08 marzo, 2025

La Verdad sobre el Multiverso

 “La Verdad sobre el Multiverso”


-Jamás hubo un principio y el supuesto final es el comienzo de algo nuevo que se perpetúa, de forma cíclica, desde la Eternidad de un no principio hasta la Eternidad de un no final-

Si el Big Bang hubiese sido el comienzo de todo, el final debería de ser el Big Crunch; pero la última información que nos viene proporcionando el telescopio James Web, parece decir que estábamos profundamente equivocados. Así nos quedan dos visiones del Mundo muy diferentes entre sí, la de Stephen Hawking que nos habla de un Multiverso constituido por universos esféricos colindantes y la visión cíclica de un Universo cíclico, sin principio, donde el final de un Universo supondría el inicio de otro nuevo, en un ciclo eterno de vida muerte y Vida sin algún final.


Pues bien, la Física moderna se acerca bastante a la Verdad; pero yerra el tiro en todos los casos, pues ésta, la Verdad, tiene un poco de lo uno y un poco de lo otro. Lo que a continuación sigue es algo sobre lo que ya hemos hablado; pero vamos a insistir, en ello, desde otro punto de vista, el de la Gnosis, para que quede lo más meridianamente claro posible y todos nuestros lectores puedan tener conciencia de que forman parte sustancial de algo inmenso, majestuoso y eterno.


Dado que lo que a continuación sigue, se encuentra fuera de las coordenadas de la Ciencia actual, entenderán ustedes que se trata de una mera analogía o experimento mental. Para facilitar su comprensión podríamos haber realizado algún tipo de dibujos o ilustraciones gráficas; pero, por otro lado, entendemos que realizar tal cosa podría condicionar vuestra rica imaginación; es decir, que nuestra propia imaginación interfiriera con la vuestra y eso no lo queremos. Por lo tanto, lo que a continuación sigue es un dibujo alegórico realizado con palabras y que, en vuestra Mente, deberéis de dibujar conforme a lo que os diga vuestra propia imaginación. Aprovecho para que cada uno de vosotros nos regaléis con vuestros dibujos, ya sean realizados a mano alzada con lápiz sobre papel como mediante procesos o de “Inteligencia Artificial”


Antes de comenzar diremos que vamos a ser muy escuetos; pero que vosotros, nuestros lectores, tendréis que poner algo de vuestra parte, como leer detenidamente cada párrafo por separado, pausar la lectura durante un instante e intentar recrear mentalmente lo leído. Si se posee alguna duda, en lugar de pasar al párrafo siguiente, releer el anterior y repetir el proceso tantas veces como fuese necesario para comprender el grafismo literario. Una vez comprendido el primer párrafo pasar al siguiente y realizar el mismo ejercicio con todos y cada uno de los párrafos siguientes. Al final tendréis una imagen mental completa, vuestra, del Todo, acerca de cómo funciona el Universo, de dónde procede éste y su finalidad procreadora de las emanaciones del Pleroma.


1.- Observen una suerte de Esfera inmensa, sin dimensiones. Una Esfera que lo cubre todo y fuera de la cual no existe nada porque el afuera es, en tanto que una imposibilidad, inexistente.


Bien, esa Esfera o Huevo Cósmico es la representación del Pleroma; pero ¿Qué es el Pleroma? La Mente Cósmica Universal al que las religiones, errónea y vagamente denominan como Dios. Ésta esfera está constituida de una sustancia que lo cubre todo, el Éter. El Éter es invisible, no posee forma ni puede medirse ni observarse. El Éter es la sustancia del Pleroma que llena desde el aparente vacío hasta el núcleo macizo de las densas estrellas de neutrones. En ésta sustancia se producen los procesos mentales del Pleroma, tales que la Conciencia, la Inteligencia, la Memoria, la Imaginación, la Introspección, la Creencia, la Emoción, el Razonamiento, las Ideas…; así como otras características que a nosotros, en tanto que mera Criatura, se nos escapan. El Pleroma jamás tuvo un comienzo y jamás tendrá un final.


2. Ahora visualicen, dentro de ése huevo o esfera cósmica, infinitas otras esferas superpuestas e iguales del mismo infinito tamaño. Entendemos la dificultad de imaginar lo infinito y, sobre todo, de que esa infinita esfera contenga infinitos otros huevos, igualmente, infinitos; pero aún así, les invitamos a que realicen dicho esfuerzo.


Esas esferas infinitas, contenidas en el infinito Pleroma, no son otra cosa que los “Eones”; por decir así, los Eones no serían otra cosa que clones del propio Pleroma. Los Eones no son colindantes unos de otros en un mismo Plano existencial; es decir, no se tocan entre sí como si estuviesen en una misma dimensión; en tanto que cada Eón se encuentra en su propia “Dimensión” existencial; una dimensión independiente de las otras dimensiones existenciales del resto de infinitos Eones. Por otro lado, hay que decir que todos los eones, son consustanciales los unos con los otros al participar de una misma y única sustancia, el Éter del Pleroma. 


