25 marzo, 2025

La Conexión Heindel-Steiner 5

 “La conexión Heindel-Steiner 5”


-Libro de Historia comparada, por Charles Weber-

“Con ésta entrega se finaliza la Sección 1 de 3 del libro: “La Conexión Heindel-Steiner”; donde su Autor, Charles Weber, manifiesta no sólo la validez de las enseñanzas rosacruces de Rudolph Steiner; sino también nos aclara que muchas de las cosas que circulan, en íntimo, dentro de la Rosicrucian Fellowship, acerca de Rudolph Steiner, no solo son falsas e ignorantes sino mal intencionadas.


De éste modo, aunque Charles Weber sólo pretende sacar a la luz la Verdad sin ofender a nadie, sin querer hacerlo, ofende a los fanáticos que han ofrecido un culto a la Personalidad de Max Heindel y a su “prístina e inmaculada Obra” “El Concepto Rosacruz del Cosmos”. Charles Weber se ve en la tesitura de, o mostrar la Verdad u ocultarla para no ofender y decide, gracias a Dios, lo primero, pese a quien le pese y caiga quien caiga.


En la Sección Segunda, que comenzaremos a traducir y ofrecer, en breve, se muestran una serie de escritos, tanto de la Obra de Rudolph Steiner como de la de Max Heindel, que comparándolos entre sí, dada la diferencia cronológica de su hechura, queda claro cuál es la Fuente y quién el que bebe de ella. Así quedará claro que la Fuente, el supuesto “Hermano Mayor de la Rosacruz”, no es otro que el propio Rudolph Steiner y que quien se nutre de ella no es otro que su Discípulo “Max Heindel”, el resto es Historia, siendo mejor asumirla que combatirla de forma ignorante y dogmática, aunque se nos caiga el Ídolo del pedestal, hágannos caso, no es bueno idolatrar a nadie”

(Frater Aralba R+C)


Material del Cosmos que no proviene del Hermano 


Es evidente que el Cosmos contiene considerable material insertado por el propio Heindel, a su propia discreción, y procedente de diversas fuentes. Una breve lista de dicho material incluye la anécdota sobre el Sr. Roberts y su hija (“Una historia notable”, págs. 172-174); la Tabla de vibraciones (electromagnéticas) (pág. 254); gran parte de la información contenida en la sección “La ciencia de la nutrición”, incluyendo la Tabla de valores alimentarios (págs. 450-451) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos;  Los versos de Oliver Wendell Holmes (pág. 159), Ella Wheeler Wilcox (págs. 163, 460), Goethe (págs. 119, 137, 249), Walt Whitman (pág. 114), James Lowell (págs. 114-116), Richard Wagner (pág. 389), Angelus Silesius (pág. 389); referencias al pensamiento y la obra de Caspar Wolff y Haeckel y al concepto de «epigénesis» (págs. 338-339); los experimentos de Starling y Bayliss (pág. 238); la anécdota astrológica sobre el destino maduro (págs. 161-163); los experimentos del Dr. McDougall sobre el pesaje del cuerpo vital (págs. 106-107); la clasificación cuádruple del reino animal (pág. 416);  La ilustración que muestra la correlación entre la tabla periódica de los elementos, la lemniscata ascendente y el caduceo, extraída de la obra del profesor Crookes (p. 410); el relato de la oración del pastor danés para bendecir al ejército de su país (págs. 386-87).


Cabe preguntarse qué tiene que ver un libro dedicado a transmitir las enseñanzas de un Hermano Mayor de la Rosa Cruz con reportar anécdotas científicamente inadmisibles (la historia del Sr. Roberts), citar dudosos experimentos materialistas para pesar el alma (o el cuerpo vital), o utilizar datos emitidos por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. ¿Acaso una obra que pretende exponer elevadas verdades espirituales otorgadas al autor compromete la integridad y pureza de esas enseñanzas al mezclarlas con material tan secular? ¿Cuál es la donación del Hermano Mayor y cuál la contribución del autor? ¿Qué fuentes son suprasensibles y cuáles son puramente mundanas?  ¿Se pretende equiparar a la USDA y al Dr. McDougall con el Hermano Mayor? ¿Se ve manchada por tales inclusiones la afirmación de la procedencia suprasensible de las Enseñanzas? Confiamos en que no. Pero nos anima a creer a Heindel cuando dice que también recibió mucha información valiosa de Steiner, ya que sus fuentes son múltiples y heterogéneas.


