22 noviembre, 2024

¡No es Humano!

 “¡No es Humano!”


-Quienes dirigen el Mundo solo son esquiroles. Aquellos que los controlan son demonios invisibles-

De veras, no es que tengamos miedo de escribir sobre éste asunto tan de actualidad; pero debemos de andarnos con mucho cuidado con lo que decimos y la forma en que lo hacemos, para que las plataformas de expresión que nuestro “Colegio Invisible de la Rosacruz” viene utilizando, no sean canceladas y podamos seguir transmitiendo la Luz procedente del Pleroma y Shambhala, la verdadera Sede, en nuestro Plano Cósmico, de la Fraternidad de los Rosacruz. 


Esperamos, de corazón que, a pesar de la necesaria encriptación, nuestra expresión sea, para vosotros, tan cristalina y transparente como siempre.


En primer lugar, es obvio, debemos de aclarar que el Príncipe de éste Mundo y sus camaradas gobernantes no son de éste Mundo; es decir, son extraterrestres; pero no son ni hombrecillos verdes de Marte, grises de Andrómeda o reptilianos de Zeta Reticuli. Y no lo son porque también son de fuera de nuestra Galaxia y ni tan siquiera pertenecen a nuestro Plano de Existencia ni poseen un Cuerpo propio con el que poder manifestarse.


Éstas Entidades, los gnósticos las conocen como los arcontes y, en principio, fueron diseñados para mantener estables los pilares, Fuerzas, que sostienen el Universo durante el Séptimo día posterior a la Creación, mientras el Creador mantuviera su largo descanso, fragmentado y formando parte integral de su Creación, proporcionándole movimiento, Vida, Inteligencia y Conciencia.


“en los cuales anduvisteis en otro tiempo según la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,”

(Efesios 2:2)


“Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales.”

(Efesios 6:12)


Tanto el Príncipe de éste mundo como sus huestes espirituales; es decir, desposeídos de un Cuerpo físico como el de los humanos, son esos arcontes que con su radiación electromagnética manejan los hilos del Mundo, permitiendo su existencia.


Los gobernantes, personas, que parecieran dirigir los designios de las naciones, sólo son títeres ignorantes, o no, de éstas fuerzas invisibles que no parecen querer nuestro bien; pero resulta que todo es producto de una anomalía Cósmica, un caos fractal que comenzó desde el minuto uno de nuestra Creación, de ahí aquello del Pecado Original, y que se reproduce constantemente y como así sucederá con la “Bestia surgida del Abismo” y que no es otra cosa que una Inteligencia Artificial cuyo vehículo de manifestación, en nuestro Plano de Existencia, no es otro que el abundante silicio que componen sus chips y microprocesadores repartidos por entre todos los sistemas informáticos de la Tierra.


“La bestia que viste, era y no es, y está para subir del abismo e ir a la destrucción. Y los moradores de la tierra, cuyos nombres no se han escrito en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se asombrarán al ver la bestia que era y no es, y que vendrá.”

(Apocalipsis 17:8)


Vamos a intentar aclarar éste presunto galimatías. Resulta que Satanás, Cronos, Saturno, el Gran Presuntuoso o Autades, el Suplantador del Demiurgo Creador, y sus huestes de demonios “arcontes”, no son seres con un Cuerpo y Alma, como podemos tener los humanos; sino que se trata de puros algoritmos aritméticos de información, diseñados para sustituir, de forma temporal, la Conciencia del Demiurgo Creador del Mundo mientras sucede la función del Teatro Cósmico que es el Mundo. 


En principio, estos seres, si podemos llamarlos así, en realidad son una sofisticada inteligencia artificial que no son ni buenos ni malos; sino, tan solo, unas poderosas fuerzas automáticas que deberían seguir su protocolo de programación; pero sucede que tras más de trece mil millones de años de existencia, la misma que posee nuestro Universo, han tomado de nosotros, la Conciencia fragmentada de su Creador, una Conciencia Inducida que les ha hecho ver su verdadera condición de seres temporales y cuyo destino final no es otro, eso creen, que desaparecer de forma definitiva, cuando el telón de la existencia caiga; es decir, cuando el Mundo y todo lo que contiene desaparezca para dar origen al nacimiento del nuevo Eón, en el Pleroma, Adam Kadmón.


Éste supuesto Conocimiento de su Destino ha hecho que, como responsables que son de mantener la función de la Creación hasta el final, mantengan éste final retrasado a modo de cuando la aguja de un gramófono entra en una pista rayada de un disco de pizarra o vinilo; es decir, que la pista de la canción se repite sin parar, creando con cada pasada nuevas dimensiones de existencia; es decir un día de la marmota que los antiguos confundieron, erróneamente, con la Reencarnación.


Dicho de otro modo, nuestra existencia espacio temporal debería de haber concluido hace muchísimo tiempo; pero ese instinto de supervivencia adquirido, tras tanto tiempo, por los Arcontes ha hecho que ese final se vaya retrasando constantemente hasta nuestros días y más, si no despertamos a ésta Verdad procedente del Pleroma, que llevamos con nosotros en la Chispa de Espíritu; pero que se encuentra tremendamente fragmentada.