Como consecuencia de ésto, todos los infinitos Eones comparten la misma información y características mentales del propio Pleroma. Metafóricamente, cada eón sería algo similar a una celda holográfica de un inmenso holograma; pero en donde cada una de esas celdas “Eones” fuesen tan enormes, infinitos, como el propio Holograma, el “Pleroma”. Los eones, todos poseen un comienzo en tanto que emanaciones del Pleroma; pero jamás poseerán un final; en tanto que, al compartir la misma sustancia del Pleroma, son eternos. Además son copartícipes de la información anterior del Pleroma y contribuyente a Éste y sus otros Eones de nueva Información, la producida en su seno, en el proceso de gestación o transformación como Universo.  


3.- Los Eones se reproducen de forma similar a como lo hacen las células, mediante mitosis o clonación. Para ello, cada Eón, dentro de sí, en tanto que fuera sería imposible, genera un Huevo Cósmico o Universo que se encuentra dentro; pero separado del propio Eón mediante una suerte de membrana interdimensional de Éter concentrado y que en nuestro Universo se conoce como Plano Cuántico o Esfera Reflectora como dicen los rosacruces.


El Huevo Cósmico nace dentro de su Eón en forma de una Singularidad que va creciendo dentro del Eón de forma exponencial debido a la fuerza del vacío (de materia) existente en el propio Eón; al estar constituido, exclusivamente de Éter. 


En el Universo o Huevo Cósmico se recrean las ideas eternas que contiene el Eón y el propio Pleroma, tomando forma, consistencia, volumen, movimiento y vida. La membrana cuántica del Universo se estira tanto como se expande el mismo Universo hasta alcanzar su madurez. Una vez alcanzada ésta, el Universo deja de expandirse y comienza a decrecer hasta convertirse, nuevamente, en una singularidad y desaparecer de su Eón Emanado mediante una implosión, reapareciendo en una recién creada nueva dimensión como un nuevo Eón. Un Eón, recién nacido, que comparte toda la memoria e información, tanto del, como con el resto de Eones; en tanto que conjunto del Pleroma.


*


Lo que necesitamos que se entienda, es que no se trata de algún proceso bi o tridimensional; sino de sucesos multidimensionales; así, no sólo se comprenden tanto las teorías físicas del Multiverso de Hawking como ese Universo cíclico de Penrose, con la única e importante diferencia de que al tratarse de universos recreados dentro de Eones que dominan dimensiones diferentes; estos, los universos, no se tocan. En el sentido antiguo; es como si, vibrasen en frecuencias diferentes aunque compartiendo la misma Esencia; es decir, el mismo Eter. 


Y en el caso, concreto, de la Teoría de Penrose, del Universo Cíclico, más que universos que nacen de los cadáveres de anteriores universos, lo que sucede es que los universos son esos huevos cósmicos de donde nacen las emanaciones de los Eones que son las células que conforman la totalidad del Pleroma; pero sin que estos eones conformen seres o divinidades diferenciadas, sino como sucede, en nuestro Plano de Existencia, con la Colonia Humana que conforma al Ser Humano, no son otra cosa que la forma de manifestarse, perpetuarse y actuar del Único Ser existente, el Pleroma, cuya Mente más Multiversal que Universal, lo abarca todo; en tanto que es el Todo, sin existir diferencia alguna entre el Pleroma y sus Eones ni entre el Éter de su Esencia y la Mente Cósmica; en tanto que son una sola cosa, siendo los universos el medio de gestación de los Eones. Una gestación que es demasiado similar a la metamorfosis de las mariposas; es decir, que el Universo vendría a ser el Estado de Pupa donde la Ninfa se desarrolla para, tras abrirse el capullo, dar lugar a un Ser magnificente y bello como es la mariposa, en nuestro caso, un nuevo Eón. Así, de la aparente muerte del Universo, como de la supuesta Muerte del gusano de seda, surge algo nuevo, completamente diferente, eterno e incorruptible; pero donde la mariposa; es decir, el Eón, posee todos los recuerdos de su vida anterior como oruga; es decir, como Universo en permanente lucha y transformación así como, también, de la Memoria del Pleroma, en tanto que comparte la misma Esencia que el resto de los Eones del Pleroma.


Así, el proceso de creación y transformación, más que muerte de los universos, es algo contínuo y cíclico que, como dijera Penrose, nunca tuvo un principio ni jamás tendrá un final, siendo el medio que utiliza el Pleroma, para emanar de sí, a sus divinos y eternos hijos, los Eones; siendo nosotros, como el resto de las criaturas constituyentes del Universo, nada menos, que mera información genética. Una información tan imprescindible como que, sin ella, la procreación del Pleroma sería imposible. Seres diminutos e infinitesimales más diminutos, comparativamente, respecto del Pleroma y del Multiverso, que los virus respecto al Ser Humano como célula individual de toda una especie, la Humanidad. Una Humanidad depositaria de una porción infinitesimal de la Conciencia eterna, Divina e infinita del Pleroma.


Frater Aralba R+C 





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