“Rosacruz, una sóla Fraternidad y tres órdenes diferenciadas”
-¿Por qué, ésto es así?-
Ésto es una cuestión muy simple, en tanto que se trata de pura numerología. La verdadera Iniciación del Hombre, en el Drama de la Humanidad (9), se da, cómo no podía ser de otro modo en tres aspectos diferenciados, llámense grados (Masonería Simbólica) u órdenes (Rosacruz Alemana). Aquí, el 9 (representación numérica de la Humanidad) constituyen la totalidad de los grados que conforman las tres órdenes y, por supuesto sé en lo que estás pensando, las tres órdenes representan los tres aspectos principales del espécimen Humano (Cuerpo o Materia, Alma emocional o nexo con el Espíritu y el propio Espíritu o Mente, aquello que nos une e identifica con la Divinidad.
Así las cosas, ahora es más sencillo identificar por qué la Primera Orden, órdenes que, por cierto, no poseen un nombre determinado, está constituida de cuatro grados. Fijaos que los creadores de la Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema (Siglo XVIII), podrían haber dividido las tres órdenes en tres grados; pero no lo hicieron así; pero, entonces ¿Qué quisieron significar?
En el caso de la Primera Orden tú y nosotros lo tenemos muy claro: son “Cuatro Grados” porque representan los cuatro elementos de los que está constituida la Materia (Tierra, Agua, Aire y Fuego) y ¿Qué podemos sonsacar de dicho criterio?, que el Primer Grado es una Iniciación íntegramente dedicada a los misterios de la Vida; es decir, de la Existencia en éste Mundo. La Tierra es la misión de la Enseñanza del Celador, el Agua la del Teórico, el Aire la del Práctico y el Fuego la del Filósofo “o nó ¿Qué opináis vosotros?” La Tierra es el Templo y cuya custodia se encuentra a cargo de aquel designado para celarla, el Celador, el Ser Humano, la Humanidad.
El Agua es la fuente de la Vida. No es la propia Vida; pero es el medio natural donde puede prosperar la Vida. Esa es también la función del Teórico; es decir, acaparar conocimiento para, con posterioridad, darle forma y movimiento; es decir, Vida.
Esa es la función del Práctico, como la del oxígeno del Aire, proporcionarle movimiento y Vida a la Forma Teórica formada de Tierra y Agua. Por último, el Philosophus, representa al Fuego que proviene de lo Alto y que representa la conexión del Espíritu con sus vehículos inferiores.
El Fuego es el Cuerpo natural del Ave Fénix, sin el cual, cualquier tipo de transfiguración sería imposible. Así la Filosofía, está en nuestro Mundo Material sin pertenecer a él, del mismo modo que el fuego es la Sublime manifestación del Espíritu en la Materia.
Pasar de la Primera Orden, los misterios de la Tierra, de Cibeles y de Afrodita, a la Segunda Orden, supone haber superado las pruebas de los Misterios de Isis; encontrándose, entonces, el Iniciante, preparado para asumir la Verdad contenida en los Misterios de Osiris; es decir, los misterios del Alma. Una Alma que comparte una parte del Fuego de la Materia y una parte del Éter o Quinta Esencia del Espíritu.
Así, ahora sí, como paso intermedio entre la Iniciación en el Templo Material y la Iniciación suprema del Pleroma (el Espíritu), tenemos los tres grados, verdaderamente rosacruces, del “Adeptado”. No existe algún Rosacruz que no haya pasado por Adepto. Y estos tres grados son Adepto Menor, Adepto Mayor y Adepto Liberado.
El Adepto Menor es un mero aspirante a Rosacruz que aún no posee los méritos necesarios para ser denominado de tal guisa. Ésto es así, porque acaba de surgir del huevo de la materia y aún debe de seguir alimentándose de su leche; de otro modo, aún mantiene una lucha para conseguir el control de sus emociones.
El Adepto Mayor ya superó los apegos propios de éste Mundo; pero aún se encuentra inmerso en obtener el hilo de Ariadna o la Escalera de Jacob que, por un acto de ingravidez sobrenatural, lo eleve hacia las alturas del Pleroma, donde mora Kether, el innombrable.
El Adepto exento o liberado ya se encuentra libre de cualquier tipo de atadura física o emocional, procedentes de la Tierra; es decir, de la Primera Orden. Así las cosas, el Adepto Liberado es libre de continuar su existencia en los planos inferiores o desvincularse de ellos para elevarse a la Gloria de la Tercera Orden. En éste Grado ya no existe una fuerza material o Divina que obligue al Adepto Liberado. Los Adeptos liberados permanecen, con nosotros, en la Tierra por una cuestión de puro Amor altruista. Para ellos, sería más fácil elevarse y dejarnos a nuestra suerte; pero su falta de egoísmo les impide realizar lo propio y, por ello, el Adepto Liberado, siendo ya un Rosacruz de pleno derecho, se encuentra como Sacerdote intermediador entre la genuina Orden Rosacruz de Shambala, sita en Agartha o Esfera Reflectora, y los hombres y mujeres comunes y mortales. Si el hilo iniciático entre el Pleroma y la Tierra no se interrumpe es gracias a los “Adeptos Liberados, los Rosacruces encarnados”
¿Qué podemos decir de la Tercera Orden?, pues que tiene sólo dos grados y ¿Por qué? Porque representan la dualidad Divina del Padre y de la Madre y que son el origen de la propia Creación, el Hijo; es decir, el propio Hijo, el Demiurgo es el Alma de la Creación, del Universo. El Padre y la Madre se encuentran representados en la Tercera Orden mediante el Mago y la Sacerdotisa. Así, tenemos que el Octavo Grado es el Maestro o Maestra del Templo, siendo la responsable subsidiaria y procreadora de todo lo existente. Es la Madre Naturaleza, María, de la que emanan el resto de las diosas progenitoras independientemente de su denominación. El Noveno Grado representa al mero Pleroma, el Mago. El Mago del que emanan el resto de emanaciones divinas, incluida la Sacerdotisa. Así, podríamos intentar una relación entre los grados rosacruces y las sephiroth del Árbol de la Vida; pero eso lo dejaremos para otro momento, si alguno de nuestros oyentes no se nos adelante.
En la Tercera Orden, donde está representada la dualidad Divina del Padre-Madre, todos sus miembros ya son iniciados adeptos rosacruces. Se trata de adeptos elevados al Plano de Shambala, morando a nuestra espera, en el Templo del Espíritu Santo. Decimos que se encuentran expectantes, porque ellos no pueden elevarse hasta el Pleroma hasta que todos hayamos pasado por el proceso iniciático del nacimiento del Fenix; de otro modo, que toda la Humanidad haya sido transformada en rosacruces. Sólo así, la Humanidad, como una única Unidad indisoluble, podrá atravesar el puente del arco iris, mediante Shambala, que separa nuestro Universo del verdadero Hogar Celeste, el Pleroma, de donde verdaderamente procedemos.
Frater Aralba R+C
No hay comentarios:
Publicar un comentario