24 septiembre, 2024

Ocultando la Vida íntima por el qué dirán

 “Ocultando la Vida íntima por el qué dirán”


-Un ejercicio de Libertad o de Cinismo-

A Sigmun Freud se lo suele criticar por ver, de fondo, el sexo en cualquier actividad Humana; pero lo cierto es que no le faltaba razón. Por ejemplo tenemos, en los comics, el caso de Superman que, si la memoria no nos engaña, fue el primer superhéroe en llevar una doble Vida, ya sabeís: Clark Kent en su Vida pública y Superman en su otra vida, paralela, Secreta.


Y ustedes nos preguntarán ¿Qué carajo tiene que ver Superman con la sexualidad? La doble Vida o Vida paralela de Clark Kent esconde metafóricamente algo inconfesable; en el caso del superhéroe, que se trata de un Ser alienígena, procedente de otro Mundo y con poderes muy especiales; pero ello no es más que una analigía, creada por Jerry Siegel, guionista del Personaje, para encubrir la doble Vida que todos y cada uno de los seres humanos escondemos. Porque sí, todos llevamos una doble Vida inconfesable, la que mantenemos en soledad o a la sombra de la puerta de nuestro dormitorio.


Muchas de esas dobles vidas inconfesables, sobre todo en el caso de la gente famosa, suele salir a la luz cuando tras sonados divorcios a alguno de los antiguos cónyuges, a modo de venganza, se le ocurre escribir sus memorias, destripando así los secretos de alcoba; pero en la mayoría de los casos, estos secretos acaban en la tumba con sus protagonistas.


Todos y cada uno de los seres humanos poseemos ese tipo de secretos inconfesables y que tienen que ver con nuestro comportamiento sexual, ya sea en soledad o con la complicidad de nuestras parejas, en la intimidad de nuestros dormitorios.


Esto pudiera parecer que es algo Universal y que sucede con todo el Mundo; pero, en realidad se trata de una lacra procedente de Occidente y que, poco a poco, se va generalizando con la globalización, mediante la Cultura, de los prejuicios religiosos de las tres religiones abrahámicas; pero especialmente de la Religión Cristiana del Imperio Romano, tan timorata o pacata y cargada de moralina. Hasta tal punto llega éste asunto de pura hipocresía que redes sociales, como Facebook, tan proclive a la Agenda 20/30, con su nueva moralidad amoral, y su Cultura Woke, sin embargo, impone la censura más salvaje en cuestiones de sexualidad explícita. En ese sentido, podemos afirmar que Facebook es el más grande monumento que jamás se haya erigido a la Cultura de la Hipocresía.


Según la Cultura Esotérica más profunda, la individualidad que permite la intimidad de las personas es una mera ilusión, en tanto que la Verdad es que todos somos Uno y eso significa que lo que consideramos como secreto solo lo es en la capa más superficial de la Vida ilusoria que vivimos en éste Mundo. En lo profundo, los secretos no existen y todos conocemos todo de todos; en el sentido de que nuestros comportamientos íntimos, aunque se oculten, son los comportamientos íntimos de los demás; entonces, ¿Qué podríamos ocultar a los demás que nosotros no sepamos de nosotros mismos?


La hipocresía consiste en aparentar, públicamente, una serie de características virtuosas impuestas por nuestra Cultura religiosa y, comportarnos, a puertas cerradas, con la lascivia natural que nos caracteriza, como humanos, dentro de la clase de los animales mamíferos.


Dicho de otro modo, en tanto que nuestra naturaleza secreta de Superman, hemos ocultado nuestra naturaleza animal; pero solo ocultado, porque hagamos lo que hagamos sigue ahí, mientras que nuestro comportamiento público tiende a mostrar una serie de falsas virtudes. Y decimos falsas porque solo se muestran en público; pero desaparecen cuando nos encontramos solos o en la intimidad de nuestros dormitorios.


