"Tradición de Occidente o Tradición de Oriente"
-Que no los confundan-
La Tradición Occidental; es decir, la Gnósis Occidental se originaría en la Legendaria Atlántida; de allí pasaría a Tartessos y Sumeria, desembocando en Egipto, de donde sería tomada por Grecia y traspasada a Roma.
La Tradición Oriental; es decir, la Gnósis Oriental surgiría en el Pacífico, en la Tierra de Mu, también Lemuria, y de ahí pasaría a la India primero y a China después, diversificándose, al igual que en Occidente, en diversas regiones como Corea o Japón, por poner dos ejemplos.
Si somos sinceros, con nosotros mismos, entenderemos que se trata de dos tradiciones contrapuestas y que como el Dios Janus miran para lugares opuestos; es decir, son tradiciones contrarias e irreconciliables, en tanto que una, la Occidental, va encaminada hacia un empoderamiento y perfección de la Personalidad y, por el contrario, la Oriental se dirige hacia el debilitamiento de ésta hasta conseguir su definitiva extinción.
Pero, entonces, ¿Que ha sucedido con las organizaciones que dicen perpetuar la Tradición de Occidente y, sin embargo, predican la Tradición Oriental de perjudicar y hasta matar al Ego o Personalidad?, pues lo obvio, son impostores de la Tradicióm Oriental infiltrados en la Tradición Occidental; pero no todo el mundo está capacitado para darse cuenta, en tanto que la mayoría desconoce tanto la Tradición de Occidente como la Tradición de Oriente.
Quiero que visualicen dos personajes, más o menos ficticios, de ambas tradiciones: uno el Pequeño Saltamontes de Kung Fu, como ejemplo de la Tradición Oriental y otro el Conde de Saint Germain en representación de la Tradición Occidental.
Si voy a una Escuela que se dice ser Rosacruz; lo que es lo mismo que una Escuela de la Tradición de Occidente y me piden que me coloque en una asana de Yoga para meditar, miren ustedes, algo no está bien. Hablar de Cristo y buscarlo haciendo Yoga no es un método de la Tradición Occidental y, ojo, no estamos aquí para criticar, juzgar o confrontar la Tradición Oriental, sino para dejar cada cosa en su lugar.
De un tiempo a ésta parte, básicamente desde el surgimiento de la Sociedad Teosófica se viene realizando una suerte de sincretismo imposible, a nivel esotérico, entre las tradiciones esotéricas de Oriente y de Occidente. Así tradiciones orientales han sido integradas dentro de las escuelas occidentales y eso las ha desvirtuado completamente.
No, los rosacruces no estudian a los vedas ni siguen, expresamente, las reglas budistas. Los rosacruces siguen las reglas de los filósofos griegos y la Filosofía estoica. Los rosacruces no se forman en Yoga u otras tradiciones físicas orientales, sino en los gimnasios y en las pistas de atletismo.
Lo que estamos aquí diciendo no es alguna tontería y somos conscientes de que levantará ampollas entre numerosos simpatizantes rosacruces. La Rosacruz no impone normas, reglas, reglamentos y leyes; pero orienta a sus alumnos para que tomen el Camino que mejor les convenga. Desde luego, si es el Camino de las tradiciones orientales no es el Camino de la Rosacruz.
Con ello queremos decir que existen muchos no, muchísimos grupos rosicrucianos que se autoerigen como baluartes de la Tradición de Occidente y, sin embargo, lo que ofrecen es un batiburrillo de tradiciones contrapuestas, tanto de Oriente como de Occidente.
La Rosacruz no les invitará a que realicen sonidos vocales procedentes de oriente; es decir Mantram hindús o budistas. La Rosacruz no les enseñará técnicas de meditacióm basadas en el Yoga ni técnicas sexuales procedentes del Tantra hindú o del Taoismo Chino. Deben de ser conscientes de que la Rosacruz, la verdadera, original y única, es una Escuela de la Tradición de Occidente y donde se enseñan las virtudes occidentales; que, por otro lado, son las mismas que propagaron, primero, Sócrate y después los Estoicos.
Podríamos dar mil y una razones del por qué eso es así; de hecho, lo hacemos cada vez que nos dirigimos a vosotros, pero no está mal recordar que la Rosacruz nunca ha enseñado la destrucción de la Personalidad sino su perfeccionamiento, tras muy diversas y variopintas experiencias, con el fin de que tome consciencia de su verdadera Esencia; de que solo es una mera herramienta en las manos de Cristo, su verdadero Ser.
No se trata de destruir el vehículo que lleva al Ser, eso es la Personalidad, sino de mejorarlo y perfeccionarlo con el fin de que cumpla, de la mejor manera posible, con su Labor Divina; a saber, ser el mejor contenedor posible del Espíritu para que el Ser cumpla con su verdadero Objetivo sin grandes impedimentos. Un objetivo que es reconstruir lo que por un accidente cósmico se rompió, partió y dividió.
"Un Cuerpo Sano
Un Corazón Noble
Un Espíritu, Mente, Puro"
De sobra conocemos que conseguir ese propósito es una pura utopía; pero eso no significa que debamos de rendirnos y darnos por vencidos; sino que, con espíritu estoico, debemos de luchar contra viento y marea para intentar conseguir lo imposible, teniendo por cuenta que, en éste Mundo, la consecución de dichas metas es un imposible total; en tanto que:
El Cuerpo, desde que nace, se encuentra sujeto a un proceso de degradación material hasta que le llega la Muerte.
El Corazón; es decir, las emociones están sujetas a los deseos y a las tentaciones de las bajas pasiones.
Y el Espíritu; es decir la Mente en la Tradición Greco Romana, está ligado a los designios, tanto del Cuerpo como del Corazón; es decir, alcanzar esa pureza de mente es algo que no puede conseguirse en éste Mundo; al menos tal y como es ahora.
Cualquiera que nos lea dirá, como ya previmos, pues vaya, para eso ¿por qué convertirse en un Guerrero y luchar por la Libertad, la Igualdad y la Justicia, si nuestra propia formación estructural impide que podamos alcanzar tan bellos y loables objetivos?
Es que se trata, no de una Lucha contra el Mundo; es decir contra los demás sino contra nosotros mismos; se trata de una Guerra perdida, de antemano, contra nuestro natural envejecimiento, contra las inevitables tentaciones y contra el egocentrismo propio de la Mente. Esa lucha contra sí mismo es el reto del Guerrero y también del Caballero Rosacruz.
Y esa es la verdadera Tradición de Occidente. Una Lucha sin cuartel que no puede ser dejada para otra vida. El reto se encuentra en conseguir el objetivo en la encarnación actual del Espíritu Divino que es nuestro Ser. Es por dicha causa que en la verdadera Tradición Occidenta no se mencionan cuestiones orientales tales como el karma de vidas pasadas o la reencarnación de las almas en diferentes vidas; ni mucho menos, la disolución de la Personalidad que es el único instrumento que posee el Ser para su total reintegración mediante la Cristificación conducente a la Resurrección del Hombre Nuevo; es decir, la transfiguración del cuerpo y Alma mortales en inmortales y la glorificación de nuestro verdadero Ser, Cristo.
Frater Aralba R+C
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