“Del ¿Por qué aferrarnos al Nombre Rosacruz?”
-La Rosacruz es una Entidad viva que evoluciona con el Tiempo, no un museo de cosas del pasado-
Está bien conocer nuestra Historia para que nadie de fuera nos la cambie; pero debemos de entender que no podemos aferrarnos a las costumbres de antaño sin quedar desfasados y fuera de onda, por lo tanto, la Rosacruz, siendo la misma Rosacruz de sus orígenes alemanes, no puede ser, en apariencia, aunque sí en el fondo, la misma Rosacruz que diese origen a los manifiestos rosacruces y que son, si no nuestro catecismo, sí nuestros libros de cabecera y nuestra divina inspiración.
La Rosacruz no ha sido, sólo, la inspiradora de organizaciones filantrópicas como la Masonería sino también el germen de sociedades de carácter científico, como la Royal Society Británica y, consecuentemente, de las sociedades geográficas y científicas del Mundo; pero, también, de un cambio notable, a nivel pedagógico, en las Entidades didácticas, como son los Colegios Mayores y Universidades. En éste sentido, a algunos de vosotros se os habrá pasado por la cabeza “a éste Tipo se le ha ido la pinza” o algo parecido.
No, no estamos construyendo una nueva Secta Cristiana, al estilo de la Ciencia Cristiana o la Cienciología, sino remozando las vestiduras externas de nuestra arcana y amada Fraternidad. ¿Por qué deberíamos de cambiar el nombre a nuestra Rosacruz, la Rosacruz de siempre? Quizá, acaso, ¿para no molestar a los que desean seguir aferrados al pasado y, por lo tanto, apartados de cualquier atisbo evolutivo?
Sabemos de donde procedemos, conocemos lo que estamos haciendo y, muy importante, quizá lo más importante, hacia donde nos dirigimos. Es como si, tozudamente, nos conformásemos con andar por la Vida en patinete de a pie, cuando el Mundo ha evolucionado y podemos trasladarnos en patinetes y otros vehículos eléctricos.
Acerca de nuestro pasado, si no está escrito todo, al menos sí lo está casi todo. Lo mismo sucede con la Rosacruz y, aunque la esencia sea la misma, el contexto histórico no lo es. Cómo ejemplo, para que se entienda bien, quiero ponerles el ejemplo de las asignaturas escolares o universitarias. A las matemáticas, la lengua,la física y la química, se las sigue denominando del mismo modo que cuando nacieron como tales, a pesar de que los libros de texto puedan ser tan diferentes de sus predecesores; es decir, son las mismas matemáticas, la misma física y la misma química; pero mostradas de forma diferente, más moderna y didáctica.
Aquí no se pretende cambiar el fondo de la Rosacruz sino actualizar su apariencia externa. Los antiguos rosacruces eran médicos paracélsicos, relojeros de precisión y constructores de autómatas. Los actuales rosacruces siguen siendo médicos paracélsicos; pero actualizados con los nuevos conocimientos y los nuevos relojeros compaginan su saber con la tecnología electrónica, perfeccionando sus autómatas hasta llevarlos a su máxima expresión, en tanto que androides controlados por Inteligencia Artificial.
Nos consta que algunos preferirían quedarse como están, mirándo el ombligo de su pasado y reafirmando, tozudamente: “Miren, así eran los Rosacruces primitivos y del mismo modo siguen siendo los Rosacruces actuales”; pero eso es una visión absolutamente miope de la Verdad que conlleva la Rosacruz.
Ahora, intenten imaginar a las especialidades científicas y de ingeniería como algo que se hubiese congelado en el pasado. ¿Pueden visualizarlo?. No sabemos si somos capaces de explicarlo; pero, como dijimos al comienzo, la Rosacruz es algo vivo y en permanente transformación o evolución si lo desean ver así. No, nos negamos rotundamente a que la Rosacruz sea vista como una mera filosofía del pasado puesta a disposición de meros iletrados que, por diferentes causas, no hayan tenido acceso a una formación actual y adecuada, porque es lo que parece.
La Rosacruz no puede ni debe de ser la Universidad de los analfabetos estructurales, de aquellos que, por cualquier causa, no han tenido acceso a una Formación superior y universitaria. La Rosacruz no puede ser enarbolada como un mero sucedáneo de una Carrera Universitaria “Mire usted, no, no soy médico ni ingeniero; pero soy Rosacruz”. Eso es una falacia que no se sustenta; pero, desgraciadamente, es lo que buscan algunos amantes de las paraciencias y del mal denominado Ocultismo y Esoterismo. “No, mire usted, no he estudiado en una Universidad; pero sí he estudiado en una Escuela Rosacruz”
Entre otras cosas, todos somos estudiantes rosacruces. Cada cual que se llame como quiera hacerlo, si Rosacruz que así sea; pero me temo mucho que haga el ridículo, pues la Rosacruz efectiva está mucho más arriba de cualquier especialidad académica Humana. Nosotros, meros mortales, debemos de conformarnos con el dignísimo apelativo de estudiantes rosacruces o estudiantes de la Rosacruz.
La Rosacruz, repetimos, no es un sucedáneo de una Carrera Universitaria, mucho menos un centro de capacitación que imparta títulos a astrólogos, quiromantes y hacedores de supuestos milagros. La Rosacruz es una Escuela de Vida e inspiradora del Conocimiento Científico.
Está bien no perder la perspectiva de nuestros orígenes; pero sin enclaustrarnos en un tip desfasado y perteneciente al pasado. Los rosacruces deben de vivir en el presente; pero siempre mirando hacia el futuro de la Humanidad. La Rosacruz debe de seguir siendo el motor del progreso tanto intelectual como espiritual de la Especie Humana.
Frater Aralba R+C
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