24 noviembre, 2024

De Condición Cristiana a Estado de Rosacruz

 “De Condición Cristiana a Estado de Rosacruz”


-O de cómo se puede ser Cristiano sin ser Rosacruz; pero del como no se puede ser Rosacruz sin ser, previamente, Cristiano-

Maticemos que aquí no estamos hablando de los estudiantes rosacruces y que pueden o no ser cristianos; sino de aquellos que han alcanzado el Estado del Ser “Rosacruz”.


“En el principio era el Verbo (Cristo), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Éste era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él (el Demiurgo) fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fué hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres (Sin Cristo no existiría la Vida).

Y la Luz en las tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron.

Fué un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan (el último Profeta).

Éste vino por testimonio, para que diese testimonio de la Luz, para que todos creyesen por él.

No era él la Luz, sino para que diese testimonio de la Luz.

Aquel (Cristo) era la luz verdadera, que alumbra á todo hombre que viene a éste mundo.

En el mundo estaba (Cristo), y el mundo fué hecho por él; y el mundo no le conoció.

A los suyos vino, y los suyos no lo recibieron.

Más a todos los que lo recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre (Cristo):

Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, más de Dios.

Y aquel Verbo (Cristo) fué hecho carne, y habitó entre nosotros (como Hombre en Jesús) y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre (el Pleroma), lleno de gracia y de verdad.”

(Juan 1:1-14)


Éste Pasaje de Juan debe de interpretarse de forma simbólica y es la síntesis perfecta que define al verdadero y genuino Cristianismo.


Y cuando hablamos de Cristianismo no nos estamos refiriendo a las diversas confesiones religiosas cristianas y que pueden ir desde las iglesias Ortodoxa y Católica hasta la última Secta Pentecostal, pasando por todas las denominaciones protestantes. En éste sentido se puede pertenecer a una Religión determinada y no ser un verdadero Cristiano o ser un verdadero Cristiano y no pertenecer a ninguna Religión, en tanto que ser Cristiano es una Condición Espiritual que consiste en aceptar a Cristo, residente en nuestro corazón, como nuestro salvador personal; dicho de otro modo, el Redentor de nuestra mortal Personalidad. 


Pues ésta condición previa de aceptación de Cristo es necesaria para alcanzar el Estado Rosacruz; es decir, la calificación de “Hermano Adepto de la Rosacruz” y que son todos aquellos que tras el proceso de Cristificación (Imitación de Cristo) han alcanzado su Transfiguración; es decir, han conseguido que el Cristo de su Corazón, tomando el mando del Trono de la Cabeza (la Mente) haya redimido y salvado a su Personalidad, transformándolo en un Hombre Nuevo o “Hijo de Dios”.


Hemos de recordar, a nuestros lectores, que el Proceso de Redención no comienza con la Muerte y resurrección de Jesús; es decir, de nuestra propia muerte a la Vida de la Personalidad y nacimiento del Hombre Nuevo por y en Cristo; sino, justo en el instante en que el Demiurgo finalizara su Creación y se integrase en Ella para darle movimiento y Vida. A ése Demiurgo (el Verbo), Voluntad Creadora del Eón Sabiduría, fragmentado, viviendo y haciendo vivir a su Creación, lo conocemos como “Cristo” el Señor Dios.


Cristo vive en todos y cada uno de nosotros, del mismo modo que también en todas las partículas o ladrillos de construcción del Universo; pero, en nosotros, como en otros seres inteligentes, recobra su Conciencia Divina, a lo cual se lo denomina como “Despertar”. 


Simbólicamente, la Rosacruz determina que Cristo vive, en la forma de una semilla de espíritu durmiente, en el interior de nuestro Corazón, en su ventrículo izquierdo; pero, en realidad, vive en todas nuestras células y partículas elementales que constituyen nuestro Cuerpo Físico; pero también en la estructura de nuestros otros seis cuerpos, en tanto que Cristo es Dios y Dios lo es Todo. Por lo tanto, Dios con el Nombre de Cristo vive en todos nosotros; pero no es efectivo hasta que se lo reconoce abriendo nuestro Corazón, no para que entre en Él, ya que se encuentra en él, sino para que entre la Luz de la Gnosis procedente del Pleroma y despierte tomando conciencia de su condición de Simiente del Verbo. Una vez despertado se transformará en un capullo de rosa al que denominamos como el “Niño Dios” o Cristo Niño.


Ese Niño Dios (Capullo de Rosa) crecerá, alimentándose de la Personalidad; de hecho, es la propia Personalidad la que lo alimenta, de buena gana, a Él; de ahí lo que dijo Pablo de alimentarlo primero con leche y después con carne. Así, el capullo de rosa florece y se transforma en la Rosa del Corazón. Así Cristo se encuentra plenamente formado y consciente en nuestro Corazón actuando sobre las emociones. Cuando ésto sucede, se dice que Cristo se encuentra sentado en el Trono del Corazón, el Trono de las emociones.


A continuación, también la Personalidad, cada día más minorizada, por su continua asimilación por parte de Cristo, debe de facilitar al Rey de su Corazón, el Camino de ascenso al Trono de la Cabeza y donde reside la Mente; es decir, ella misma, la propia Personalidad. 


Durante todo el proceso, Cristo no deja de asimilar la Esencia de la Personalidad con su Conciencia y memoria, hasta que se sienta en el Trono de la Mente y completa su proceso de fagocitación de la Personalidad.


Una vez sentado Cristo en el Trono de la Mente y controlando, también, el Reinado de las emociones, es que podemos decir que la Personalidad pasó a mejor Vida, el Hombre Antiguo murió y un Hombre Nuevo ha nacido. Un Hombre que, ahora sí, puede ser llamado como Hijo de Dios. Es solo entonces, cuando se puede hablar de haber alcanzado el “Estado Rosacruz”


Así, podemos decir que se puede ser Cristiano, en tanto que Condición de Buscador, encontrándose en el Proceso de Imitación de Cristo, sin haber alcanzado el Estado de Rosacruz. Así, podemos concluir que todos Rosacruz es, por condición previa, Cristiano; pero no al contrario, si no se ha alcanzado el proceso de Transfiguración mediante la Cristificación.


Muchos son los que equivocadamente se autodenominan como rosacruces sin haber alcanzado, previamente, la Condición Espiritual de “Cristiano”; pues bien, hay que ser previamente Cristiano para poder llegar a ser un completo Hermano de la Rosacruz.


Esperamos que, de una vez por todas, se entienda el proceso completo y que no puede uno pasar de ser un garrulo a un Noble Señor. Existe un proceso largo y laborioso que hay que seguir. El proceso de Profano a Cristiano es instantáneo en el instante en que se acepta a Cristo como a nuestro Señor Dios y salvador; pero el proceso de la Condición de Cristiano a la de Estado del Ser como “Hombre Nuevo” (Rosacruz), puede ser largo y laborioso, llevándonos toda una Vida de paciente trabajo.


Frater Aralba R+C 






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