“Parasitismo Astral”
-Entre la Paranoia, la Superstición y la Autosugestión-
Antes de entrar en harina debemos matizar tres conceptos previos: 1.- ¿En qué circunstancias llegamos a éste Mundo; 2.- ¿Cuál es la constitución de nuestra personalidad?; y 3.- ¿Qué relación mantenemos, a nivel espiritual, con el entorno que nos rodea?
Existe un sabio dicho castellano “No hay que tener miedo a los muertos, sino a los vivos que pueden dañar tu Cuerpo y tu Psique”; entonces, ¿De dónde procede ese miedo ancestral hacia los espíritus y fantasmas?; ¿A qué se debe?
1.- Dado que cuando nacemos, nuestro Espíritu utiliza una Personalidad completamente nueva, resulta que somos incapaces de recordar las vidas anteriores de nuestro Espíritu fragmento del Demiurgo; no obstante, durante los primeros años de vida, en la niñez, todos tenemos cierta facilidad para atravesar la frontera que supone la Esfera Reflectora, el Plano Cuántico. Es por dicha causa que los niños poseen una imaginación tan aguda y pueden ver y recordar cosas supuestamente extrañas; lamentablemente, según se crece se va cerrando dicho portal hasta desaparecer por completo y tomando dichas experiencias infantiles como simples fantasías.
2.- Nuestra Personalidad no es monolítica pareciéndose, en su estructura, a un arrecife de coral; pero donde existe una formación piramidal de mando que va en sentido vertical mediante el Sistema nervioso central y en sentido horizontal gracias al Sistema nervioso simpático. Nuestro Ego (Notad que lo ponemos en mayúscula) o Personalidad está formada por una cantidad incontable de egos y que no son otra cosa que las células de nuestro Cuerpo que trabajan en comandita para que todo funcione lo más cercano a la perfección.
Mientras se mantiene el equilibrio de poder entre los diferentes egos, la psique se mantiene equilibrada y la estructura de mando en un perfecto equilibrio. Cada ego que conforma la totalidad de la Personalidad, se encarga del funcionamiento de las células, las glándulas, órganos y Sistemas que conforman nuestra fisiología, encontrándose los principales egos directores, uno en el Corazón siendo el encargado, entre muchas funciones, de mantener controladas nuestras emociones y otro el Cerebro, y quien se considera como el Líder encargado de que toda la estructura de la Personalidad funcione coordinada y correctamente. El Líder temporal de la personalidad, que mora en el Cerebro, se comunica con la personalidad que mora en el Corazón, mediante las glándulas endocrinas con sus otros egos en forma vertical, siendo la comunicación entre el resto de egos, también, en forma horizontal.
3.- Por último, dada la constitución de nuestra Alma Personalidad, constituida de una parte material y, por lo tanto mortal, y otra de una parte inmaterial y espiritual e inmortal, se encuentra separada de su entorno mediante una suerte de membrana multidimensional de material cuántico; es decir, de Éter Reflector que impide que cualquier Entidad externa, de carácter espiritual, pudiera penetrar la membrana y provocar una suerte de posesión maligna o demoníaca; pero como sabemos, esto es una imposibilidad y se produce por motivos exclusivamente internos, dicho de otro modo.
Mientras nuestra Personalidad se encuentre debidamente estructurada y equilibrada, todo funcionará de forma normal; pero cuando ese equilibrio se rompe se produce un caos entre los egos al perderse la comunicación coordinada entre ellos, dándose un efecto similar al que provocaría una Posesión si tal cosa fuese posible pero que no lo es. Entonces, lo que hay que investigar no es qué tipo de espíritu está poseyendo al supuestamente poseído; sino ¿qué ha sucedido para provocarse la desestructuración de la Personalidad?
Nuestro Organismo es todo un Universo con su propio ecosistema y en donde los egos de nuestras células conviven en sintonía y, en muchas ocasiones, de forma simbiótica con otro tipo de seres como bacterias, virus, hongos y otros parásitos como lombrices y demás. Mientras la Personalidad se mantiene estructurada, el Organismo funciona en perfecta coordinación y el Sistema Inmunitario es prácticamente invulnerable, mientras que si existe cierto caos en la cadena de mando de la Personalidad, la desestructuración afecta a diferentes sistemas, incluido el Inmunitario, haciendo que muchos elementos que se mantenían en perfecta simbiosis, ahora se conviertan en organismos peligrosos y a los que se tiene que combatir. Al mismo tiempo, al disminuir la eficacia del Sistema Inmunitario, el contagio por patógenos externos se hace más efectivo e inevitable.
