“¿En qué se parece nuestro “Colegio Invisible de la Rosacruz” al resto de organizaciones rosicrucianas?”
-Básicamente en el Nombre y poco más-
Lo que vamos a narrar, a continuación, ya lo hemos realizado en otras ocasiones, así es que ruego a nuestros amigos más antiguos que nos disculpen y sean pacientes con éste cansino anciano.
Nuestro contacto con la Religión, aquí en España, fue desde bien chiquito, en tanto que vivíamos en una Dictadura Nacional Católica, el “Franquismo”; pero nuestra Familia no era de ir a misa los domingos, salvo en ocasiones especiales como bautismos, comuniones, matrimonios y funerales; no obstante, nuestra primera relación intensa, con la Religión de mi País, fue con ocho años cuando asistía a la catequesis preparatoria para la Primera Comunión, al año siguiente; y en donde se nos produjo un Trauma emocional, no se rían, que nos ha venido acompañando de por Vida. La Cuestión es que, por ignorancia, al ver una fila de muchachos y muchachas a las que otros iban incorporándose, yo hice lo propio sin que nadie me frenara, hasta que el sacerdote nos puso en la boca una oblea de pan ácimo consagrado.
A continuación algún compañero se dirigió a mí, todo preocupado, “Has realizado una blasfemia, has comulgado sin haberte confesado ni haber realizado la Primera Comunión”; como ustedes comprenderán, con ocho años y sin haber tenido experiencia, por parte de mis padres, en estos menesteres, yo que iba a saber y, además, nadie hizo por levantarse y apartarme de la cola.
Éste Tipo de traumas infantiles, aunque se van superando con el tiempo; no se terminan de eliminar por completo. Yo lo comparo a esa mancha de tomate con aceite que se resiste, lavado tras lavado, a desaparecer por completo y que acompaña a la prenda de por Vida, hasta que se convierta en trapos o se tenga que desechar.
Miren, conscientemente y tras el estudio, te das cuenta de que ese hecho, realizado de forma inconsciente y sin malicia, no tenía la mayor importancia; pero, pasado tanto tiempo, la cicatriz, en forma de recuerdo subliminal de un Pecado inexcusable, ahí permanecía y no había nadie que pudiera eliminarla por completo.
Quizá, ese hecho en nuestra vida y que nos marcó tanto, nos hizo interesarnos, profundamente, en la Religión; quizá, vaya usted a saber, aprender cómo intentar corregir el que considerábamos como un auténtico y sacrílego desaguisado.
Con el paso del tiempo, la experiencia se fue diluyendo en la superficie; pero se mantuvo, en lo profundo, el interés por todas esas preguntas que, supuestamente, debían de responder la Religión. Con el tiempo fuimos descubriendo que la mayoría de las respuestas proporcionadas carecían de toda validez.
A los diecisiete años entramos en contacto con una Iglesia Evangélica Interconfesional y allí nos mantuvimos hasta los veintitres. Durante esos seis años, mantuvimos una filiación constante y de asistencia ininterrumpida, tanto a los servicios devocionales como a la instrucción en las escuelas dominicales. Durante aquella época, siendo ya un lector compulsivo, dado que la Iglesia disponía de una librería especializada, comenzamos a devorar todo tipo de literatura teológica, Protestante claro está, y proféticas, donde algunos predicadores y exégetas, exponían sus interpretaciones de la Biblia y su relación con los acontecimientos actuales, de aquel entonces, claro está, y del fin de los tiempos. Las iglesias evangélicas son apocalípticas y milenaristas.
A partir de los veintitrés años, tras abandonar la Iglesia, entré en contacto con la Fraternidad Rosacruz (en realidad la Rosicrucian Fellowship de Oceanside) y fue, a partir de entonces donde comenzó nuestro periplo Rosicruciano hasta el día de hoy. Ya, en algún instante, os confesé que nos introdujimos en la Rosacruz intentando descubrir cómo se ocultaba el Anticristo en las escuelas esotéricas y ocultistas; pero para mi decepción no encontré cosas parecidas; pero sí otras cosas curiosas, según iba profundizando y escarbando, más profundamente, en la génesis de la Rosacruz.
Así, fuimos descubriendo que las doctrinas de las diferentes facciones rosicrucianas estaban claramente diferenciadas, manteniendo solo unas pequeñas claves doctrinales semejantes, muy pocas la Verdad, tales como el Karma y la Reencarnación; doctrinas que, por otro lado, jamás hicieron mella en mí hasta la fecha, pues algo en nuestro interior nos decía que no era cierto y no podía ser.
Conforme iba estudiando y leyendo libros y más libros, las preguntas se nos amontonaban hasta que, como debía de haber hecho desde el principio, leímos y estudiamos, en profundidad, los tres manifiestos rosacruces; a saber: “La Fama”, “La Confessio” y “Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz”.
Fué sólo entonces cuando se nos encendió la lucecita del “Eureka” y comprendí que, en el Mundo Rosicruciano, algo andaba mal, muy mal, pues lo que se exponía en los manifiestos fundacionales de la “Fraternidad Rosacruz”, de una Nacionalismo Protestante alemán incuestionable, poco o nada tenía que ver con las doctrinas teosóficas y ocultistas que todas las organizaciones rosicrucianas, en algún que otro grado, mostraban.
Así, nuestro conocimiento del Fenómeno Rosacruz se fue expandiendo y mediante el razonamiento, más básico y lógico, nos dimos cuenta que aunque la Palabra “Rosacruz” era única, ésta había sido, por siglos, utilizada para describir cosas bastante diferentes entre sí.