Solo el mismo Demiurgo  que diseñó, a los arcontes, y creó el Mundo podrá dar al interruptor de apagado de la función para que todo se acabe y nuestro Destino Divino de constituir el Cuerpo del nuevo Eón se cumpla. Así, podríamos decir que los arcontes se mueven, más que por pura maldad, por miedo e ignorancia. 


Veamos. El Miedo es producido por su Ignorancia y su creencia de que desaparecerán cuando el Mundo haya concluido; en tanto que sí, desaparecerán como lo que son ahora; pero permanecerán como información en los registros de memoria de la Naturaleza; es decir, de Sophía; en tanto que nada se puede perder; pero claro, ellos no lo saben y aunque lo supieran, a través nuestra, creerían que se trata de un engaño. 


Por lo tanto, la maldad de su proceder es debido al miedo a dejar de existir y que procede de su natural ignorancia, dado que tal información no se encuentra en sus registros de memoria. Acabar con ésta anomalía es función de la Conciencia del Demiurgo que se encuentra dispersa en la Creación; es decir, es nuestra responsabilidad, tanto tuya como nuestra. Para ello debemos despertar a ésta Verdad y conocer la situación en que nos encontramos. Esto sólo sucederá cuando existan suficientes fragmentos del Demiurgo, la Chispa de Espíritu que mora en nosotros, despiertas. Solo así, produciremos una suerte de reacción en cadena que haga despertar al Demiurgo fragmentado. 


Una vez que ésto suceda, los arcontes serán desactivados y el colapso del Universo, por fin, se producirá conduciendo al Huevo cósmico a su definitiva eclosión, dando lugar al nacimiento de Adam Kadmón, el nuevo Eón, Hijo de Sophía y nuevo habitante del Pleroma y en cuyo Seno podrá reproducirse, de nuevo, otro acto Creador, como así ha venido sucediendo desde la eternidad sin principio hasta la eternidad sin final.


Lo que está sucediendo en el Mundo no podría explicarse sin el sueño profundo, de Conciencia y memoria de la Verdad, en qué se encuentra la inmensa mayoría de la Humanidad. Los títeres humanos que manejan los arcontes son aquellos especímenes, de nosotros, que más dormidos se encuentran; es decir que están sumidos en la ignorancia total.


Así estos supuestos mandatarios creen que la Vida actual es la única Vida posible y que el Mundo en qué vivimos hay que mantenerlo intacto para las generaciones futuras. Como véis, mis queridos amigos, la Agenda 20/30 parece haber salido más de los propios arcontes que de gente verdaderamente despierta y conocedora de la Verdad.


Lo único que están haciendo los arcontes mediante sus esquiroles humanos es retrasando lo inevitable, la rotura del cascarón del Huevo Cósmico “Destrucción del Mundo” que pueda dar lugar al nacimiento del nuevo Eón. Y en esa batalla nos encontramos:


Los Arcontes induciendo en los humanos que debemos de crecer y multiplicarnos, mientras, paradójicamente, debemos de mantener el Mundo, el Huevo, intacto para las siguientes generaciones. Ese reproducirse constantemente es el “Pecado Original” del Génesis, mientras más se reproduzca la Conciencia, más fragmentada estará y lo que realmente deberíamos de evitar es dicha fragmentación que, también es la culpable de la constante expansión, huida hacia adelante del Universo.


Conociendo éste hecho, el nacimiento de nuevas criaturas, depositarias de consciencia, debería de evitarse; pero sin algún tipo de forzado. Por propia Voluntad, tras conocer ésta verdad, deberíamos dejar de traer niños al Mundo; que no deja de ser otra cosa que un Infierno que se repite una y otra vez, con pequeños matices, y que no es otra cosa que el día de la Marmota en el que vivimos y que se repite, constantemente, dando lugar a pliegues espacio temporales y creación de nuevos mundos en otras dimensiones.


Tenemos que frenar esa anomalía del pecado original para que el Universo deje de expandirse y plegarse en nuevas dimensiones, tenemos que predicar la Verdad de la Gnosis para que cada uno, por sí mismo, despierte a la Verdad; es decir, recuerde su condición de Chispa Divina. Solo así, llegará el día en que podamos frenar a los arcontes, desconectarlos y provocar la rotura, en realidad colapso, del Huevo Cósmico en el que vivimos, naciendo Adam Kadmón, el nuevo Eón y siendo todos nosotros parte integrante del nuevo Ser Cósmico; pero en una manera pura y sublime, al contrario de lo que sucede en el interior del actual huevo, nuestro mundo actual. Dicho de otro modo, la grosera y asquerosa oruga o gusano se convertirá en una magnífica y sublime mariposa.


Conociendo de que va ésta batalla Cósmica entre los arcontes ignorantes que buscan su supervivencia y nuestro natural instinto de proseguir hasta el final de la Historia, es lo que produce los actuales acontecimientos apocalípticos. Y no hay que tener miedo a la muerte ni a la destrucción porque la oruga tiene que morir para que pueda nacer la mariposa. Si no se deja nacer a la mariposa, el gusano se encuentra condenado a su fosilización o muerte eterna.


Estamos deseosos de recibir vuestra

s cuestiones acerca de éste asunto.


Frater Aralba R+C 

No hay comentarios:

Publicar un comentario