22 abril, 2025

Linajes Rosacruces (1)

 “¿Linajes rosacruces? (1)”


-Dificultades a la hora de desarrollar un Organigrama genealógico de las organizaciones rosacrucianas existentes-

Los bien intencionados autores que intentan realizar un organigrama coherente, acerca de la Rosacruz, se encuentran con diversos problemas que impiden que su trabajo pueda llegar a buen término.


Éstas dificultades consisten en:


1.- Lagunas históricas importantes; es decir, vacíos en donde no se aprecia una continuidad, sin cortes, de algunas de las más importantes organizaciones rosacrucianas del más remoto pasado (hablamos en un entorno de no más de tres siglos)


Por ejemplo, el Movimiento Original Rosacruz, expuesto en los tres manifiestos conocidos y liderado por Valentín Andreae, desaparece de la Vida pública con el comienzo de la Guerra de Religiones conocida como de los “30 años”. En todo ese tiempo, solo conocemos, que hubo un gran movimiento emblemático, hermético místico, bastante disperso y que pasaría a recopilarse un Siglo después; así como  que existió una relación epistolar pedagógica entre Comenius y Valentín Andreae que encontrábase exiliado en Países Bajos. A partir de ahí, la bruma y el silencio.


Contemporáneo al surgimiento de los tres manifiestos, ampliamente conocidos, dentro de esa euforia rosacruciana que crearon, surgieron muchos escritos, unos a favor, otros en contra; e incluso aquellos que se arrogaban pertenecer a la propia Fraternidad. Como ejemplo de ello tenemos el “Speculum Sophicum Rhodostauroticum” (1618), de un tal Theophilus Schweighardt Constantiensen y que algunos investigadores, en el presente, consideran como un Cuarto manifiesto de la Fraternidad Original.


En el Siglo XVIII; sin poder construir una relación directa entre la Sociedad Cristiana original de los creadores de la Rosacruz, nace en el Seno de la Masonería Alemana, Logia las Tres Espadas, una suerte de Logia de investigación hermética conocida como “La Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema”. Organización que estaría formada por gente Noble y que se propagaría, fundamentalmente, hasta el Éste, la Rusia zarista. Ésta Organización habría sido la responsable de la recopilación de ciertos textos de emblemas y que pasaría a formar el conocido Libro: “Los Símbolos Secretos de los Rosacruces de los siglos XVI y XVII”. A finales del Siglo XVIII, a ésta Organización se le pierde la pista y no será hasta el siguiente Siglo, el XIX que se producirá una explosión de organizaciones rosacrucianas, tanto en las Islas Británicas como en el Continente, que se contagiará allende los mares, y cuyo origen no serían otros que la iniciativa personal de grupos de masones o miembros de la Sociedad Teosófica. 


2.- Dificultad histórica a la hora de discriminar lo real de lo mítico; es decir, la Rosacruz se encuentra rodeada de un aire de misterio porque sus “propagandistas” no solo mencionan a organizaciones que, en Verdad existieron; sino también a organizaciones de brevísima existencia o  inventadas que nunca existieron.


Como hemos visto, la propia Rosacruz de Oro masónica (aprox 1770), en el título de su Obra recopilatoria de emblemas ya introduce algo que confunde a los investigadores serios porque expone una Rosacruz entre los siglos XVI y XVII; pero si la Rosacruz nace en 1614 a partir de la publicación de la Fama Fraternitatis, ¿de qué estamos hablando?, ni más ni menos de un Movimiento proto rosacruz; es decir, que sin ser Rosacruz, propiamente dicho, inspiraría a los creadores de la Rosacruz. Así podemos decir que, la Rosacruz de Oro, consideraba parte del Movimiento Rosacruz a organizaciones como “La Milicia Crucífera Evangélica” (1586) de Simón Studion, Autor de la Naometría, que predicaba una suerte de diàlogo ecuménico entre las diferentes denominaciones cristianas de su época.


