“¡El fin de los días!”
-¿Es posible conocer cuando suceda?-
“Pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre. La venida del Hijo del hombre será como en tiempos de Noé. Porque en los días antes del diluvio comían, bebían, se casaban y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no supieron nada de lo que sucedería hasta que llegó el diluvio y se los llevó a todos. Así será en la venida del Hijo del hombre. Estarán dos hombres en el campo: uno será llevado y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo: una será llevada y la otra será dejada. Por lo tanto, manténganse despiertos porque no saben qué día vendrá su Señor; Pero entiendan esto: si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo forzar la entrada. Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen.
(Mateo 24:36-44)
Aunque recomendamos, encarecidamente, la lectura completa del capítulo veinticuatro del Evangelio de Mateo, con estos pocos versículos queda bien claro la imposibilidad de conocer ni el día ni la hora del regreso del Señor en las nubes; es decir, del fin de los días.
A todos nos llega, de manera inexorable, nuestro fin de los días cuando aparece la muerte con su guadaña para rebanarnos el pescuezo; pero ese es un fin de los días individual. Existe, por otro lado, ese hipotético; pero probable fin de los días colectivo y que no sería otra cosa que la extinción de la Humanidad. Una extinción que, invariablemente, deberá de ir acompañada de la extinción de toda Vida en la Tierra; e incluso, su desaparición como Planeta.
No es el Lugar para hablar de ello; pero, para que se nos entienda podemos aportar unos pocos ejemplos.
El fin de los días puede suceder por:
1.- Autoextinción de la Humanidad debido a un conflicto nuclear de carácter global.
2.- Extinción de una gran parte de la Vida en la Tierra como consecuencia de la colisión con un cometa o asteroide de grandes dimensiones.
3.- Por alguna anomalía en el interior del Sol y que adelantaría su muerte con la consecuente eliminación de la vida en la Tierra.
4.- Estallido de una supernova en nuestro vecindario y cuya mortal radiación de rayos cósmicos barrería cualquier indicio de vida en nuestro Planeta.
5.- Colisión del Sistema Solar con un Invisible e indetectable, hoy por hoy, agujero negro. Lo cual, igualmente, acabaría con la Vida en la Tierra.
6.- por último tendríamos el inevitable colapso de nuestro Mundo en caso de que la expansión del Universo se detuviese y revirtiera en una suerte de Big Crunch que llevase a nuestra galaxia a desaparecer en la misma singularidad que diera lugar al Universo Conocido.
Cualquiera de las seis causas comentadas podrían resultar en un fin de los días imprevisible; es decir, que pudiera suceder en cualquier instante o no suceder en muchos Eones de tiempo. Es por ello, por su imposibilidad de ocurrir en un periodo razonable de tiempo, que la colisión de nuestra Galaxia, la Vía Láctea, con la de Andrómeda, que se conoce que sucederá; pero dentro de muchísimo tiempo, no la tenemos en cuenta.
El “Fin de los Días” considerado en la Biblia tendría mucho que ver con nuestro sexto postulado; es decir, el fin del Universo conocido debido a su colapso y retorno al principio de todo. Los astrofísicos no tienen muy claro que eso pudiera suceder algún día, en tanto que la expansión del Universo parece estar acelerándose, cuando debería de estar frenando. Así, ese gran colapso tampoco parece que pudiera ser un fin de los días más o menos cercano.
El Problema es que la Biblia, a pesar de lo que se cree, no es un Libro de profecías, sino un compendio cifrado de metáforas y alegorías que tienen más que ver con la Realidad interna de la Humanidad que con la Realidad externa de su Mundo.
Éste supuesto fin de los días literal supondría el regreso del Mesías, la destrucción del Mundo y la construcción de uno nuevo; pero os voy a contar un secreto a voces: Nuestro Mundo es una Ilusión hiperrealista que no sólo da forma a las cosas sino que hace que se sientan y ¡Cómo se sienten!; es todo muy real pero; existe un pero, porque nada es verdadero en tanto que se encuentra sujeto a una existencia espacio temporal y la Consciencia de todo, la nuestra también, es atemporal y espacial, en tanto que eterna e Inmortal; es por decir así, como si se hubieran tomado microdosis del Pleroma habiendo sido encapsuladas en cuerpos materiales; de ahí aquello de que somos almas prisioneras en cuerpos físicos; pero para ser exactos, se encuentran prisioneras de una cárcel virtual, ilusoria y sin barrotes reales.
Expuesto el truco, ya solo nos queda explicar, si no es nada de lo expuesto con anterioridad, ¿De qué va esto del fin de los días, en tanto que no estamos hablando del fin del individuo con la llegada de una muerte inexistente, ni tampoco estamos hablando de la destrucción de un Universo que tan solo es una representación teatral de carácter cósmico; pero ilusoria.
El fin de los días no es otra cosa que el fin de la farsa que nuestra conciencia vive en su prisión virtual. El fin de los días supone desmontar esa farsa con su literal destrucción. Sí, la destrucción de la Materia tal y como la conocemos, por muy real que nos parezca, y el retorno a la Verdad del Espíritu, en donde ese Nuevo Mundo no será otro que las ideas del Pleroma tomando forma en el propio Pleroma, de forma perfecta e inmaculada y donde el deterioro y la muerte ya no existirán más.
El fin de los días supondrá el fin de la realidad ilusoria y el regreso a la Verdad del Pleroma. Digamos que nuestro Universo burbuja sirve, ahora, de experimento parcial y temporal para construir un Mundo eterno y atemporal en el propio Seno del Pleroma, ya sin alguna membrana cuántica que lo separa de la Totalidad del Consejo Celestial de los Eones.
Y ésto es instantáneo y está sucediendo en el Eterno Presente del Pleroma, ya, pues aunque en el Mundo temporal parecen pasar días, siglos, milenios y eones de tiempo, lo cierto es que todo el conjunto de pasado, presente y futuro; desde el Pleroma se observa como si se tratará de una singularidad temporal; dicho de otro modo, para nosotros parece pasar el tiempo; pero, desde el Pleroma, eso no se siente así.
De dicho modo y por tal causa, resulta que el fin de los días individuales es exactamente lo mismo que el fin de los días colectivos. A ver cómo nos podemos hacer entender, en tanto que es complicado o eso nos parece a nosotros: aquí pasan años y generaciones y la gente va muriendo secuencialmente, por Ley natural o de forma colectiva mediante catástrofes naturales o provocadas; pero, lo cierto es que, al otro lado del velo, todos, absolutamente todos, independientemente del día y de la hora de la muerte, se verán en el mismo instante, de hecho esto no sucederá, pues ya está sucediendo, porque el transcurrir del tiempo es una mera ilusión.
Así, al otro lado del velo no hay nadie, de los fallecidos con anterioridad, que estén esperando el regreso de los que aún siguen vivos en el Mundo. La Verdad es que ya, ahora mismo, todos estamos juntos, en el Pleroma, a pesar de que nuestra actual conciencia prisionera de la temporalidad nos haga creer justo lo contrario.
Ríete de tí mismo y de la Vida. Que ésta no te siga engañando. Tú ya vives en la Eternidad de tu Espíritu porque el Fin de los tiempos no será mañana o el año que viene. El fin de los días es ahora y es importante que abras los ojos y despiertes a la Verdad. Todo es un juego que sucede en un singular inst
ante, el ahora, sin más.
Frater Aralba R+C
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