26 noviembre, 2024

No somos vidente o telépata

 

“De veras, ni somos vidente ni os leemos el pensamiento”


-Consecuencia de la existencia de una única Verdad y de inquietudes similares-

Algunos de vosotros, lo sabemos de buena tinta porque nuestro querido Amigo Edas lo ha comentado, os encontráis un tanto desconcertados porque os parece que, con nuestros escritos, nos adelantamos a vuestros pensamientos, como si tuviésemos algún extraño poder de clarividencia o estuviésemos, a lo Chico Xavier, tocados por la mano de Dios. 


Vuestro pensamiento es correcto. Sí “No somos algún vidente”. Aquí se suman dos factores que casi siempre van de la mano: 


1.- Que la Verdad de la Cosa solo es una, aunque realidades (puntos de vista), de la tal, puedan ser infinitas.



2.- Efectivamente se da cierta sincronicidad por algo tan simple como lo que os vamos a comentar.


Sois pocos los que interactuais, con nosotros, mediante la manifestación de vuestras dudas para ofrecernos una realimentadora y positiva “tormenta de ideas” y, a veces, tenemos que comernos bastante el coco intentando adivinar qué es lo próximo que a vosotros os gustaría leer y no resulta nada sencillo. 


Lo que nos llega a la mente, procede de la actualidad que podemos descubrir mediante las redes sociales, no de los medios de comunicación, que se encuentran en poder de los arcontes y por lo tanto, como decía nuestro Padre, es mera propaganda y desinformación, e intentamos no quedarnos en la mera superficie y escarbar en su esencia más profunda; es decir, existencial y simbólica. 


Eso quiere decir que cuando el texto que redactamos se encuentra acabado, no se parece en nada a la actualidad que nos ha inspirado; es decir, la Noticia siempre se encuentra en el aire a disposición de todos, también de tí y de mí.


Como Verdad solo hay una, siendo esa Verdad la Gnosis que habita en lo más profundo de todos nosotros, es natural que algunas realidades observadas por diversas personas, desde similares puntos de vista, resulten prácticamente idénticas; es decir, centrándonos en la fábula del elefante palpado por ciegos o personas con los ojos tapados, el elefante de la Verdad posee la realidad de sus patas, la realidad de su trompa, la realidad de su enorme cuerpo, la realidad de sus orejas y la realidad de su cola. Seguro que ya conocéis el Cuento. 


Entonces, cuando intentan discutir dos observadores muy separados en su punto de palpación; es decir uno que viese, con sus manos, la realidad de las patas del animal y otro que viese la realidad de su trompa, pues sería bastante difícil que puedieran ponerse de acuerdo; pero si resulta que otros dos observadores estuviesen palpando, la trompa, por ejemplo, separados por unos pocos centímetros, entre sí, aquí sí existe alguna posibilidad de acuerdo y es lo que sucede con vosotros, nuestros lectores, y con nosotros, el redactor.


La cuestión es que, para escribir, nos inspiramos en la actualidad, cosa que, seguramente, tú también estás haciendo, con tu mente, si eres una Persona, al menos, curiosa. 


A continuación, de nuestra propia escritura surgen otras cuestiones (preguntas) que intentamos responder mediante nuevas reflexiones posteriores, siendo altamente probable que esas mismas cuestiones os puedan surgir a vosotros también cuando leáis nuestras reflexiones.


Entonces pareciera que estamos contestando a vuestras preguntas; pero, en realidad, estamos contestando a las nuestras que, a fin de cuentas, son las mismas. 


Y aquí se observa una sincronicidad manifiesta. Si tú no leyeras nuestro trabajo, con mucha probabilidad esa sincronicidad no se diera. Y esa es, creemos, la explicación más razonable a vuestras naturales dudas acerca de cómo es posible que, en nuestros escritos, podamos adelantarnos a vuestras preguntas no manifiestas.


Como dijera Jung, existe un inconsciente colectivo al que los Rosacruces denominan como Memoria de la Naturaleza y los teósofos como Registros Akáshicos; lo cierto es que todos, de forma consciente o inconsciente, estamos entrando y saliendo, constantemente, de dicho Lugar.


