22 febrero, 2025

La Ilusión del Yo Personalidad Individual

 “La Ilusión del Yo Personalidad Individual”


-O de cómo Todo está contenido en Uno y el Uno se encuentra integrado en el Todo-

Por supuesto vamos a hablar de la Temporal Personalidad, no del Alma Inmortal y que pertenece a otra categoría. La Personalidad, por decir así, es la parte visible de la parte mortal de nuestra Alma. Recuerden que todos los seres vivos, al estar compuestos por una comunidad de seres unicelulares, poseen Alma; Alma de “Ánima”, estar animado o estar vivo. En ese sentido somos casi idénticos al resto de hermanos animales que nos rodean. 


Claro, en el Ser Humano, ésta Alma mortal es un poco diferente pues viene contaminada por la Conciencia que es fruto de la interacción del Cuerpo con el Espíritu, encontrándose ésta, la Conciencia, siempre en la junta de unión entre el Alma Mortal y el Alma Inmortal.


Cuando hablamos de Alma Inmortal estamos hablando de algo superior y que se encuentra a otro nivel; pero que, sin embargo, forma una Unidad indisoluble, repetimos temporal, con la parte del Alma Mortal; en tanto que el Alma, en su conjunto, vendría a ser como dos recipientes unidos por un fino tubo constituido por un filtro extremadamente fino. Ese filtro es la conciencia que nos impele a hacer el bien; pero cuya principal función es impedir que experiencias contaminantes, procedentes del alma material, pudieran influir en la parte del Alma Inmortal; es decir, en el Espíritu.


Como ya debemos de saber, el Alma mortal, íntimamente unida al Cuerpo Físico y Químico, está constituida de material del Plano existencial de Deseos y de Esencia del subplano existencial de la Mente Concreta; mientras que el Alma Inmortal se mueve en los planos de la Mente Abstracta y del Espíritu Humano. Digamos, para ser exactos, que el Alma, en su conjunto, viene a ser una soldadura entre dos metales diferentes; pues bien, ese cordón de soldadura estaría constituido por la parte vibracional más elevada de los planos inferiores y de la parte vibracional más baja del Espíritu.


Ahora nos centraremos en el Alma Mortal, que es el objetivo de ésta Reflexión; pero antes, dejadnos que hagamos una pequeña analogía para que podamos comprender cómo se produce la unión, mediante la Esfera Reflectora “El Plano Cuántico” entre el Pleroma “Sede del Espíritu”, de nuestra Alma Inmortal y el Mundo de los Efectos, nuestro Universo, Sede de nuestro “Cuerpo” y de nuestra Alma mortal. Es un ejemplo que me habéis leído muchas veces; pero que hoy profundizaremos un poco más en él desde un punto de vista un poco más elaborado.


Supongan una enorme piscina de agua que representaría al Pleroma, Sede del Espíritu. Ahora imaginen a un loco arquitecto que desea realizar en su centro una cabaña flotante.


Lo primero que realizaría, nuestro Maestro de obras, es realizar una balsa bien construída para sobre ella construir la edificación; pero le surge un problema y es que no posee elementos de construcción que no procedan del propio agua. Esto es algo muy raro ¿Cierto?; pero nuestro constructor conoce que si ésa agua la puede solidificar podría realizar ladrillos sólidos con los que poder construir la cabaña, ciertamente una cabaña muy fría; pero recuerden que tan solo es una analogía, una metáfora de cómo podría ser la Verdad.


Bien, nuestro Arquitecto, en su banco de trabajo construye su balsa con una serie de elementos. En primer lugar, la balsa será de un material que pueda flotar en el agua, ya sea un plástico resistente o madera. Dentro de la balsa colocará varias bombas de agua para elevar el agua al Plano superior de la balsa; pero para que salga en forma de hielo y no líquida, tendrá que pasar por una serie de alambiques de fuerte enfriamiento con depósitos de diversos colorantes. 


Ahora, la base superior de la balsa estará constituida por miles de agujeritos por donde saldrá el agua solidificada y coloreada que, nuestro arquitecto, utilizará para construir su helada y multicolor cabaña.


Si hemos dicho que la piscina de agua es la representación del Pleroma, todo el interior de la balsa, con su alta tecnología, sería el conjunto de la Esfera Reflectora o Mundo Cuántico y la base exterior llena de agujeritos sería el Éter o Campo de Higgs.


Así, todas las partículas cuánticas, según nuestros investigadores, saldrían del Campo de Higgs, aportándole masa a cada partícula, el Bosón de Higgs. El Campo de Higgs solo ocuparía la parte superficial que une la Esfera Reflectora con la Parte Superior o Mundo de los Efectos, el exterior. El Bosón de Higgs serían los colorantes que dieran color a las diferentes estalagmitas de hielo y que, tras Ser cortadas, servirán de ladrillos para nuestro Arquitecto. Ese color representaría a los diversos componentes cuánticos que ya conocemos como electrones, neutrones o protones, entre muchos otros, y que juntos formarán la estructura de los átomos y que no son otra cosa que los ladrillos de construcción de las moléculas y éstas de las cosas visibles y tridimensionales.


