13 abril, 2025

Mantener los rescoldos ardiendo, esa es nuestra Vocación

 “Mantener los rescoldos ardiendo, esa es nuestra Vocación”


-La impostura del engaño jamás podrá suplantar a la Verdad-

Nuestra misión es mantener en alto y bien visible el estandarte de la verdadera y única Rosacruz. Vendrá alguien, detrás nuestra, que recogerá el relevo de nuestras manos, llevando a la Rosacruz hasta el Lugar que, en la Historia, debe de ocupar y no como un sucedáneo de órdenes de, supuesta, mayor enjundia. 


Si se nos preguntara, objetivamente, el ¿Por qué hacemos esto? Probablemente no sabríamos responder. Nosotros entendemos que se trata de una suerte de Vocación; un impulso interior más fuerte que cualquier otra cosa. Un servicio, que sale del Alma, una Fuerza Superior y procedente de Dios sabe dónde.


Lo cierto es que cuando aterrizamos en el Mundo de la Rosacruz, lo hicimos con una clara intención de descubrir algún tipo de farsa. 


Entiendan que nuestra Formación Teológica, procedía del Mundo Protestante; especialmente del Calvinista y Puritano, reconstituido, en el Nuevo Mundo, como Evangélico; es decir, una de las fuentes reformistas más fundamentalista y dirigida a entender las profecías de los últimos tiempos. 


¿Qué podría tener que ver la Rosacruz con esa circunstancias?; bien, lo que descubrimos fue algo muy diferente a lo que intentábamos encontrar: una Reforma sobre una Reforma incompleta; pero una Reforma integral del Mundo, no una dirigida, exclusivamente, hacia lo teológico y religioso; sino también hacia la Ciencia, él Arte y el Pensamiento Filosófico; pero, sí, existía un !Pero!.


Pero nos encontramos con una enorme dificultad constituida por todas las organizaciones que, de un modo u otro, detentaban el nombre de la Rosacruz. Caray, cuántas denominaciones y cada una contaba historias diferentes. Unas te encaminaban a mundos fantásticos surgidos de la Mente de la Sociedad Teosófica, otras te conducían a un extraño Catolicismo de tintes masónicos y otras hacia algún tipo de folklore mágico; ahora bien, todas hablaban de unos pequeños folletos, del Siglo XVII, conocidos como los “Manifiestos Rosacruces”; bien, parecía que había encontrado un nexo en común a todas ellas y nos dirigimos a su lectura, primero, y posterior estudio e investigación. Nos habíamos convertido en un “Buscador de la Verdad”


Cuando escudriñamos en los textos fundacionales rosacruces comprobamos que algo no casaba. Estos textos rebosaban de Cristianismo reformista y no fuimos capaces, al menos nosotros, de ver en ellos, todo aquello que decían representar las sociedades rosacruces a las que había tenido acceso, ya fuese mediante la propia membresía o la lectura de sus textos. No, no pude encontrar allí ese orientalismo teosófico, tampoco esa magia a lo Harry Potter, ni, por supuesto, algún tinte sionista de procedencia masónica. 


Comprendí que algo estaba muy mal. No cuadraba lo que yo entendía de los mensajes de aquellos manifiestos con lo que las diferentes organizaciones, como Doctrina, predicaban e impartían. Y nos convertimos en un Hereje dentro de la propia Herejía de la Rosacruz. 


La Rosacruz que había podido ver con nuestros ojos y mediante el estudio de sus textos primordiales, no se correspondía con la prédica de las diferentes organizaciones que, decían, detentar la herencia de la verdadera Rosacruz.


En ese estudio comparativo de textos encontramos una verdad oculta. Una Verdad que me extrañaba mucho que los fundadores de las diferentes organizaciones no se hubiesen percatado. Nosotros sólo podíamos ver en la Rosacruz una Fraternidad Cristiana constituida por Cristianos devotos que rayaban con el más profundo misticismo. Lo que pude ver en dichos escritos fue a unos buscadores que intentaban profundizar, teológica y teosóficamente, en la Reforma de la que ellos mismos eran partícipes. 


Como alguien que buscase sus orígenes; pero sin poder encontrarlos, por falta de suficiente información documental. No, yo no fui capaz de encontrar magia, en el sentido ritualístico, ni una herejía más allá del propio Cristianismo Primitivo. 


