05 abril, 2025

LaOración Rosacruz

 “La Oración Rosacruz”


-En sus escalafones como: Oración, Devoción y Contemplación-

Hace unos pocos días realizamos una reflexión bastante completa acerca de la Oración; ¿En qué consiste la Oración?, básicamente “platicar con Dios” y retomamos, como ejemplo, el “Padre Nuestro” del Evangelio.


La reflexión de hoy, creemos que será bien corta, no tratará ni del “qué” ni del “cómo”; sino de “Cuánto”, de Cantidad e Intensidad.


Así podemos afirmar que existen tres grados bien diferenciados y que se corresponden con los grados de evolución espiritual del aspirante a Cristiano Rosacruz:


1.- La “Oración”

2.- La “Devoción”

3.- La “Contemplación”


La Oración, propiamente dicha, es el diálogo de la Personalidad, en momentos muy puntuales, con Dios; siempre mediante la intervención del Mediador o Maestro Interno; es decir, Cristo Jesús. Lo mismo da, que sea una vez al mes, que tres veces a la semana o veinte veces al día; no importa el número. La Oración a secas es algo así como comunicarnos con la Divinidad mediante un intermediario. Bien es cierto que ése intermediario vive dentro de nosotros y es nuestro verdadero Ser, Cristo el Señor al que nosotros, en tanto que mera Personalidad le debemos respeto, pleitesía y adoración.


La Devoción, no es otra cosa que un permanente Estado de Oración. Se trata del mismo tipo de oración que la anterior; pero ya no sé trata de un número determinado de momentos de Oración. La Devoción es un Estado permanente de Oración, las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, las cuatro semanas del mes, los doce meses del año y todos los años de nuestra Vida. En éste tipo de Oración, el Iniciado pudiera parecer estar ido; es decir, encontrarse en otro Mundo, en tanto que se encuentra en un permanente Estado de oración con Dios, mediante la Comunión de la Personalidad con su Cristo Interno; pero no nos debemos de engañar, en tanto que los sentidos y la observación se encuentran extremadamente afinados y amplificados; en tanto que ya no es la Personalidad la que controla las emociones como sí sucedía en el Primer Grado; ahora es Cristo el que se encuentra en el Trono de las emociones y dirige la vida emocional de la Persona.


La Contemplación es el tercer y último grado de Oración y se produce cuando Cristo ocupa el Trono de la Cabeza “La Mente”. Entonces la Personalidad, como se conocía, ya no existe; en tanto que ha sido asimilada por Cristo-Jesús; así se habla de contemplación porque la propia Esencia de lo que fuera la Personalidad es un Estado de perfecta Comunión con Cristo y, por lo tanto, la Oración con Dios es constante y permanente sin algún tipo de intermediación; dado que Cristo es el mismo Dios y la Personalidad ya dejó de ser. La Contemplación en el Cristianismo viene a ser lo mismo que el Estado de Nirvana en el Budismo. La frontera entre lo que fuera el Hombre y la Divinidad se ha diluido y esfumado, no existe. El Ser Humano, Hombre o Mujer, ya no existen en tanto que Hombre Antiguo; ahora, en éste tercer Grado contemplativo se ha transformado en un Hombre Nuevo y cuyo contacto con Dios es pleno y perfecto.


Estos tres grados de Iniciación son los tres grados reconocidos por la Rosacruz y que fueran imitados o asimilados por otras organizaciones fraternales. Ciertamente, por motivos ajenos a la Rosacruz, se han desgajado y multiplicado hasta la saciedad; pero éstos son los tres únicos grados necesarios y que se corresponden, perfectamente, con el Grado de intensidad de nuestra Oración o Comunión con Dios.


Repasemos:


En el Primer Grado, la Oración, es la Personalidad la que dialoga con Dios mediante la interseción del Maestro Interior, Cristo-Jesús


En el Segundo Grado, la Devoción, la Personalidad se ha entregado ya a Cristo-Jesús emocionalmente; siendo éste quien dirige un estado de permanente Diálogo entre una Personalidad moribunda y en descomposición con Dios.


En el Tercer Grado, la Contemplación, la Personalidad ya no existe pues toda su sustancia ha sido asimilada por Cristo el Señor Jesús (el Salvador) la Esencia mortal ha sido renovada, transmutada y resucitada, en inmortalidad, de la fallecida Personalidad dando lugar a un nuevo Ser que permanece en una eterna contemplación de y con la Div

inidad.


Frater Aralba R+C



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