27 mayo, 2022

18.- "El porqué de la existencia de éste Lugar"

 "Colegio es un subterfugio"


-El porqué de la existencia de éste Lugar-


Quienes se hayan acercado aquí, por primera vez, y no nos conozcan podrían llevarse una pequeña decepción al escuchar, de nuestra boca, que nuestro Colegio no es una Escuela ni nosotros algún Profesor o Maestro.


Pero oiga, me dirán, ¡una Escuela es lo mismo que un Colegio! Tienen razón, les diré; pero resulta que en éste Lugar casi nada es lo que parece ser. Colegio es un mero subterfugio como homenaje al "Colegio Invisible" mencionado en alguno de los manifiestos rosacruces; del mismo modo que los nueve grados son un sentido homenaje a la "Rosacruz de Oro del Antiguo Sistema" que surgió en Alemania, Siglo XVIII, de manos de la Masonería. Los que llevan tiempo con nosotros dirán que somos un tanto cansinos por repetir siempre esto mismo; pero es necesario hacerlo para que los nuevos no se llamen a engaño.


"Pero, Aralba, si usted dice que no es una Escuela, ¿Qué carajo es éste Lugar y que es lo que pretende con su existencia?", me dirán. Es simple de explicar, mi "Estrado", mi "Salón de conferencias", un lugar donde expresar, libremente y sin cortapisas, todo aquello que mi Maestro Interno, el verdadero Aralba, quiere que cuente. Así de sencillo. 


La idea es muy simple, dado que hemos pasado por diferentes organizaciones fraternales e iniciaticas; pero en ninguna de ellas hemos encontrado un lugar donde poder expresarnos libremente; en tanto que ni siquiera se nos ha ofrecido después de tantos años. 


Solo al principio en la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel de la Calle Mayor 6 en Madrid, donde fuimos Presidente del Grupo por un espacio muy breve tiempo, y de eso hace ya muchos, muchos años. 


También hemos intentado publicar algún libro sin demasiado éxito; así es que, en su momento, decidí ir publicando mi Trabajo en Internet sin contraprestación económica alguna. Era eso o permanecer callado y que los contenedores de basura leyeran nuestro trabajo; bueno, en realidad, el del Maestro Interno.


Cuando uno pertenece a una Organización, por regla general, su Dirección ha dictado una serie de normas y a las que los conferenciantes se tienen que ceñir de manera más o menos rigurosa; es decir, si la Escuela posee una determinada doctrina, no te puedes salir de ella, aunque tú Opinión resulte interesante; pero el contenido de las conferencias fuese divergente y no se ciña a ella con cierto rigor.


Luego, también, tienes que soportar la censura de quienes manden en un momento determinado, salvo que fueses tú quien lleve el control de la Organización y, en definitiva, somos conscientes de ser bastante políticamente incorrecto y aunque, por regla general, no somos un bárbaro usando el Lenguaje; también es cierto que sentimos cierto morboso placer al utilizar, de forma puntual, ciertas licencias literarias un tanto escabrosas.


Por lo tanto, mis amigos, todos ustedes, no se llamen a engaño. Si hemos dicho que no es una Escuela, es que no es una Escuela. Si decimos que no es una Editorial literaria es que tampoco lo es y, si les hemos dado la impresión de parecer el Profesor de una Escuela Rosicruciana, siento desengañarlos, pues no se trata de eso.


Este Lugar solo es un Estrado creado para expresar públicamente una serie de reflexiones particulares que nos han sido ofrecidas por el Maestro Interior; y éste desea, que las haga públicas para que ustedes las conozca y puedan servirles como orientación, guía, ejemplo o consejos, según prefieran. No se pretende otra cosa diferente. De veras es así y no buscamos sus aplausos ni su respeto, aunque ésto último, cada día, me demuestran que nos lo tienen.


Que cuando ya no esté, alguno de ustedes ¿desean convertir nuestro Colegio en una Escuela y a nuestras reflexiones en lecciones de un Curso reglado?, estarán en su derecho y aunque pudiera, qué evidentemente al faltar no podré, no les pondría algún impedimento; pero hoy por hoy esto es lo que hay y, en nosotros no existe afán alguno de competir con cualquiera de las muchas escuelas rosicrucianas  existentes. 


Con mucha probabilidad, si alguna Escuela nos hubiese ofrecido, en su día, un estrado o alguna Editorial una oportunidad de Publicar nuestro Trabajo, quizá no estaríamos aquí ahora. Ahora ya sería demasiado tarde para dar marcha atrás y nuestra intención es seguir adelante mientras Cristo lo permita y el Cuerpo aguante.


Están en su casa; así es que nuestro único deseo es que disfruten su estancia y que puedan usar nuestro trabajo como un mero apoyo a su meritorio esfuerzo autodidacta.


Aralba R+C


 




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