De tal sitio proceden nuestras ideas y también los inventos que nos hacen la Vida más favorable. Los descubrimientos científicos y las historias, supuestamente, de ficción también proceden de allí. Como dijera alguien “Ya todo está inventado”, porque en un Lugar eterno e infinito todo ya existe. Nada hay que pudiera denominarse como original, en tanto que todo lo que se pueda imaginar procede del “Mundo de las Ideas” y que no es otra cosa que la inabarcable Memoria Eterna del Pleroma.


Así es como se producen las sincronicidades; es decir, que dos personas contemporaneas al mismo tiempo descubran el Cálculo Infinitesimal (Newton y Leibnitz), que dos personas tengan la misma idea sobre la Evolución de la Vida (Charles Darwin y Alfred Rusell Wallace) o que dos personas descubran al mismo tiempo el teléfono (Alexander Grahan Bell y Antonio Meucci) y la radio (Alejandro Marconi y Nicola Tesla). 


Algunas malas lenguas, que se les hace imposible pensar en qué la Sincronicidad existe, dicen que solo se trata de robo de ideas y plagios; pero no, la Sincronicidad existe porque no hay ideas originales “Todo estaba ya inventado antes de que el Ser Humano pisará la Tierra” y como decía Platón, no se viene a la Escuela a aprender algo nuevo sino a recordar lo olvidado. Eso es la Gnosis, el Conocimiento que se encuentra enterrado en lo más profundo de nuestro interior y que procede del Dios Padre, el Bendito Pleroma de los Gnósticos y que nada tiene que ver con el energúmeno dios de los judíos.


Así es natural que cuando tú te estás preguntando algo, yo también lo haga, con la diferencia que tú no lo expones sobre papel y, sin embargo, nosotros sí. Esa es la única diferencia y la demostración cartesiana de que la Verdad es igual para todos, aunque las realidades, puntos de vista, puedan llegar a ser muy diferentes. Es por ello que la mayoría de las discusiones en las que no podemos ponernos de acuerdo, sean discusiones bizantinas que pueden terminar en un diálogo de besugos; en tanto que ambos podemos tener la razón; pero aunque no lo creamos, ambos estamos hablando de lo mismo; pero desde muy diferentes puntos de vista, unos hablamos de las patas del elefante y otros de su cola; pero ambos hablamos de una porción diferente de la misma cosa.


La existencia de los derechos de autor y de la propiedad intelectual solo sirve para que unos pocos listos se enriquezcan con un patrimonio que no es de nadie y, sin embargo, es de todos pues proviene de la Memoria de la Naturaleza. El apropiarse de las ideas mediante legislaciones apropiadas solo sirve para entorpecer el progreso de la Humanidad; es decir, poner palos en las ruedas de aquellas mentes que intentan mejorar lo ya existente. Existen muchos ejemplos de ello; pero uno de los más conocidos es el caso de la “Suspensión hidroneumática de Citroën” cuya patente estuvo vigente por mucho más de ochenta años, en tanto que la casa la iba renovando antes de caducar. Eso ¿Qué supuso para la Industria del Automóvil?, que nadie podía utilizar dicha tecnología ni mejorarla, porque implicaría robar la patente con la correspondiente implicación judicial. Y eso ¿Qué supuso?, pues que las tecnologías de suspensión de los diferentes fabricantes, su investigación, tuvo que ir por otro lado, dado que la suspensión hidroneumática era intocable y supuso un freno al avance tecnológico de la automoción; al menos, en el Tema de la suspensión. 


Es por dicha causa por el que la Rosacruz considera plausible compensar, por una sola vez, el haber traído a la Realidad de la Vida alguna Idea; pero no puede estar de acuerdo en su permanente explotación económica, pues supone utilizar un Patrimonio de la Humanidad en beneficio de uno solo o de unos pocos, sus familiares o accionistas. Lo cual nos resulta manifiestamente injusto, como injusta es la Sociedad que inventó la Propiedad In

telectual y las Patentes.


Frater Aralba R+C


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