¿Cómo consideramos la “primera opción” de los Hermanos?


Si ignoráramos toda la información anterior y diéramos crédito a la afirmación de que Steiner no pasó la prueba de los Hermanos Mayores, ¿no deberíamos, no obstante, estimar a éste individuo a quien los Hermanos instruyeron durante “varios años”? ¿No debería considerarse a los Hermanos Mayores como la primera opción, digna de nuestra seria consideración, para difundir las enseñanzas rosacruces? ¿No son los Hermanos Mayores jueces fiables del carácter y el nivel de desarrollo espiritual de una persona? ¿No está Steiner al menos tan calificado para merecer nuestra atención como los cientos de personas, incluido éste escritor, cuyas opiniones y pensamientos han aparecido en la revista “Rayos de la Rosacruz” y en otras publicaciones más perdurables de la Fraternidad Rosacruz (entre ellas, Prentiss Tucker, Elman Bacher, Theodore Heline, Annet C. Rich, Robert Lewis, Esme  ¿Swainson, Corinne Heline, los numerosos autores de Historias de la Era de Acuario para Niños, el autor anónimo de Visión Etérica y Lo que Revela, los numerosos autores del Libro de Cocina Vegetariana de la Nueva Era? 


Un prejuicio generalizado hacia este eminente individuo, éste Iniciado, (Steiner) ha secuestrado eficazmente su prodigiosa contribución a la ciencia espiritual al juzgarla como herética, contaminada. ¿Se han beneficiado los intereses de la Comunidad y sus miembros, supuestos buscadores de la Verdad, con tal prohibición, una prohibición que no se limita solo a Rudolf Steiner?


El "Estilo Difícil" de Steiner: Eliminando el Elemento Personal


Finalmente, abordemos el comentario de que algunas personas consideran la escritura de Steiner demasiado abstracta, árida o compleja. Heindel, por otro lado, es sincero; la calidez y la sinceridad personal irradian de sus claras exposiciones.  Su fervor y seriedad impregnan todo lo que escribe, y debido a su profunda convicción sobre ciertos temas, especialmente la conducta moral y el servicio, no duda en instar a los estudiantes a adoptar ciertos hábitos y a fundamentar sus principios espirituales en la acción. 


Heindel "habla con el corazón". Todo esto es cierto. Steiner, en cambio, parece distante, a veces académico, incluso pedante. Parecería que estamos hablando de cuestiones de estilo, el medio que transmite el mensaje, sobre cuya base nos inclinamos a emitir juicios sobre el carácter.  Como ha sido nuestra práctica, dejaremos que Steiner explique por qué adopta su particular estilo de presentación:


“Un libro antroposófico [rosacruz] correctamente compuesto debería ser un despertar de la vida espiritual en el lector, no una cierta cantidad de información impartida. Su lectura no debería ser una simple lectura; debería ser una experiencia con conmociones internas, tensiones y soluciones... Soy consciente de lo lejos que está, lo que he dado en los libros, de evocar, por sus fuerzas internas, tal experiencia en la mente del lector. Pero también sé que con cada página mi batalla interna ha sido alcanzar lo máximo posible en esta dirección. En cuanto al estilo, no lo describo de tal manera que mis sentimientos subjetivos se puedan detectar en las frases. Al escribir, someto a un estilo seco y matemático lo que ha surgido de un sentimiento cálido y profundo. Pero solo un estilo así puede ser un despertar; pues el lector debe despertar la calidez y el sentimiento en sí mismo. Él  No puede simplemente permitir que estas fluyan hacia él desde quien expone la verdad, mientras la claridad de su propia mente permanece oscurecida.”—El Curso de Mi Vida, págs. 330-331


Inevitablemente, la verdad espiritual debe filtrarse a través de las personalidades hasta que se obtiene de primera mano. Esto no la invalida. Simplemente se matiza al pasar por la lente única de cada persona. Por eso Steiner se sintió obligado a depurar sus escritos de toda posible subjetividad: 


“Lo que digo lo experimento con todo el rigor que los matemáticos se imponen.”—Carta, 1907, Historia y Contenido, pág.  72. 


