18 mayo, 2025

De psicópatas, narcisistas y acosadores varios

 “De psicópatas, narcisistas, y acosadores varios”


-Mi experiencia personal con el bullying, el mobbing, los narcisistas y psicópatas-

Dado que se trata de un Tema tan personal, me vais a permitir que, por una vez, y sin que sirva de precedente os hable en primera Persona. Creo que es lo más apropiado en éste caso.


La cuestión de sacar éste Tema a relucir, es porque últimamente, Internet, está plagado de gente hablando del Tema del acoso, los psicópatas y el narcisismo. Y es lamentable comprobar cómo la mayoría, siendo coachs, supuestamente expertos, y psicólogos profesionales experimentados en patologías de éste tipo; en realidad no saben por dónde se andan y, con sus consejos errados, están confundiendo a mucha gente.


En mi caso particular se puede decir aquello de “Sabe más el Diablo por Viejo que por Diablo” y os voy a hablar de mi experiencia personal de sesenta y nueve años y donde he visto y sufrido de todo y, no siempre padecido en mí mismo, desde bullying, mobbing y acoso laboral; pero, como veréis es un error muy común confundir la psicopatía y el narcisismo con algunos de estos temas; en tanto que un acosador laboral puede serlo por causas que nada tienen que ver ni con la psicopatía ni con el narcisismo, sino con la mera delincuencia de intentar desposeer a alguien de sus derechos laborales.


Por otro lado, no me queda otra que aclarar que para que surja el lobo (el psicópata) es necesario que exista una presa (la víctima). Existe en esto una Verdad y una Equivocación que van de la mano; dado que lo mismo que sucede con el lobo que enciende su instinto el miedo de su presunta víctima, así el psicópata es atraído por el miedo y la debilidad. Enfrentar, con valentía, a un psicópata, literalmente, lo desactiva. Hablo por mera experiencia propia. Así, las posibles víctimas de los psicópatas y narcisistas deben de fomentar su autoestima y empoderar su valía ante el espejo; es decir, dejar de aparentar debilidad y, lo que es más importante, vencer su cobardía.


Se dice y, por experiencia propia tengo que confirmar que es cierto, la gente empática, en un primer momento, atrae como un imán a los psicópatas integrados y a los narcisistas; pero ello se debe a un error de percepción por parte de los psicópatas, en tanto que ven en la empatía, de forma equivocada, un síntoma de debilidad. Cuando narcisistas y psicópatas intentan acosar a personalidades empáticas, como gentes con la “Personalidad Consejero”, terminan llevándose un chasco, retrocediendo y buscando otras víctimas más propicias y en las que encuentren ese miedo y debilidad que empodera su fuerza depredadora; dicho de otro modo, para que exista un psicópata tiene que existir alguien débil, miedoso y cobarde. Y os puedo asegurar que el miedoso débil y cobarde es lo más alejado de lo que puede ser una Personalidad empática. Por regla general, las víctimas de los psicópatas, por su debilidad, son de naturaleza egoísta.


Lo que sucede es que los seres humanos, en general, somos como muy quijotes y siempre salimos en defensa de los más débiles, cuando éstos en la cruel Naturaleza suelen ser presas de los depredadores. Con ésto, no digo que no haya que defender al débil, yo mismo lo he hecho en varias ocasiones; pero creo que lo que hay que hacer es ayudar al débil a que deje de serlo; pero aquí podéis encontraros con otro problema con el que yo mismo me he encontrado y que sucede en un capítulo del Quijote; y es que a quien intentas ayudar, termina por revolverse contra tí y traicionarte y sí, porque la debilidad hay que verla más como un defecto del cobarde que además comparte otros atributos bastante oscuros como la capacidad de mentir y traicionar.


Un gran error de éstos expertos en psicopatía y narcisismo que pululan por la Internet es equiparar todo el acoso laboral con actitudes psicopáticas y narcisistas y ésto no es así. Yo mismo he tenido que sufrir el mobbing en mis carnes y no es porque yo sea débil o empático, sino porque estorbaba a la empresa y preferían que te fueras voluntariamente, para no tener que indemnizarte, a despedirte como Dios manda con su correspondiente remuneración dineraria. Así el Empresario usa todo su poder de influencia sobre capataces y compañeros de trabajo para recrear, en torno a tí, un ambiente opresivo que termine por rendirte y, así, ahorrarse un dinero.


Como dije y, si no lo he dicho, lo digo ahora; desde niño he sido siempre muy empático y he recibido auténticos intentos de lo que ahora se denomina como bullying; pero el miedo y la cobardía jamás fueron mis puntos débiles y siempre los desarmaba, a los acosadores infantiles, haciéndolos frente y pobre de aquel que me hiciera algo, porque siempre, de un modo u otro, me reservo los métodos, los agresores terminaban recibiendo su merecido; pero sí es cierto que también vi como chicos acosaban a otros más débiles y, en estos casos el quijotismo me podía, y alguna vez algún acosador salió sangrando en el recreo por llevarse, de nosotros, un buen puñetazo en la nariz.


