde procede la Imaginación?-
La mayoría de la gente vive la vida de un modo vegetativo, incluso aquellas que se pasan la vida estudiando sin parar; pero que no han dedicado algo de tiempo a pasear y pensar, a sentarse y reflexionar, a tomarse algo más de tiempo e imaginar cosas nuevas. Son éstas personas las que se dicen a sí mismas “Ésto o aquello otro lo veo imposible de realizar y si yo no puedo hacerlo, con todos mis conocimientos, nadie podrá”, dejan el Tema y a otra cosa.
Cuando alguien, conociendo su erudición, le preguntan acerca de algo que es incapaz de comprender, responde con alguna barbaridad como “Lo habrán realizado los extraterrestres o una extirpe de lagartos extinta”. Va en serio, de veras.
La explicación, según las Enseñanzas Rosacruces, es más que simple:
Debido a nuestra desmemoria y no recordar que procedemos de una estirpe Divina, una Élite Sociópata y perversa nos ha inoculado una serie de conocimientos falsos, en realidad supersticiones, que nos ha hecho pensar que somos menos que nada; es decir, criaturas construidas de barro y sin derecho a la vida; por cierto, un derecho que nos es prestado, de gracia, por alguna autoridad malhumorada y despechada. Ésto ha provocado, en los humanos, una suerte de complejo de inferioridad; una herramienta de “autocontrol” que nos impide investigar nuestros límites y descubrir si éstos existen o son un mero producto de la ignorancia y del miedo subsiguiente.
En realidad, si lo miras bien, hemos construido barreras por doquier: Que si la barrera de la Física, la de la Biología, la de las distancias siderales; es decir, por ejemplo, que no podemos viajar más rápido que la velocidad de la luz, que nuestros cuerpos nos impiden salir al espacio sin protecciones y que las enormes aceleraciones, necesarias, para cubrir largas distancias convertirían nuestros cuerpos en un puré similar a una masa gelatinosa.
Pero y si os dijéramos que esas barreras impuestas son absolutamente artificiales y, por lo tanto franqueables; es decir, que existen otras físicas diferentes a la que venimos utilizando, que existe otra biología diferente a la que se nos muestra en los estudios y que existe una astrobiología, diferente, por descubrir. Claro, todo ello queda relegado a la Ciencia Ficción, pues ¿Quién se atrevería a llevarle la contraria a los grandes premios nobel de la Ciencia y a las revistas científicas donde sólo las más grandes mentes pueden publicar?; también podemos llevarlo al extremo de decir que las matemáticas que venimos utilizando, aunque no conozcamos otras, no son las únicas posibles.
Bien, como creemos que no somos capaces de superar determinadas barreras es por lo que, manteniendo sólidamente, los pies en la Tierra nos aventuramos a decir que: en tanto que nosotros no hemos podido ser, seguro que son otros, ángeles, semidioses, dioses o, ahora, extraterrestres quienes han construido las maravillas del Mundo o, como poco, que la Humanidad las ha construido gracias a la guía y ayuda de éstos supuestos seres. El problema de todo ésto es la envidia por impotencia de no poder hacer lo que unos pocos sí pueden hacer porque, ellos sí, se han atrevido a confrontar las barreras y romper sus artificiales limitaciones.
Alguien dijo, de forma acertada, que mientras una minoría se dedica a vivir de verdad la Vida y a construir el Mundo, la mayoría, una inmensa, se dedica a jugar que viven, aceptar las limitaciones impuestas y aprovecharse de aquello que esa minoría trae al mundo material desde el Divino Mundo de las Ideas.
Cómo hemos dicho, repetidamente, nosotros somos básicamente una Personalidad mortal que carga, como pasajero, a una Alma Inmortal, básicamente un Espíritu Divino. Mientras esa Alma mortal no contacte con su verdadero Ser Inmortal, no existe la posibilidad de que el individuo pueda traer cosas nuevas a éste Mundo; es decir, investigaciones o descubrimientos científicos que nos permitan aumentar el Horizonte que nos muestre la Verdad.
Claro que existe una voz interior que nos indica, mediante la intuición o los sueños, cómo son y funcionan las cosas. Así descubrió Newton la Ley de la Gravedad. Una gravedad que funciona y nos es útil a nivel de nuestra existencia; pero que empieza a dar problemas cuando nos dirigimos a lo infinitamente grande o a lo infinitamente diminuto. Esa es la prueba inalienable de que nuestra Ciencia, la que actualmente venimos utilizando, está limitada a una serie de barreras que se nos ha, o nos hemos impuesto.
