24 marzo, 2025

Franz Hartman y los rosacruces

 “Franz Hartmann y los rosacruces”


-Una Historia que trasciende a cualquier Personaje-

A partir de la aparición del Movimiento Rosacruz, fruto del Círculo de Tubinga, encabezado por Valentín Andreae, la Rosacruz se bifurca en tres caminos principales: la vía pansófica, encabezada por Comenius el Creador de la moderna Pedagogía. A ésta Rosacruz, la podríamos denominar “sin nombre”, en tanto que su esencia quedaría impresa, a partir de la Didáctica, en todos los colegios, escuelas, institutos y universidades; es decir, ése “El Conocimiento de Todo, al alcance de todos” es toda una impronta Rosacruz que ha llegado hasta nosotros de una manera, vamos a llamarla, soterrada; pero muy viva. 


Después, bastantes décadas después, de la mano de la masonería alemana, concretamente de la Logia “Las Tres Espadas”, surgiría una suerte de Logia de Investigación, conocida como “La Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema”, cuyos miembros, elitistas, además de practicar la Alquimia y el Hermetismo, se dedicaron a recopilar toda la emblemática que pudieron de la Época del Rosacrucismo y confeccionar, con ella, el denominado como “Cuarto Manifiesto de los Rosacruces”: “Los Símbolos Secretos de los Rosacruces de los Siglos XVI y XVII. 


Ésta Rosacruz, masónica vamos a denominarla así, se ajustaba más a los patrones de una Masonería elitista que a lo que pretendiera, en origen, el denominado Círculo de Tubinga, donde nacieron los tres manifiestos conocidos: la Fama, la Confessio y las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz.


Pero, además, existió y existe una Vía, más legítima y que se relaciona, directamente, con la mística Rosacruz y que se ha venido transmitiendo de Maestros a Discípulos. Éstas organizaciones y éstos maestros jamás detentaron el Título de Rosacruz, porque los verdaderos Rosacruces siempre han procurado no utilizar, de forma abierta, dicho nombre; de hecho, la inmensa mayoría de tales maestros, dentro de una humildad y prudencia que los dignifica, han mantenido un anonimato absoluto, obligando a sus propios discípulos a jurar que jamás los descubrirían.


De esa línea mística, íntimamente emparentada con el Pietismo Luterano; por otro lado, inspirado en los antiguos herejes valdenses, es de donde podemos descubrir unos pocos nombres: el médico Paracelso, por ejemplo, que sin haber detentado el nombre de Rosacruz, los rosacruces aún no existían; sin embargo fue el gran Maestro e inspirador de los componentes del Círculo de Tubinga, una Sociedad de Cristianos empeñados en profundizar en la Reforma de Lutero e intentar retomar el hilo de Ariadna que les comunicara con el Cristianismo Primitivo, anterior a los “Padres de la Iglesia” y de qué ésta fuese institucionalizada como la Religión Oficial del Imperio Romano.


Así tendríamos a unos pocos místicos rosacruces alemanes bien reconocidos:


Además de Valentín, Tobías y Cristopher… (los fundadores)


Jacobo Bohemme, humilde zapatero (1575-1624)


Samuel Richter (Sincerus Renato), pastor luterano y médico (alrededor de 1700)


Karl Von Ekerthaussen, Bibliotecario y jurista (1752-1803)


Justo durante la fundación de la Sociedad Teosófica, 1875, Helena P. Blavatsky expuso: 


“El Maestro “M” ordena formar una Sociedad secreta, a modo de una Logia Rosacruz, promete ayudar en este trabajo”.


La propia Blavatsky llegó a mencionar que en Alemania era el único lugar de Occidente donde había un verdadero Mahatma, el Maestro “M”.