El Rosacruz no apela a las emociones


“La actitud del Rosacruz es que lo que cuenta es el conocimiento capaz de comprender e intervenir eficazmente en la vida. La sabiduría Rosacruz considera que hablar repetidamente de compasión y simpatía conlleva un elemento de peligro, pues el énfasis continuo en la simpatía denota una especie de sensualidad astral. La sensualidad en el plano físico es de la misma naturaleza que en el plano astral. Es la actitud que siempre está dispuesta solo a sentir y no a saber. El conocimiento capaz de surtir efecto en la vida práctica —no, por supuesto, en el sentido materialista, sino porque proviene de los mundos espirituales— es lo que nos permite trabajar eficazmente y conscientemente.”—Teosofía del Rosacruz, 1907, pág. 14


“El Rosacruz considera una especie de impertinencia sorprender a la gente con sentimientos. Los guía por el camino de la evolución humana, creyendo que los sentimientos surgirán por sí solos. Les presenta el planeta que viaja por el espacio universal, sabiendo que cuando el alma experimente este hecho, quedará profundamente cautivada por el sentimiento. Decir que uno debe dirigirse directamente a los sentimientos es solo una frase vacía; eso es pura indolencia. La teosofía Rosacruz deja que los hechos hablen, y si estos pensamientos fluyen hacia la naturaleza sensible y la dominan, entonces ese es el camino correcto. Solo lo que el ser humano siente por sí mismo puede colmarlo de dicha o bienaventuranza. 


El Rosacruz deja que los hechos del cosmos hablen, pues esa es la enseñanza más impersonal.  Es indiferente quién esté frente a ti; no debes dejarte afectar por una personalidad, sino por lo que ella te diga sobre los hechos del devenir del mundo.  Así, en la formación rosacruz que dirige la veneración hacia el maestro, se elimina; él no la reclama ni la exige. — ibíd., págs. 160-161


Tan profundo es el respeto de Steiner por la inviolabilidad de la voluntad humana individual que no se permite que ni un ápice de persuasión, en forma de fervor emocional, se inmiscuya en la conciencia consciente. En la medida de lo posible, elimina el elemento personal de lo que escribe para que los "hechos" hablen por sí mismos y el lector tenga plena libertad de interpretarlos a su antojo. Es evidente que se requiere una mayor implicación del lector para animar el contenido de las enseñanzas impartidas. 


Para algunos, este requisito es demasiado oneroso. Pero tener el fuego del alma encendido por medios externos solo produce un efecto temporal y nos inclina a la indolencia espiritual y a descuidar la necesidad de una completa autosuficiencia. Heindel tiene razón al afirmar que, en última instancia, ningún libro...  Ellos, sus obras o las de otros, pueden lograr lo que solo el esfuerzo individual puede lograr.


Verdad y Mente Abierta


Hemos abordado diversas críticas a Steiner y su obra, y las hemos considerado, sin excepción, infundadas. Al contrario, cuanto más investigamos el contenido real de las enseñanzas de sabiduría de Steiner, más confirmamos su relevancia y ratificación de los preceptos fundamentales para el desarrollo espiritual propuestos por Max Heindel y adoptados con gratitud por los estudiosos del cristianismo rosacruz.  


Este descubrimiento, gracias a su mérito, sólo puede redundar en nuestra prosperidad colectiva si nos decidimos a tomar en serio el consejo de Max Heindel: abrir y mantener abiertas nuestras mentes y almas en busca de la verdad, para discernir y encarnar la verdad que buscamos, la verdad que nos hará libres: 


«Debemos mantener siempre la mente abierta para recibir nuevas verdades... [pues] aún existen verdades mayores que no hemos aprendido» (1 Q & A, p. 363).


Por muy loables que sean la buena voluntad y las buenas intenciones, por sí solas no pueden garantizar la acción correcta, para la cual solo el conocimiento verdadero puede ser determinante. La historia está repleta de acontecimientos emprendidos en nombre de «buenas causas» y creencias justas que, sin embargo, han causado daños y sufrimientos incalculables a la humanidad y a toda la vida porque no se basaron en las verdades vivas sobre las que se funda, se mantiene y evoluciona la creación. La ignorancia es el único pecado.  El conocimiento aplicado es la única salvación (Conferencias sobre el Cristianismo, págs. 20, 236). 


Como miembros de la Fraternidad Rosacruz, no podemos, con toda honestidad, ser sinceros sobre el progreso de nuestra misión, una misión para la que Max Heindel demuestra sus eminentes cualidades y con la que estaba sumamente comprometido, si obstruimos o suprimimos una fuente vital de la riqueza espiritual de la Fraternidad. 


Incluso ahora, somos beneficiarios, en gran medida ignorantes, de ésta corriente de sabiduría rosacruz. Seamos receptores conscientes y agradecidos de ésta sabiduría que se nos ha concedido, para que podamos promover mejor nuestra noble causa.