Y esto es importante que se diga, porque nadie lo dice ni se atreve a hacerlo por el qué dirán. Todos sabemos que el Emperador va desnudo, en pelota picada; pero cuando se nos pregunta, nos encontramos condicionados, por educación, a decir que nuestro Emperador va bella y lujosamente vestido. La Hipocresía, mis queridos amigos, es el más grande monumento que el Hombre ha erigido a la mentira. Así nuestra vida como Clark Kent, de cara al público, es una auténtica farsa que esconde nuestra auténtica naturaleza de Supermán; pero un Superman ya no metafórico y que es nuestra Vida sexual oculta, como dijera D. Sigmund Freud.


Somos conscientes de lo difícil que es quitarnos la careta que esconde nuestros prejuicios, impuestos por nuestra Cultura; pero en realidad no podremos sentirnos libres mientras tengamos que ocultar nuestra voluntad. Recuerden que, según la Ley de Thelema, “Hacer la propia Voluntad es la Ley” o “Amar es la Ley, Amar bajo la Voluntad” Si los prejuicios nos impiden mostrar nuestra Voluntad, nosotros mismos cohartamos nuestra libertad personal. No necesitamos de censores ni carceleros, nosotros somos nuestros propios carceleros. Fijaos que hasta en el Amor, no nos referimos exclusivamente al sexo, se requiere que sea bajo nuestra Voluntad, porque ¿Puede existir el Amor bajo el efecto de la coacción? Creemos que no, y lo que se mostraría sería artificial; es decir, mentira y pura hipocresía. Así, hay personas que nos sonríen, que nos halagan y parecieran amarnos; pero en su trasfondo opinan de nosotros que somos unos imbéciles y ello se demuestra cuando, bajo determinadas circunstancias, notamos su desconfianza hacia nosotros. Esas personas son ignorantes, mentirosas e hipócritas. ¿Quienes de nosotros no ha conocido, en su Vida s santurrones y santurronas de tal guisa? Nosotros nos hemos topado, durante nuestra vida, con personas así y no hablaremos de ellas por respeto, ya que hace poco volaron hacia el Oriente Eterno.


La Hipocresía motivada por nuestro acondicionamiento social, basado en prejuicios culturales, es el peor enemigo del Sagrado Libre Albedrío. Por lo tanto, rogamos a nuestros alumnos que no se escandalicen cuando vean sexo explícito mostrado y realizado en libertad, disfrutenlo. Una máxima del Movimiento hippye de los sesenta era “Haz el Amor y no la Guerra”


Ese movimiento de libertad que parecía conducir a comportarnos como lo que somos, dioses, tanto en nuestra indumentaria desnuda como en el comportamiento sexual de Amor Libre y sin fronteras, se desvaneció en muy poco tiempo, fagocitado por el Príncipe trino de éste Mundo: La Ignorancia, la Mentira y la Hipocresía.


Hasta un poco de envidia, no decimos que sana porque ninguna envidia lo es, nos da cuando vemos como una parte de la población, perteneciente a la juventud, muestra, libremente, sus cuerpos desnudos y realizan actos íntimos, públicamente, en redes sociales especializadas. 


Lo lamentable del asunto, no es que se realice por puro y delicioso vicio o libidinoso y atractivo exhibicionismo, sino por dinero, aunque la Verdad, estando tan masificado el negocio de la pornografía, no creemos que saquen gran beneficio de su exhibicionismo y ya más, creemos, que le realizan porque quieren, les gusta y disfrutan mostrando sus habilidades naturales, la belleza de sus cuerpos y de sus actos. Y no se me escandalicen porque sabemos que, en el fondo, si todos estuviésemos libres de prejuicios haríamos exactamente lo mismo. Lo sé porque me conozco y, consecuentemente, os conozco también a vosotros. A Aleister Crowley no debemos de verlo como a un monstruo saránico sino como al Santo Patrón de la Libertad Humana. 


Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España, vía su A.M.L. “Rosa Mística”; Linaje: Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer.



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