Pronto descubriría que los Rosacruces originales poseían una profunda sed de la verdadera gnosis Cristiana. Una Gnosis que dentro de la propia Reforma Luterana conduciría hacia el misticismo del Pietismo Alemán. Un misticismo ecuménicamente Cristiano que podía sondearse, cercanamente, hasta la Naometría de Simón Estudion o algo más lejos hasta los Alumbrados españoles y el misticismo de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.


Estábamos, de algún modo, al sumergirnos en la profunda y desconocida Historia de la Rosacruz, descubriendo un Mundo Olvidado, el del verdadero Cristianismo Primitivo.


Así, comenzamos, dirigidos por una fuerza interior a reflexionar hasta encontrar las claves de la verdadera Rosacruz. Una Rosacruz que ya, era evidente para nosotros, Cristiana y cargada de un fortísimo nacionalismo alemán. 


Una Idea Bella, una reinterpretación del Cristo sufriente y crucificado en la Cruz, en una bella y olorosa Rosa, o rosas, florecientes en la intersección de dos travesaños de madera que conformaban una Cruz.


Una Rosacruz que habíamos redescubierto nosotros y que necesitábamos que el Mundo Rosicruciano entendiera. Porque si nosotros habíamos entendido el misterio oculto en la Rosacruz, era claro que cualquiera podría encontrarlo también; pero, entonces ¿Porqué había tantas organizaciones, autodenominadas rosacruces, fuera de Alemania; fundamentalmente en los mundos anglófono y francófono?: Porque la Rosacruz es un verdadero ícono de la belleza en su màxima expresión; pero no de una belleza exclusivamente corpórea, sino también de los sentimientos y del Alma. Se trataba de un bello ícono, no solo en su rica simbología sino también de la propia palabra “Rosacruz”. 


Así, muchos fueron los que cogieron prestada, secuestrada o robada, la Palabra Rosacruz y sus símbolos consecuentes, para expresar cosas diferentes de lo que significaba la propia genética Rosacruz. De hecho, es como si todas las organizaciones rosacruces existentes y que han existido formarán esos altos árboles, del Dicho, que impidieran observar el interior del Bosque. Sí, las propias organizaciones rosacrucianas, por su constitución variada y alejada del verdadero rosacrucismo, impedían ver a la verdadera Rosacruz; es como si, la verdadera Rosacruz se encontrase oculta entre tantas rosacruces, todas ellas impostoras. Ése fue nuestro Eureka, nuestro Divino descubrimiento.


Tras muchos años de estudio dentro y fuera de las diferentes organizaciones rosacrucianas; ya fueran de procedencia teosófica o masónica; y de ser iluminado en nuestra Búsqueda Interior, sólo quedaba desvincularnos de todas ellas y comenzar nuestro Camino en solitario. Un Camino que duró bien poco cuando un Iniciado Rosacruz, Frater Sar Amorifer R+C, se fijó en nuestro Trabajo, invitándonos a servir de faro para la verdadera Rosacruz de origen alemán. Así fue como, tras ofrecernos libertad absoluta, tomamos de su mano el relevo de la FRA en España; que a su vez, él tomará con anterioridad, de las manos del Iniciado Frater Sar Camael R+C y éste del Frater Aureolus R+C; conformando, así, un ininterrumpido hilo conductor, a modo de Linaje, entre nosotros, la FRA de Krum Heller comendada, por sus superiores, para los pueblos ibero parlantes, y la de sus maestros Rudolph Steiner y Franz Hartman, Kellner, Mailänder, Prestel, Kerning…, y la Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema, quien se dedicara, en el Siglo XVIII, a recopilar documentos de la Emblemática Rosacruz del Siglo XVII, en la forma de “Los Símbolos Secretos de la Rosacruz de los Siglos XVI y XVII”, conformando, así, repetimos, el hilo rojo ininterrumpido de la verdadera Tradición Rosacruz. Una Tradición verdaderamente Cristiana, verdaderamente Gnóstica y con una vocación de profundizar, de forma ininterrumpida, en la Reforma Universal del Mundo, sin absurdas fantasías ni invenciones rocanbolescas.


Frater Aralba R+C


 





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