“Cristificación y Transfiguración del Universo”
-O de cómo todos los universos no dejan de ser otra cosa que los huevos Cósmicos de donde nacen los nuevos eones-
Hasta el presente nos hemos movido en el ámbito de los “Misterios Menores” o de Isis; es decir de la Madre Naturaleza y que en nuestro caso es el Eón Sophía. Los Misterios de Isis es todo lo referente a Sophía y nuestro Universo, su Huevo Cósmico; desde la Membrana que supone el Plano Etérico de la Esfera Reflectora, el Plano Cuántico de nuestros Físicos, hasta los agujeros supermasivos de nuestro Universo; es decir, la totalidad del Cosmos que funciona a modo de placenta donde se gesta un nuevo Eón y del que nosotros mismos, como Especie, formamos parte.
Como bien sabemos, los Misterios Mayores de “Osiris” se corresponden con el Pleroma y la mayoría de su Conocimiento nos está vetado a las personas corrientes; no obstante, de cuando en cuando, hemos incursionado ligeramente, en ellos, cuando nos hemos referido al Multiverso y su constitución a modo de una Matrioska Rusa que estuviese contenida en una singularidad. Una singularidad infinitamente pequeña por fuera e infinitamente grande por dentro y que contuviera, en su interior, infinitos Eones infinitamente grandes, eternos y de carácter inmortal y en cuyo seno se gestan infinitos universos, también infinitamente grandes; pero sin interferirse entre ellos, en tanto que ocuparían infinitas dimensiones. Ya, por eso no se tratan los Misterios Mayores, por el dolor de cabeza y vahídos que levanta su estudio.
La primera pregunta que nos viene a la cabeza es, si los Eones, como el Pleroma, son prácticamente perfectos ¿Por qué sus universos, igual que el nuestro, son caóticos e imperfectos?. Estamos dando por sentado, sin conocerlo, que el resto de los universos son parecidos o iguales al nuestro y eso, seguro, que no es así; pero sí, es evidente que si existen infinitos universos, muchos de ellos serán similares al nuestro y sufrirán imperfecciones parecidas. Eso tiene una fácil explicación.
Igual que un mueble en formación no muestra su belleza y estructura final, así el interior de un huevo, su embrión y feto, que se encuentran en proceso de formación y crecimiento, tampoco muestran a la Personita que será cuando surja de la Placenta. Así, entendemos que la imperfección, al menos de nuestro Universo, es algo Natural; es decir, se gesta en imperfección, dentro del Huevo Cósmico para nacer en perfección para el Pleroma. Pues bien, a ése proceso Completo podemos denominarlo cómo Vía de “Cristificación” y al propio Nacimiento como “Transfiguración”
El Proceso de Creación de nuestro Mundo muestra el proceso de reproducción, dentro del Pleroma, de los Eones. Así, los Eones emanan de sí mismos una suerte de Demiurgo; es decir, la Voluntad de hacer algo, una Voluntad que auto inseminará al Eón de donde ha surgido, clonándose a sí mismo a modo de las celdas de un inmenso holograma. A éso es a lo que nosotros denominamos como la fragmentación del Demiurgo y así, con esa constante fragmentación de la célula primordial gestante se conforman los huevos cósmicos, los universos; pero lo primero que realiza el Creador es construir una membrana protectora que separe al nuevo ser gestante de su Madre, el Eón. Esa Membrana no es otra cosa que el Mundo Cuántico que nosotros, en tanto que Estudiantes Rosacruces, conocemos como Esfera Reflectora.
La Esfera Reflectora está constituida de Éter, la quinta Esencia de la Materia y de donde surgen todos el resto de elementos naturales. Ésta quinta Esencia, los científicos modernos la han rebautizado como Campo de Higgs y a la partícula causante de proveer masa a las partículas cuánticas como Bosón de Higgs. Hablamos de membrana, de placenta y de huevo cósmico de forma metafórica, en tanto que esa Membrana es mega nanoscópica y multidimensional; es decir, es al mismo tiempo la membrana fronteriza; pero también el componente básico de todo lo que conforma el interior del Huevo cósmico; es decir, el Universo o Mundo de los Efectos. Todo lo que se crea dentro de los universos es un puro reflejo materializado de objetos ideales preexistentes sonsacados del Eterno Pleroma. No se crea nada nuevo, solo se solidifica y se lo pone en movimiento proporcionándole la propia Vida del Demiurgo Creador; es decir, la Voluntad del Eón, su Espíritu.
El interior del Huevo Cósmico, su Universo, es básicamente imperfecto pues se encuentra, desde el comienzo, en constante transformación fractal y algo que se encuentra en una constante transformación no puede considerarse perfecto. Se gesta en imperfección y se crece en imperfección para al final, como la mariposa que sale del capullo creado por la oruga, nacer en magnificencia y perfección; pues bien, a ése Proceso de metamorfosis vamos a llamarlo “Cristificación” a semejanza de lo que sucede, a nivel microcósmico (en comparación), con nosotros, los seres humanos.
Así, todos los universos, de un modo u otros, con sus iguales o diferentes leyes se encuentran en un constante proceso de crecimiento y perfección. Cuando el Proceso finaliza el Huevo Cósmico eclosiona mediante una implosión separándose, dimensionalmente, del Eón gestante y conformando un nuevo Eón que ocupará el mismo espacio de su Madre; pero en otra nueva dimensión auto creada ex profeso por y para Él; es decir, el Universo, en tanto que Ser imperfecto en su formación, habrá transfigurado y reconvertido en un nuevo y Perfecto Eón del Pleroma con todos los recuerdos de sus Eones precedentes, uniéndose al resto de sus iguales como una célula más eterna e inmortal del Pleroma.
Y hasta aquí podemos llegar en nuestra muy ligera incursión en los Misterios Mayores de Osiris. A partir de aquí no somos capaces de observar en mayor profundidad, no podemos. Quizá, algún día, Dios nos provea de una visión más profunda; pero, de momento, es a lo único que podemos llegar, aunque creemos que ya es bastante para ofrecer algunas ideas a nuestros científicos para que elucubren, teoricen y geometricen acerca de la formación del Multiverso.
Frater Aralba R+C
No hay comentarios:
Publicar un comentario