29 enero, 2025

El Mito Gnóstico de Valentín

 “El Mito Gnóstico de Valentín”


-Las ideas gnósticas como meras hipótesis de trabajo para entender, racionalmente, la formación del Mundo-

No existe mayor estupidez, por parte de la Teología Ortodoxa, que interpretar los mitos gnósticos de forma literal y al pie de la letra; es decir, como hechos reales e históricos que tuvieron lugar en algún momento del comienzo de todo.


Creemos que, a estas alturas, nuestros lectores sabrán que la Mitología Griega precedió a la Filosofía Griega, estando ambas íntimamente relacionadas; en tanto que la Mitología es previa a la Filosofía y fuente de ésta. Así, la Mitología Gnóstica es previa a la filosofía gnóstica y que no es otra cosa que la propia Gnosis.


En ésta reflexión no vamos a alabar ni retractar a Valentín, sino poner en contexto de su época, los pasos que diera para construir su mitología gnóstica y que tan bien sirviese para el desarrollo de la Filosofía Gnóstica que ha llegado hasta nuestro presente.


La Mitología Gnóstica, como el resto de mitologías, consta de palabras clave en forma de personajes, humanizados, cuya única intención es llevarnos a la necesaria y profunda introspección que nos permita, como diría Platón, “Recordar” aquello que, como memoria subliminal, ha venido con nosotros; pero que, a nivel consciente hemos olvidado. Nos referimos a la Memoria Ancestral, una memoria que se remonta a antes de la creación del Mundo, cuando los seres humanos no existían; pero sí su “Idea” y Espíritu Divino.


¿Cual es el problema? Que los seres humanos, más por condicionamiento que por naturaleza, vivimos comparando lo idealizable con lo existente y así, Valentín, decide de forma errónea interpretar que en el Pleroma existen entidades masculinas y femeninas como si de personas se tratase; algo que, falsamente, podría interpretarse como idolatría y dualismo.


No, en verdad la Gnosis, en comparación con el Maniqueísmo, otra forma de Gnósis procedente de Persía, no es dualista sino monista o monoteísta si lo vemos desde un punto de vista teológico, en tanto que para la Gnosis lo único eterno, infinito y preexistente es el Pleroma, la Plenitud del Uno, el verdadero Dios.


Existe una manía, entre los eruditos, Valentín también lo era, de jerarquizar, catalogar y nombrar los personajes míticos que serían fuente de la Filosofía Gnóstica. Así, desarrolla toda una jerarquía de entidades espirituales, emanaciones del Pleroma, y que nombra por pares, en tanto que masculinas y femeninas, tal y como en la Vida ordinaria, aquí en la Tierra sucede. Lo que no sabía Valentín es que también existen seres andróginos, no sexuados, que pueden reproducirse sin necesidad de la sexualidad tal y como la conocemos. Pero ese no es el error más grande de Valentín y otros antiguos gnósticos sino creer, basados en la Ley Hermética de “Como Arriba es Abajo” que como en nuestro mundo material ordinario es en el Mundo inmaterial del Pleroma. Y eso, lo cierto es, que nadie ha venido del Pleroma para contarnos cómo es, qué entidades viven allí, que jerarquías lo conforman y, para más INRI, cuales son sus nombres y cómo utilizar sus nombres para realizar procesos mágicos de Naturaleza Ritual.


En lo que se equivocan tanto los escribas gnósticos, como sus intérpretes, ya sean teólogos o teósofos, es en considerar a las emanaciones que pueblan el Pleroma como entidades personales e individuales, cuando no se trata de otra cosa que características o cualidades y que para diferenciarlas le colocaron los nombres que han llegado hasta nosotros; es decir, el Pleroma siéndolo Todo, también contiene la Memoria, la Dualidad, la Trinidad, la Voluntad de Crear (El Demiurgo), la Sabiduría (Sophía la Madre Naturaleza), la propia Creación (el Universo multiverso), la Fe, la Esperanza, la Caridad (Amor)..., etc, etc; por cierto, todas ellas Eones.