Esa voz interior que algunos reciben en sueños o cuando se encuentran reflexionando, no son seres de otros planetas o de otra dimensión, es nuestro Ser Interno, intentando responder a nuestras dudas, cumplir con nuestros deseos y ayudándonos a progresar si eso nos conduce a Él.
Todas las herramientas que utilizamos, la Humanidad, están especializadas para realizar un determinado trabajo y, salvo las navajas multiusos y sus incontables variantes, están pensadas para un uso limitado. La Religión y la Ciencia, con todas sus especialidades, están sujetas a ésa misma Ley y así, encontramos una suerte de encapsulamiento que impide que podamos movernos, libremente, más allá de las fronteras impuestas. Así, la Religión se encuentra en las antípodas de la verdadera Espiritualidad, porque la Religión, como la Ciencia, mide la espiritualidad en porciones que se puedan medir y las encapsula en pequeñas pastillas que la gente pueda digerir. Así, la Espiritualidad queda fuera de la cápsula y lo que queda dentro es la Religión.
Con la Ciencia sucede otro tanto de lo mismo; es decir, existe una Ciencia verdadera y a la que no podemos poner límites porque, entonces, dejaría de ser verdadera Ciencia y existe otra ciencia chiquita y limitada por leyes, normas y teorías, la mayoría de las veces incompletas aunque útiles en el día a día, como la Ley de la Gravedad de Newton, que es encapsulada en libros de texto con el fin de amueblar las mentes de los estudiantes; pero se trata de una ciencia cerrada y limitada que deja poco margen a la Imaginación.
Una Imaginación que, como venimos demostrando, es imprescindible para acceder a nuestro Maestro Interior; el único capaz de hacernos acceder al Mundo de las Ideas del Pleroma con el fin de atraparlas y traerlas, de vuelta, al Mundo de los Efectos, nuestro Mundo Espacio Temporal y, así, construir esas maravillas de las que venimos hablando y que, hoy, muchos siglos e incluso milenios después, nos cuesta creer que aquellos humanos del pasado pudiesen, como las pirámides, levantar.
Por lo tanto, no busquéis ángeles, dioses o extraterrestres entre los hacedores de maravillas, sino a personas, humanos, que se atrevieron a enfrentar las barreras de lo imposible y superarlas.
Recuerden que es nuestra ciencia, limitada, actual la que nos dice, con arrogancia, aquello que es o no posible. Siempre que exista alguna limitación, hay una Ciencia o tecnología limitada y, en esos casos, lo que hay que hacer es no aceptar lo que parece evidente, sino enfrentarlo desde diferentes perspectivas y dejar nuestras dudas en manos de nuestra intuición a la espera de que la solución nos llegue durante el sueño o la reflexión.
Hoy no podemos viajar a velocidades superiores a las de la luz, del mismo modo que en el pasado no podíamos volar; pero eso no quiere decir que en el futuro no lo podamos conseguir. Todo dependerá de si a alguien se le ocurre enfrentar esas barreras que, hoy, se dicen infranqueables y que, con total seguridad, mañana no lo serán por que la Ciencia que hoy utilizamos, no es que sea incorrecta; pero sí, imperfecta.
Por favor huyan de la envidia como de la peste. Dejen trabajar a aquellos cuyas antenas se encuentren bien orientadas y sintonizadas, porque ellos son el germen del progreso de la Humanidad. Por una vez en sus vidas, dejen de ser zombies acumuladores de información y pónganse a trabajar; es decir, a pensar, a imaginar, a soñar, a crear. Ustedes pueden hacerlo, no es necesario que venga alguien de las estrellas para que él lo haga por ustedes.
Y recuerda, siempre, la hipótesis más simple es la más plausible y que la Imaginación procede del Mundo de Dios; y que nuestro Maestro Interno es el único Mediador entre ése Mundo de la Imaginación y de las Ideas y el que ahora vivimos considerándolo nuestro.
De Hecho ”Lo Digital, respecto a lo Analógico es como la Religión a lo Espiritual, una prisión, de la Verdad, en ambos casos”
Frater Aralba R+C
No hay comentarios:
Publicar un comentario