Bloquear el material disponible a través del tesoro de enseñanzas de sabiduría de Steiner es contraproducente para nuestra causa e irracional. El Cosmos mismo da testimonio de lo que nos hemos beneficiado: enseñanzas directamente de Steiner o de una fuente compartida por ambos Iniciados.  Si nos negamos a abrir los ojos y la mente a este vasto acervo de Enseñanzas Rosacruces, enseñanzas que actualmente desconocen la mayoría de los miembros de la Hermandad, rechazamos la ayuda y la sabiduría que nos brindó el propio Christian Rosenkreutz, pues Rudolf Steiner fue quizás el mensajero y discípulo más público y consumado de esta noble Individualidad. 


Hacer tal afirmación no menoscaba los excepcionales logros de Max Heindel ni disminuye la estima que le tenemos. ¿Cómo podría hacerlo?


Su luz brilla con más intensidad que nunca. Él sabe, y quiere que sepamos, que él, Steiner y otros esoteristas cristianos son siervos de la misma y única Palabra viviente: Cristo.


¿Quién tiene la verdad? Nuestro "tribunal interno" (Cartas a los Estudiantes, pág. 205) nos lo dirá. Es la autoridad final para determinar la verdad de cualquier afirmación. No apelamos, ni debemos hacerlo, a ninguna autoridad externa como base de nuestra creencia. Como aconseja Steiner: 


"No crean nada basándose en mi autoridad, sino simplemente tomen lo que digo como una indicación y luego compruébenlo ustedes mismos... Cuanto menos se apoyen en la autoridad, más comprenderán a Christian Rosenkreutz" (Cristianismo Esotérico y la Misión de Christian Rosenkreutz, 13 conferencias, impartidas en varias ciudades europeas entre 1911 y 1912, pág. 60).  


Así pues, en la medida en que se considera la relación Steiner-Heindel como adversaria, en esa misma medida está vigente el insensato faccionalismo denunciado por Pablo en 1 Corintios 2. Allí, la disputa giraba en torno a quién estaba con Cefas, quién con Apolo y quién con Pablo. Estar tan atrapados en esta pueril disputa y sectarismo demuestra que los facciosos son carnales. 


Lo que importa es Cristo, nuestra Fuente y Poder presente, la Luz de la Tierra, la Verdad transformadora. 


El poema de Heindel lo dice: aquí están sus opciones: Credo o Cristo. Como afirma Heindel, el Cosmos no es una verdad entregada de una vez por todas. Es solo una digresión preliminar. Siendo así, sigamos adelante. 


Nuestra fidelidad a la verdad es clave para nuestro progreso espiritual.  La siguiente cita habla del meollo del asunto: 


“La forma en que se sientan aquí, uno junto al otro, como Escuela Esotérica nunca antes habría sido posible en la historia de la humanidad, y los poderes que se oponen a los Maestros de la Sabiduría y de la Armonía de Sensaciones y Sentimientos [Jesús y Christian Rosenkreutz] —poderes luciféricos y ahrimánicos— se esfuerzan, por supuesto, por atacar a los esoteristas en sus puntos débiles... Sin embargo, hay almas perezosas que no quieren aprender; de estas, los poderes luciféricos toman el control y les sugieren que, en lugar de estudiar, en lugar de buscar el camino directo... prefieren esperar a un líder mundial que les dé con ambas manos, para no tener que esforzarse. Para no ceder a tales ideas erróneas, debemos cultivar siempre la verdad como nuestra posesión más alta y sagrada, y nunca hacer concesiones que sean contrarias a la verdad, porque  Los esoteristas nunca deben ofender la verdad. Es terrible y una grave ofensa para los esoteristas tergiversar la verdad por consideraciones fraternales, obscurecerla, aunque sea mínimamente, para no ofender a alguien, pues esa persona también resultará perjudicada. Y si, con el corazón lleno de lágrimas, nos vemos obligados a presenciar cómo alguien —quizás alguien a quien amamos— ofende la verdad, debemos, no obstante, aferrarnos a lo que sabemos que es correcto, sin importar las consecuencias para nosotros... Aunque tengamos que condenar lo que hacen las personas, nunca debemos criticarlas, sino amarlas. Si realmente las amamos o no se nos revelará en los momentos de nuestra meditación.  No llevar con nosotros ninguna de nuestras simpatías, antipatías ni pequeñas preocupaciones a los mundos espirituales: eso nos abrirá estos mundos y nos permitirá entrar en ellos de la manera correcta”. —Comentarios en Clases Esotéricas 1912, H & C, págs. 316-319