Con ésto queremos indicar que todo procede del Pleroma; pero está separado del Pleroma mediante una membrana multidimensional, el Plano Cuàntico, la balsa de nuestro ejemplo. Y que los ladrillos de construcción también proceden del Pleroma aunque parecieran surgir de la Nada, siendo el Plano Cuántico y el Campo de Higgs, el Laboratorio donde se producen esos ladrillos que conforman todo lo que existe en nuestro Universo. También nosotros como Cuerpos químico u orgánico y como alma personalidad. Una alma Personalidad que nunca deja de estar conectada, mediante el Éter Reflector y el Plano Cuántico con nuestro Espíritu, el Ser, que vive, como una Unidad indisoluble, con el Todo, en el propio Pleroma.


El Ser Humano que conocemos como un Individuo, en realidad no existe, somos una ilusión constructiva, dado que cada una de las células que conforman nuestro Cuerpo y cada uno de los elementos ajenos, como bacterias, que colaboran en su existencia y funcionamiento, son, cada uno de ellos un Ser vivo en sí mismos colaborando con una sincronicidad casi perfecta. Todos esos egos, todos esos yoes son fragmentos individualizados del único Espíritu que constituye el Pleroma.


Expusimos, en una reflexión anterior, que nuestro Organismo es algo parecido; pero más evolucionado a un Campo de Corales; pero es un Campo donde cada célula cumpliría con un cometido diferenciado y formando unidades biológicas más complejas y diferenciadas para formar los órganos y sistemas.


Esos egos individualizados, compuestos por partículas cuánticas que dan lugar a átomos primero y moléculas después no están de un modo desordenado y caótico sino que conforman una precisa estructura piramidal y donde cada ego cumple con su función. Existen Siete centros de control dirigidos por algunos egos líderes y que se corresponden con las siete glándulas endocrinas y que en Oriente se reconocen como Chakras: 


1.- “Suprarrenales”; 2.- “Gónadas”; 3.- “Plexo Solar”; 4.- “Timo” (A la altura del Corazón); 5.- “Tiroides”(En la garganta); 6.- “Hipófisis” (En la Frente); 7.- “Glándula Pineal” (Base del Cráneo) o Tercer Ojo.


Podría decirse que cada uno de éstos elementos de control está gobernado por un ego líder que, por otro lado, se encuentra coordinado con el resto de los otros seis líderes. Así tendríamos que el Líder, Dual, de la Cabeza, la Hipófisis y la Epífisis (Glàndula Pineal) gobernarían, hormonalmente, al resto de Órganos mediantes el centro de control hormonal que es la Tiroides y desde donde el resto de líderes de nuestro Organismo, en forma vertical, recibirán las directivas, mientras que, por otro lado, cada glándula en particular se comunicaría con cada célula del Cuerpo, de modo hormonal igualmente, en forma horizontal. Cuando éste Sistema funciona en perfecta coordinación, tanto nuestro Cuerpo como nuestra Psique se sentirán bien; es decir, estarán sanos, fuertes y alegres; pero si alguna de esas comunicaciones, entre los líderes y el resto de egos celulares falla, sobrevendrá la enfermedad.


En condiciones normales, nuestra personalidad se mostrará al exterior de forma casi monolítica; pero interiormente, si somos sinceros, podremos observar las contradicciones existentes en la comunicación de nuestros diferentes egos. Así, esa conciencia monolítica de nuestra Personalidad no es más que una ilusión interesada y útil para que nuestro Organismo pueda mostrar la Conciencia de nuestro Ser Espiritual. El problema sobreviene cuando la Personalidad o el Grupo de egos dirigentes creen ser ellos el verdadero Ser, cuando solo son meros sirvientes del Lugar de donde procede la Conciencia, el Espíritu. 


De algún modo, los egos de la Mente, al estar en contacto con la Conciencia del Alma Espiritual, por inducción, llegan a creer que ellos son el Ser, cuando solo son intermediarios orgánicos necesarios para poder manifestar la Conciencia del Espíritu en éste Plano de Existencia.


El verdadero Proceso Iniciàtico comienza cuando los líderes del Ego; es decir, la Personalidad, estructurada, comprenden su verdadera función y que no es otra que servir a su Señor Cristo, el Verdadero y único Ser, Hijo del Pleroma y consustancial con su Padre o fuente de origen, poniéndose a su servicio. 


Es necesario que sea la propia Personalidad, sin ser forzada, la que se ponga voluntariamente al servicio de su verdadero Ser. Cuando ésto sucede, la Personalidad es consciente de que ella irá en detrimento hasta desaparecer, mientras que su Ser, Cristo, crecerá hasta gobernar a todo el Organismo; pero también sabe que es la única forma de sortear y superar a la muerte; en tanto que según vaya ella muriendo para éste Mundo irá renaciendo en Cristo formando una Unidad i

nmortal y eterna con Él.


Frater Aralba R+C


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