“No desean destruirnos del todo, nos necesitan”
-Necesitan mantener a la Población mundial aterrorizada-
Los arcontes su función es mantener el Teatro del Mundo operativo, su intención no es exterminar a los humanos, ni la Vida sobre la Tierra, porque requieren de su energía para poder seguir operativos; pero ocurre que, para operar, necesitan recargar sus baterías, por decir así. Ese es el motivo principal por el que todo el Mundo se encuentra en pié de guerra y amenazando a los otros con Apocalipsis terroríficos. Son los arcontes los que se ocupan de inducirnos miedo en el cuerpo, para después ordeñar el resultado de tanto pánico y terror.
La gran pregunta es ¿Por qué consideran que somos demasiados habitantes sobre el Planeta? y ¿por qué están haciendo todo lo posible por exterminar a una parte importante de la población mundial?
La cuestión es que lo último que harían los arcontes es dejar que nos destruyéramos del todo; es decir, que no extinguiéramos, en tanto que nos necesitan para poder existir; del mismo modo que nosotros necesitamos al ganado para comer; pero, con toda seguridad, hemos llegado a un número tan elevado de individuos que les resulta difícil el poder controlarnos con total eficacia y hacen todo lo posible para que disminuyamos nuestro número y qué mejor manera que nos demos palos los unos a los otros; porque, de ese modo, también les estaríamos proporcionando abundante alimento.
Además si no estuviésemos entretenidos dándonos de tortas, tendríamos tiempo para descubrir quienes somos en verdad, así como hallar la Gnosis, Verdad, o Luz que nos acompaña desde nuestro más profundo interior y, como bien sabemos, los arcontes no quieren que descubramos la Verdad; es decir, el conocer que todos nosotros no somos otra cosa, nada menos, que la encarnación de un diminuto fragmento del Creador y ellos, tan solo algoritmos de una programación de ése mismo Dios.
Por lo tanto, somos mucho más listos y poderosos que ellos; pero como no tenemos conciencia de tal cosa, estamos entretenidos en cuestiones baladíes y de cuestionable trascendencia.
Si un número significativo de átomos simientes despertaran a la Conciencia de la Realidad que los rodea, se podría provocar una reacción en cadena de despertares que hiciera que, en un corto plazo, la función teatral de la Existencia pudiera finalizar; pero claro, si eso pasara, los arcontes de desconectarían y desaparecerían para siempre; pero tras tantos eones de tiempo transcurridos, alimentándose de nuestra Energía Divina, han creado una suerte de instinto de conservación que les impide finalizar la función; siendo por ello que la cinta no acaba nunca dado que funciona como una cinta de moebius que continuamente se estuviese repitiendo aunque con pequeñas variantes.
Conociendo ésta verdad de la Gnosis, es mucho más sencillo dejar de tener miedo y sin miedo no hay estrés y sin estrés no hay alimento para los arcontes. Y si no pueden acceder a su alimento es como si el conejito de duracell se quedara sin pilas, se apagarían.
Tenemos miedo a sufrir y, en última instancia, a morir; pero si entendemos que el sufrimiento son meras experiencias y el morir solo una ilusión, que la Vida continúa después de la muerte, el miedo desaparecería, el alimento de los arcontes también y los arcontes caput, se mueren.
En la actualidad, debido a la Religión Atea, para la gente no hay nada más importante que vivir, pues para ellos la Vida es lo único que existe, la Tierra es su casa, la única casa posible y no quieren que se pierda para su progenie. Por ello tienen miedo a que destruyamos su casa, tienen miedo de dejar de existir cuando nuestra Especie haya desaparecido. Tienen miedo por todo y el Miedo se convierte en dogma y doctrina. El Cambio Climático es el resultado de ese miedo; pero si la gente supiera que la Tierra solo es un huevo del que tiene que salir una Especie superior, el miedo a morir dejaría de existir como la oruga no tiene miedo a morir dentro de su capullo. No habría miedo a perder la casa de la Tierra, pues seríamos conscientes de que es un Lugar temporal y donde el gusano se convertirá en mariposa; pero para ello, la mariposa, en ciernes, tendrá que horadar y destruir el capullo para poder salir a su nueva existencia.
La Tierra es ese huevo o capullo y nosotros somos esa oruga que deberá de transformarse en mariposa. Debemos de morir para resurgir como el ave fénix de sus cenizas.
El secreto está en perder el miedo, al conocer que nada puede, de veras, hacernos daño. Con ese Conocimiento, en verdad Gnosis, estaremos protegidos contra el ataque de los arcontes y ellos nunca volverán a tener poder sobre nosotros; en tanto que fuimos nosotros, cuando no estuvimos fragmentados y éramos el Uno, el Creador, quienes los creamos a ellos, al igual que ahora, somos, en Grupo, capaces de crear pequeños egregores y que, en semejanza, vienen a ser lo mismo.
No más m
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Frater Aralba R+C
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