28 febrero, 2025

El Juicio Final

 “El Juicio Final”


-Cada mocho en su palo-

La Biblia Cristiana es un Libro que deberíamos de leer en clave metafórica y desprendernos, un tanto, de esa literalidad a la que nos tienen tan acostumbrados las religiones; muy especialmente, las iglesias del ámbito Protestante y que, hoy, tanto apoyan al Movimiento Sionista del Pueblo Jázaro.


“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.”

(Apocalipsis 20:11-13)


Como dijimos en nuestra reflexión acerca del Apocalipsis, cualquier discrepancia que pudiera existir entre los muertos hace decenas de miles de años y los fallecidos recientemente, se solventa con esa dilatación del Tiempo que sucede cuando algo entra en el horizonte de Sucesos del Agujero Negro del Juicio Final. 


Así, podemos interpretar que existe un lugar de tránsito entre nuestro Mundo material y Shamballa, la Capital de Agartha en la Esfera Reflectora y donde todos, antiguos y nuevos, juntos, deberemos de conformar el Cuerpo existencial del Cristo Cósmico; pues bien, ese Lugar bien lo podemos denominar como el Agujero Negro del Juicio Final, aunque las religiones lo hayan llamado el Hades o el Purgatorio. 


No es en el Horizonte de Sucesos donde se producirá el Juicio, sino que se trata de la entrada al Lugar donde se desarrollará el Juicio. Un Juicio que se dará en el Seno del Templo del Espíritu Santo; pero ¿En qué consiste tal evento?; en ¿Mandar a los que hayan sido buenos al Cielo y a los malos al Infierno?. ¡No!; se tratará de algo automático y donde el Espíritu fragmentado del Demiurgo, junto a las almas “personalidades” rescatadas serán separadas del resto de cosas sacadas del Huevo Cósmico. Recordemos que nada se pierde y, por lo tanto, las experiencias, memoria y conciencia de todo aquello que no haya podido rescatar el Espíritu, será almacenado en la Memoria de la Naturaleza; es decir, en los registros del Pleroma o Mundo de las Ideas. 


Un Lugar separado del Plano de Existencia de los Eones; pero que puede ser consultado en cualquier momento por todos ellos.


“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.”

(Mateo 25:31-46)


Recuerden nuestros amigos que nuestro Universo es un Huevo Cósmico que se viene gestando en el Seno del Eón Sophía. Esto es así porque los Eones no necesitan del sexo para reproducir y dar lugar a nuevos Eones, sino que, al igual que una célula, se reproduce por mitosis, su simple división celular, así sucede con los Eones; pero con la diferencia de que en la Célula es un proceso rapidísimo y en los Eones esto sucede tras periodos de muchísimos Eones (periodos) de tiempo inconmesurables.


Recuerden también que todos, dentro del Universo, somos los componentes de esa Célula inmensa que es el Huevo Cósmico del Universo. En ese Huevo existe una yema constituida por el Espíritu y una clara que constituye su alimento; es decir, todo lo demás; pues bien, cuando el Huevo esté maduro y el embrión pasado por su etapa de feto y convertido en un incipiente Eón, eclosionará y el Eón se incorporará al Pleroma y los desechos registrados en la Memoria del Pleroma.


Así, podríamos resumir que el Evento del Juicio Final no es otra cosa que la separación, mediante un proceso de centrifugado cósmico, de los espíritus fragmentados, ya sea junto con sus almas rescatadas o solitarios, que los separará del resto de elementos que serán guardados, no desechados, en la Memoria del Infierno, mientras que esos espíritus, en perfecta comunión, constituirán el Cuerpo del Cristo Cósmico que morará en el Pleroma; es decir, en el Cielo, junto con su Madre Sophía y el resto de sus hermanos Eones; pues bien, ¿Qué pintamos nosotros en éste asunto, en tanto que individualidades?, pues no dejaremos de ser otra cosa que la parte orgánica, en tanto que almas rescatadas, de éste nuevo y cósmico Ser.


El Espíritu habrá dejado de estar fragmentado; en tanto que esa situación en el Pleroma, para el Espíritu es una imposibilidad; pero las almas rescatadas mantendrán su individualidad y vivirán en un nuevo Universo libre de corrupción y enfermedad; y donde las personalidades podràn desarrollar sus potenciales hasta el infinito y más allá; todo ello, sin perder la comunicación directa con el Cristo Cósmico y mediante él con el resto de Eones que conforman el Pleroma como sus iguales.


Esperamos que hayamos podido entender en qué consiste el denominado “Juicio Final”; en tanto que, por analogía, es equivalente a lo que sucede en un huevo justo cuando el polluelo se encuentra a punto de romper el cascarón. Una vez rota la dura membrana el pollito se incorporará a la Vida y el calcio del cascarón será reciclado por la Tierra, solo que aquí esa Vida sería el Pleroma y la Tierra no sería otra cosa que la Memoria del Mundo de las Ideas; es decir, del propio Pleroma.


Ya hemos visto en qué consiste el Apocalipsis y el Juicio Final, nos resta por relatar en qué consiste el Proceso Crístico del Universo y que tras ese Apocalipsis y Juicio, que funciona a modo de filtro, transfigurará en una Entidad Cósmica incorruptible y Eterna; pero eso lo dejaremos para una próxima lección.


Recuerden: En todo coexiste un proceso del Individuo semejante a otro proceso Colectivo del Universo y que van paralelos desde su comienzo hasta el final y donde ambos se fusionarán para dar lugar a un único Todo, el Cristo Cósmico o Adam Kadmón de la Cábala.


Frater Aralba R+C


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