Así, del Movimiento Rosacruz Original, había surgido una Rosacruz Alquímico-hermética interesada en la Cábala y que luego fuera utilizada por los jesuitas, infiltrados en la Masonería de los altos grados para dar forma a una Rosacruz, de tintes católicos, quedando arraigada, en la Orden, como uno de sus grados, ya fuese el Séptimo en el Rito Francés o el Dieciocho en el Escocés Antiguo y Aceptado o en el Egipcio de Memphis Mizraím.
Comprobamos cómo el Mito gótico de la Rosacruz pasaba del dieciochesco Siglo masónico al decimonónico que la Masonería compartiría con el Espiritismo y la Sociedad Teosófica. Así, la Rosacruz, en sus diferentes vertientes, fue absorbiendo mucho del Conocimiento procedente de Oriente; sobre todo del Budismo y del Hinduismo Tibetano.
Seguíamos preguntándonos, cada vez con más fuerza y certeza; ¿Qué carajo tiene que ver la Rosacruz original, Protestante, del Siglo XVII, con los múltiples y extraños organismos rosicrucianos que han llegado hasta el Siglo XXI?
SI no hubiésemos pasado, en nuestra juventud, por la Iglesia Evangélica, muy probablemente nada hubiera sucedido y esa pregunta habría quedado soterrada en algún lugar de nuestra Conciencia; pero nuestro Pasado estaba ahí y no podía ignorarlo, así es que continuamos estudiando en la génesis del Movimiento Rosacruz hasta llegar a nuestras convicciones actuales que, resultan extraordinariamente similares, salvando el tiempo transcurrido, a la que tuvieran los ideólogos que aquella “Sociedad Cristiana”, dentro de la Iglesia Luterana que vino a denominarse como “Fraternidad de la Rosacruz”
Así, aunque con un carácter abiertamente ecuménico, de diàlogo permanente, y amparado por la “Fraternidad Rosacruz Antigua”, procedente de la Rosacruz Esotérica” de Franz Hartman y del conglomerado esotérico de la OTO de Theodor Reuss y del Rosacrucismo Nacionalista Alemán de Rudolph Steiner, es que vinimos a rescatar, para el Mundo Contemporáneo, lo que supuso la Fraternidad Rosacruz original en su tiempo, en tanto que fuerza reformadora dentro de la Reforma Protestante y de la Reforma Cultural que ha llegado hasta nuestros días mediante el entramado pedagógico y didáctico de Jhon Amos Comenius, discípulo de Jhon Valentín Andreae, quien fuera el redactor de las Bodas Químicas y Alma Mater de la Fraternidad de los Rosacruces.
Así, nuestro “Colegio Invisible de la Rosacruz”, manteniendo su vínculo con la Rosacruz Antigua, la Iglesia Luterana y su Misticismo Pietista, respetando todas y cada una de las denominaciones rosicrucianas, se pone a disposición de todas ellas y, por lo tanto, también de sus miembros para mantener ese contacto de diálogo ecuménico que siempre hemos intentado mantener como nuestro estandarte; pero eso sí, sin olvidar cual es nuestra procedencia y que, en modo alguno, somos una Religión con sus dogmas y sacramentos.
Porque la Fraternidad Rosacruz jamás ha intentado ser la competencia o el sustituto de cualquiera de las múltiples iglesias cristianas existentes, sino un Centro de Estudios multidisciplinar para ayudar, a las diferentes religiones y a sus seguidores, a poner cierto orden en sus ideas y a responder, está vez de verdad y con fundamento, a las preguntas trascendentes que se realizan todos los humanos que posean una chispa de espíritu divino en sus almas.
Por lo tanto, para concluir, no les extrañe que nuestro Colegio solo se parezca a otras organizaciones, autodenominadas como Rosacruces, en el blanco de los ojos; es decir, en el símbolo de la Cruz y de la Rosa o rosas de diversos colores; en tanto que aunque respetando todas las doctrinas, no significa que tengamos que aceptarlas cuando resulten incompletas o irracionales.
Nuestro Colegio no es un Lugar cerrado compartimentado con puertas y ventanas cerradas a cal y canto, sino un lugar donde las puertas y sus ventanas se encuentran abiertas de par en par para que no deje de correr el aire fresco de las nuevas corrientes con sus novedades científicas y una Pansophía cada día más abundante y cercana a la realidad multifacética del Cosmos.
Somos Cristiano, Protestante, Rosacruz y Gnóstico. No somos Católico, Musulmán ni Judío. Nuestros libros de cabecera son el Nuevo Testamento y los Libros Gnósticos que se han ido rescatando, con el tiempo, del anonimato.
Nuestro trabajo nada tiene que ver con la Alquimia Operativa mineral, ni con la Cábala, la Videncia de la Astrología o el Tarotismo. Nuestro Proceder no se encuentra en rituales religiosos o mágicos, sino en la profunda Meditación y en la Oración con Dios.
El objetivo último del “Colegio Invisible de la Rosacruz” es que sus estudiantes contacten con su Maestro Interno, Cristo. A partir de ese instante, nuestra Tutoría concluye y el Estudiante continúa como Discípulo de Cristo. Eso no significa que a quienes hayan encontrado a su Maestro, las puertas de nuestra Escuela se le cierren; por el contrario, siempre estarán abiertas para compartir nuestra amistad y conocimiento.
Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España, vía su A.M.L. “Rosa Mística”; Linaje: Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer
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