El acosador se crece, sobre todo, cuando actúa desde una posición de poder; es decir, algún compañero con más veteranía que tú, algún mando intermedio al que no le caes bien o teme que le vayas a quitar su trabajo, un tío déspota que además es tu Jefe Laboral o, como ya dijimos, ése Empresario que desea echarte a la calle sin que te lleves tu merecida compensación económica.


Pero ya digo, creo que el Tema éste de los Psicópatas y sus víctimas, a algunos se les está yendo de las manos porque muchas veces, no digo que siempre, más que víctima y culpable, lo que existen es culpables; es decir, tanto el individuo que vence ante sus instintos depredadores y de disfrutar como su víctima sufre su acoso, como la, supuesta, víctima que por miedo, debilidad y cobardía (siento decirlo pero es la verdad) no sabe cómo enfrentar al depredador que le está amargando la vida.


No, no y no. Es un error empoderar a todas las víctimas. Hay que reprochar y acusar, sí, a todos los acosadores, ya sean psicópatas o meros delincuentes que desean robar a sus víctimas; pero no todas las víctimas son verdaderas víctimas y esto es algo que no tienen en cuenta muchos de esos supuestos “expertos” en psicopatía y narcisismo que pululan por Internet.


Por mi experiencia de vida he comprobado que muchas actitudes psicópaticas son activadas por el resorte de las drogas y el alcohol; pero tiene que existir una sensación de superioridad manifiesta sobre la víctima que exuda vapores hormonales producto del miedo; pero un miedo que no puede combatir por miedo a la soledad y el apego. Miedo a quedar sólo o sóla sin saber cómo salir económicamente adelante sin el apoyo del acosador o de la acosadora. Es como si existiera una complicidad manifiesta entre el acosador y el acosado y que termina en una vorágine de caos y violencia, ya sea explícita o implícita, porque no siempre la violencia es manifiesta desde el punto de vista físico.


Así, se puede demostrar que es el varón el más propenso a manifestar violencia física, bajo los efectos de sustancias psicotrópicas, y la mujer la que lleva la violencia a niveles psíquicos mucho más sibilinos y difíciles de evaluar. Muchas veces, la falta de inteligencia del varón le hace reaccionar con violencia física contra quien primero lo ha violentado de forma psíquica, quedando así expuesto, como es natural, al escarnio público de la Sociedad, habiéndose creado una falsa dicotomía del Hombre como presunto agresor y la Mujer, invariablemente, como la presunta víctima.


Por otro lado, es otro error muy grande tildar a los psicópatas como agresores físicos. La forma de agredir del psicópata es siempre psíquica, sibilina, mordaz, calculadora y recurrente. El psicópata disfruta mostrando a su víctima su superior inteligencia; pero, en el fondo es un cobarde, pues si la víctima le hiciera frente, el psicópata no sabría cómo reaccionar y cesaría en sus acosos y agresiones psicológicas. Otro error muy común, entre los propagandistas de la psicopatía y el narcisismo, es publicitar que éste tipo de personas son gentes con un montón de problemas de personalidad como complejos y demás. No, eso es un error gravísimo, el psicópata nace con una falta casi absoluta de empatía y, de forma invariable, su psicopatía es encendida cuando observa miedo a su alrededor. El miedo y la debilidad son el detonante que los activa. Por regla general, salvo que haya alcohol y drogas de por medio, el psicópata se desactiva enfrentándolo sin violencia.


En fin, espero que a alguno de vosotros, ya sea chico o chica, os pueda servir las experiencias de éste viejo Quijote, porque creo que existe mucha desinformación al respecto, favorecida por algunos considerados como expertos en la materia y que en realidad no son otra cosa que otros psicópatas a la espera de acoger, en su seno psicopático, a las víctimas de sus colegas no licenciados ni doctorados, para sacarles el poco dinero que tengan en sus bolsillos.


En muchas ocasiones los falsos consejos hacen más daño que el propio silencio. Hay más que psicópatas y narcisistas en éste Mundo; del mismo modo que es mucho más compleja la relación existente entre víctimas y acosadores y decídmelo a mí que, a nivel laboral, he recibido acoso hasta provocarme ataques de ansiedad y pánico que me llevaron en dos ocasiones, por síncopes orgánicos, al Hospital. Y no, no eran psicópatas, sino un plan perfectamente elaborado para que cedieran mis defensas y marchara de la Compañía sin indemnización; pero, tranquilos, no, no lo consiguieron porque Dios siempre estuvo a mi lado; pero sí es duro, muy duro sentirse solo y luchar, cada día, contra todos y todo el tiempo.


Frater Aralba R+C


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