Creo que, a partir de ahora, entenderán que es tan estúpido considerar las infinitas cualidades del Pleroma como si se tratara de Entidades con capacidades de Personalidad individual, lo que de ser así no sería otra cosa que un Sistema Politeísta en lugar de Monista. Los Eones son cualidades, propiedades o características del Pleroma que ocupan el mismo espacio del Pleroma, no se trata de esferas divinas e individuales que como electrones se rozan unas con otras.


Podemos afirmar que cada infinito Eón, su suma, daría una cifra infinita como infinitas son las características del Pleroma y esas características no están colindantes unas de otras sino que se superponen integrando la única Unidad del Pleroma. Así, podemos afirmar que el Pleroma Infinito contiene un infinito número de Eones ocupando el mismo “Espacio” y que en cada Eón existe o podría existir un infinito Universo, constituyendo éstos un Sistema multidimensional de infinitos o incontables universos; pero, siempre partiendo de la Idea de que el Pleroma, como unidad de Pensamiento Cósmico, en su totalidad, es Uno, no existen divinidades positivas o negativas que acompañen al Pleroma ni divinidades menores creadas por algunas características del Pleroma que se encuentren apartadas del Pleroma, en algún vacío o nada inexistentes.


Así Valentín nos dice, con toda su natural ingenuidad, que la Entidad Sophía comete un error al comenzar un proceso creativo sin consultarlo al resto de los Eones y que no son otra cosa, junto con ella, que el mismo Pleroma. Habría sido una imposibilidad que ni el Pleroma ni sus hermanos se hubiesen enterado, en tanto que comparten una misma Unidad existencial con una misma conciencia y una misma memoria. Por lo tanto, el Mito Gnóstico de Valentín, con toda su jerarquización bipolar, no es otra cosa que un subterfugio para intentar explicar, comparando con el Mundo conocido, aquello que pertenece al Pleroma y que, por naturaleza, es Incognoscible y, por tanto, también inexplicable, al menos con las palabras y gramáticas humanas que conocemos.


Es el propio Pleroma, en tanto que Mente Creadora, Útero Cósmico e Ideas a materializar, entre otras infinitas cualidades y características el que realiza los actos creadores de los diferentes Eones y, por consiguiente, la creación de los infinitos universos que se mecen en los planos cuánticos, placentas, de los diferentes eones y que conforman el Multiverso interdimensional y en los que éstos Universos ocupan todos el mismo espacio multidimensional; pero se mueven en diferentes frecuencias, constituyendo, espacio tiempos diferenciados y separados, dimensionalmente, unos de los otros.


Esto es un pequeñísimo ejemplo de la Filosofía Gnóstica, Gnosis, que se puede sonsacar de la Mitología Gnóstica que nos legaron, para la posteridad, los cristianos gnósticos primitivos.


Recuerden mis amigos, no hay contradicción entre los relatos gnósticos, existen diferentes niveles de percepción o diferencias de visualización, en los anales de la Memoria de la Naturaleza, por parte de los hermanos gnósticos clarividentes.


De todo lo anterior podemos sacar la conclusión de que no debemos de precipitarnos a la hora de sacar conclusiones euclidianas o cartesianas. Todo es muy diferente de las posibilidades de nuestro entendimiento o percepción. Tomar los mitos gnósticos como historias cósmicas reales es tan tonto como pretender que los mitos griegos sucedieron en verdad.


Debemos de tomar los mitos a modo de tormenta de ideas para hacer trabajar a nuestra Mente e intentar que, navegando por su sinuoso interior, pueda traernos de regreso esa Memoria Perdida de la que tanto hablamos. Esto es lo mismo que decir que la Gnosis son esos recuerdos recuperados que el conjunto de la Humanidad ha logrado traer a la existencia a lo largo de toda su Historia.


Frater Aralba R+C

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