Por otro lado, Willy Schroedter en su obra “Cuadernos Rosacruces” indica que Helena Petrovna Blavatsky llegó a ser miembro de la escuela de “Aloise Mailander”, la “Bund der Verheißung” (Pacto de promesa); además, también, los teósofos alemanes de aquella Época como nuestro Franz Hartmann, Friedrich Eckstein, Gustav Meyrink y otros, iban a Kempten visitando a Mailander con el fin de recibir sus enseñanzas, entre ellas los conocidos como “Ejercicios de Kerning”. *

* Al parecer no existe confirmación alguna de qué Blavatsky fuese alumna de Mailander. A lo sumo lo habría conocido porque se lo presentaran. En ese caso, la letra M podría ser del Mahatma Moyra, aunque lo extraño del caso es que un Maestro hindú recomendara constituir una Logia Rosacruz dedicada al Cristianismo y, por lo tanto, a la Tradición Occidental. Quedamos a la espera de nuevos descubrimientos.


También se conoce que Mailander, como Maestro “M”, o Johannes, es señalado por Rudolph Steiner, visto en un artículo anterior, como quien lo iniciara en los misterios rosacruces.


Entendemos así que, muy probablemente, fuera Franz Hartmann, fundador de la sección Alemana de la Sociedad Teosófica, quien pusiera en contacto al Maestro “M” con la propia Señora Blavatsky.


Como consecuencia de dichas enseñanzas, el propio Franz Hartmann formó la “Orden Rosacruz Esotérica” e intentó construir en Kempten, supuestamente sin llevarlo a efecto, un templo-castillo rosacruz, lo cual viene reflejado en su novela esotérica: “Una aventura en la mansión de los adeptos rosacruces”.


Deja dicho Franz Hartmann: 


“(...) debido a una serie de circunstancias que serían demasiado largas narrarlas, estas me llevaron a conocer a un ocultista (Alois Mailander) que era el líder de un pequeño grupo de rosacruces.  (...) 


Debido a ésta circunstancia, en lugar de viajar a Texas (Estados Unidos) me quedé en Kempten en donde él (El Maestro) me presentó a sus amigos, luego asistí a sus reuniones y me convertí en uno de sus discípulos, y seguí sus instrucciones (rosacruces) durante muchos años.


Estas personas no se llamaban a sí mismas “Rosacruces” pero sin embargo actuaban como tales. (Los verdaderos Rosacruces jamás se autodenominan como tales)


No eran personas cultas, sino todo lo contrario ya que la mayor parte de ellas eran tejedores de una fábrica en donde tenían que trabajar desde temprano hasta tarde por un salario muy bajo. Los dos líderes del grupo (Alois Mailander y Nicolaus Gabele, su cuñado) ni siquiera sabían leer ni escribir (Esto podría ser una exageración de un Personaje tan instruido y erudito como Franz Hartmann), y sin embargo parecían conocer los mismos misterios (Sin estar explicados del mismo modo) contenidos en los libros de los místicos y en los escritos de Blavatsky.


Ellos sabían estas cosas, no por estudios, sino por una revelación interior (Clarividencia), y su enseñanza no consistía en dar la información de lo que otras personas habían enseñado (No repetían como loros) o incluso de lo que ellos mismos habían experimentado, sino en mostrar el camino hacia la percepción directa de la verdad y en la preparación de uno mismo para recibir esa revelación en nuestro interior (en suma, servir de meros tutores para que cada cual encuentre su vía por sí mismo).


Raramente ellos respondían a las preguntas que les hacíamos para satisfacer nuestra curiosidad, pero en cambio  hacían preguntas sobre las cuáles uno debía de meditar y encontrar la respuesta por sí mismo (al modo de los Diálogos de Platón).


Y su guía no se llevaba tanto por medios externos, o consejos verbales, sino más bien por visiones simbólicas experimentadas durante los sueños o cuando uno se encontraba en estado de meditación, o incluso por signos y letras que aparecían visibles hasta en la piel (Debido al poder de autosugestión de la Mente).


Porque deben de saber que el estado del Alma se expresa en formas e imágenes (Símbolos), y si aprendemos a leer estas imágenes correctamente, podemos conocer el estado de nuestra condición interior y actuar para mejorarla en consecuencia, al igual que como lo hace un jardinero que al observar sus plantas, sabe cuales debe de cuidar y cuáles debe de eliminar (Todo ello es el Proceso Crístico Rosacruz).