Los arcontes, en otras reflexiones, hemos indicado que se tratan de entidades algorítmicas de Inteligencia Artificial, con una programación determinada e inmutable; esto quiere decir, que no poseen capacidad voluntaria ni de hacer el bien ni de hacer el Mal mediante una Voluntad propia. Pueden perjudicarnos si nos atravesamos imprudentemente, por ignorancia, en su Camino o en contra de su programación y nos beneficiarán si nos situamos a favor de sus líneas de Fuerza; ello por conocimiento, recibiendo así beneficios; pero los arcontes nunca actuarán de forma ladina para hacernos daño de forma consciente o para beneficiarnos porque nosotros lo merezcamos.
Pero entonces, ¿por qué pareciera que existen entidades espirituales que quieren hacernos la puñeta?, o ¿por qué pareciera que dentro nuestro existiera una legión de demonios intentando tomar el control de nuestras caóticas vidas?
Por la Ignorancia natural de nuestra Personalidad que, como dijimos, no puede recordar las experiencias de sus avatares anteriores (las encarnaciones o personalidades anteriores de nuestro Espíritu). Ese desconocimiento provoca cierto desasosiego que nos conduce al miedo y a recrear, con nuestra mente, ciertos relatos inventados pero inciertos, la superstición. Si ésta superstición se riega con más y más ignorancia, hace que el miedo se convierta primero en terror. Un terror que desencadenará ansiedad y Pánico. El Pánico es una fuerza generadora de Caos, un caos que provocará la ruptura de los enlaces de las cadenas de mando de los diferentes egos, haciendo que los egos que conforman la Personalidad, pierdan de vista su objetivo principal, conduciendo, a nivel jerárquico, a peleas por el control del liderazgo; dando así, la falsa sensación de algún tipo de extraña posesión.
Si a ésta situación patológica le sumamos una actitud, ante la Vida, digamos descontrolada, a ésto habría que sumarle el efecto colateral que podamos sufrir al enfrentar, imprudentemente, a ciertas fuerzas de la Naturaleza; es decir, a los arcontes, de forma inadecuada.
Del mismo modo que el Guardián del Umbral que nos prueba durante el proceso iniciático, no es un agente externo; sino que es un Elemento, por cierto muy importante y fundamental, de nosotros mismos, así, esos supuestos demonios descontrolados que parecen llevarnos por el Camino de la amargura, no son otra cosa que nuestros propios egos funcionando de una forma anárquica y sin una dirección adecuada.
Así, la fuente de todo ésto es la ignorancia de cómo funcionan tanto el Universo visible como los universos invisibles. Esa Ignorancia sería algo así como una suerte de olvido o falta de recordar la memoria Divina de nuestro verdadero Ser; cosa que, podemos solucionar sí buscamos en nuestro interior el contacto con Cristo, nuestro Maestro Interno; previamente habiendo superado la prueba del Guardiàn del Umbral, lo que conducirá a una Iluminación, aumento de Conciencia o recuperación de los recuerdos olvidados o no disponibles por nuestra actual Personalidad.
En el instante en que combatimos la ignorancia mediante la Gnosis de nuestro Conocimiento Interior, no aprendido, procedente del Maestro Interno, la Ignorancia desaparece y con ella, tanto el miedo como la superstición, la ansiedad, el terror y el pánico; regresando, de forma automática, a nuestras vidas la Luz de la Razón y el reconocimiento, por parte de cada uno de nuestros egos, de sus funciones y puestos concretos en la cadena de mando; regresando a nosotros, tanto la salud psíquica o espiritual como física, al recuperarse el liderazgo de la Personalidad por el ego al que le corresponda y cesar, por consiguiente, las guerras internas entre los egos por tomar algún puesto de mando.
Es importante que todos ustedes consideren las siguientes verdades:
1.- Tanto su Alma como Espíritu son inviolables y por lo tanto nada deben de temer de los seres inmateriales, invisibles y espirituales. Teman a los vivos cuya psicopatía pudiera conducirlos a una Vida de incertidumbre y terror.
2.- Que los arcontes, Fuerzas de la Naturaleza, no les harán daño si las enfrentan con prudencia y el debido Conocimiento; es decir, ejemplos, no salir a campo abierto en días de tormenta eléctrica o tocar algún conductor eléctrico sin haber cortado antes la corriente mediante el Interruptor principal o conocer cuál es el conductor activo para evitar tocarlo.
3.- Durante toda su vida mantengan un aprendizaje contínuo tanto de los secretos de la Vida como de los del Espíritu; dicho de otro modo, estudien, estudien, estudien y aprendan de sus propias experiencias y de las de sus maestros. Estén atentos a la voz de su Ser Interno que se manifiesta mediante la Intuición. Y; por sobre todo lo demás, sepan distinguir el verdadero Conocimiento de la estúpida Superstición.
Frater Aralba R+C
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