También se sabe, por escritos del Siglo XVIII, 1710, de una previa Rosacruz de Oro, nada que ver con la masónica mencionada, que habría desarrollado toda una serie de normas y estatutos; pero que los historiadores han llegado a la conclusión que nunca llegó a existir; es decir, esa Historia habría quedado relegada a existir en el material impreso de su Autor Sincerus Renato (Sigmund Richter) “La perfecta y verdadera preparación de la piedra filosofal de acuerdo con el secreto de la Hermandad de la Rosacruz Dorada” sin haber tomado, nunca, existencia física.


3.- Porque no se cuenta con que los soportes de propagación de la Idea Rosacruz no provienen de la propia Rosacruz; sino de organizaciones ajenas a la Rosacruz, que nacieron bajo la influencia de las Ideas rosacruces. Organizaciones como el complicado entramado masónico y la Sociedad Teosófica, tan dada su Creadora, Madame Blavatsky, a mitificar.


Existe una certeza cimentada en evidencias históricas; es decir, no en meras conjeturas, de que la Masonería que surgiría en Londres, en “La Taberna del Ganso y la Parrilla” (1717) fue una Institución inspirada por las aspiraciones rosacruces, expuestas en los manifiestos La Fama (1614), la Confessio (1615) y al Bodas Químicas (1616) Es en éste punto, donde en plena vorágine Rosacruz, entran en escena dos amigos médicos, uno inglés y el otro alemán, nos referimos a Robert Fludd y Michael Maier; ambos eran unos sinceros admiradores de la Fraternidad de la Rosacruz que escribieron sobre ella y respetaban sus manifiestos; pero lo cierto, según sus propias palabras, la estuvieron buscando con el fin de ingresar en ella; pero sin conseguirlo, en tanto que estalló la Guerra ya mencionadas. Pues bien, fue Robert Fludd quien llevó los manifiestos rosacruces al Reino de Inglaterra, donde se traducirían al Idioma Inglés y pasando de mano en mano hasta llegar a los inspiradores que darían lugar a lo que hoy denominamos como Masonería. Así Elías Ashmole (1617-1692), anticuario y alquimista, quien se sabe bien que fuera uno de los precursores de la Masonería y fundador de la Royal Society, tradujo los manifiestos rosacruces de su puño y letra; es decir, de forma manuscrita. Esto es una constatación histórica evidente. Así la Masonería, sin existir constancia de una supervivencia histórica de la Rosacruz, se convertiría en receptáculo de su ideología. Así, la Rosacruz sobreviviría, en el Seno de la Masonería, por cerca de un Siglo. 


Por otro lado, ya en el Siglo XIX, en pleno auge del Espiritismo nace la Sociedad Teosófica de la Sra Blavatsky y el Coronel Olcott. Ésta Asociación traía el Conocimiento Antiguo de la India; pero también la de una supuesta Orden de Superiores Desconocidos de la Rosacruz. Así, según Helena Petrovna, la Rosacruz habría sobrevivido en Oriente y desde donde volvería, según ella, a retornar a Europa la Sabiduría de Occidente. De esa fuente, mítica que no histórica, procede la Rosacruz de Oriente o de los Hermanos Asiáticos, y que en el Siglo anterior, el supuesto Conde de Cagliostro, Creador del Rito Egipciano de la Masonería, decía proceder su Conocimiento Esotérico y Mágico.


Pues bien, ya a finales del Siglo XIX, comenzaron a surgir, tanto del Seno de la Masonería, ya fuera regular o irregular, como de la Sociedad Teosófica, organizaciones, autodenominadas como rosacruces. Unas rosacruces que contenían en su seno un componente mítico muy importante y que, en muchas ocasiones, la mayoría, no casaba con la realidad histórica.


4.- Porque las propias organizaciones rosacrucianas, la mayoría de ellas, sus fundadores crearon una Historia de la Organización con un Linaje ininterrumpido, la mayor parte de las veces ficticio, con el fin de que coincidiera con sus intereses y, generalmente, con el fin de proporcionar cierto boato maravilloso a la Institución.


La mayoría, salvo honrosas excepciones, de las organizaciones rosacrucianas que han llegado hasta nosotros, su Historia, se encuentra plagada de imprecisiones, cuando no de meras falsedades, lo que ha hecho que a los historiadores les entre urticaria el entrar en un estudio serio de la Rosacruz. Son muchas veces, más periodistas acostumbrados al amarillismo de lo asombroso; es decir, del “Realismo Fantástico”, los que se acercan a la Rosacruz para contribuir con más invenciones, conjeturas e hipótesis imposibles de demostrar, al misterio desentrañable de la Rosacruz; mientras que los pocos historiadores que se atreven a realizar una investigación sería, se persignan antes de introducirse en un tenebroso trabajo que podría llegar a desprestigiar su Carrera. Así, la Historiadora Medieval “Francés Amelia Yates” realizó un digno Trabajo con su Libro “El Iluminismo Rosacruz”; pero, eso sí, centrándose en los años del furor Rosacruz que supuso la publicación de los manifiestos rosacruces, sin entrar, como es natural, en esas historias imposibles de demostrar y que según sus autores, enlazarían genealógicamente a las rosacruces actuales con el movimiento Rosacruz del Siglo XVII y que se originara en Alemania.


Cabe mencionar, es nuestra obligación como buscador de la Verdad, indicar que la única de las organizaciones rosacrucianas actuales, aparte de nuestra FRA que sostiene un Linaje tan consistente como el de la propia Masonería, que se ajusta a una Verdad histórica comprobable, es el “Lectorium Rosicrucianum” o Rosacruz Áurea, salvo que intenta mezclar sus genes con un Catarismo brumoso y no confiable; en tanto que, entendemos, tiene más que ver con los Valdenses de Albi, verdaderos cristianos apostólicos, y a los que la Iglesia rebautizó como Cátaros como una forma de insulto al denominarlos como adoradores de gatos; es decir, de los mensajeros del Diablo.


En definitiva, que para desarrollar un Organigrama creíble de la Rosacruz, desde su origen hasta nuestros días, no podemos contar con que haya existido una cadena ininterrumpida; es decir, debemos de aceptar la existencia de lagunas temporales y que las rosacruces actuales más que una relación ininterrumpida con las rosacruces del pasado, lo que tienen es una base de inspiración ideológica; es decir, las de ahora se inspiran en lo que fueran aquellas del pasado. En ese sentido, dentro de éste Organigrama, no queda otra que introducir a las obediencias masónicas y a la propia Sociedad Teosófica, porque de otro modo, todo el entramado quedaría cojo y perdería cualquier tipo de racionalidad. Por último, habría que evitar introducir en el Organigrama organizaciones míticas y que probablemente haya sido la invención de gentes bien intencionadas; pero embusteras. Así, es natural que podamos introducir la “Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema” porque pertenece a la Historia; pero sería absurdo introducir a su antecesora Rosacruz de Oro, invención de Sincerus Renatus y que no hay constancia alguna de haber existido más que en el papel. Lo mismo podemos decir de organizaciones como “La Rosacruz de Oriente” o de los “Hermanos Asiáticos” y de los que sólo pueden existir falsificaciones modernas, dado que no existe constancia alguna de su existencia.


Para finalizar no queremos dejar de apuntar que José Bálsamo, el Gran Conde de Cagliostro, afamado por Alejandro Dumas, fue un gran fabulador que pasó parte de su juventud en la Isla de Malta. Existen indicios de que Bálsamo fuera apadrinado por la propia Orden de Malta y que “Altotas”, su Maestro, podría haber sido quien lo iniciara en los misterios fraternales y que luego, él, incorporaría a su Masonería Egipciana, Masonería Salvaje, de la que surgirían las irregulares masonerías egipcias de Memphis y de Mizraim que tanta influencia tendrían sobre algunas de las rosacruces modernas, incluidas nuestra F.R.A. 


Basada en las fábulas de Cagliostro, es que Madame Blavatsky sacaría su ignota Rosacruz de Oriente de los Hermanos Asiáticos; la cual habría estado custodiando los Misterios Rosacruces desde tiempo inmemorial; pero eso, mis amigos, pertenece al Universo del Mito.


Frater Aralba R+C


https://m.youtube.com/watch?v=UB1kTV7cNL8


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