Y así como el amanecer que aparece en el cielo antes de la salida del sol, paulatinamente un estado de conciencia más elevado y más interior comenzó a aparecer en mi mente, revelándome, con ello, las bellezas de un estado superior de existencia (Conciencia).


Descubrí que es mucho más importante encontrar al verdadero Maestro y Guía que hay dentro de nuestra propia alma (Cristo, el Maestro Interior) que buscar satisfacer la curiosidad (pura vanidad erudita) de saber todo acerca de los Maestros que se encuentran en el Tíbet, y que es mucho más valioso ayudar a crear un cielo dentro de nuestra propia mente (Proceso de Cristificación) que estar informado de lo que se dice que tuvo lugar en el momento en que nuestro mundo fue creado, o cómo vivieron los antiguos lemurianos y atlantes, por muy interesante y entretenida e incluso instructiva que sea esa información.


Estos “Rosacruces” no buscaban la notoriedad, ni deseaban atrapar miembros (Huían del proselitismo); sino que al contrario ellos deseaban permanecer desconocidos y evitaban la publicidad (Por prudencia y humildad).


Permanecí en contacto con su líder (Alois Mailander) hasta que este murió, y muchas de las verdades contenidas en los numerosos libros que he escrito me fueron aclaradas a través de su guía.


Dar un recuento detallado de las enseñanzas así recibidas requeriría no sólo de un artículo más extenso que éste, sino de un libro completo, y el lenguaje místico en el que se dieron muchas de estas comunicaciones sería similar a algunos de los escritos de Jacob Boehme, Jane Leade y otros grandes instructores que permanecen incomprensibles para muchos lectores, porque tales enseñanzas tratan con verdades internas (Comprendidas solo por las almas despiertas) y no con los hechos externos conocidos por todos.


Y a menos que uno haya experimentado las bellezas de la vida superior e interior, éstas verdades internas se encuentran más allá del alcance de la mente mortal (del alma-personalidad), debido a que todos vivimos una vida de ensueño (Ilusoria), y no podemos conocer la realidad si no tomamos consciencia primero de la existencia de esa realidad (Superior) en nuestro interior…”


(Franz Hartmann; The Occult Review 01/1908 pag 30-32)


Es significativo que, oficialmente, la Rosacruz jamás ha podido construir Templo de piedra alguno en Alemania. Ya se dice en los manifiestos que el Templo del Espíritu Santo es Invisible, estando en todas partes y en ninguna; en tanto que se trata de una Morada Espiritual. Así, la morada de Christian Rosenkreutz es simbólica como su morador, Franz Hartman lo intentó pero no lo consiguió. Existe el Goetheanum de Steiner en Dornach (Suiza); pero jamás se intentó construir en territorio alemán.


Otra curiosidad respecto de nuestro Protagonista, Franz Hartman, es que fue quien descubriera en 1880…, aproximadamente, en una biblioteca olvidada y en un estante polvoriento, el Libro “Los Símbolos Secretos de los Rosacruces de los Siglos XVI y XVII”, perteneciente al Antiguo Cuerpo colateral masónico alemán de “La Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema”. Fue el propio Hartmann quien tradujo ésta joya Rosicruciana al inglés, poniéndola, así, a disposición del mundo anglosajón.


De éste modo, en forma provisional, finalizamos éste acercamiento al Mundo Rosacruz, en torno a Franz Hartmann; pero aún queda mucha Historia que descubrir en una Tierra, Alemania, donde el Secreto de la Rosacruz y de los Rosacruces, auténticos; esos místicos íntimamente relacionados con el Pietismo luterano, inspirado en la Iglesia Valdense y en el Cristianismo previo a ser convertido en Religión de Estado, sigue envuelto en la neblina del pasado. 


Quizá en algún baúl olvidado en una antigua y ruinosa casa, o durmiendo el sueño de los justos de algún anaquel, de Biblioteca añeja, polvorienta se encuentre esa joya que nos sirva para restaurar ese hilo rojo del verdadero y genuino Linaje Rosacruz.


Frater Aralba R+C

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario