“Visitantes de dormitorio, terrores nocturnos y parálisis del sueño”
-¿Abducciones o experiencias de nuestros yoes de otras dimensiones?-
“Cuando uno se despierta, de forma súbita, del sueño de fase Rem o “movimientos oculares rápidos (R.O.M.)”, se produce una disociación entre el cerebro, que ya se encuentra en estado de vigilia, y el cuerpo que aún no ha salido del estado anterior; de modo que se encuentra paralizado por un periodo, aproximado, de unos tres minutos, causando generalmente, una terrorífica sensación de pánico.”
(Definición científica de “Parálisis del Sueño”)
El Mundo de los sueños está extraordinariamente estudiado por los neurólogos, cuyos doctos trabajos pueden encontrarse en Internet; por lo tanto, dejamos a nuestros lectores que sean ellos, si están interesados en éste tema, que investiguen por sus propios medios. Aquí vamos a tratar sobre el significado profundo de algunos de los Efectos fisiológicos y psíquicos que más se producen en ese estado intermedio entre el Sueño y la Vigilia, también conocido como “Duermevela”.
Es en este período del sueño, donde siguiendo unos ejercicios apropiados (Concentración matutina y Retrospección Nocturna), podemos tener los denominados como sueños lúcidos y que nos pueden servir para solucionar problemas que se producen durante el Estado de Vigilia; es decir, de nuestra Vida cotidiana. Es en éstos periodos del sueño que los inventores realizan, previamente, sus inventos, los ingenieros descubren soluciones efectivas a sus problemas y los físicos y matemáticos encuentran soluciones imaginativas a sus ecuaciones, supuestamente, irresolubles.
Pero, también, es el momento en que se producen situaciones siniestras que pueden provocarnos terrores nocturnos con el consiguiente despertar de forma precipitada, con pulso acelerado y sudor frío. Es aquí, precisamente, en éste punto donde se producen las visitas de dormitorio (abducciones extraterrestres), encuentros con íncubos y subcubos, y la parálisis del sueño que puede o no estar acompañada por algún siniestro Personaje como el Guardián del Umbral del que hablan los Rosacruces u otras entidades interdimensionales relacionadas con la Jerarquía de los arcontes, desde pequeños duendes o trasgos hasta entidades angelicales o demoníacas.
Muchos de los sucesos que suceden en nuestros sueños lúcidos, pueden marcarnos de por Vida, al Ser sucesos extraordinarios, no relacionados con nuestra Vida cotidiana; pero tan lúcidos que, en un primer momento, no sabríamos distinguir si ha sido un sueño o un suceso de la Vida que denominamos como real. En realidad, todos esos sucesos son tan reales como lo que nos sucede durante el Periodo de Vigilia, aunque no se hayan producido en nuestro Plano habitual de la Realidad; es decir, no suceden en nuestro Plano de cuatro dimensiones (Espacio-Tiempo); pero proceden de otros planos o dimensiones de existencia, más o menos separados, vibracionalmente, de aquel al que estamos acostumbrados cuando estamos despiertos.
El problema consiste en que los científicos, generalmente, estos efectos extraordinarios los atañen a diferentes funciones fisiológicas, cuando muy posiblemente sea justo lo contrario; es decir, que esos efectos fisiológicos se produzcan como consecuencia de las experiencias oníricas.
Y esas experiencias oníricas no serían otra cosa que cosas reales que están aconteciendo en otros planos de Realidad. Si somos atropellados y morimos en el sueño, con el consiguiente despertar repentino, muy probablemente hayamos muerto de verdad en otra dimensión, aunque a nosotros, en tanto que personajes de nuestra realidad sigamos vivos aunque muy asustado por lo acontecido.
También puede suceder que, tras un síncope; es decir un desmayo o colapso súbito y repentino, al regresar conscientemente, podamos tener la sensación muy vivida de haber recibido una soberana paliza. Lo curioso del caso es que, muy probablemente, tras despertar estemos lesionado y cubierto de sangre por los golpes debido a las convulsiones de nuestro Cuerpo y choque de éste contra el suelo o partes rígidas del mobiliario. En principio, lo que se nos viene a la cabeza es que ha sido algo accidental producido por el síncope; pero lo más probable es que sea justo al contrario; o sea que el síncope y convulsiones, en nuestro Plano, hayan sido el efecto de una paliza recibida, por nosotros, en otra Dimensión de otra Realidad.
Así, viéndolo en sentido inverso, la parálisis del sueño, que es un efecto puramente fisiológico, puede ser consecuencia del miedo acontecido en otra realidad visible durante nuestro periodo de sueño. Cuando esa parálisis va acompañada de algunos personajes.o entidades, podría ser debido a que estamos siendo acosados, violados o torturados, siempre maniatados y sin poder movernos, en otra dimensión.
Que esas entidades puedan verse de una u otra manera es producto de nuestra imaginación, basado en una concepción muy personal, por lo que, quizá, sea probable que lo que nosotros relatemos respecto de nuestra experiencia onírica, aún habiendo sucedido realmente, no se corresponda con la verdad de los hechos. Así, se podrán narrar encuentros con duendes o hadas; hombrecitos verdes o grises; vampiros u otros terribles monstruos mitológicos; en realidad, se trataría de una reinterpretación, a medida, de nuestra psique. Así podríamos concluir que estás experiencias han sucedido desde que el Hombre pisó la Tierra, aunque las historias han sido relatadas de muy diferentes formas, encuentros con entidades feéricas, apariciones religiosas o, más recientemente, como entidades extraterrestres que nos atan a una camilla para experimentar con nosotros y, por lo que cuentan los protagonistas, no pueden moverse ni son capaces de poder gritar o articular palabras alguna.
Del mismo modo, quienes padecen de estas experiencias interdimensionales, no pueden escapar de los incubos y sucubos que, invariablemente, terminan violando a sus víctimas, sin posibilidad de que puedan evitar la violación y derrame de esperma en el caso de los hombres o mojarse las mujeres; todo ello, acompañado de un terror inenarrable y un despertar fulminante y sudoroso.
Sobre la Entidad del Guardián del Umbral ya hemos hablado largo y tendido y no vamos a profundizar en ello; pero sí indicaremos que, aún siendo una experiencia parecida a las antes narradas, es algo un tanto diferente; en tanto que el encuentro con el Guardián del Umbral es consecuencia de nuestra actividad mística y, en consecuencia, algo que debe de acontecer para poder contactar con nuestro verdadero Ser, mientras que las otras experiencias se deben a nuestros recuerdos subliminales de lo acontecido, durante el periodo de sueño, en otras dimensiones tan reales como la que denominamos como de Vigilia.
Os puedo asegurar que la totalidad de quienes nos estáis leyendo, ha tenido experiencias como las que hemos mencionado; pero es importante conocer sus diferentes variantes para no confundirlas con el verdadero encuentro con, primero, el Guardián del Umbral y, después, con Cristo, nuestro verdadero Ser Divino; pero repetimos, esos recuerdos son debidos a acontecimientos reales en otras dimensiones de existencia y que, después, dejan cicatrices psíquicas o fisiológicas, aunque nuestra apreciación, también la de los investigadores, espacio temporal se encuentre invertida. Éste es el motivo de que, en muchas ocasiones, parezca que los efectos preceden a las causas; pero ésto se debe a que las leyes que rigen en otras dimensiones no son exactamente las mismas ni funcionan del mismo modo que lo hacen en nuestro Plano de Existencia espacio temporal.
Frater Aralba R+C
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