El objetivo de la ciencia del espíritu: la curación de la humanidad


No podemos ofrecer un argumento más pertinente y elocuente para difundir enseñanzas rosacruces adicionales a través de los auspicios de la Fraternidad Rosacruz que el que ofrece Steiner en el siguiente pasaje.  Seguramente obtendría el rotundo respaldo de Max Heindel, ya que refleja su postura frecuentemente expresada:


“La salud solo se puede obtener cuando el ser interior profundo de una persona está lleno de espíritu y verdad. [El objetivo de la ciencia espiritual] es traer sanación a la humanidad, no permitir que una u otra persona adquiera conocimiento de tal o cual hecho... Solo hay una prueba de las enseñanzas de la ciencia espiritual, y es la vida misma.

Las doctrinas científico-espirituales demostrarán ser verdaderas si una vida sana crece bajo su influencia... No tienes que creer nada de lo que digo; no es una cuestión de creencia... escucha, sin embargo, y asimílalo... Podemos entrar en el mundo superior solo si podemos absorber algo de su naturaleza en nosotros mismos... La visión espiritualista del mundo... intenta arrastrar lo espiritual hacia lo físico, colocarlo frente a nosotros como si fuera algo material... Ponte en la posición en la que estarías si Cristo Jesús estuviera  ¡Aparecer en la actualidad! ¿Cuántas personas creen que lo aceptarían sin reservas? Diría que algunos acudirían a la policía si alguien apareciera haciendo las mismas afirmaciones que Jesucristo hizo una vez... El mero conocimiento de que existe tal mundo [espiritual] no significa, después de todo, gran cosa... Esa es la verdadera unidad, la verdadera forma de hermandad: no exigimos a los demás que se lleven bien con nosotros por tener las mismas opiniones que nosotros, sino porque permitimos a cada uno tener sus propias opiniones... Solo nos entendemos completamente cuando nos permitimos una completa libertad de autoafirmación.  Conferencia de Berlín, 1906, Historia y Contenido, págs. 354-68.


El Sendero Rosacruz es el camino del cristiano profundo, reflexivo y consciente. Compartimos nuestro conocimiento, de primera y segunda mano, para la elevación, la iluminación y la sanación de nuestros semejantes. Esta no es la Fraternidad de Max Heindel, ni él aprobaría la cuarentena sobre las verdades espirituales que ha existido aquí. Existía una verdadera efervescencia de ideas en Mt. Ecclesia durante la vida de Heindel. 


Los primeros Rayos (antes de que se llamara la Revista así en 1915, se llamaba los Ecos de la Rosacruz) dan testimonio de ello. En aquel entonces contenía estudios sobre egiptología, mitraísmo, gnosticismo, la Cábala, Swedenborg, masonería, magia y las leyendas del Grial. ¡Y Heindel era el editor! Que su ejemplo nos sirva, pues, de modelo para la inclusividad de nuestros intereses. 


Él  No se limitó a alimentar a sus lectores con cuchara ni los vigiló como un detractor del Antiguo Testamento. Pero ahora hemos dogmatizado nuestra fuente y encadenado el espíritu del impulso fundador de la Comunidad. Ese pozo de sabiduría que sacia el alma se está agotando rápidamente, a pesar del valor de la repetición. La constante recurrencia de frases hechas y citas se vuelve tediosa y mecánica, como los estribillos de las liturgias ortodoxas. 


Esto no tiene por qué ser así. ¿Qué queremos decir realmente cuando decimos: «Seamos fieles a las enseñanzas del Hermano»? ¿Las del Hermano? ¿Las de qué Hermano? ¿Cómo se evidencia en qué? 


Seamos más bien fieles a la verdad, como lo determine nuestro sentido más elevado y vigilante de lo que es correcto y razonable, a la luz de Cristo y de su Espíritu Santo. Entonces también se servirá mejor a Christian Rosenkreutz, e invocará.  


Entonces, el aspirante cristiano que busca la verdad esotérica mediante un esfuerzo sincero y de todo corazón encontrará la iluminación. Mediante este compromiso intrépido con la verdad viva, la Fraternidad Rosacruz se regenerará y cumplirá su elevado destino.


Pag 42 


Charles Weber (Traducido del original en inglés por Google)










  



No hay comentarios:

Publicar un comentario